En 2003 The Supersónicos publicó “Telekinesis”, su cuarto álbum, que marcaría uno de los momentos más altos de su discografía y, a la vez, una referencia obligada para ingresar en el universo construído por los hermanos Lagos. Hoy, a 20 años del lanzamiento original en CD, el mencionado trabajo ve la luz en vinilo, siendo éste el único formato con el que el grupo aún no contaba en sus más de tres décadas de trayectoria.
Para celebrar esta reedición en el clásico formato, el grupo se presentará el próximo viernes 20 de octubre a las 20hs. en Plaza Mateo para celebrar la reedición y el 20° aniversario de “Telekinesis», en una fecha que contará con la apertura a cargo del brasileño Gabriel Thomaz, de la banda Autoramas.
A propósito de ello conversamos con Leo y Tito Lagos, con quienes viajamos por un momento a principios de siglo y hablamos sobre uno de los principales discos de su carrera.
Por Liber Aicardi
Foto: Difusión
¿Recuerdan qué representó “Telekinesis” en el momento de la edición, que además era una etapa donde tenían una buena frecuencia en la publicación de discos?
Leo – No representó nada especial en ese sentido porque, como vos decís, era el ritmo de trabajo habitual y en eso no fue una excepción. Lo que fue para nosotros, sí, distinto – o que lo notamos en su momento – es que cuando lo empezamos a mezclar, fue la vez que quedamos más felices con el sonido que habíamos logrado, porque lo grabamos en Estudio Oasis. Fuimos a un estudio que estuvo bien, con un ingeniero, César Lamschtein, que había entendido perfecto cómo la banda quería sonar. Entonces, mientras grabamos, ya estando en el estudio y después con las mezclas, nos dimos cuenta que por fin habíamos capitalizado o teníamos la suficiente historia como para decir “bueno, ahora estamos sonando como nos hubiera gustado sonar en los otros discos”.
Cuando nosotros entramos a IFU a grabar el primer disco, el estudio era
bueno y tenía tradición de estudio, pero el sonido rock todavía no estaba muy dominado. Entonces, hay toda una cosa que tiene que ver con la historia personal de la banda, pero también con la historia del medio.
Tito – Fue el disco que marcó la evolución del sonido y ahí llegamos a donde queríamos. Además, tuvimos un técnico de sonido de batería que fue un día antes a chequearlo, Maurizio Trabal, que era nuestro sonidista en aquél entonces, hubo un estudio de sonido que permitió que ese disco sonara bien. Fue una preproducción que se notó.
Leo – Pero tampoco era todo lo profesional que es ahora, eso no salió un ojo de la cara. Fue la mezcla perfecta entre las condiciones que estaban dadas, pero no se cobraba lo que se cobraría ahora. Ahora, eso mismo, que vaya un sonidista a ver la batería y después un técnico, saldría tres o cuatro veces más. Nosotros venimos de una época donde vos te cargabas el equipo de guitarra, y lo seguimos haciendo hasta el día de hoy. Y nos gusta. Pero en esa época que salió el “Telekinesis”, un poco como producto de los Pilsen Rock y de todo un auge del rock, la moda era que una banda que recién empezaba ya tuviera un stage manager, alguien que te cargaba los equipos y eso para nosotros era como medio extraterrestre. ¿Por qué alguien me va a cargar el equipo si me lo puedo cargar yo? Empezaron a haber estándares y eso empezó a inflar una cosa – yo creo que a modo de burbuja – después explotó y hubo una cierta crisis. Pero se empezaron a profesionalizar muchos lugares que estaban alrededor del músico.
¿En qué momento de la banda los encontró “Telekinesis”?
Tito – Estábamos tocando en Pachamama muy seguido, ya desde el año anterior, una vez por mes y eran buenos toques, iba bastante gente. Por otro lado, Pablo (baterista) ya tenía una batería que era la Gretsch, que sonaba bien, yo tenía la guitarra Gretsch que sonaba bien, vos (dirigiéndose a Leo) tenías la (guitarra) Jazzmaster. Entre los instrumentos, ya tener dos discos donde te sacás las ganas de hacer las primeras pavadas, decís “ahora voy a hacer algo más orientado a un sonido”. Digamos que ahí empezó cierta madurez de la banda, en todo sentido.
A lo largo del tiempo, pero sobre todo en los 90´s o en los 2000´s The Supersónicos se despegó bastante de lo que era el rock uruguayo entendido como sonido, estética, etc. ¿Cómo construyeron esa identidad?
Tito – De hecho, es lo que seguimos haciendo hasta hoy día. Seguimos haciendo lo mismo, seguimos haciendo ciertas cosas que parecen un disparate, pero lo seguimos haciendo hasta hoy.
Leo – Pero siempre fue algo donde la diversión siempre fue un gran componente y, creo yo, que eso era lo más raro, porque cuando salió este disco explotó también el rock nacional, pero el rock acá siempre tuvo una solemnidad que nosotros no tuvimos. Nosotros siempre nos sentimos medio como apadrinados por El Cuarteto de Nos, el show era como más dedicado a cierta diversión a través de la música. Y eso fue lo que nos hizo raros y eso fue también, lo que nos condenó a no ser tomados muy en serio por el canon del rock. Es algo que también pasa en la literatura. Cuando vos hacés algo que tiene cosas de humor, pasás a una categoría “B” de la cultura, digamos, y eso creo que nos pasó con la música. Entre eso y que somos muy de hacer declaraciones altisonantes y somos muy marxistas, en el sentido de que no nos gusta formar parte de agrupaciones que nos acepten como miembros. Por lo general, tendemos a tomarnos todo medio en joda y no sacralizamos nada, no nos sentimos cómodos cuando nos engloban en algo mayor.
En los 2000 si vos me decías que había un movimiento rock, yo te decía “¿qué movimiento? ¿de qué me hablás? Hay un show promocionado por una cerveza que es una careteada y, después, estamos los mismos tocando para las mismas 50 personas en todos lados”. Entonces, nunca construimos muchos puentes, tampoco.
The Supersónicos siempre fue algo donde la diversión siempre fue un gran componente y, creo yo, que eso era lo más raro, porque cuando salió este disco explotó también el rock nacional, pero siempre tuvo una solemnidad que nosotros no tuvimos. Nosotros siempre nos sentimos medio como apadrinados por El Cuarteto de Nos, el show era como más dedicado a cierta diversión a través de la música. Y eso fue, también, lo que nos condenó a no ser tomados muy en serio por el canon del rock.
Leo Lagos
¿Y el hecho de hacer mayoritariamente música instrumental y no tener estribillos que corear, también contribuyó a eso?
Tito – Nosotros somos más de concebir la música instrumental al estilo medio pop, que es como de la escuela Ventures, o Iracundos, ponele, en la etapa instrumental. O sea, un riff tocado cuatro veces con una mini variación, un solo y listo. En el disco “Telekinesis”, nosotros tocamos un par de canciones así y nos parecen como hasta cómicas y tocarlas ahora, porque hay unas que no son tan evolutivas y son como más primitivas de nuestro trabajo. Están concebidas de una manera simple, por lo general en la tónica de la nota y no hay melodías arpegiadas, son simples y directas. Obviamente, es el estilo que adoptó la banda, pero tal vez no porque haya sido una decisión por voluntad propia, sino también porque no nos salía otra cosa. Y porque la música que es así es la que nos gusta.
Leo – Nosotros no crecimos en el vacío, tenemos todos una serie de bandas y de músicos que nos gusta mucho lo que hacen, que nos influenciaron mucho. De hecho, ya en el primer casette, había un tema instrumental, y nos gustó siempre el instrumental dentro de otros tipos de discos. A nosotros nos marcó mucho Eddie Cochran, que era un artista de los 50´s, conseguimos un vinilo que traía tres o cuatro instrumentales que fueron de los primeros que empezamos a tocar en casa, y el instrumental de lo que se llamó música surf, que en realidad fue una chorreada, digamos; era música instrumental, pero como lo que estaba de moda era el surf, ya que no tenía letra, dijimos que era surf y listo. Es como una prolongación de ese tipo de género de canción, que es como una canción, que no tiene voz, pero tiene estructuras que se repiten, tiene estribillos o riffs que las separan de la música instrumental más sofisticada, o lo que luego podría ser el progresivo, o la fusión, o la escuela del jazz. El rock siempre es un poco más primitivo, limitado, acotado y, por lo tanto, más sencillo. Es más fácil que alguien tararee el estribillo de una canción de rock a que te haga la escala de una hora y media de una canción de jazz, es más sencillo porque es parte de la definición de los géneros digamos. Y también, a nosotros nos gustaba mucho las bandas de lo que sería la New Wave como Devo, Kraftwerk, The B-52´s.
Tito – Además, veníamos de tocar punk, veníamos de hacer Ramones, Siniestro Total, nos gustaban los Pixies, nos gustaban los Clash, los Buzzcocks. A nosotros nos gustó eso. No quiere decir que sea lo mejor, es un camino de los tantos válidos que hay para hacer música instrumental.
¿Se encontraron con algo que les llamó la atención en particular, o que ya habían olvidado, al momento de revisar “Telekinesis” para la edición del vinilo?
Tito – Tuvimos que volver a escuchar todo porque nosotros lo que solemos hacer mucho es grabar los temas, pero después muy rápidamente hacemos la versión en vivo de esos temas, como que no somos respetuosos de la grabación, nos ha pasado eso siempre. Después, están esos medley que hacemos, es una cosa que nos pasa cada vez más, nos sentimos más viejos, entonces homenajeamos. Todo el tiempo homenajeamos canciones o melodías.
Leo – Por lo general, pasa que estamos tocando un tema y en el medio del ensayo a alguien una parte del tema le hace acordar a algo y mete la otra canción en el medio. En este disco, por ejemplo, hay un tema llamado “Sigue Sigue Spacek”, que ya no recuerdo nunca haberlo tocado sin cantar unos versos de “Get It On» de T-Rex en el medio. No me acuerdo cuándo eso surgió, pero lo que sí sé es que eso cambió mi recuerdo del tema y hoy, si no está esa parte, no está el tema completo. Eso a la vez no está grabado en ningún lado, es algo que está en la memoria colectiva de la banda, pero que no está grabado. Pero, a la hora de ensayar, tenés que recordar el arreglo que habías hecho pero que no lo tenés grabado en ningún lado.
A mí, particularmente, me pasó que no tenía tan presente la existencia de los toques electrónicos.
Tito – Gabriel (N de R: Gabriel Lagos, ex bajista de la banda) le aportaba muchísimo a la banda, después de haber grabado, esa cosa tecnológica, cuando se escuchaban los ruidos o esa investigación por pasar un filtro para que suene un poquito diferente. Ahí, Gabriel era el que metía la cuchara, además de haber sido mi guía, creo que en algo tuyo también Leo, pero mi guía personal, de qué es lo que hay que escuchar, siempre.
Leo – Siempre compartimos un universo estético muy parecido. Hay pocas excepciones y, hasta el día de hoy, nos tomamos el pelo cuando alguno de nosotros escuchó alguna música que a los demás no les gustaba mucho. Por ejemplo, a mí me toma mucho el pelo porque cuando estaba en 4to. año de liceo, por ahí me gustaba Sumo, y hasta el día de hoy no me lo perdonan. O Tito, que se compró un disco en vivo de The Cure, que es la cosa más soporífera, la cosa más horrible del mundo (risas).
Tito – Eso es una historia muy triste, Liber, que merece una entrevista particular, porque a mí me relegaban en todo (risas).
Leo – Pero, por lo general, era una comunidad de los tres hermanos, compartíamos libros, cómics y la música, todo era una cosa sola. Cada uno traía y era un aporte al colectivo. Y, obviamente, Pablo después se fue sumando a eso.
A mí no me gustan mucho los cumpleaños de las bandas. Yo lo he comentado internamente, no creo un mérito para una banda cumplir años, no significa demasiado. Pero daba la casualidad de que hacía 20 años atrás, había salido el disco que marca como la cúspide de nuestra evolución musical y tuvo mucha repercusión… Algo pasa con ese disco.
Tito Lagos
Con esta reedición en vinilo se completa la edición de sus trabajos en todos los formatos conocidos, y justamente, les faltaba el original, por definirlo de alguna forma.
Leo – “Telekinesis” salió originalmente en CD, nos faltaba el vinilo a nosotros, de todos los formatos posibles. Pero sabés que en nuestra vida en particular el vinilo siempre ocupó un lugar raro porque nunca hubo una buena bandeja en casa. Entonces cuando nosotros empezamos a comprar nuestra propia música, empezamos con cassettes, porque teníamos un radiograbador. En aquella época también el cassette era escuchar un disco copiado o cosas grabadas de la radio. Y esa fue nuestra educación, sinceramente no había plata para tener vinilos originales y mucho menos tampoco todos los cassettes originales. Yo ahorraba y me compraba los cassettes de Los Estómagos cada vez que salía uno y mi hermano mayor, el de Los Traidores, cada vez que salía. Pero, después, circulaba mucho cassette copiado. Tener vinilo implica comprar original y eso no era la realidad de mucha gente en aquella época. Entonces, para nosotros el formato clásico fue el cassette, nuestro primer disco salió en cassette. Para nosotros, haber salido en cassette es algo fantástico porque habla de la época de la que venís. Después sacamos en CD, sacamos en digital, ya sea la memoria USB, sacamos en las plataformas ahora que todo el mundo saca, pero nos faltaba este formato.
TIto – A mí no me gustan mucho los cumpleaños de las bandas. Yo lo he comentado internamente, no creo un mérito para una banda cumplir años, no significa demasiado. Pero daba la casualidad de que hacía 20 años atrás, había salido el disco que marca como la cúspide de nuestra evolución musical y tuvo mucha repercusión, el nuevo bajista se vio entusiasmado, nos contó que era uno de los discos que más escuchaba. Como que vimos que, por primera vez en nuestra carrera, desde el primero de enero, estábamos pensando “cumplimos 20 años con este disco, capaz que podemos hablar con el sello” y el sello estuvo de acuerdo en apostar a hacer una reedición. No algo nuevo, ni volverlo a grabar, ni hacer una ensalada, porque creemos que tiene más valor sacarlo así como está. Y es un buen disco, además. Algo pasa, algo pasa con ese disco.
En “Telekinesis” hay una línea conceptual entre el sonido, la propuesta estética y de diseño del arte. ¿Cómo llegaron a ese concepto?
Leo – Nosotros siempre pensamos nuestros discos también como un show. Y ahí es donde yo te digo que nos sentimos herederos de la línea de El Cuarteto de Nos, que era más que una banda, era una banda con una historia, la ciudad de Tajo, tenían toda una mitología propia que sucedía en ese universo. Tenían canciones fabulosas y , para mí, eso del Cuarteto de Nos se emparenta mucho con otra banda que a nosotros nos gusta mucho que es Devo, que planteaban eso, la devolución, que el ser humano está devolucionando, y acompañaban con audiovisuales y todas esas cosas. Nosotros, como hacíamos una música instrumental, eso nos permitía jugar. Porque, cuando vos estás cantando una letra, estás diciendo una cosa, no puede ser polisémica. Pero cuando vos decís una cosa instrumental, podés hacerlo encajar en otro tipo de historia. Y de hecho, el primer disco ya aludía a eso, porque se llama “Mundo Pistola», proponía un mundo propio. En el segundo disco empezamos con esa lucha contra los extraterrestres. En el tercer disco hablamos de las relaciones entre humanos y máquinas y lo planteábamos con un discurso de los derechos. Y en este hablábamos de esa necesidad de expandir nuestros poderes mentales y eso, a la vez, nos permitía no sólo tener un universo de referencia para el disco, sino también un universo de referencia a la hora de tocar. Siempre nos acompañaban proyecciones, entonces, las películas tenían que ver con algunas cosas relacionadas con la telekinesis, como antes habían tenido que ver con el espacio. y eso construía un mundo. Vos veías a los Supersónicos y te asomabas a un show que excedía lo musical. Venimos de una época donde las bandas eran un proyecto. Era la música, pero también hacer el afiche, en nuestro caso hacer la indumentaria, pensar dónde estaba el disco. Es como algo artesanal que para mí se complementa con cargar el equipo, tirarte el cable y eso de lo que hablábamos. Todo eso para nosotros fue parte de una misma cosa.
Tito – Leo acaba de comprar tres cables naranjas, ahora, para el show. Porque dice, “los cables tienen que ser naranja”. Y fue, los compró y dice “¡no vas a tocar con otra cosa que no sea con los cables naranja!”. Ya no lo podemos pensar de otra manera, es una locura, es un TOC. Estamos seguros de que lo que estamos haciendo es un divague, será más o menos divague, pero lo importante es que es lo que a nosotros nos gusta hacer.
Hace rato me decías que el hecho de cumplir años no tiene un valor en sí, pero el año que viene “Mundo Pistola” cumple 30 años. ¿Lo van a celebrar?
Leo – “Mundo Pistola» es un disco que hoy lo miramos con mucho cariño, pero también con mucha insatisfacción. Suena a la época en la que salió, suena mal. Y, hace poco, quisimos hacer como una remezcla, que sonara como tenía que sonar, un poco mejor, pero no encontramos las pistas originales.
Tito – Hay un material para revisar y ver si se puede hacer algo, pero no todo lo que querríamos. Era una época en la que no se masterizaba. O sea, se grababa, se mezclaba y se largaba.
No es que suene espantoso, pero suena “chaucha» si vos lo comparabas con un disco de Los Violadores de la misma época.
Leo – Igual, hoy es como retro, hoy si querés sonar así es muy difícil, hay bandas que se esfuerzan para lograr eso. Pero lo que tiene, a la vez, es una autenticidad, una huella de un tiempo que ya no está.
Tito – Pero tenés razón, me dejaste envenenado ahora con los 30 años del “Mundo Pistola»… Sí, tenemos que hacer algo. Ya me diste trabajo para el año que viene (se ríe).
¿Va a haber sesión de telekinesis el próximo 20 en Plaza Mateo?
Leo – Va a haber hipnotismo en vivo, sí. La idea es que la gente salga por lo menos sabiendo doblar una cuchara. Eso sí es lo básico, si no seríamos un fracaso como banda que pregona la telekinesis.
Va a haber algunos invitados. Va a haber invitados más jóvenes que nosotros, gente que viene haciendo cosas hermosas dentro de la música surf acá en Uruguay, como Los Reverb, viene Gabriel Thomaz de Autoramas de Brasil con un proyecto solista que tiene, que es un dúo en realidad. Para nosotros, Autoramas es la banda más importante de rock alternativo de Brasil y, me animaría a decir, de Sudamérica. Y también es un reencuentro para nosotros porque ese disco lo tocamos en Brasil no menos de 20 o 30 veces gracias a Autoramas, que giramos con ellos.
Tito – Además, va a estar un artista que también surgió más o menos en esa época que salió “Telekinesis», la carrera de él surgió medio por ahí, que es Dani Umpi y va a estar tocando una canción con nosotros.
Leo – También es esa celebración de un momento que uno puede unir con lo que fue Pachamama, un centro cultural donde tocaban muchas bandas. Gracias a Pachamama estaba Dani Umpi, estaba Sordromo, estaban los Buenos Muchachos, estábamos nosotros, estaba La Hermana Menor, estaba latejapride. Hace 20 años había una escena muy efervescente. Es mirar para atrás y celebrar, también. Celebrar que, además, seguimos con ganas de seguir tocando.
Las entradas para el show “Telekinesis – 20 Aniversario” están a la venta a través de RedTickets.