Garo Arakelian: «Caída Libre me lleva a uno de los momentos más entrañables de la historia de La Trampa»
Recientemente, y a veinte años de su lanzamiento en CD, el sello Bizarro reeditó en vinilo «Caída Libre», el cuarto disco de La Trampa. Más allá de lo redondo del aniversario, no parece caprichosa la elección de este álbum como el, hasta ahora, único trabajo reeditado en el formato que tuvo su resurrección en la industria en los últimos años. «Caída Libre» fue un punto de inflexión en la carrera del grupo por varios motivos. Es el primer disco del que no participó el tecladista Sergio Schellemberg, miembro fundador, quien había partido meses antes del proceso que culminó en la mencionada obra, consolidando así el liderazgo compositivo del guitarrista Garo Arakelian y, como consecuencia, la formación de cuarteto que continuó hasta el final del camino del grupo. Además, terminó de edificar la popularidad de La Trampa, tocando una fibra en una generación de público rockero de la época que generó un fenómeno masivo alimentado, además, por los grandes festivales de entonces. No menos importante es el ambiguo galardón de haberse convertido en la banda de sonido de un Uruguay devenido en escombros a causa de la crisis económica de aquél 2002.
Como si los previos no fueran sobrados motivos para fundamentar la relevancia del álbum, también se vuelve obligado hacer referencia a varios de los clásicos «tramperos» contenidos en él, tales como la canción que le da nombre, «Luna de marzo», «Muerte serena», «Santa Rosa», «El oro y la maldad» o la versión del tema original de la agrupación Pareceres «Muere con la sonrisa», por mencionar algunos momentos altos.
Obviamente, también se hacía indispensable conversar con Garo acerca de la mencionada reedición, sobre sus vivencias al respecto y la memoria del contexto sociocultural que circundaba aquella caída libre.