En 2018, Rossana Taddei, publicó “Cuerpo Eléctrico”, su nuevo trabajo de estudio, con un sonido más rockero respecto de sus predecesores, retomando, de alguna manera, aquellos primeros pasos en la música. Previamente a una gira que la llevará por Francia, España y Suiza, Rossana se presenta junto a su banda el próximo viernes 24, a las 21 hs, en La Trastienda MVD. Antes, conversamos con ella sobre el álbum y su búsqueda constante a través de los diversos estilos, al tiempo que nos adelantó algunos detalles del show.
Por Liber Aicardi
Cuando lanzaste “Cuerpo Eléctrico” me decías que el disco tenía esa impronta rockera porque necesitabas un shock de electricidad ¿te sigue sucediendo a medida que pasó el tiempo?
En realidad, siempre está esa sensación, desde toda la vida. El Rock & Roll está ahí y éste disco está asociado a esa energía, a esa parte de mí que tiene que ver con sonidos más distorsionados, con esa estética que es la que trae el Rock & Roll. El Rock & Roll tiene esa cosa como directa donde el mensaje llega derechito ¿no? Sí, este disco, igual, tiene como una parte de poesía que pisa los dos territorios. Pisa el terreno y el cielo al mismo tiempo. Tiene esa forma de texto en sus canciones y, la verdad, quedé re conforme con sus canciones, con eso, con haber logrado a través de las letras de “Cuerpo Eléctrico” ese lugar, ese espacio, ese lugar que es, de alguna manera, el cielo y la tierra.
De todas formas, aunque haya variado el estilo de tu música respecto de tus anteriores trabajos, tu sonido sigue siendo reconocible ¿lo sentís así?
Lo que pasa es que mi estética, mi forma de abordar el arte, la canción, la música es variada. No tengo sólo una forma. Sí, tengo mi sonido, como decías, que se reconoce a partir de la voz, de la forma, de la forma de componer las canciones, más allá del género, del estilo. Este estilo, tampoco es algo nuevo en mí, forma parte de mí, ya estaba. Todas mis canciones están fueras de un marco de estilo. Por más que uno salga de uno mismo para componer otras cosas, siempre, es uno mismo. Cada disco es diferente al anterior porque ésa es mi forma de abordar cada etapa, como intentando jugar o enriquecerme a mí misma intentando otras cosas, no quedándome en un solo estilo. No es mi naturaleza porque no es mi personalidad, no es mi forma de ser quedarme en un solo estilo, en una sola cosa. Toda mi estructura, está marcada por una historia de vida de movimiento, un árbol genealógico que se mueve, que cambia de territorio, entonces, en la música me pasa lo mismo, me muevo en los distintos territorios, voy pisando diferentes lugares. Y eso me motiva y me tiene con ganas de seguir haciendo cosas. En el camino, me ha pasado que, como el mundo del arte está unido a otros aparatos que tienen que ver con cómo difundir eso para que la obra llegue al espectador y, en ese camino te encontrás con personas o agentes que quieren que hagas determinada cosa para que sea más popular o se venda, y quieren, de alguna manera, intervenir en tu arte. Me ha pasado y siempre le dije que no a todo eso. El camino, por ahí, es más largo pero es el camino que yo quiero transitar, no voy a modificar nada en función de un posible espectador.
Cada disco es diferente al anterior porque ésa es mi forma de abordar cada etapa, como intentando jugar o enriquecerme a mí misma intentando otras cosas, no quedándome en un solo estilo. No es mi naturaleza porque no es mi personalidad, no es mi forma de ser quedarme en un solo estilo, en una sola cosa.
¿Cómo recibió el disco tu público?
Bien. El disco en sí, ya, surge con un crowdfunding, o sea que, ya había un montón de personas que siguen mis canciones que ya estaban formando parte como co-productores, de alguna manera, a través de esa plataforma de financiamiento colectivo. “Cuerpo Eléctrico” ya nace como un colectivo entre el público cercano y cercano a ése público cercano. Nosotros, los músicos independientes y uruguayos, por más que tengamos una trayectoria, un nombre, un lugar, estamos siempre empezando de cero, como en todas las artes en Uruguay. Este disco nació con ese apoyo, se presentó en el Auditorio del SODRE que es una de las salas más lindas de Uruguay, y es un disco que se va difundiendo poco a poco. De “Semillas” que es el disco anterior, todavía tengo devoluciones de personas que recién lo están descubriendo, entonces yo les digo “pero, mirá que salió otro nuevo ahora que se llama Cuerpo Eléctrico” (risas).
¿Cómo te llevás con las nuevas formas de difusión de la música?
Todo lo que sea difusión es bienvenido. A mí me encanta. Cuando arrancamos, a mis dieciocho años, para difundir mi primer disco, llevábamos el disco en bicicleta a las radios, en un sobre con un comunicado de prensa que decía “Hoy tocamos en… Amarcord, Laberinto, etcétera”, en aquellos boliches. Éramos una amiga y yo con los amigos de la banda y salir a pegatinear en una camioneta prestada. El formato de difusión era llevar un cassette a la radio y que el operador lo pasara y, si la onda del operador pegaba con la música, te pasaban un poco más y, si no, no. Que exista hoy esto que uno pueda entrar en su celular y pueda, inmediatamente, escuchar un tema, y te agraegás un músico o música a tu lista y, de ahí, te lleva a otros espacios, es increíble, es una cosa maravillosa poderlo vivir. Yo estoy muy agradecida. Más allá de todo lo que tiene que ver con regalías, derechos de autor, todos eso temas que están en otro lugar que, a mí, que, si bien vivo de la música y me interesa que todo funcione bien y que sea abundante el retorno y que la música recorra los caminos, pero, lo primero es que ese escuche. La obra de arte no está culminada si no hay un espectador. Entonces, el espectador tiene que estar y el uruguayo tiene que aprender, también. Tiene que haber una educación cultural desde los gobiernos para que el uruguayo aprenda y tenga en su haber la idea de ir a ver teatro, de ver una exposición de cuadros, un concierto, formar parte de ese proceso nuestro, que es nuestra cultura. Eso nos falta, a nosotros, en Uruguay. Y yo espero poder ver ese giro, ese cambio, esa revolución donde el uruguayo y la uruguaya salen con sus chicos al teatro y después van a La Trastienda a ver el show, y culminan la obra, y se van habiendo aprendido algo, movilizados porque la cultura lo que hace es movilizar estructuras emocionales y psíquicas.
Tiene que haber una educación cultural desde los gobiernos para que el uruguayo aprenda y tenga en su haber la idea de ir a ver teatro, de ver una exposición de cuadros, un concierto, formar parte de ese proceso nuestro, que es nuestra cultura. Eso nos falta en Uruguay.
En “Cuerpo Eléctrico” hay una versión de “Poder sonreir” como bonus track, pero cantada en francés ¿Qué te pasa con esa canción luego de tantos años de haberla compuesto?
Me pasa con esta canción y con algunas otras que, desde que la compuse, nunca la dejé de tocar. Y eso ocurre cuando la obra, sí, tuvo del otro lado un espectador que la convirtió en eso. Me encantaría que ocurriera con todas las canciones, es como un milagro ¿no? Claro que va de la mano del gran aparato de la difusión que fue que, un mes después de que se editó, en “Saliendo al Sol”, en 2004, un disco que amo, que me hayan llamado de una agencia de publicidad para utilizar la parte inicial, nada más, para el comercial de anticonceptivos de Urufarma. Al mes que empieza a funcionar esa publicidad en la radio y en la tele, yo lo cantaba en vivo y la gente empezaba a tararearlo. Ahí, uno nota cómo, cuando los medios de difusión realmente dan difusión a una obra, esa obra llega. La grabé de nuevo porque me han invitado para las fiestas de la francofonía, tocamos en Argentina y, también, en el interior del país, con un concierto que tengo montado en francés y quise agregar, a ese concierto, dos canciones. Agregué “Luz que llega” y “Poder sonreir” en francés. Y me quedó como preparada para grabar en este disco, está como bonus track y la grabé con Mario Maeso, un amigo músico uruguayo que vive en Barcelona hace muchos años.
¿Cómo va a ser el show de La Trastienda?
En La Trastienda vuelvo a presentar el disco. El espectáculo tiene algunas variantes en el repertorio. En cuanto a los que fueron al Auditorio Adela Reta, lo pueden volver a ver porque van a ver cosas nuevas. Estoy con toda la banda: Gustavo Echenique en la batería, Alejandro Moya en el bajo, Gastón Ackerman en teclados, voz y trompeta, Santiago Montoro en guitarras y, como invitados van a estar Alejandro “el cubano” Reyes en guitarra, Eliu Pena, cantando conmigo en “Limón”, va a estar Sara Sabah, que canta en “Anemona” en el disco, y va a haber un grupo de mujeres… No quiero contar mucho porque es sorpresa, pero, son cuarenta mujeres que van a haber en el escenario en un momento. Estoy con muchas ganas de presentarlo nuevamente y, además, este va a ser el único concierto que voy a hacer con la banda en Montevideo porque, después, nos vamos a Francia, España y Suiza en setiembre y volvemos en noviembre.