En 2018 Martín Rivero retomó su carrera solista publicando su segundo álbum en esta faceta titulado “La espuma de las horas”, un disco que muestra su multiplicidad musical, pero preservando su sello personal. A pocos días de cumplirse un año de la edición, el cantante y compositor presentará oficialmente el mencionado trabajo el próximo martes 24, a las 21 hs, en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del SODRE, en un show en el que promete, además, repasar canciones de los distintos proyectos en los que participó y participa, a través de diversos formatos y con invitados muy especiales. Lo que sigue, es la entrevista que hicimos con Martín, en donde, además de adelantarnos detalles del recital, nos habló sobre “La espuma de las horas”.
Por Liber Aicardi
¿Cómo sentís que fue recibido por el público “La espuma de las horas”?
¡Muy bien! Me gusta que le llegue a la gente que se conecta con las canciones y que les conmueve mi música. Me interesa ese vínculo emocional que se genera con los que escuchan la música que hago.
¿Cómo ves el disco a la distancia, teniendo en cuenta que ya pasó casi un año de su lanzamiento?
Para tener un tipo de diagnóstico más certero creo que tiene que pasar mucho más de un año. Pero, para mí, es un éxito.
Ya habíamos hablado en anteriores entrevistas que este disco es un buen resumen de tu carrera y de los proyectos en los que has participado ¿Necesitabas, en cierta forma, hacer esta especie de resumen para proyectar nuevamente tu carrera solista?
Necesitaba sacar estas canciones de adentro mío y compartirlas con los demás. Es una necesidad de expresión artística, casi como una misión. No pienso tanto en la proyección de mi carrera solista. Mejor dicho, pienso que son eslabones que se conectan y que generan una cosa más amplia que una carrera solista. Algo más relacionado a una obra que se va haciendo con todos los proyectos de los que he participado.
Necesitaba sacar estas canciones de adentro mío y compartirlas con los demás. Es una necesidad de expresión artística, casi como una misión. No pienso tanto en la proyección de mi carrera solista. Mejor dicho, pienso que son eslabones que se conectan y que generan una cosa más amplia que una carrera solista. Algo más relacionado a una obra que se va haciendo con todos los proyectos de los que he participado.
A la hora de elegir los músicos para participar las distintas canciones, además de las afinidades musicales ¿tomás en cuenta algún otro aspecto?
Que ninguno sea rubio.
¿Y al momento de formar una banda para el vivo?
Lo mismo. Y que tengan tiempo para ensayar (risas)
Has alternado shows en formato casi acústico (por decirlo de alguna forma), incluso más que tus presentaciones en formato eléctrico ¿Sentís un apego especial al tocar las canciones de esta manera?
Acústico, con guitarra y voz solo, no toco nunca. Cuando tuve que presentar mi primer disco “Estas cosas no son mías” allá por el 2010, me di cuenta que no me gustaba ser un solista del estilo “cantautor” que se defiende con guitarra y voz. Es lindo estar acompañado, y además muchas de mis canciones nuevas tienen un pulso que necesita la compañía de algo rítmico. Al principio del ciclo de este disco hice algunas presentaciones en formato banda pero se me hizo muy difícil la coordinación entre todos, además de que es un formato complejo para mover. Después me compré un opctapad y con eso, y mi guitarra, he hecho todos los shows de este año acompañado por Guile Berta. El octapad funciona como batería y además disparamos alguna secuencia desde ahí.
Nuestra función era, un poco, aportar otro tipo de canciones a la escena musical de principios del 2000. Astroboy era una banda que hacía canciones que tenían que ver más con el hedonismo y el spleen de la juventud. No había un discurso político ni una demagogia con nuestro público y, además, teníamos una estética inusual para el momento. Eran canciones que hablaban de cosas intangibles pero que al mismo tiempo tienen la capacidad de emocionar a las personas.
En tus shows, también interpretás alguna que otra canción de Astroboy ¿Con la banda activa, eran conscientes de que estaban rompiendo ciertos esquemas del rock local? ¿Cómo lo ves con el paso del tiempo?
Sí, claro. Éramos conscientes y esa fue nuestra función, un poco, aportar otro tipo de canciones a la escena musical de principios del 2000. Astroboy era una banda que hacía canciones que tenían que ver más con el hedonismo y el spleen de la juventud. No había un discurso político ni una demagogia con nuestro público y, además, teníamos una estética inusual para el momento. Eran canciones que hablaban de cosas intangibles pero que al mismo tiempo tienen la capacidad de emocionar a las personas.
¿Con qué show nos vamos a encontrar en la presentación del disco?
El show del 24 de setiembre en la Sala Balzo es la presentación de mi disco “La espuma de las horas”, pero, eso es más bien la excusa. La realidad es que nunca antes hice un show solo como Martín Rivero, en una sala de estas características, y la idea es presentar a Martín Rivero, a sus canciones y a algunos de los que me han acompañado en este camino hasta hoy. Voy a hacer un repaso por todo mi cancionero, por decirle de alguna forma, desde Astroboy, mis canciones solistas, Campo y alguna cosa más. Por eso va a ser un show que va a atravesar distintos formatos, vamos a empezar con un power trío eléctrico, después se van sumando invitados, en el medio habrá una parte acústica y terminará en formato banda. Es un show especialmente pensado para esta oportunidad, algo único.