La banda LoNaranjaDeLaLuz editó en formato CD “Los Temporales”, su segundo álbum, cuyo lanzamiento en digital cumple un año en estas fechas. En el mismo conviven sólidas composiciones que atraviesan diversos géneros, desde el Rock y el Pop hasta el Folk, pasando por la balada, el Blues e incluso coqueteando con el Rockabilly, pero todas ellas con un sello propio que han construido a lo largo de sus ocho años de carrera. Aunque la emergencia sanitaria cambió el rumbo de algunos de sus planes, el grupo comenzó a trabajar en nuevas composiciones y publicó el videoclip de “El mar es música” – el nuevo single que cuenta con la participación de Fede Lima – al tiempo que, recientemente, confirmó su regreso a los escenarios para el día 14 de noviembre en Sala Camacuá. Con la excusa del relanzamiento de su último trabajo conversamos con Leandro Itza, vocalista y guitarrista de la banda.
Por Liber Aicardi
El proceso de grabación de “Los Temporales” fue un proceso bastante largo ¿A qué se debió?
Yo creo que en los dos discos nuestros, y el tercero que estamos produciendo ahora, llevan el mismo tiempo. El total del proceso nos lleva tres años. El primer año es cuando las canciones se presentan a la banda y, ahí, la banda las empieza a trabajar para después maquetearlas. Después de eso, que es como el primer año, digamos, el segundo año entre grabar, mezclar y masterizar, te lleva todo un año más y en el tercero salimos. O sea, estoy sumando un año de salir al mundo exterior. Eso es todo un tema porque requiere un cansancio, porque si bien no mezclamos nosotros, estamos en cada una de las sesiones donde eso se está trabajando.
¿Cómo conjugan esos tiempos con la dinámica que requiere la actualidad donde la música se consume de una manera mucho más rápida?
La verdad, prefiero que me pase un poco por el costado y producir de acuerdo a nuestras reglas. Capaz por eso es que no podemos entrar en el mercado (se ríe). No me vuelve loco sacar un disco el año que viene, quiero sacarlo en el 2022 cuando la banda cumpla diez años y que tenga su tercer disco. Justamente, para que el material esté bien maduro y podamos tocar todos en vivo como hicimos en estos dos discos. Eso lleva toda una preparación. ¿Qué pasa? Nosotros salimos en el 2016 con el primero y en el 2019 con el segundo, estás tres años sin sacar nada. Ahí, entra el papel del single, ahí decís “esta bala no la quiero gastar antes; que salga cuando salga el disco”. Sacar un single ahora y que esa canción aparezca en un disco dentro de dos años queda medio sacado de plano, entonces, por ahora, vamos así. Si bien sacamos el disco el año pasado, sacamos el video que la canción en la que cantó Fede Lima (“El mar es una música”), sacamos el otro que cantó Tabaré Rivero en enero (“Fin de mes!”) y ahora íbamos a hacer una Live Session en Buenos Aires que se pinchó por todo esto de la pandemia que quedó para el año que viene a modo de espera de lo que va a ser el disco. Van a ser tres canciones tocadas en vivo, eso va a ser nuestra proyección de lanzar algo antes del tercer disco.
Por otra parte, también se beneficia el producto final, ya que en este álbum se nota un salto en cuanto a calidad del sonido, composición, producción, etcétera. ¿Ustedes también lo notan?
Sí, es una devolución que nos han hecho. Si bien uno entra como en esa comparación, ya en el momento en que empezás a producir el disco siguiente, ya te das cuenta que hay algo que es mejor. Pero, aun así, sin dejar de querer a las otras canciones tampoco. Me pasa que siento que, sí, es mucho mejor este disco que sacamos en cuanto a la calidad de las canciones, de la composición, la producción, suena muchísimo más empastado. Es evidente, después de ocho años de tocar juntos tiene que ser mejor, si no, hay algo que no funciona. Pienso eso pero también escucho una canción y digo “esta canción tendría que conocerla mucha más gente” de la que los conoce, hay canciones como que necesitarían un relanzamiento, digamos. Pero sí, pasa eso que decís con el segundo disco y, con el tercero, estamos trabajando para que sea, aún mejor. También pasa que las canciones que van a salir en el disco que vamos a sacar en 2022 se escribieron este año. Cuando salen ya tienen tres años de compuestas y lo que, sí, pasa, es que vas escribiendo distinto porque vos también vas cambiando la etapa de tu vida en la que estás y te van pasando otras cosas. Creo que esas es también una de las grandes diferencias en lo cronológico de las cosas que uno va experimentando en la vida.
Si bien uno entra como en esa comparación, ya en el momento en que empezás a producir el disco siguiente, ya te das cuenta que hay algo que es mejor. Pero, aun así, sin dejar de querer a las otras canciones tampoco. Me pasa que siento que, sí, es mucho mejor este disco que sacamos en cuanto a la calidad de las canciones, de la composición, la producción, suena muchísimo más empastado. Es evidente, después de ocho años de tocar juntos tiene que ser mejor, si no, hay algo que no funciona.
Y también la distancia entre discos hace más evidente el salto.
Exacto. Para sacar un disco por año, tenés que tener una maquinaria, para empezar, de producir canciones y que estén buenas. Eso de sacar canciones buenas todos los años me parece de otro planeta, no sé… Calamaro lo podrá hacer y, aún así, te digo que las canciones de “El Salmón” no son todas buenas (se ríe). Va pasando el tiempo y decís “cuando saqué el primer disco yo vivía acá, estaba soltero… ver cómo te cambia la vida en tres años, también es fabuloso. Ves como la música te acompaña y, de repente, muchas otras cosas se perdieron y la música sigue.
¿Trabajan mucho el tema de lograr un sonido propio más allá del estilo de las canciones, ya sean pop, rock, folk, blues o rockabilly como las que se encuentran en el álbum?
A mí me gusta esa variedad que hemos mantenido, pero, justamente para que se note que son temas de la misma banda tienen que tener algo en común, por más que sean las canciones todas distintas. Ese rasgo en común hace que tu identidad sea tal. O sea, vos el rockabilly lo interpretás según tu filtro y no tiene que ser el mismo filtro para interpretar una canción folk, pero, ya, la voz es la misma y ahí tenés un patrón que nos identifica. Después, cuando estás mezclando el disco, para que sea un disco, justamente, lo que se trata buscar es la homogeneidad. Las canciones tiene que ser diferentes pero se tiene que notar que están en el mismo disco, no puede estar una acá y la otra allá, a un kilómetro. Tienen que sonar, en el diseño de sonido, algo parecido y aunque no tienen que ser todas iguales tienen que ser una familia.
Yo tengo mi compactera, mi equipo de audio, me gusta escuchar la música en una calidad que las plataformas digitales no pueden reproducir. Uno no se da cuenta hasta que hace la comparación, uno dice ‘mirá toda la información de la que me estaba perdiendo por Spotify’. Entonces, ese también fue otro motivo (del lanzamiento físico): nos matamos produciendo un disco para que sonara en buenas condiciones, se suena todo, llegás a las plataformas, esperás el estreno y suena la mitad de lo que suena originalmente… te genera como un desencuentro.
La edición física la publicaron unos cuantos meses después que el formato digital ¿Eso ya estaba planificado así desde un principio?
Estaba planificado. Nosotros en el primer disco sacamos la edición física al mismo tiempo que digital y funcionó, pero, esta vez, decidimos no gastar las dos balas en la misma ocasión. Aparte de que no teníamos plata, eso ni que hablar (se ríe), fue “hagamos la edición física el año que viene” y es como un relanzamiento (mucha gente no sabe que sacamos un disco el año pasado) y es como un buen motivo para recordar que sacamos un disco. Y, obviamente que es una cuestión generacional, ya; ni siquiera se estila escuchar discos enteros y entonces, el CD como objeto, está cada vez más obsoleto. Yo tengo mi compactera, mi equipo de audio, me gusta escuchar la música en una calidad que las plataformas digitales no pueden reproducir. Uno no se da cuenta hasta que hace la comparación, uno dice “mirá toda la información de la que me estaba perdiendo por Spotify”. Entonces, ese también fue otro motivo: nos matamos produciendo un disco para que sonara en buenas condiciones, se suena todo, llegás a las plataformas, esperás el estreno y suena la mitad de lo que suena originalmente, te genera como un desencuentro. Está buenísimo para los que somos vieja escuela y todavía conservamos eso.
¿La edición física es una suerte de cruzada hoy en día, más, siendo una banda independiente?
No hay como tener el disco en la mano y decir “esto es lo que hice” y yo, cuando tenga pibes le voy a mostrar los discos que haya hecho hasta ese momento. Y va a estar ahí, él va saber que son los que hizo su padre. Me parece que el formato físico tiene algo hermoso y, por suerte, la gente nos ha ayuda. Incluso, para éste teníamos planificado tocar bastante en el primer semestre con lo cual íbamos a generar dinero para la edición física y, como no pudimos tocar, tuvimos que salir a pedirle a la gente y hacer una preventa, y la gente se re copó. Más, con esta situación con mucha gente en seguro de paro, era pagar un disco de 400 pesos que, capaz preferís tomarte dos cervezas en un boliche y escucharlo en Spotify ¿viste? Estamos re contentos con la gente. Son varios los motivos por los que seguimos apostando a la edición física.