Diego Matturro acaba de publicar a través de plataformas digitales “Conflicto de intereses”, su segundo trabajo como solista y que sin dudas marca un antes y un después en su carrera, tanto a nivel lírico como musical y de producción. El propio Matturro lo define como un disco “de conflicto” y sucede que en los nueve tracks que lo componen, el cantautor aborda visceralmente las relaciones personales, la realidad social, su profesión de artista, pero también lo hace de esta forma en las canciones más emotivas, sin escatimar en sentimientos.
A propósito del lanzamiento conversamos con Diego, quien nos cuenta acerca del nuevo álbum y sobre el origen de las composiciones que delinean el tono del mismo, a la vez que nos adelanta sus planes, entre los que se encuentran shows en Argentina y en el interior de nuestro país, además de una presentación oficial en La Trastienda MVD en el mes de agosto.
Por Liber Aicardi
¿Cómo definirías “Conflicto de intereses” tanto a nivel personal como musical?
Para mí, sin ninguna duda, es el disco más real que hice a nivel de lo que a mí me gusta tocar, de la música que a mí me gusta hoy, de lo que me representa. Y saliendo de lo musical es lo más real que dije. Yo escucho las canciones y me veo en las letras. Realmente estoy diciendo lo que pienso sin ningún tipo de cuidado, con respeto y sin herir susceptibilidades, pero también haciéndolo para mí, porque mi conflicto de interés más grande es poder vivir de la música y poder dedicarme a ser músico. Y a nivel técnico y sonoro, el disco es una apuesta muy grande, súper cuidada, algo que nunca había hecho en mi vida porque yo soy re ansioso y todo lo que pueda hacer yo, lo hago yo, y es un kilombo porque yo no soy bueno en todo. Entonces, en este disco tercericé aquello en lo que creo que no soy realmente bueno a un trabajo en equipo real. Llamé a Tato Cabrera para grabar baterías, que fue el productor de varios temas, para las baladas llamé a Fran Nasser para que las produzca. Es el trabajo más importante que hice en mi vida, el que más me costó, el que más pensé y el que más me gusta.
Se nota un importante cambio entre el Diego Matturro de “Amigo Imaginario” y el de este disco. ¿Qué pasó entre medio?
Lo primero es que “Amigo imaginario” es un disco para mi familia y yo, para mi familia, tengo solamente amor. Entonces, todas las canciones viajan en un universo de amor familiar y, cuando yo saqué ese disco, me estaba metiendo en un mundo solista con mi nombre con canciones que eran lo que yo pensaba para mi familia ¿viste? Ahora, cuando Diego opina de cosas que no tienen que ver con Diego sino con el mundo es como “¿dónde quedó el Diego que le cantaba a la hermana, todo cariñoso?”. Y en este disco hay dos canciones que son para amigos – que ya no son mis amigos -, hay una canción para el gobierno de turno, hay una canción para mi trabajo y todas son como “de palo». Es un disco de conflicto este, es real. Este disco me agarra como sin pelos en la lengua porque yo hace dos años fui padre y vivo en una armonía familiar que está súper bien, entonces eso permite expresarme con sinceridad, también, sobre lo que yo creo que está mal. El cambio de un disco a otro es muy grande también porque la persona que escribía está escribiendo de otra cosa y cambió. Y cambió mucho. Yo era más cuidadoso antes, me importaba más quedar bien con todo el mundo y ahora no. Es imposible que quede bien con todo el mundo y me parece que en el arte es en el único lugar donde yo puedo ser yo cien por ciento. Como estoy solo componiendo digo cosas que capaz no las diría delante de alguien. Después las saco al mundo y marché, hacete cargo. Hay una canción que se llama “Falso Hippie”que le hice a un amigo, que no somos más amigos, que la letra dice “te lo canto porque no me animo a decirte todo lo que siento” y es eso, más o menos.
Es curioso lo que decís porque muchas veces pasa que cuando un artista se encuentra en determinados momentos de armonía personal, por decirlo de alguna manera, tiende a hablar sobre eso y no tanto a mirar hacia el costado y hablar de la realidad que lo rodea. Vos, en este disco, mirás más para afuera que para adentro.
Claro. Porque me parece que estamos en un momento importante como sociedad, como momento político, de muchas cosas que se dicen, de cosas que antes, capaz, no pasaban tanto, hay como un odio en la calle, el país partido a la mitad, literalmente… Entonces ¿qué voy a salir yo a hablar de amor? Yo pienso que tengo que dar mi opinión sobre las cosas que están mal porque considero que no estamos bien, no estamos en un buen momento como país. La gente se está puteando todo el tiempo en redes sociales por cualquier estupidez, la gente se quiere mucho menos que antes, las relaciones son mucho más efímeras y digitales, tendés a verte menos cara a cara. Entonces, las relaciones se transformaron y empezaron a pesar algunas cosas que antes no existían. Eso, para mí, nos juega en contra y yo no quiero salir a cantar canciones de amor cuando veo que en mi país está todo turbio. Me parecía raro sacar un disco de canciones de amor con una pandemia, una guerra, políticos puteándose entre sí, todos jugando para su chacra.
El orden de los temas hace que el disco vaya ganando en intensidad hasta llegar a “Pantalla azul”, el séptimo track, y dejaste las canciones más emotivas para el final. ¿Trabajaste mucho en el orden de las canciones?
Sí, obvio. El orden de los temas es algo que para mí es fundamental. Para mí, un disco no es un puñado de canciones metido adentro de una carpeta y subido a internet. El orden de las canciones es lo que hace al disco en sí, para mí. En “Egoísta”, el tema 1, lo primero que suena es mi voz con la guitarra y dice “volví para decirte: voy a poner una bomba, van a volar por los aires y chau”. Vos ponés el disco y escuchás eso. Si yo, en vez de poner esa canción pongo la última canción, que es la canción de mi padre (N de R: “Héroe”), que es una canción de despedida súper dulce, emotiva, el mensaje que yo estoy dando es otro. El orden de los temas está elegido a propósito y es eso: elegí disparar, disparar, disparar, disparar y cierro con dos cosas que para mí son re positivas y que siguen perdurando en el tiempo y que siguen estando en la sociedad, que son la amistad y el amor familiar, en este caso el de mi padre y yo.
Yo escucho las canciones y me veo en las letras. Realmente estoy diciendo lo que pienso sin ningún tipo de cuidado, con respeto y sin herir susceptibilidades, pero también haciéndolo para mí, porque mi conflicto de interés más grande es poder vivir de la música y poder dedicarme a ser músico.
De alguna forma estás diciendo: “miren que estoy enojado, no me gusta esto ni aquello, pero también tengo estos sentimientos”…
Exacto, lo dijiste vos. Lo que pasa es que yo no estoy enojado. Yo tengo un montón de cosas para decir que la mayoría son de enojo, pero también tengo otras y también lo quise plasmar. Y la canción para mi padre, “Héroe” la dejé para el final por eso mismo, no quería que fuese un disco todo de rabia, quería que termine en un lugar armónico. Por eso dejé las dos canciones que son armónicas para el final.
De los simples que adelantaron la salida del álbum “Pantalla azul” y “Falso Hippie” son los que más repercusión tuvieron por distintos motivos. ¿Cómo ves la recepción que tuvieron?
“Pantalla azul”, primero no iba a ser un corte, pero en un momento me pareció que tenía que decir algo. Yo, ese tema, si no me equivoco, lo saqué el 5 de mayo del año pasado. El país todo hecho bolsa con la pandemia, músicos sin poder tocar, colegas con problemas económicos serios debido a que no podían hacer su trabajo, mucha gente comiendo en las ollas populares… no es un discurso pro-Frente Amplio, pero sí, es un discurso en contra de lo que estaba pasando, de lo que sigue pasando, que el nuevo gobierno deja de lado a la mayoría de la clase trabajadora y a los que menos tienen para concentrarse en los que más tienen y sus riquezas, por llamarlo de alguna manera. Y, para mí, es más o menos lo que ya había pasado antes, en la década de los noventa, por eso dice: “pantalla azul, se nos reinicia el sistema”. Es como que volvimos a hacer lo mismo. Me parece importante que los músicos hablemos de lo que pasa. Si yo soy un cantante de música popular comercial y el país está pasando un momento malo no quiero salir a cantar canciones de amor ni de las flores. Entonces, decidí sacar una canción de lo que estaba pasando a nivel político. Te miento si te digo que no estoy, por momentos, arrepentido de haberlo hecho porque recibí muchas críticas negativas solamente por pararme en la vereda de enfrente. Yo esperaba que eso pase, pero no de esa manera: insultos, insultos a mi familia, solamente por estar acá. Hay mucha gente que le gusta muchísimo, muchísimo, odiar otras cosas y no es tanta la que escucha la canción y después te odia, casi nada. Había veces que me daban ganas de decir “¿Qué te hice? ¿Le pegué a tu madre?”. Porque no estoy insultando a nadie en esa canción, estoy diciendo mi punto de vista, que puede no ser el tuyo, pero por eso vos no me podes putear. Le mandaban mensajes a mi madre insultando. ¿Por qué mi madre se tiene que fumar que vos seas un tarado? Por lo menos vení a insultarme a mí. Si lo pienso en frío, arrepentirme, arrepentirme, no me arrepiento porque va con el mensaje que yo te estoy queriendo dar desde que empezamos a hablar. Me parece importante que cada uno diga lo que tiene que decir y que no se guarde las cosas, por lo menos las importantes.
¿Y con “Falso hippie”? Porque aunque esa canción tenga nombre y apellido, ese saco le puede caber a más de uno.
Yo llamé a la persona a la que le hice el tema y le dije “bó, te hice una canción que te la voy a mostrar porque, cuando salga, te vas a dar cuenta que es para vos y no me da vergüenza decirte que es para vos”. Se la mostré, el loco me llamó (se ríe) me dijo de todo, yo le contesté que lo que decía esa canción era todo verdad y si no te gusta, lo siento. No es lindo que alguien te haga una canción así, pero no es mentira. Y tampoco salí a decir que le hice una canción a esta persona.
Y en el otro sentido incluíste “Héroe”, que es de las canciones que a uno le gustaría que le hicieran…
A mí me costó muchísimo decidir hacerle una canción a mi padre y la hice, no te voy a mentir, en diez minutos. Fue como que me bajó la canción entera y de una. Para mí es una canción re difícil de cantar, de hacer… Lo que me ayudó pila es que, como yo fui padre hace poco, es como si vinieran con un USB y me cargaran un montón de emociones que yo no tenía antes. Entonces, eso me ayudo muchisimo. Hay mucha gente que se siente identificada con esa canción, nunca me había pasado esto de cantar una canción y ver gente llorando y, menos, me había pasado de ver tanta gente grande llorando. Es muy raro lo que pasa con ese tema. A mí me asusta. Por ejemplo, el viernes pasado teloneé a Abel Pintos en el Antel Arena y yo veía desde el escenario que había gente llorando y, cuando termino de tocar, me fijo en Instagram y tenía un montón de mensajes enormes, largos de gente que decía “mi viejo falleció en tal fecha, gracias por hacerme estar un minuto con él”… No tengo palabras para decir lo que es eso para mí, es imposible explicarlo con palabras. Sí, me alegra mucho haber podido hacer una canción así para acompañar algún sentimiento como para erizar a alguien. Me alegra mucho que otro se sienta identificado con cosas muy emotivas y, realmente, nunca me lo había imaginado.
Yo no estoy enojado. Yo tengo un montón de cosas para decir que la mayoría son de enojo, pero también tengo otras y también lo quise plasmar. Y la canción para mi padre, ‘Héroe’, la dejé para el final por eso mismo, no quería que fuese un disco todo de rabia, quería que terminara en un lugar armónico.
¿En “Artista” sacaste, de alguna manera, cosas que tenías acumuladas a lo largo de los años respecto a las opiniones de los demás?
Sí, esa canción es una de las más reales del disco. A mí me tiene re podrido que me estén diciendo lo que tengo que hacer para que a mí me vaya mejor. No que venga Fran (Nasser) y me diga “está buenísimo eso que hacés de esa manera en las canciones” o “dejate de romper los huevos con el candombe”, “dejate de romper los huevos con el funk”… Te hablo de gente que no toca ni el chifle y no tiene ni idea de quien canta “Hey Jude” venga y me diga “vos tenés que hacer algo más pachanguero, vos tenés que hacer una canción con el Fata Delgado que es tu amigo”. El Fata es mi hermano pero no quiero hacer una canción con el Fata. Él canta cumbia y yo no. No es que no quiera hacer una canción con el Fata, no tiene nada que ver. O que me digan “vos lo que tenés que hacer es inventar un estilo” ¿Y por qué no invento el viaje en el tiempo? Como si fuera tan fácil. Aparte, lo que yo tengo que hacer para mí es lo que yo quiero, no tengo que hacer lo que quieren los demás, artísticamente. Yo voy a cantar lo que yo quiero y punto. Es una cosa que le pasa a todo el mundo, por eso la canción empieza diciendo “esta es la historia más vieja del mundo”. Ojo, no estoy hablando de los músicos. Entre los músicos no pasa eso, las opiniones son constructivas.
¿Te cuesta mucho delegar las decisiones de producción?
No, no me cuesta nada delegar cuando confío en la otra persona. Los dos productores del disco son Tato Cabrera y Fran Nasser. Tato es un amigo mío de hace quince años, que hace mucho tiempo que está en la música, nos llevamos muy bien, tenemos confianza extrema, él sabe lo que yo quiero, él conoce mis gustos y yo confío abundante en que él lo va a hacer bien. Con Tato es un placer trabajar para mí y estoy re agradecido, se lo vivo diciendo. Y con Fran… No voy a explicar quién es Fran en la música uruguaya, pero, para mí no es como un padrino, es como un padre. Fran produjo los dos primeros discos de Sirilo y me enseñó de todo. Desde esa época te estoy hablando que está en mi vida. Entonces, no solamente lo respeto como músico sino que le tengo un cariño inmenso como persona y él maximiza realmente mis virtudes y esconde mis defectos, o me ayuda a ir por el camino correcto. Y, aparte, yo considero que Fran está en otro nivel de producción, él está muy metido en la música internacional, él escucha de otra manera. El tipo nació con la música en la cabeza y hace mucho tiempo que viene haciendo algo que es realmente bueno haciéndolo, entonces va cada día progresando un poco más y sumale, la amistad, el cariño y el respeto que le tengo ¿cómo no les voy a delegar? Con ellos dos es un placer trabajar, para mí. Ahora, si me ponés una persona en la que no confíe o no le tenga tanta confianza, sí me costaría mucho delegar porque la música es lo único que yo tengo mío, tendría más cuidado. Pero no es este el caso.
¿Qué planes tenés a corto plazo?
Me voy a tocar a Argentina. El 7, 8 y 9 de abril nos vamos con Samantha Navarro a tres teatros, dos en Buenos Aires y uno en La Plata. Estoy re contento con eso, me encanta irme a tocar a cualquier lado y más cuando me voy a tocar a otro país, me siento con doble privilegio. Poder llevar mi música fuera de las fronteras donde yo vivo nunca me lo hubiera imaginado y, por suerte, lo hago cada vez más seguido y es rarísimo porque lo digo y no lo creo. Después, vuelvo, arranco a tocar por el interior, voy a estar en Flores, Florida, Melo, Treinta y Tres, un montón de lugares espaciados entre mayo y junio, y el 5 de agosto presento este disco en La Trastienda.