La Taddey: Una semilla de rock potente creciendo en el corazón de la patria

#DesdeAdentro

En el centro del país, hace más de 10 años, surge en el barrio Taddey de la ciudad de Durazno un sonido potente y rockero gestado en un garaje donde ensayaba un grupo de amigos a la hora de la siesta. Hoy día, continuando en la búsqueda de un espacio en la escena musical nacional, La Taddey lanza su tercer material «El vuelo». Un disco que habla de la obsesión de estar todo el día persiguiendo ese verso o esa melodía para que llegue a ser canción y que cuenta con la participación de Mandrake Wolf en «Rezo Criollo», el corte difusión con el que salieron a la defenderlo. Charlamos con Martín Ortiz, su vocalista.

Por Andrea Villar Miravalles

Rompamos en hielo con esta pregunta: ¿Qué hay de cierto en que, en los escenarios populares donde comenzaron a presentarse en Durazno, tenían problemas con los sonidistas porque sonaban más fuerte que el resto de los artistas? ¿Qué oportunidades tiene una banda de rock de tocar en su departamento?
No sé cómo se puede haber filtrado esa información, pero es cierto. Manejamos siempre un sonido muy alto de escenario. Hemos tratado de trabajar en eso, pero es imposible, sonamos así, potente y eso les complica a los sonidistas. En Durazno hay pocos lugares donde mostrarse, hay un par de centro culturales y algunos pubs, pero está muy complicada la mano. Tenemos un par de teatros, pero es difícil trabajar para generar tus fechas.

Se han manejado desde la autogestión en sus últimos trabajos ¿Cómo les ayudó o jugó en contra a la hora de la realización del material?
Sí, siempre desde la autogestión. Hemos sido muy beneficiados a la hora de plasmar nuestro trabajo ya que contamos con un idóneo en el tema dentro de la banda. Nuestro baterista, Ramón Michelena, es el que ha grabado los tres discos. Los primeros trabajos los masterizamos afuera, pero en general nos encargamos de la grabación y de la producción completa de forma independiente.

¿Cómo trabajaron «El vuelo»?
«El vuelo» llevó un proceso bastante largo de unos dos años tratando de reunir el dinero para contratar el estudio para grabar las baterías y ver con qué dinero contábamos para grabar el resto de los instrumentos y voces. Optamos por grabar las guitarras y los bajos en el sótano de la casa de nuestro guitarrista y las voces las en un espacio cultural que nos abrió las puertas. Hemos sido perseverantes a la hora de trabajar. Como te decía, ahorramos dinero durante dos años para poder sacar este último disco ya que la masterización tiene un alto costo más allá de que las mezclas las hizo nuestro baterista. Lo produjimos nosotros a nuestra manera, tuvimos dudas sobre el proceso y manejamos nombres de algunos productores, pero con la llegada de la pandemia agotamos los recursos que había

Cuenta con el aporte de Mandrake Wolf en «Rezo Criollo» ¿Cómo se genera ese vínculo? ¿Porque seleccionaron esa canción para su participación?
A Mandrake los conocimos hace cuatro o cinco años. Me enteré que estaba viniendo a Durazno por que un amigo estaba escribiendo un libro sobre él, decidí llevarle un disco de la banda y a los dos meses ya nos invitó a tocar con él en un show que presentaba en Durazno y de ahí arrancó el vínculo. Hicimos tres presentaciones teloneando sus shows en diferentes formatos. Mandrake siempre está dispuesto a dar una mano, nos dio piques para tocar en Montevideo y nos ofreció hacer los contactos e intercambiamos información. Cuando compusimos «El Rezo» nos sonó muy a Mandrake, le hicimos llegar la invitación y no lo dudó un momento. Es un crack y para nosotros es un orgullo contar con alguien de tal trayectoria musical en el disco. Fue la cereza de la torta.

¿De qué se nutren al momento de componer? ¿Qué artistas influyen en su sonido?
Es bastante compleja esa pregunta, al menos en lo personal, que soy quien escribe la mayoría de las letras y la melodía inicial, a la hora de componer me nutro de lo diario, siempre estando con la oreja parada, tratando de escuchar todo en base al gusto personal. Al momento de escribir me enfoco mucho hasta redondear la idea al 100% si no, no está terminada la canción. Puntualmente la canción «El vuelo» que le da nombre al disco, habla un poco de eso, de esa búsqueda constante de encontrar la melodía justa y la letra justa. Es un ejercicio muy interesante que luego se nutre del resto de la banda. En este último disco son todas letras mías, en los trabajos anteriores hemos grabado temas de Carlos, el bajista.
En cuanto a nuestras influencias somos bastante abiertos, escuchamos de todo. Creo que te nutrís desde tu inconsciente, ahí esta guardado lo que escuchaste desde niño y lo que te gusta ahora.

En 2017 produjeron en la Sala Zitarrosa de la ciudad de Montevideo, el festival «Los de Afuera son de Palo» junto a otras bandas emergentes. La pregunta obligada es: ¿los de afuera son de palo o del palo? ¿Cuál es la respuesta que han tenido del público en la capital?
Sin duda que los de afuera son de palo, somos del palo del rock, pero como banda del interior es muy difícil insertarse en el circuito capitalino sobre todo si residís fuera de Montevideo. Tenemos bandas amigas del interior que sus componentes viven ahí y se les hace más sencillo a la hora de generar toques y repercusión de su trabajo. El festival «Los de Afuera son de Palo» tuvo dos ediciones: 2015 y 2017, lo organizamos junto a otras bandas del interior y algunas locales para colaborar en la convocatoria. Son muy esporádicas nuestras presentaciones en la capital, pero cada vez que lo hacemos apostamos mucho a la gente del interior que vive allá y ya nos ha escuchado y nos conoce.

¿El corte “Un tango hecho canción” nos habla de una incursión de la banda por nuevos sonidos?
Esa frase surge de una vivencia personal, estaba un día tocando un tango en la guitarra y alguien me dijo: «lo estás haciendo canción», indicándome que había que respetarle al tango su acento y de ahí siempre me quedó eso grabado. No necesariamente estamos incursionando en el género. Ése fue uno de los primeros temas que elegimos para hacer la maqueta de este último disco y quedó. Luego, con la productora Villa Quieta y Javier Villasuso hicimos un video clip con imágenes del barrio de donde procede la banda, el barrio Taddey.

Lo que no viene hoy puede darse mañana o con algo maña, parafraseando el tema que abre su último disco ¿Cuáles son los planes de La Taddey para este 2021?
Los planes para 2020 eran sacar el disco y la pandemia nos dejó la presentación en vivo colgada. No quisimos agendar fechas para el lanzamiento porque no se sabía cómo iba a terminar todo esto. El disco ya está en la calle y en todas las plataformas. Nos quedaron algunas canciones afuera del disco, o sea que material para trabajar hay, por lo que no sería descabellado pensar en otro disco para 2022. Espero que pronto podamos salir todos los artistas a tocar y a trabajar.

La Taddey:
Martín Ortiz: Guitarra y Voz
Sebastián Mazzoni: Guitarra
Carlos Sanabria: Bajo
Ramon Michelena: Batería

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