Tito Lagos
-
Foto: Paul Hernández
-
Para la presente edición de #SoyFan, la N°97, invitamos a un músico que, tanto como guitarrista de The Supersónicos como con el proyecto que comparte con Nico Barcia ha demostrado que lo suyo es el Rock & Roll. Obviamente, hablamos de Tito Lagos. El próximo sábado 30 de octubre, a partir de las 20:30 hs. en Sala Camacuá, la dupla Nico Barcia & Tito Sónico tendrá su esperado debut en vivo en el marco de Rito Mostro, donde estrenará su álbum “Rock N’ Roll Premium”, editado a comienzos de año. En la fecha también participarán Monkelis, Las Cobras y Amazing One Man Band, lo que convertirá a la sala en un recinto “mostroso”, propicio para hospedar tales criaturas. Tomando esta atractiva noche como excusa, convocamos a Tito a nuestra sección y nos habló, como no podía ser de otra forma, sobre uno de sus maestros, Chuck Berry. Lo que sigue, son sus palabras acerca de una de las más grandes leyendas de género.
“Pensar cuándo fue la primera vez que escuche a Chuck Berry es como preguntarse cuándo aprendiste a respirar. No hubo un momento preciso, ya que desde la infancia se escucha en casa, gracias a mi hermano mayor Gabriel (ex bajista de los Supersónicos) que nos traía toda la música y nos ponía los programas de radio que había que escuchar. Desde muy chicos escuchábamos a los Beatles. Siempre me llamó la atención que en su primera época había un par de temas más rockeros que el resto. De más grande, me di cuenta que las versiones originales eran muchísimo más geniales que las pasteurizadas por los cuatro de Liverpool. Apreciar a Chuck Berry ahora, más maduro, es cómo darte cuenta que no hay nada más rico que un churrasco con fideos y un poco de queso. Al principio, de chico es normal y sin mucha preparación, pero de grande te das cuenta que es lo mejor del mundo (y te das cuenta que los chefs de la guitarra son al pedo). Cuando estoy en el escenario con ‘los Super’ o con Nico & Tito, siempre pienso que esta Chuck Berry diciéndome: ‘Cuidado: ¡no metas un dedo de más que eso NO es rock!’.
Pongámosle que después de los 30, me di cuenta que había un pilar en el rock, que si bien me encantan Eddie Cochrane, Buddy Holly, Carl Perkins, Bill Halley, Ritchie Valens, Jerry Lee, Bo Diddley y Roy Orbison, hay un tipo que entendió que no sólo basta con hacer buenas canciones, hay que hacer riffs de guitarra memorables, dar un buen show, componer tus propias canciones y tener una apariencia aplanadora. Todo eso es Chuck Berry. De grande, me fui enterando que su intro más famosa es medio robada, que dudan de la autoría de varios temas, que es repetitivo, que trataba mal a los miembros de sus bandas, que tuvo problemas legales, que abandonó a sus hijos… pero es el INVENTOR DEL ROCK N ROLL. Por otra parte, cuando nos enteramos que venía a Uruguay en 2014 (yo ya me lo había perdido en Madrid porque había cancelado su show) me quería morir. Con mis hermanos hicimos todo lo posible para ser sus teloneros. Finalmente, The Supersónicos fue la banda telonera de Chuck Berry y eso selló mi lealtad infinita.
Hay muchísimas cosas que admiro de él. Es el Inventor del Rock. Es un negro que se coló en el mundo blanco de la música. Es el tipo que hizo que la guitarra sea el sonido del rock, destronando al piano y al saxo (que se colaba en muchas canciones). Es el tipo que entendió desde el primer día que el negocio de la música era un show y se convirtió en showman, inventando poses y pasos que son admirables y que aún hoy me cuesta hacerlos. Tiene un look formidable, sus camisas, sus patillas, su pelo… en fin. Es una imagen icónica. También admiro que en casi todos sus conciertos el tipo ¡PIFIA! y le importa tres pepinos. En un show de 30 minutos, Chuck te manda tres desafinadas terribles, pero con su cara estoica continua y sigue haciendo el show. Es muy humano ver al inventor de todo errándole. Eso me conforma porque a mí me pasa lo mismo, por show hay cuatro pifies salados ¡de esos que Chuck hacía! Admiro su capacidad de hacer letras atractivas, satíricas y de denuncia. Su métrica, la manera de cantar, y cómo pronuncia las ‘s’.”
A continuación, te compartimos los cinco temas de Chuck Berry que Tito Lagos seleccionó para nosotros.
-
Johnny B Goode. Sin esta canción nunca se podría haber llamado rock & roll a la música de los años ‘50 (y todo lo que vino después). Desde el riff de intro icónico (inspirado en Luis Jordan) hasta el final medio desprolijo. Una letra tan autobiográfica, y una manera de cantar admirable. La estructura hizo que todos siguieran sus pasos hasta el día de hoy. Los arreglitos de guitarra después de cada frase son soberbios. Repetitivo pero incansable.
Cada vez que veo Volver al Futuro me dan ganas de tirarle una piedra al televisor cuando cometen el mayor crimen de la historia: hacernos creer que un blanco inventó el rock n roll. -
-
-
Roll over Beethoven. Gran, pero, gran canción de rock. Una letra sublime y una gran dosis de humor. «tengo neumonía de rock y necesito un disparo de rithm and blues» ¿Qué más se puede agregar? El solo de guitarra en el medio, es medio desprolijo, pero es la esencia de Chuck. Junto a esta canción están también: Rock n Roll Music, Maybellene, 30 Days, No particular place to go, School days, Reelin and Rockin, Around and around, Carol y Route 66 (que no es de él)… en fin. Todas son la esencia del rock. Escuchar cualquiera de estas canciones interpretada por ingleses es como ponerle a una Ferrari un motor de Fusca hecho en Brasil…
-
Nadine. ¡El ritmo y llevada de esta canción son mágicos! El tipo es un maestro de la guitarra, pero en este tema se da el lujo de no hacer ningún solo y contar una historia. Chico busca chica. La llevada hace que el tema sea eterno… En esta versión en vivo, el viejo Chuck hace un solo, no sé si sublime, pero muy, muy cómico. ¡Qué perfomance!
-
-
-
Memphis Tennessee. Una melodía increíble, llevadera. Es de esas canciones que se pueden tocar 68 horas seguidas porque son como un loop eterno. Otra vez, Chuck cuenta una historia conmovedora. Nos hace pensar que quiere ponerse en contacto con su amada, pero en realidad es con su hija. ¡Un capo!
En esta versión en vivo, despliega todo su arsenal de showman, sus pifies, su métrica implacable y su look setentero digno de un dios del rock
-
You never can tell. Desde la intro, la canción se destaca por un nivel de detalles hermosos. La llevada, el ritmo, los arreglos de vientos… Todo suena fantástico y atemporal. Y eso que está grabada en 1964 (y compuesta en prisión). Cuando Tarantino la usó en Pulp Fiction, no sólo hizo popular la música surf (la cual nosotros tomamos con los Super como una nueva guía.), también colocó a esta canción en su verdadero lugar dentro del rock: ¡como una obra de arte! Una canción hermosa de DOS notas!!!
En esta versión en vivo, ya en su decadencia, vemos como su familia y banda explotan al viejo Chuck para hacer unos mangos… Como dice la canción: «es la vida… ¡uno nunca sabe!». -