La figura de Juan Casanova ha estado ligada desde mediados de los años 80´s a la mejor historia del rock de nuestro país. Con su incisiva pluma ha dejado su firma en una importante cantidad de canciones, sea al frente de Los Traidores, Assimo o colaborando con otros artistas. Tal es el caso de “Data”, el single que lanzara junto a Vaimaca Dub hacia fines de 2020 que, además de retratar con su característica agudeza los tiempos que corren, marcó su regreso a los estudios de grabación tras un largo paréntesis. Paralelamente, desde el año 2000, Casanova se ha presentado a lo largo de estos años con su espectáculo Poesía de Guerra, un show donde, aparte de repasar temas propios y ajenos que han marcado su vida y su carrera, comparte escenario con músicos amigos. El próximo 16 de setiembre, a partir de las 20:30 hs, en Sala del Museo el cantante y compositor celebra veinte años de presentaciones con esta propuesta en una noche en la que estará acompañado por Guzmán Mendaro, Hernán Romay, Luciano Supervielle, Pepe Canedo, Nico Letieur y Rafa Di Bello, al tiempo que será registrada para una posterior edición. A propósito de ello, conversamos con Juan sobre estos veinte años de Poesía de Guerra, de su obra y, obviamente, sobre la realidad de la que nos toca ser parte.
Por Liber Aicardi
Poesía de Guerra cumple veinte años y es un espectáculo que ha cambiado de formato, de integrantes, pero, siempre han permanecido las canciones ¿Cómo viviste estos veinte años del show?
En realidad, los veinte años se cumplieron en 2020. Lo que pasa es que, dadas las circunstancias, recién ahora dio para hacerlo. Poesía de Guerra, desde su comienzo, es un show muy cambiante, nunca tuvo un formato. De hecho, es la puesta en escena de lo que es el soundtrack de mi vida. Es decir, es mi propio acercamiento a canciones que ayudé a componer pero, además, en el show, yo canto otras canciones que, dentro de Traidores, por ejemplo, no tienen cabida. Traidores es una cosa. Hay gente que me pregunta “¿invitás a (Víctor) Nattero para este show?” Y no, porque un show con Nattero son Los Traidores. (se ríe)
En Poesía de Guerra lo que hago es contar, un poco, lo que es mi vida, que es inseparable de lo que es el mundo de la música y sobre todo del hecho de hacer canciones, no sólo las que compuse con y para Traidores, sino las que hice con Assimo y las que hago, de repente, con Luciano Supervielle y las que hago en colaboración con otros amigos. Entonces, es naturalmente el lugar donde esas canciones encuentran expresión y, además me permito re versionar canciones de bandas que de algún modo son influencia, de artistas que me gustan o, simplemente, canciones que me gustan. Es, también, la idea de Poesía de Guerra, compartir con amigos músicos que vienen de otros lados para revisitar canciones que yo he colaborado para componer de un modo tal que son versiones nuevas, diferentes, que se referescan; tienen el aporte de otras personas que vienen de otros mundos. Es una manera de seguir aprendiendo y creciendo dentro de este mundo de la música que ha sido el mundo en el que se mueve mi vida.
¿Es, también, un espacio para permitirte recuperar algunas canciones que no, necesariamente, son las más conocidas o hacerles el tratamiento que no podés en un disco, por ejemplo?
Sí, sí. Todo eso también es parte. Es un espacio que es propio, pero, a su vez con la participación de los demás se enriquece y puedo hacer, básicamente, lo que se me canta (se ríe). Cuando vos estas en una banda, fuera la que fuera, estás moviéndote dentro de ciertos parámetros y no da para hacer muchas locuras ni cosas fuera de ese contexto, cosa que sí me permite hacer Poesía de Guerra. En realidad, para este show de los veinte años, la idea es tocar las canciones que, de algún modo, más me representan y que, además, tiene todo que ver con el momento actual que estamos viviendo; ésa es la línea que guía la idea del show. El show es como un crescendo que abarca toda mi carrera, desde mis primeras canciones hasta lo último. De hecho, la idea también es estrenar un tema nuevo. Entonces, es un resumen, una puesta a punto y un dejar planteado si seguimos en el combate en estos tiempos que corren.
¿Te sentís un combatiente desde tu lugar?
Sí. Hay dos cosas que refleja Poesía de Guerra. Primero, que la música es una manera de aportar belleza aunque las circunstancias sean la de una guerra cotidiana. Además, hablan mucho de mí y del entender lo que yo he hecho desde la música como un acto de servicio, porque no lo hice para enriquecerme, no tengo nada en el mundo. Y, por otro lado, como un acto de combate. Por ninguna ideología. Porque las personas saben qué es lo que está bien y lo que está mal y yo doy la pelea por lo que está bien. Ahora, que vemos que empieza a haber conciertos sólo para vacunados, a mí me parece una cagada, me parece que es discriminatorio. Me encantó Christian Cary, me congratulo con él por haber hecho pública su decisión de no participar donde se discrimine y yo voy a hacer lo mismo. De todos modos, y por eso es que hago shows, me gusta más hablar a través de las canciones. Y cuando digo de combatir por el bien no es que yo tenga una idea del bien, sé lo que está mal. Por ejemplo, discriminar en los conciertos está mal, tener un pase sanitario está mal. Más allá de lo que pueda decir en una nota, lo que hago es que hablen las canciones, de hecho, la canción que vamos a estrenar va en la línea de “Data”, que sigue dando pelea en este caso por la humanidad, por todo lo que nos es caro y humano. Ésa es la justa batalla que hay que dar. De hecho, hace tres años di los últimos shows de Poesía de Guerra, yo me quería retirar del mundo de la música porque tengo cuarenta años haciendo esto y estaba un poco cansado. Pero las nefastas circunstancias que nos cayeron en 2020 las sentí como un llamado a tomar el lugar porque, además, nadie dijo nada. Mis colegas, todos, se quedaron callados la boca… Cada cual que haga lo que quiera, pero yo sentí la necesidad de, aunque sea, plantear preguntas y sobre todo ir contra la narrativa impuesta en todos los medios de desinformación, que se abocaron a esparcir el miedo. Nunca hubo voces disidentes, otro tipo de voces, no tuvieron lugar otro tipo de ideas, no hubo un debate nunca y, yo, me expreso a través de la música. Más allá de lo que yo pueda decir en una conversación de café, digamos, lo importante es lo que dicen las canciones y en este caso, yo pienso que las canciones que vamos a hacer en este show tiene todo que ver con el momento actual que estamos viviendo. Es más, muchas de las canciones que fueron compuestas hace décadas, ahora tienen sentido, que es otra de las razones por las que me motivé a salir.
Ahora, que vemos que empieza a haber conciertos sólo para vacunados, a mí me parece una cagada, me parece que es discriminatorio. Me encantó Christian Cary, me congratulo con él por haber hecho pública su decisión de no participar donde se discrimine y yo voy a hacer lo mismo. De todos modos, y por eso es que hago shows, me gusta más hablar a través de las canciones. Y cuando digo de combatir por el bien no es que yo tenga una idea del bien. Sé lo que está mal. Por ejemplo, discriminar en los conciertos está mal, tener un pase sanitario está mal. Más allá de lo que pueda decir en una nota, lo que hago es que hablen las canciones.
¿Sentís, en cierto modo, una obligación de salir a decir determinadas cosas con tus canciones?
Sí, lo sentí como una obligación personal el no callarme ante las circunstancias que vivía, tratar de reflejar lo que la mayoría de las personas con las que trato en el día a día siente, piensa y no puede comunicar. No lo hice nunca con un relato ideológico, que nunca lo fue, además, desde el comienzo de Los Traidores. No tengo ideología ninguna. Punto. Es reflejar, justamente, lo que nos toca vivir. Entonces, lo veo sí, como una obligación personal no carretearla en ese sentido. No salir a cantar canciones de amor, salir a cantar canciones de amor y de guerra, justamente.
¿Qué te genera que las canciones sigan vigentes luego de tanto tiempo de compuestas? Te lo pregunto porque, por un lado, puede estar esa satisfacción personal, llamémosle, de que el tiempo te ha dado la razón y, por otro, es consecuencia de que las cosas no han cambiado mucho.
En realidad ocurre por sí solo, digamos. Sí, de algún modo me halaga que algunas de las canciones sigan teniendo vigencia. Sin embargo, no me como la pastilla en el sentido que entiendo que las canciones que perduran en el tiempo lo hacen porque hablan de un tema medianamente universal para las personas con las que comparto la sociedad. Por ejemplo, “Flores en mi tumba” ha sobrevivido al tiempo ¿Por qué? Porque es de verdad. “Flores en mi tumba” refleja las incertidumbres frente a una sociedad bestial en la que tenemos que vivir que tiene un adolescente de ayer y de hoy. Lo mismo pasa con “La lluvia cae sobre Montevideo”. La lluvia sigue siendo la misma, pero, para un uruguayo es diferente la percepción de la lluvia que la que puede tener una persona de otro país viviendo acá. También hay canciones como “Máquina” que dice “mi corazón late como máquina” y habla de lo que sucede ahora, que es la simbiosis entre las máquinas y el hombre. Ahí, sí, te puedo decir que tuve un vistazo que no era frecuente. Pero, en realidad, no es que lo predije, es un acto de estar atento a la jugada que se venía. Entonces, ese hilo conductor es el que marca este Poesía de Guerra en particular, que desemboca en “Data” y en el tema nuevo que creo que va a ser otro tema que va a dar que hablar.
¿Hay algún disco en tu obra que sentís que no ha sido valorado como debería o esperabas?
Eso me pasa con canciones en particular. Desde “Profunda medianoche” (1987), por ejemplo. Desde esa canción en adelante me pasa. Sí bien sé que hay gente que le llega de la manera adecuada, siempre me sentí como sin interlocutor. Eso sí creo que me pasó, pero, más que con discos es con canciones, de todos los tiempos. Como te digo, es muy difícil que alguien pudiera entender el verdadero sentido de “Máquina”. Si yo no te lo cuento es difícil. Lo mismo me pasó con “El poder de los sueños” (2010), que escribí para Assimo y con muchas otras canciones. De hecho, la última vez que me pasó fue con “Data” que creo que a los amigos de Vaimaca Dub les cerró cuando en marzo de 2020 nos cayeron con todo. Eso sí, pero no creo que hayan sido incomprendidos los discos.
De algún modo me halaga que algunas de las canciones sigan teniendo vigencia. Sin embargo, no me como la pastilla en el sentido que entiendo que las canciones que perduran en el tiempo lo hacen porque hablan de un tema medianamente universal para las personas con las que comparto la sociedad. Por ejemplo, ‘Flores en mi tumba’ ha sobrevivido al tiempo ¿Por qué? Porque es de verdad. ‘Flores en mi tumba’ refleja las incertidumbres frente a una sociedad bestial en la que tenemos que vivir que tiene un adolescente de ayer y de hoy.
¿Y con “Data”, también está pasando?
En realidad, se escucha mucho más de lo que creemos en los medios, justamente, que tienen una contra narrativa. A mí me parece que “Data” ocupa el lugar que tiene que ocupar. No me interesa que lo escuche mucha gente. Hay gente que puede entender de lo que va y hay gente que no. Lo que sí me gustaría es que generara preguntas porque es un tiempo en el que es importante dudar de todo y hacerse preguntas. Sobre todo algo que dice “Data” específicamente es “usa mejor tu cerebro, cuestiona la narrativa”. Entonces, la idea del tema es, más que aseverar cosas que yo puedo creer ciertas, tener un contrapeso al discurso oficial. Porque no me interesa que la escuche la mayoría una canción como “Data” o ninguna otra porque te odiarán por el solo hecho de hacer algo, de decir algo que no les gusta o que no lo entienden o que piensan totalmente distinto. No van a pensar y les importa un cuerno, así que “Data” hace su camino sola. Le llega a la gente que le tiene que llegar y está dando vueltas al mundo, además.
¿Qué nos podés adelantar del próximo show en Sala del Museo?
También es un crescendo. Durante muchos años Poesía de Guerra lo toqué con Guzmán Mendaro, entonces, hay una parte en la que tocamos Guzmán y yo y vamos sumando amigos e invitados. El show está dividido en dos mitades, digamos. Una que es más acústica y más guitarrera, que es la primera parte porque resume lo que fueron cerca de diez años tocando de ese modo, y en el otro segmento hay una interacción con Luciano Supervielle solos, y después, vamos sumando la banda hasta terminar en una apoteosis (se ríe) a full con tema nuevo incluido. Es un show, además, que al ser mío, sin responsabilidades con otras personas con las que tengo que convivir como en una banda, es mucho más relajado, disfruto yo mucho más, tiene otras riquezas desde el punto de vista artístico, si se quiere, puedo cantar más suelto, más relajado.
Otra idea es grabar esto y dejar como un legado porque, realmente, yo pienso que la cosa se va a poner muy espesa de verdad, como dice “Data”, que lo peor está por venir y quién sabe si vuelva a tocar. No te digo este año, pero el otro… No se sabe, hay mucha incertidumbre. Entonces, como nunca grabé, ni estuvo la idea grabar lo que era Poesía de Guerra, lo vamos a dejar registrado porque va de la mano con el momento histórico. Festejo los veinte años, que hubieran sido en 2020, y la idea es dejar un registro que puede llegar a ser histórico de algún modo. Sin pretensión ninguna. Simplemente de reflejar el tiempo histórico y mi tiempo, lo que ha sido mi vida en estos tiempos.
Las entradas para el show están a la venta a través de Abitab.