Paul Higgs
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En esta entrega de nuestra sección, la N°95, el invitado es Paul Higgs, una de los artistas más prolíficos de la escena local, además de ubicarse a la vanguardia de nuestro indie, tanto en plan solista como con la banda Algodón.
El próximo domingo 17, a las 21 hs, Paul Higgs se presentará en La Trastienda MVD con un show de ésos a los que nos tiene acostumbrado, donde no faltarán el glam, la transgresión ni el histrionismo del músico. Tomando este espectáculo como excusa fue que lo convocamos y nos dejó sus palabras sobre el, ya, desparecido Claudio Taddei.“Tendría doce o trece años y el bajista que tocaba en aquél entonces con mi viejo se llamaba Aldo Coto, un copado fantástico que me pasó ‘La Iguana en el Jardín’, ‘Espantapájaros’, ‘Para el Sur el Norte está Lejos’ y ‘Puerto Mestizo’ de Claudio Taddei. Fue un estímulo impactante que hasta el día de hoy continúa. Conocer a Taddei en ese momento exacto donde hallar un referente tan atípico, funky y peculiar era lo necesario para nutrir mi apetito creativo; fue un refugio ideal para mi pena de ‘huérfano’ del Rock Yorugua.
Puede que el mismo año que Coto compartió esa música mágica conmigo, Taddei haya dado un recital en el, también, muy memorable Espacio Guambia, al cual este bajista copadazo me llevó!!! Decretemos esa como la fecha en que me transformé en fanático de Claudio, su música y particular gracia.
Lo que admiro de él es que cual Judee Sill, Mateo, Nick Drake u otrxs artistas profundos, tiene una peculiaridad tal que puede causar un antes y un después en la historia de la persona con quien conecta (en este caso causó un antes y un después en mi vida).”
Lo que sigue, son las cinco canciones de Claudio Taddei, que Paul Higgs eligió como sus favoritos.
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Rimel Francés. Extraño ambiente glamoroso y lúgubre crea Taddei en este track de neblina misteriosa neón. Ponele que la escena sugerida podría existir en algún piso contiguo a la fábula de Dylan y su críptico «Mr. Jones» en la «Ballad of a Thin Man». Un multiverso localizado en algún hotel fantasma de la Ciudad Vieja montevideana del futuro sería el recinto adecuado para tales juntas.
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Anteojos y Girasoles. Batería de murga mezclándose con el peculiar swing de Taddei, una de las primeras épicas donde se mezcla el sonido de la calle con el funk yorugua post 90’s. Arreglos divinos, se suena todo. No me pregunten cómo, pero verdaderamente suena a «Anteojos y Girasoles».
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Van a Temblar. Ahora sí, en mi opinión esta es la máxima épica música del funk yorugua candombeado futbolista. Cuando el mundial se haga en Uruguay sería NEGLIGENCIA pura obviar esta canción. Dicen que está Francisco Fattoruso en bajo, Ibarburu en bata, y andá a saber cuánto más dream team se halla en esta grabación de tan alta calidad sónica e interpretativa.
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Amor Nacarado. Post «Iguana…» y continuando el desarrollo del funk yorugua Taddei lanza “Cebras, Nacar y Rubí”, con una conceptualización y arte fantásticos (tengo una edición en cassette de ORFEO, HERMOSÍSIMA), arreglos de vientos preciosos (a los cuales Taddei siempre nos tendrá acostumbradxs) y kilos de gracias latiendo en swing de F U N K.
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Black Soul. De nuevo esa extraña Ciudad Vieja sumergida en niebla, los vapores de la carrera atravesando la Escollera Sarandí camino a una noche entera sobre el Río de la Plata. Luces de neón y un Taddei transformado en Cyborg cantando su música que eterna vivirá y vibrará en nuestra cultura. Contrabajo, trompetas que lloran, y una poesía recitada por la voz divina y sentida de Luis Cerminara. Siempre me afectó muuuuucho la parte en que canta «En Montevideo el tiempo estaba aceptablemente gris». De nuevo, la calidad e interpretación de estas grabaciones es excelsa, irrepetible.
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