Tras varios años en su Italia natal, a comienzos del pasado año, Maxi Angelieri se instaló nuevamente en Uruguay y, con ello, el regreso de Exilio Psíquico a los escenarios montevideanos, se hacía inminente, si bien, desde 2014, el nombre del proyecto mutó a Maxi Angelieri & Casi Exilio Psíquico. El pasado viernes, vio la luz en formato digital “Sertralina Mon Amour”, su reciente álbum, en el que “el tano”, acompañado de Orlando Fernández, Riki Musso, Andrés Coutinho y Javier Di Pauli, nos presenta nuevas canciones donde la tragicomedia es el eje dominante y las metáforas inspiradas por la vida cotidiana se tornan tan simples como reflexivas, tal como nos tiene acostumbrado. El próximo viernes 13 de noviembre, a partir de las 20:30 hs, Maxi Angelieri & Casi Exilio Psíquico se presentarán en vivo en Plaza Mateo con Patricia Turnes artista invitada. Tomando como disparadores tanto la edición del nuevo trabajo como el mencionado recital, conversamos con Maxi acerca de “Sertralina Mon Amour”, su visión de la escena local en la actualidad, de su obsesión por el paso del tiempo y de su admiración por Eduardo Darnauchans, en la entrevista que te compartimos a continuación.
Por Liber Aicardi
¿Qué te trajo de vuelta a Uruguay?
Fueron más que nada motivos personales. Mi esposa es uruguaya y acá tenemos casa desde siempre, entonces, son cosas de la vida que te llevan a tomar decisiones, así como en otro momento tomamos la decisión de volvernos para allá (Italia). Además, extrañábamos una crisis bien hecha, así, y creo que uno, acá, las disfruta más las crisis. Nos fuimos en la de 2003 y estuvo bien. Y dijimos “vamos a ver si ahora tienen una peor y, si además podemos conseguir una calamidad natural” y ésta venía bien con el Covid y, me parece que era el mejor momento para volver.
¿Con qué escena musical te encontraste al volver?
Yo, un poco, seguí en contacto con todo porque seguía participando del programa de Gabriel Peveroni, Ojos Rojos, en los últimos años como invitado, entonces, de un poquito de cosas que pasaban acá estaba al tanto. Pero, me quedé bastante impresionado por la cantidad de bandas y como cambió la organización general de cómo son los conciertos. Por ejemplo, estas cosas de la preventa. Cuando yo me fui, te cagabas de la risa si alguien te decía que tenías que ir a comprar la entrada en Abitab. Ibas a comprar si venía AC/DC, más ningún otro, nadie iba a comprar nada que no fuera en una boletería y menos en los boliches normales. Si tocaban en el Teatro de verano, tal vez, ibas a comprar antes. Y eso es como una profesionalización. Y hay muchas más bandas que cuando me fui o, por lo menos, hay más bandas que se puedan conocer y estoy asombrado. Y todas las banditas nuevas y todos los que están haciendo pop, que no existía, y un montón de cosas que me dejan muy impresionado. En realidad, encontré la escena musical muy viva.
También hay un avance tecnológico que permite grabar un disco en cualquier habitación y con una calidad de sonido competitiva.
En realidad, hay dos parámetros si uno quiere hablar de música en este sentido que se balancean. Para los músicos se está volviendo cada vez más difícil, y para los técnicos también, porque cada uno puede grabar en su casa y salen millones de discos. Entonces, para los que hacen música, tal vez, se está volviendo cada vez más difícil vivir de la música. Para los que consumen música, nunca tuvieron acceso a tanta música y tanta buena música de bandas que antes no hubieran salido nunca porque hubieran tenido un filtro de que no hubieran podido bancarse el estudio de grabación ó, como había pocos sellos que editaban, como eran las multinacionales, tenían filtros que los cortaban y no iban a llegar nunca a salir. También tenés el problema de que hay una oferta que es gigantesca donde es muy difícil hacerse conocer. Pero, sí, si sos un consumidor y te das un poco de maña encontrás decenas de discos buenos que antes no te hubieras enterado que habían salido. Entonces, de un lado esta difícil y lo entiendo, para los que viven de la música y, del otro, para los que disfrutamos de la música es un paraíso. Ahora es un paraíso. Antes, vos leías un artículo en una revista y pasaban meses hasta que conseguías el disco o conseguías un amigo que te grababa un cassette. Ahora, mientras en un portal como el de ustedes, están hablando de un disco, tenés abajo el link de Spotify y podés escuchar de lo que están hablando. Es maravilloso, en realidad. Para mí, que soy fanático, es el momento más feliz de la música, pero, entiendo que del otro lado se vuelve complicado.
¿Qué te pasó cuando, al regresar, te encontraste con que Exilio Psíquico se había convertido en una banda de culto para un sector del público?
(N de R: hace una pausa y sonríe) Sí, me río un poco pero, es verdad. Y eso me llamó la atención cuando llegué, que nos empezaron a invitar a tocar bandas que yo no conocía para nada y me decían que les gustaba mucho. Hicimos conciertos con Excelentes Nadadores, con Patricia Turnes, Lali Gaspari y toqué con Fede Julen… con La Foca; en realidad a La Foca los conocía porque son de mi generación, pero, sí, me llamó mucho la atención. El otro día fui a una reunión y me contaba otro que tenía un cassette del disco “Música Cheta” (1998) con los títulos escritos a mano, que lo escuchaba todo el tiempo y todas esas cosas y estuvo lindo, te sentís contento, es muy agradable como sensación. Es raro lo que uno define como grupo de culto, depende de la perspectiva.
Además, se da un reconocimiento en nuevas generaciones.
Sí, yo me quedé asombrado para bien. Yo les decía que sí a todos. Con algunos no pude coincidir, pero, era muy agradable escuchar estas cosas, te hace bien ¿cómo no? Y además muchos de ellos me gustan lo que hacen, así que mejor. Quedaría feo si te llaman bandas que hacen unas cosas que no te gusta nada, pero ellos me encantan, son toda gente que me gusta.
Cuando volví a Uruguay, me quede bastante impresionado por la cantidad de bandas y como cambió la organización general de cómo son los conciertos. Por ejemplo, estas cosas de la preventa. Cuando yo me fui, te cagabas de la risa si alguien te decía que tenías que ir a comprar la entrada en Abitab. Ibas a comprar si venía AC/DC, más ningún otro, nadie iba a comprar nada que no fuera en una boletería y menos en los boliches normales. Si tocaban en el Teatro de verano, tal vez sí, ibas a comprar antes. Y eso es como una profesionalización.
¿Cómo surge el nuevo disco “Sertralina Mon Amour”?
Éstas eran canciones que yo, ya, había empezado a ensayarlas, algunas, con una banda de allá porque habían pasado cuatro o cinco años del disco anterior (“Jugando siempre en segunda división”, 2014) y ya tenía ganas de grabar. Antes de volver, yo pase por acá que fui a trabajar a Argentina y toqué con Riky (Musso), junto a la gente de Bliuzz Live organizaron un concierto corriendo en una semana y la banda de Riki, que eran Los Formidables, tocamos y salió espectacular. Después, me fui y quedé pensando. Cuando volví a Italia, las canciones no las ensayé más con las banda de ahí porque ya teníamos programado con mi esposa que íbamos a volver y dije “cuando yo vuelva quiero grabarlas con ellos”, porque me encantó tocarlas con ellos. Así que las canciones vienen desde ahí, pero, todo lo que está alrededor de la canciones, que son arreglos, producción y todo eso, lo hicimos acá.
Las canciones siguen un estilo de hablar de las tragedias pero a través de vivencias cotidianas, donde a pesar de eso, no deja de lado el humor, con metáforas simples pero profundas a la vez.
Si, sí, es de lo que siempre hablo. A mí, en ningún momento se me ocurre hacer una canción sobre las elecciones de Estados Unidos o cosas así. Entonces, simplemente, escribo sobre las cosas que me dan ganas de cantar, pero eso es por habilidad de cada uno, cada uno tiene sus temas preferidos. Yo tengo una obsesión con el tiempo que pasa, con la vejez. Escribí una canción sobre la vejez cuando tenía 25 años, ya hablaba de que me sentía viejo.
También hay canciones como “Cuando muera”, “Triste” o “Me despierto” están emparentadas con “Yo sé”, por ejemplo…
Hay más emparentadas. No sólo en eso, en todos los discos hay algunas así, siempre. Es que son temas que a algunos le interesan y a otros no. A mí son los que me hace escribir más, será que son los que me preocupan.
También hacés referencia a Darnauchans en “Colecionista” mencionando a Juan de Dios, de “Cápsulas” ¿Cómo surgió?
Eso es un homenaje. Yo la tengo en la memoria la canción esa. Hay otra que hasta tenía como título “Chica Darnauchans”. Son homenajes. A mí, Darnauchans me encanta, son cosas de la cultura que las sentís adentro y, además, todo el tiempo digo “me encantaría hacer una versión de Darnauchans”, de “Cápsulas”, de miles de canciones y, cada vez que lo voy a intentar, digo “no, no, no, no puedo, me da pudor”. Por lo menos, disfrazo mi admiración dentro de un homenaje.
A mí, en ningún momento se me ocurre hacer una canción sobre las elecciones de Estados Unidos o cosas así. Entonces, simplemente, escribo sobre las cosas que me dan ganas de cantar, pero eso es por habilidad de cada uno, cada uno tiene sus temas preferidos. Yo tengo una obsesión con el tiempo que pasa, con la vejez. Escribí una canción sobre la vejez cuando tenía 25 años, ya hablaba de que me sentía viejo.
Hay una frase en “Cuando me muera” que juega muy bien con lo tragicómico. Decís, entre otras sugerencias, “cuando me muera tírenme en un tacho grande, pero que sea a escondidas o los van a multar”…
Es que es un lío. En Roma hay reciclaje, que todos sabemos que es lo que hay que hacer. La basura biodegradable va en un lugar, el plástico que tenés que lavarlo antes, va en otro lugar, el papel va en otro lugar, los metales van en otro lugar y el vidrio en otro lugar, aún. El problema es que los apartamentos no son todos grandes como en Montevideo. ¿Vos te imaginas en tu casa cinco tachos de la basura? Entonces, cuando tenés cinco tachos de la basura, el reciclaje se vuelve un tema muy presente en la vida, te lo aseguro. Y el hecho de que, si te agarran tirando el vidrio en un tacho que no es para el vidrio, te meten una multa, entonces como que es un problema que está entrando en tu vida real. Es tan importante como la edad o la vejez.
Si bien el disco mantiene un mismo sonido, estilisticamente es bastante ecléctico ¿La música salió de juntarte con la banda o ya la tenías?
Las canciones ya estaban, la melodía y la armonía. Los arreglos fueron hechos totalmente con la banda y mucha mano de Riki. Riki decidió muchísimo. Yo grabé todos los discos con Riki, incluso el que hice en Italia, y acá dijo: “yo te voy a hacer la producción artística pero decido yo hasta lo último ¿está bien?”. Yo quería ver qué pasaba si no me metía a decir “bajame la voz”, “meteme ese efecto” (N de R: deforma la voz). Ahí, yo decidí que le iba a dejar la carta libre de verdad, que yo no me iba oponer en nada. Entonces, en muchas cosas se siente su mano, yo las noto mucho, yo hubiera hecho otra cosa. “Samba de mi esperanza” no hubiera estado, por ejemplo; tanto es así que en vivo no sé cómo tocarla, tengo que escuchar el piano en el celular. La parte de los arreglos fue de toda la banda, pero Riki tomó muchas decisiones de verdad. Fue un productor de verdad. En realidad, fue la primera vez que yo dije “voy a decir sí a todo”. Tanto es así que hay muy poco teclado. Y la verdad es que yo quedé muy contento, lo escucho y lo escucho con menos cansancio que si hubiera participado más. Me gustó tomar esta liviandad de no tomar decisiones, es divertido de vez en cuando dejar a alguien en quien confiar, si no te volvés loco.
¿Qué show vamos a ver el próximo viernes 13 en Plaza Mateo?
Queremos hacer algunas canciones, naturalmente, del disco nuevo porque estamos muy contentos de tocarlas, pero, vamos a hacer varias viejas que no podemos dejar de tocar ahora que empezamos de vuelta a tocar. Entonces, estamos pensando en hacer un balance que sea un poco más equilibrado entre las dos épocas y va a estar Patricia Turnes que va a venir acompañada de Fabrizio Rossi y Flavio Lira. Son todos músicos que me gustan mucho y es muy lindo que estén ellos también. Nosotros vamos a tener a Santiago Peralta de invitado, ya que Riki no va estar esta vez, y la idea es esa: hacer algunas canciones nuevas como “Quizás porque” y “Si querés”, que son las que están sonando, y alguna más, y meter las cancones que yo creo que los que vienen las quieren escuchar.
Las entradas, limitadas debido al protocolo sanitario, están a la venta en Redtickets.