En 2017, Alberto Wolf, publicó su primer trabajo discográfico con Mandrake y Los Druidas, la banda que conforma junto a Ignacio Iturria, Federico Anastasiadis e Ignacio Echeverría, orientando su rumbo sonoro hacia un blues rock más crudo y obteniendo muy buena repercusión, habiendo obtenido en 2018 tres Premios Graffiti, entre ellos, a Mejor Álbum del Año y Mejor Banda del Año. En 2020, en plena pandemia, vio la luz, “Sortilegio”, el segundo álbum del cuarteto que, debido a la pausa obligada de los espectáculos en vivo, recién será presentado oficialmente el, próximo viernes 29 de octubre en La Trastienda MVD. Sobre el disco, lo que representa la música en su vida y de algunos cambios positivos que tuvo en el aspecto personal, conversamos con “Mandrake” en la entrevista que te compartimos a continuación.
Por Liber Aicardi
¿Cómo fue, para vos, haber editado un disco en plena pandemia sabiendo que no lo ibas a poder salir a tocar inmediatamente, como estabas acostumbrado?
Hubo algo que estuvo bueno y es que cuando terminamos de grabar “Sortilegio”, en febrero de 2020, y pensábamos presentarlo en agosto, cuando vino eso en marzo no lo podíamos creer. Por lo menos lo teníamos grabado y, después, Guillermo Berta lo mezcló y llegamos a buen puerto con eso. Y el disco quedó ahí. El sello tampoco sabía qué hacer porque se retrasó todo y ¿qué hicimos? Cuando vimos que la gente se podía empezar a juntar, porque todos teníamos miedo al principio ¿no? nos empezamos a juntar, yo tenía el estudio nuevo y me puse a componer. Y empezamos a tocar temas nuevos, porque decíamos “cuando todo esto termine vamos a tocar temas nuevos”. Entonces, cuando empezó la normalidad, pusimos una fecha para sacar “Sortilegio”, dejamos una especie de suite que estoy armando con todas las canciones interrelacionadas, la dejamos de vuelta en el freezer y, ahora volvimos a tocar las canciones de “Sortilegio”. Mirá que es raro presentar un disco que, para nosotros, ya fue casi…
¿Con que canciones te encontraste cuando retomaron el disco para tocarlo en vivo?
Ahora estamos volviendo a aprender una cantidad de temas que nunca tocamos, muchas canciones del repertorio actual de Los Druidas se basan en “Sortilegio”, pero vamos a tocar todas las canciones y algunas nos cuesta estar tocándolas y encontrar el clima. Estamos trabajando para que estén a la par de las canciones que venimos tocando.
¿Te pasó de pensar o decir “este material ya no me representa porque ya tengo otra canciones nuevas”?
Me ha pasado que pensábamos que, por ejemplo, lo más fácil iba a ser presentar el disco entero y después hacer un corte y hacemos los temas del otro disco y algún tema nuevo, pero, resulta que empezamos a pasar el disco en su orden y no. Hay que adaptarlo para lograr una atmósfera para tocarlo en vivo, también. Una cosa es un disco, que vos lo escuchás track por track y otra cosa es tocarlo, generar la atmosfera con los temas. Nos dimos cuenta que no iba a funcionar tocar todos los temas en el orden del disco.
Hace poco tiempo volvieron a tocar con Los Druidas y en el Teatro Solís ¿Cómo viviste ese regreso a los escenarios?
Y… fue tremendo. Fue divino. Además, tocamos en el Solís. Cualquier músico uruguayo cuando toca en el Solís se siente muy contento y sonó bárbaro, la gente estaba muy contenta, también, de recibirnos. Así que fue una linda experiencia y nos ayuda mucho para armar este show nuevo que estamos haciendo. Además lo estamos produciendo nosotros solos a todo nivel y estamos contentos con eso, también.
¿Esta decisión tiene que ver con la experiencia acumulada en con los años?
No, no. Es el momento este. Uno lo hizo toda la vida esto… Después, hubo un momento de managers, de esto, lo otro… Pero, justo se fue la manager que teníamos y dijimos “vamos a producirlo nosotros, con tranquilidad, armémoslo nosotros con tiempo”. Es como una cosa que se agrega al show. Hace mucho tiempo que yo no me dedicaba a producir, yo delegaba en otra persona. Por supuesto que estaba siempre al tanto, y como teníamos ganas, dijimos “lo hacemos nosotros y se acabó”.
Eso habla, también, de la confianza en el proyecto y de la seguridad que no van descuidar la música por ocuparse de otros detalles.
No… más bién. Aparte, estamos recontra aceitados, es una banda que siempre ensayó mucho, es una banda muy laburante. La verdad, que estos botijas me sorprendieron con la disciplina que tienen. Con Los Terapeutas también me pasaba, pero son una banda que tocó muchos años y hay muchas cosas que estaban sabidas. Con Los Druidas siempre fuimos de ensayar fuerte ¿viste? Ya te digo, estábamos en pandemia y nos pusimos a ensayar y a tocar temas nuevos sin ningún tipo de perspectiva. Lo importante para nosotros es tocar. Ya, la banda es una banda. Cuando yo empecé el proyecto eran los músicos que a mí me gustaban y cómo yo me imaginaba que podían sonar y ese primer disco ya fue un logro. En el segundo fue como la confirmación y, como digo yo: Los Druidas ya es un arma, tiene una cosa que tiene un poder que ya es propio cuando nos juntamos los cuatro. Me encanta el proyecto banda.
Lo importante para nosotros es tocar. Ya, la banda es una banda. Cuando yo empecé el proyecto eran los músicos que a mí me gustaban y cómo yo me imaginaba que podían sonar, y ese primer disco ya fue un logro. En el segundo fue como la confirmación y, como digo yo: Los Druidas ya es un arma, es una cosa que tiene un poder que ya es propio de cuando nos juntamos los cuatro. Me encanta el proyecto banda.
Se te nota contento cada vez que conversamos sobre Los Druidas. Hablás con entusiasmo de la banda en sí, más allá que vos seas el compositor.
Lo que pasa es que a mí la música es lo que me pone contento en la vida. La música, para mí, es como un regalo que tuve toda la vida y es inexplicable por qué tanto amor mío hacia la música. Es precioso cuando uno se despierta y se da cuenta que va a estar tocando música todo el día. Yo, de acá, me voy a un ensayo, el miércoles doy clases todo el día, después, ya ensayo con Mateo X 6, el viernes hacemos otro ensayo con Los Druidas y, después, están los toques con “Pitufo” (N de R: Eduardo “Pitufo Lombardo), con Nacho Iturria a dúo. Entonces, yo vivo todo el tiempo la música. Es algo que yo siempre quise hacer.
Y lo bueno de haberlo podido continuar a lo largo de los años, además.
A eso me refiero. Soy un agradecido de la vida. A veces, estoy cansado, te voy decir la verdad, porque ya tengo cincuenta y nueve años y, también, uno a la noche no es lo mismo que antes. Y hace trece meses que dejé de tomar, estoy totalmente limpio. Me ayudó la pandemia, también, en el sentido que ¿si no es ahora que no tengo que ir a los boliches y todas esas cosas, cuando? Busqué apoyo, también, y me está haciendo muy bien, es como una nueva forma de sentir la música y de vivir las cosas. Eso, también, le da una nueva perspectiva a la cosa.
Con respecto a esto que me contás ¿notás el cambio en la forma de sentir la música?
Es distinto, es otra forma de tocar, es otra forma de sentir las cosas. De a poquito voy entiendo cómo es. Al principio me costaba “en pila” porque, de repente, el sonido de uno era como pelear un poco ¿no? Y ahora ya suena todo mejor. A veces, sonar mal también está bueno, pero, es como otra perspectiva. Te das cuenta que la música es una cosa muy poderosa y que no tiene nada que ver con enfermedades que uno tiene, que son las adicciones ¿no? Son cosas que uno, también, se va dando cuenta con la edad. ¿Viste eso que dicen que las crisis traen oportunidad? Bueno, la verdad que sí, la aproveché. Hice un esfuerzo enorme con el apoyo de la familia y apoyo de gente que está para eso. Y de la banda, que realmente son unos ángeles, son divinos… los tipos me apoyaron a full. “Nachito” Iruttia, con el que vamos a tocar a todos lados, me cuida como si llevara a la abuela (risas).
¿Cómo fue para vos en aquél momento, y a esta altura de tu carrera, arrancar con una nueva banda? ¿Cómo recordás ese momento?
Para mí fue un desafío grande tirarme a esa, armar un proyecto y decir “es esto y que sea lo que dios quiera”, no jugué con ningún caballito de batalla ni nada. Vos fíjate que yo dejé todo y, cuando tocamos con Los Druidas, tocamos sólo canciones de Los Druidas, no cantamos un tema de Los Terapeutas…
Está claro, además, que no dejaste Los Terapeutas ahí, a un costado, esperando, por las dudas…
No… Los Terapuetas fue una experiencia alucinante, fueron mis hermanos de la vida, unos músicos buenísimos, pero llegó un momento que había que parar, ya está. Y lo entendieron todos, porque yo tenía otro sonido en la cabeza. Si vamos a dedicarnos, vamos a dedicarnos en serio. A mí no me gusta eso de tener este proyecto y después tengo este otro proyecto, no me da la cabeza… hay gente que, sí, lo puede hacer y me parece bárbaro, pero, a mí me gusta involucrarme en serio. Para mí, Los Druidas, dentro de la música, es de lo que más me preocupo. Después, sí, vamos a tocar a un boliche chico, voy con Nacho, hacemos un repertorio con temas de Los Terapeutas, de Los Druidas, algún tema que me gusta, pero, mi proyecto es éste.
Mirando el primer disco a la distancia ¿Cómo lo relacionas con “Sortilegio”?
Yo creo que es una evolución lógica, creo que conviven muy bien. Si bien éste (“Sortilegio”) es un disco más tranquilo, mas introspectivo, creo que funcionan bien con el otro disco, creo que son como hermanos, como de la misma gestación, no siento que sean discos incompatibles, para nada.
Los Terapeutas fue una experiencia alucinante. Fueron mis hermanos de la vida, unos músicos buenísimos, pero llegó un momento que había que parar… ya está. Y lo entendieron todos, porque yo tenía otro sonido en la cabeza. Si vamos a dedicarnos, vamos a dedicarnos en serio. A mí no me gusta eso de tener este proyecto y, después, tengo este otro proyecto, no me da la cabeza… Hay gente que, sí, que lo puede hacer y me parece bárbaro, pero, a mí me gusta involucrarme en serio.
Y en cuanto al material nuevo, que compusiste durante la pandemia ¿por qué lado viene?
Si bien el sonido, más o menos, se mantiene, hay algunas partes instrumentales en esa suite. Es algo que incorpore ahora. En “Sortilegio”, el tema que abre ya es instrumental. Nunca había hecho temas instrumentales yo. Es como una nueva faceta, un poco como que sale del blues, va para otro lado… me da un poco de vergüenza decirte así, pero es más como música progresiva, como se decía antes (risas). Sin llegar a un “Tarkus” (N de R: álbum de Emerson, Lake & Palmer) o un “Close to the edge” (N de R: álbum de Yes), obras magnas de ese sonido, me hizo acordar un poco a eso. Es totalmente conceptual, es más que un disco, es más una obra.
¿Tuvo que ver con el contexto de pandemia en que fue concebido?
Yo creo que sí, que toca cosas de ahí. No directamente porque, tampoco, me gustaría con todo lo que sufrió la humanidad, no le vamos a dar más tristeza. Pero está escrita en ese momento y, capaz que no es muy específico, pero creo que sobrevuela. Pero, también hay luminosidad, uno escucha más los pájaros, otras cosas pasaron que, también, uno se dio cuenta de cosas que nosotros dábamos por hechas. “Sortilegio” termina con una canción que se llama “Vida” y es un poco exaltando el día a día, que es tremendo todo lo fuerte que es la vida cómo pulsa y es atrevida a la vez. Creo que esa canción es la sinopsis de lo que veía venir.
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