Capítulo 9

#SoyFan

Pablo Silvera

  • Quien protagoniza #SoyFan esta semana es Pablo Silvera, frontman de Once Tiros, una de las bandas nacionales más destacadas de este 2017. Desde la edición de “Búnker”, a fines del año pasado, el grupo está pasando por su etapa más importante: tomaron un rumbo musical orientado de lleno al rock de guitarras, colmaron el Teatro de Verano en la presentación de su disco, arrasaron en la última entrega de los Premios Graffiti y no han parado de tocar, tanto en festivales como en shows propios, además de cruzar hacia la vecina orilla con su música. Y siguen. El próximo viernes 20, se presentarán en Plaza Mateo, para, luego, volver a tocar en tierras argentinas. Antes de ello, invitamos a Pablo a ser parte de #SoyFan y su elección no deja de ser, al menos a primera vista, un tanto impensada. Pablo es fan de Iron Maiden.

    El líder de “los Tiros” conoció a Maiden a través de un VHS con video clips y actuaciones en vivo del grupo que le prestó un vecino llamado Juan Carlos, quien “tenía la melena más larga que había visto hasta ese momento, tatuajes de dragones y espadas, y además era compositor y cantante de metal, una maravilla para un niño de 11 años.” Esa cinta influyó definitivamente en Pablo Silvera, ya que según él “esto marcó radicalmente mi adolescencia, mi entrada al rock, la literatura que me acompañaría (H.P Lovercraft, Tolkien, Crowley, Clive Barker, Stephen King) y artistas plásticos de la talla de H.R.Giger.” Además, destaca la influencia que tuvo no sólo sobre él sino, también, sobre su propia banda al afirmar que “aunque parezca imposible de relacionar, la existencia de Once Tiros (y con esto me refiero a las canciones que dieron inicio a esta historia) es consecuencia de aquél VHS. Desde el primer disco de Once Tiros, lleno de Ska, producto del barrio, otras influencias y de un sentir del momento, hasta Búnker, el disco que mejor nos representa, los riffs siempre estuvieron presentes y eso se lo debemos a Iron Maiden.”

    Cuando Silvera habla de los británicos, se refiere a ellos como “la mejor banda de todos los tiempos” y argumenta: “por mantener la fidelidad hacia su público, pero siempre innovando en su género, por seguir contra viento y marea, sin apoyo de los medios, cambiando la formación y volviendo a los orígenes.” Al mismo tiempo reflexiona “hoy Once Tiros se siente así, salvando las distancias, una eterna remada en pro de hacer lo que nos mantiene vivos.”

    Al momento de elegir sus 5 temas favoritos de Iron Maiden admite que “es probable que la siguiente lista de canciones esté repleta de hits y clichés. En su momento y hasta hoy, los vivo con mucho cariño, y aunque más adelante aprecié muchísimo canciones que no son populares, no puedo escapar a la nostalgia”.

    Acá te compartimos su selección:

  • 1 – The number of the beast. “The number of the beast” me daba miedo, pero ese miedo que te hace sentir vivo, el que te mueve la sangre, la introducción hizo que me embarcara en averiguar por todos los medios que decía, sabía que era algo prohibido, satánico (destaco que iba a colegio católico). Pero el estribillo era inconfundible, “666 el número de la bestia”, y se acoplaba a mi fanatismo por las películas de terror, de hecho me revisaba la nuca y la de mis amigos en busca de La Marca.
  • 2 – Hallowed be thy name. Gasté horas y horas rebobinando el cassette para repetir el pasaje de la voz desde la intro lenta y oscura con las campanas hasta la explosión del riff. Nunca tuve éxito, nunca me pude acoplar a la duración, no entendía de dónde sacaba el aire para mantener tanto una nota “…The sands of time for me are running loooooooooooow…” Si no es la mejor canción de Maiden pega en el palo.
  • 3 – Powerslave. Temazo, todo compuesto por Dickinson (el director de la orquesta siempre fue y es Steve, el mejor bajista del universo). Esta canción tiene el poder de identificar su ambiente sin siquiera saber de qué se trata, todo respira Egipto, el riff, la cadencia, la llevada con las caídas arriba, todo nuevo para mí, nuevo y fascinante. Esta y muchas de las canciones de Maiden siempre las sentí como pequeños cortos, canciones muy visuales que me daban más que solo música y arreglos hermosos.
  • 4 – Fear of the Dark. Ópera donde las estructuras se rompen, donde el mensaje es políticamente incorrecto, asegurando que sí hay que temerle a la oscuridad, que esa sensación de que siempre hay algo ahí escondido es real. Los cambios de ritmo sin romper la energía, al contrario, potenciando la canción como solo Harris sabe hacerlo.
  • 5 – The Trooper. Aprendí lo que era una armonía, mi primer riff en aprender y el que hizo enamorarme hasta hoy del poder de un buen riff, soy “riffero” desde ese entonces. Como si fuera un pergamino secreto atesoraba mi cuaderno de pentagrama con los numeritos que revelaban el secreto de ese sonido particular formado por dos guitarras y un bajo. Luego los cortes para que la voz quedara sola en su máximo esplendor, una canción para cantar y dejar la vida. Un estribillo propio de estadio ¡universal!
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