La reconocida actriz argentina Inés Estévez, lanzó su carrera como cantante solista el año pasado, incursionando en el jazz, el swing, el bues y la bossa nova. Luego de varias presentaciones, tanto en Buenos Aires como en el interior de su país, y a tan sólo cuatro meses de aquella instancia, grabó su primer trabajo en vivo durante su actuación en el ND Teatro, registro éste que verá a luz hacia fines de este año. El próximo miércoles 11, comenzará una gira por nuestro país acompañada por la banda Magic 3, que incluye las ciudades de Canelones, Nueva Helvecia, Fray Bentos y Rocha, además de nuestra capital. A propósito de su visita, conversamos con ella, acerca de la forma en que la música la acompañó desde niña, las características de su espectáculo y los cambios sociales que se vienen dando en los últimos tiempos, entre otros temas.
Por Liber Aicardi
¿Cómo se da tu incursión en la música, principalmente en el jazz?
En realidad, viví en un hogar rodeada de música, donde mi padre, que era muy amante del jazz, tocaba instrumentos y cantaba de oído y se escuchaba mucho jazz en casa. Mi madre, es muy amante de la ópera, tengo dos hermanos varones que tienen una inclinación por el lado más moderno, más rockero, y una hermana que amaba la música brasilera. Así que, el eclecticismo estaba a la orden del día pero, el jazz, habitaba mucho en lo cotidiano. Mis padres, eran padres muy esforzados, que trabajaban de sol a sol, pero el asado del domingo era con Louis Armstrong de fondo. Mi padre tenía un grupo de amigos con el que se juntaba a tocar y me llevaba desde que tenía, más o menos, ocho años. Entonces aprendí los standards de jazz no sólo de escucharlos en casa, sino de acompañar a mi padre y canturrear con él y terminar cantando con todos estos señores que, para mí, eran gente muy grande aunque ahora me doy cuenta que no (risas). La verdad es que nunca me lo tomé seriamente, ni académicamente, ni consideré que estaba preparada para hacerlo hasta que formamos el dúo con Javier Malosetti. Él me convenció y luego, cuando dividimos aguas, me sugirió él mismo seguir como solista y, la banda que nos acompañaba, estaba muy interesada en que siguiéramos. Así que, reorienté, digamos, el rumbo y diseñé un repertorio basado en lo que yo cantaba con mi padre, que está más virado al swing, a la sensualidad del sonido del jazz y tiene versiones, pasadas por el tamiz del jazz, de temas muy actuales. Hay temas de los 70’s, hay versiones que hago voz y batería solamente, versiones que hago voz y contrabajo solamente, hay un poco de bossa, hay blues, hay de todo un poco.
Al pasar me dijiste que te llevó un tiempo considerar que estabas preparada para cantar jazz…
Lo que te puedo decir es que, no era que no me sentía preparada para cantar jazz, puntualmente. Me parecía que había mucha gente que había estudiado música y que tenía un academicismo encima que yo no tengo. No me refiero al jazz, me refiero a pararte adelante del público a cantar lo que sea, el género que sea. Después, me di cuenta de que durante muchos años yo seguí cantando, hubo un par de productores que se me acercaron a lo largo de mi vida a proponerme lanzarme como cantante pero, ser una mera intérprete no terminaba de cerrarme. Me hubiera gustado saber música para poder componer. Y, así, directores de películas en los que yo trabajaba, y que sabían que cantaba, me propusieron cantar el tema de la banda sonora de la propia película. Yo me gané la vida, en épocas de hambre, cantando jingles publicitarios. Es decir, siempre formó parte de mi realidad. Lo que me di cuenta, después de un tiempo, es que, en realidad, todos estos años, esa inclinación por la música fue macerándose y cayó en el mejor momento y de la mejor manera porque nunca me imaginé que iba a terminar cantando jazz. Nunca me imaginé que iba a terminar cantando y nunca pensé en un género en particular. Y, la verdad, es que en este momento es mi pasión y, además, está dando unos resultados increíbles. Es decir, me lancé como solista en junio de 2017 y a los cuatro meses estábamos llenando un teatro ND, que tiene seiscientas localidades y grabando el disco en vivo, que va salir a fin de año. Fue meteórico el crecimiento y la aceptación de la gente, no sólo del público, sino del público del jazz, que, para mí, era lo más difícil que aceptaran, que les gustara, que lo consideraran a la altura ¿no? Y la captación del público que no consume jazz y que disfruta muchísimo del show. Porque, la verdad, es que tenemos una serie de temas que abarcan diferentes épocas y, entonces, ampliamos muchísimo el espectro de público, viene gente joven viene gente grande, viene gente de todo tipo.
Viví en un hogar rodeada de música, donde mi padre, que era muy amante del jazz, tocaba instrumentos y cantaba de oído y se escuchaba mucho jazz en casa. Mi madre, es muy amante de la ópera, tengo dos hermanos varones que tienen una inclinación por el lado más moderno, más rockero, y una hermana que amaba la música brasilera. Así que, el eclecticismo estaba a la orden del día pero, el jazz, habitaba mucho en lo cotidiano
Desde tu lugar de figura como actriz ¿pensás que le podés aportar mayor visibilidad a un género que carga con el prejuicio de ser elitista?
No sé…Ojalá colabore con algo así. En Uruguay no sé cómo es, pero en Argentina el jazz está esparciéndose meteóricamente y, la verdad, yo creo que lo elitista es el free jazz, el jazz instrumental de búsqueda, de experimentación, de improvisación, que, en realidad, conlleva un virtuosismo donde la gente con el oído no educado para eso queda un poco afuera. La bossa es jazz, es una mezcla de jazz y samba brasilero, y es algo absolutamente popular y conocido por mucha gente; el blues es muy moderno y está ligado a un mundo más rockero y es absolutamente popular. El standard de jazz que nosotros cantamos, también, son canciones compuestas para películas de los 40’s y de los 50’s que todo el mundo conoce. El origen del jazz fue totalmente popular, entonces, a mí me parece que tenemos que desmitificar la asociación de la palabra jazz con el elitismo porque en realidad no lo es.
También tuviste oportunidad de mostrar tu espectáculo por el interior de Argentina ¿Cómo fue la recepción por parte de la gente?
Llenamos siempre, en Capital y en el interior. También, hay algo que me apresuro a aclarar y es que cantamos canciones populares conocidas que a la gente les suenan. De hecho, la gente conoce gran parte de lo que nosotros tocamos y el rockero reconoce el blues, la gente más grande reconoce el standard de jazz; y el swing, aunque no lo conozcas, es una música absolutamente festiva y bailable. Lo aclaro para que la gente sepa que va a venir a ver algo que le va a resultar absolutamente festivo, celebratorio y alegre.
¿En qué etapa se encuentra el disco que grabaste en vivo el año pasado?
Lo grabamos en el ND Teatro, que es un teatro acondicionado para música puntualmente. Ellos me convocaron ni bien me lancé como solista porque había tocado ahí en formato de dúo y en esa oportunidad, aproveché que teníamos una sala grande y al trío que me acompaña, que son Mariano ustoni en piano, Javier Martínez Vallejos en batería y Ezequiel Dutil en contrabajo, le agregamos dos saxos, trombón y trompeta, le agregamos tres violines y un cello, le agregamos una guitarra, una armónica, un washboard y Carlos Casella que vino como cantante invitado. Así que, éramos quince personas arriba del escenario y se grabaron en vivo unos diecisiete, dieciocho temas de los cuales seleccionamos diez para el disco, que ya está masterizado y que sale a fin de año y, seguramente, en una segunda etapa, iremos a Uruguay a presentarlo.
Yo creo que es un momento histórico, que, lógicamente, hay una revisión de los roles y ahí entran, también, los mandatos atávicos que han tenido que soportar los hombres. Quiero decir, no sólo tenemos que atender el síntoma sino, también, el origen y ahí somos todos víctimas de mandatos. Entonces, me parece que sí, que es un momento histórico y hay radicalizaciones de posturas, y hay enfrentamientos, lo cual es lamentable
¿Cúales son tus expectativas para la gira por Uruguay donde incluís varias fechas fuera de Montevideo?
Me parece que fue una iniciativa muy loable de Ana de Rogatis, esta idea de descentralizar la cultura. Y la verdad, es que yo soy del interior, no soy porteña, de una ciudad muy pequeñita que se llama Dolores, en la provincia de Buenos Aires, con inquietudes culturales muy grandes, y cuando se acercaba gente de la capital a ofrecer espectáculos en ése lugar, era hermoso, porque era una ocasión única. Espero que vivan lo que viví yo cuando era chica. Eventualmente, antes del proceso (militar), venía gente como Astor Piazzolla a tocar o Mercedes Sosa, Ariel Ramírez, y veía en el escenario a ese tipo de músicos que venía a hacer una función al teatro de Dolores, que es un teatro hermoso. No me estoy poniendo a la altura de esos fenómenos, pero, sé que tienen salas muy lindas en el interior de Uruguay y espero que sientan, aunque sea, la mitad de lo que yo sentía cuando era chica y podía tener acceso a espectáculos a los que me era vedado asistir porque no vivía en capital.
Es inevitable preguntarte cómo estás viviendo estos cambios culturales y sociales, que se están dando en el mundo y, obviamente en tu país, incluso con la discusión sobre la despenalización del aborto.
Yo soy partícipe de este movimiento. En realidad, fue una convocatoria de una actriz unida a una organización que yo no la llevaría tanto para el lado del feminismo sino al tema de los derechos para todos y de cierta justicia social en todo orden de cosas. No me remito puntualmente al feminismo. Tengo dos hijas con condiciones madurativas limitadas, entonces, la palabra inclusión es muy importante y abarcadora, y, en este caso, es como la continuidad de un tema de orden mundial que nos atañe a nosotros también y que, entre todos los ítems que estamos atendiendo, está el tema de la ley del aborto para evitar la práctica clandestina, deplorable y sin ningún tipo de cuidado. Pero, sobre todo, es una ley que conlleva un compromiso de prevención, porque hablamos de educación sexual y hablamos de prevención. Justamente, la idea no es patrocinar el aborto, que es una práctica lamentable; la idea es evitarlo. Entonces, eso es lo que la sociedad tiene que entender, porque todo lo que se legaliza es factible de ser controlado y los menores de edad van a tener que ser asistidos socialmente y acompañados por adultos y concientizados y en los colegios va a haber educación sexual. Entonces, todo eso, yo creo que, a la larga, puede derivar en una merma de esta práctica que ninguna mujer, a priori, desea atravesar.
¿Considerás que estamos ante un momento histórico en la región?
No sólo en la región, yo creo que en el mundo. Sí, yo creo que es un momento histórico, que, lógicamente, hay una revisión de los roles y ahí entran, también, los mandatos atávicos que han tenido que soportar los hombres. Quiero decir, no sólo tenemos que atender el síntoma sino, también, el origen y ahí somos todos víctimas de mandatos. Entonces, me parece que sí, que es un momento histórico y hay radicalizaciones de posturas, y hay enfrentamientos, lo cual es lamentable. Pero, creo, que el objetivo, al menos el mío y el de las personas con las que vamos avanzando en esto, es fomentar la complementariedad, no el enfrentamiento. La idea es unir y tratar de revisar en uno y otro lado de los géneros a lo que hemos sido atávicamente sometidos hombres y mujeres respecto de los mandatos socio-culturales que derivaron en esta serie de desfasajes y dificultades que, a veces, llegan a límites de orden trágico como la violencia de género.