La banda chilena Fuma & Baila, originaria de Valdivia, llega por segunda vez a Montevideo, para presentarse en el marco del encuentro Montevideo Capital de la Música Emergente que se viene desarrollando en nuestro país y que tendrá su cierre el próximo domingo 27. La banda trasandina formada en 2011, toma elementos de la electrónica, el rock, el pop y el funk, entre otros estilos y está compuesta por Tagore Altamirano (voz), Pablo Mura (guitarra y secuencias), Marcelo Godoy (bajo y secuencias) y Jagg Barcelona (teclados y sintes). Cuenta, hasta el momento, con dos trabajos editados, el primer álbum homónimo de 2011 y “Tabaco del Diablo” lanzado en 2016. Actualmente, se encuentra a punto de ver la luz su tercer álbum “Claroscuro”, que fue grabado por el productor británico Barry Sage, quien trabajó con bandas de la talla de New Order y The Rolling Stones. En una entretenida charla, conversamos con los integrantes del grupo acerca de su propuesta, la escena musical de su país y sobre los lazos que se están comenzando a construir entre los artistas independientes de Chile y Uruguay.
Por Liber Aicardi
¿Cómo podrían resumir el camino recorrido hasta ahora por Fuma & Baila?
Marcelo – Ha pasado de todo. Al principio, partimos con un experimento que iniciamos con Tagore, con un bajo y un teclado Casio que pasábamos por un delay, transformábamos la secuencia rítmica, y ahí se sumó Pablo, que le agregó la guitarra y las secuencias, también. Desde ese momento, nos propusimos, sin entender la electrónica, desarrollar un laboratorio de electrónica con instrumentos análogos y software. En realidad, así fue como partimos, jugando un poco. Cada uno venía de proyectos artísticos sumamente distintos. Tagore venía de una banda muy importante de Valdivia, La Desooorden, de un rock progresivo, Pablo venía de una banda más folk y rock y yo venía de una banda medio punk, algo así. Éramos de sectores completamente distintos y convergimos en este espacio que es absolutamente nuevo para nosotros. Y hace, ya, más de un año se nos sumó Jagg Barcelona (DJ) y volvimos un poco al concepto inicial de la banda que era hacer electrónica con instrumentos análogos, también.
De toda esa convergencia de estilos surge este sonido nuevo para ustedes, teniendo en cuenta sus proyectos anteriores.
Tagore – Eso es lo más brutal de nosotros, que nuestra libertad creativa se desarrolló naturalmente hasta hoy mismo y seguimos con la misma energía de movimiento. La música de Fuma es de nosotros y sale para afuera así.
Ustedes definen su estilo como pop electrónico funk.
Jagg – Si lo pudiéramos resumir sería como lo que tú dices, pero hay una mixtura de sonido más groovie, funk, electrónica minimalista, soul, blues y la influencia latina que está marcada en el fraseo de la voz de Tagore. Pero, si lo resumimos, sería como tú lo dices.
Pero, también, hay algo de folclore chileno…
Jagg – Sí, hay algo.
Tagore – Finalmente, lo que me toca a mí, que es el canto, la poesía y la melodía tiene ese alimento, también. Pero se moderniza aquí, en la amalgama.
Chile es un país que es bastante extraño porque, en cierta medida, se mira mucho al ombligo de Santiago, pero, desde las regiones de afuera como Concepción, como Valdivia, siempre salen proyectos que viajan al mundo, que no necesariamente pasan por Santiago. Entonces, se ha ido creando una escena que es más cosmopolita, más que buscar a Santiago.
Pablo Mura (guitarra y secuencias)
¿Cuál ha sido la evolución musical de la banda en desde su disco debut de 2011 hasta ahora que están a punto de lanzar “Claroscuro”?
Tagore – El primer disco fue hecho con toda el hambre de haber salido de los proyectos en los que estábamos y entramos de lleno y en ocho meses teníamos el disco. Después, en “Tabaco del Diablo” ingresamos una batería análoga tocada por una mujer, Edita Rojas, y tuvo electrónica, un poco de rock & roll. Este tercero, ya es electrónica con rock-pop. Está mucho más definido.
Jagg – A mí, en este disco, me tocó hacer de productor, junto con Pablo, y el carácter, como yo soy DJ, es bien llevado hacia la electrónica y logramos el equilibrio con Pablo, como él es guitarrista y tiene su lado más rockero, una mixtura bien entretenida y reforzar el sonido que ya tenía Fuma & Baila, que ya era electro-rock, ahora se reforzó un poquito más en el lenguaje de la electrónica minimalista guiado a la pista de baile, todos los temas se pueden bailar.
Tagore – Todo es bailable y remixable por los mejores deejay del planeta (risas).
¿Cómo es la escena musical de Valdivia?
Pablo – La escena valdiviana es una escena que está como aprendiendo a subsistir dentro del universo gigante de microindustrias comunales en la región del Sur de Chile. Chile es un país que es bastante extraño porque, en cierta medida, se mira mucho al ombligo de Santiago, pero, desde las regiones de afuera como Concepción, como Valdivia, siempre salen proyectos que viajan al mundo, que no necesariamente pasan por Santiago. Entonces, se ha ido creando una escena que es más cosmopolita más que buscar a Santiago y, también, eso se ha ido acentuando cada vez más con festivales como Fluvial, que son festivales que invitan a la industria a conocer música que no es normalmente solamente del Nor Atlántico. No es como de las bandas de Estados Unidos o de Inglaterra que, generalmente, están siempre hegemonizando la escena musical mundial, sino que hay una convergencia de otros mundos, de Colombia, Uruguay, de Nueva Zelanda, de Argentina, de Australia, de Canadá. Entonces, en Valdivia, está empezando a germinar esa semilla que se ha sembrado con este intercambio que se ha generado en la ciudad, que tiene que ver con una forma distinta de hacer la música y una forma distinta en la que ha progresado la industria, que es descentralizándose. Ya no es una industria unipolar del Nor Atlántico, sino que han aparecido mucho otros focos de industrias musicales que son muy interesantes: México, chile, Perú.
Y en cuanto a la escena chilena en general ¿por qué creen ustedes que no trasciende hacia estos lados como Argentina o Uruguay?
Marcelo – Es muy interesante esa pregunta porque yo trabajo dentro del ámbito de la gestión, también, entonces hemos tenido acceso a informes que se hacen desde la política pública de para desarrollar la industria chilena. Es un trabajo que tiene diez años, por lo menos, y se hizo un diagnóstico de la exportación de la música chilena y el sector del Río de la Plata no es un área prioritaria, al menos en la política pública en aquellos años; se estaba priorizando Colombia, México, España, Estados Unidos como destinos de mayor posibilidades de desarrollo porque, históricamente, en la música, Argentina ha sido muy cerrada, Uruguay está encajonado entre Brasil y Argentina. Entonces, cuando se hizo ese diagnóstico, que lo hizo David Loscos, nos hemos plegado desde los sellos independientes como gremio y como colectivo, también, a ese cometido, a partir del trabajo de la Asociación Músicos de Rock de Valdivia y el trabajo que está haciendo Sebas Silva acá, en Uruguay, comenzó a armarse este puente entre Chile y Uruguay y, obviamente, para nosotros, es una excelente oportunidad poder reforzarlo y contribuir a que ese puente se construya y se solidifique en el tiempo. Por eso estamos acá. También, se hizo un diagnóstico, hace dos años atrás de IMICHILE (Asociación Gremial Industria Musical Independiente de Chile) y se hizo un cálculo que se están editando tres discos a diario en Chile, más o menos. Ése es el volumen duro, digamos, está proliferando mucho, pero, no está circulando para acá, están circulando para otras latitudes.
Históricamente, no hemos construido lazos entre Chile y Argentina o Chile y Uruguay. Sí, en la literatura, probablemente a nivel político también, pero no en cuanto a la música. En esta nueva camada de la música independiente, esto es un paso que se ha comenzado a hacer, recién hace unos tres o cuatro años.
Marcelo Godoy (bajo y secuencias)
A pesar de que internet ha derribado las fronteras no se da ese intercambio…
Marcelo – Históricamente, no hemos construido lazos entre Chile y Argentina o Chile y Uruguay. Sí, en la literatura, probablemente a nivel político también, pero no en cuanto a la música. En esta nueva camada de la música independiente, esto es un paso que se ha comenzado a hacer, recién hace unos tres o cuatro años.
Ésta es la segunda vez que van a tocar en Uruguay ¿Cómo recuerdan aquella primera visita?
Tagore – Sí, es la segunda vez que venimos. La primera fue mágica, ésta súper mágica. Caminé mucho la primera vez y esta vez anduve mucho más en bondi (sic) y en taxi (risas).
¿Qué expectativas tienen para estas próximas presentaciones?
Tagore – Todas las expectativas que yo he traído están superadas porque la gente es muy amable, la organización funciona perfecta, la ciudad es muy bonita, de ribera, igual que Valdivia…así que me siento en casa.
Marcelo – Nosotros hemos venido, también a hacer un fortalecimiento de nuestro trabajo, esto de reforzar los lazos, de tratar de poder sentar las bases para la circulación entre Chile y Uruguay y posicionar a Fuma & Baila acá, en Montevideo. Por eso estamos haciendo un trabajo con los medios para que puedan conocer nuestro trabajo, que vayan a los shows y que conozcan esta propuesta que estamos desarrollando de electrónica y rock bailable.
Pablo – Y queremos volver, definitivamente, a Montevideo porque a nosotros nos resulta una experiencia súper enriquecedora. Venir para acá y entender que hay otras perspectivas, pensar fuera de la caja, que en Chile estamos encerrados detrás de una cordillera y nos miramos muy al ombligo, y para afuera hay un mundo enorme y, gracias a la venida anterior, hemos comprendido muchas cosas que nos han hecho crecer como músicos.
Fuma & Baila se presentará hoy, viernes 25, a partir de las 20 hs. en Sala Zitarrosa, mañana, sábado 26, a partir de las 16 hs. en Plaza Líber Seregni y el domingo 27, a partir de las 10 hs. en Centro Barrio Peñarol.