Kuropa: «Si algo no me emociona o no me conmueve, no va a terminar en canción.»

Diego Kuropatwa editó en 2021 «El lugar», su más reciente álbum y, probablemente, el que lo muestra en el momento más sólido de su carrera. Claramente, el nivel del mencionado trabajo discográfico no obedece a otra cosa más que a una trayectoria que el cantautor viene construyendo hace, ya, más de dos décadas y donde parece haber encontrado, justamente, su lugar.
Por otra parte, unos días atrás, en la previa a una nueva Marcha del Silencio, publicó «Inmortal», un tema que el propio Diego define como «un granito más de arena para apoyar esta causa que nos interpela a todos y todas, año a año, mes a mes y día a día”.
El próximo viernes 10 de junio, a las 21 hs. en Teatro El Galpón, Kuropa presenta oficialmente las canciones de «El lugar» en un show que tendrá, además de la presencia de invitados, a Mateo Braga abriendo la noche.
Tomando como excusa la importante fecha, lo entrevistamos y nos habló sobre el disco.

Por Liber Aicardi

Foto: Difusión

¿Cómo fue el proceso de “El lugar”?
Fue un proceso que se dio naturalmente y de manera lenta, pero consciente en cuanto al resultado que queríamos lograr. Luego del álbum “Herencia” realizado en el 2015, de toque más eléctrico, comencé a componer con una idea más enfocada hacia la figura del cancionista.
Fue un vuelco hacia sonidos más cálidos y “maderosos”, con una guitarra criolla más trabajada y arreglos que acompañaran sutilmente lo que yo necesitaba o quería contar. Estas canciones que comenzaron a surgir fueron marcando el camino, dándole un carácter específico al disco que estaba naciendo. Con estas composiciones fue que inicié el trabajo junto a Diego Janssen que fue el productor artístico de “El lugar”.

Es un álbum grabado y publicado en pandemia. ¿Esto influyó en alguna parte del proceso?
Exactamente. Por un lado la pandemia demoró el proceso de salida del disco. En diciembre del 2019 habíamos lanzado el single “La noche y el día” con la idea de anunciar el material que se vendría en el 2020. El Covid nos hizo frenar, apagar los motores de golpe y repensar el proceso. Por otro lado, esta nueva realidad nos sirvió para trabajar los arreglos de las canciones de manera detenida, sin tanto apuro, sin desesperarnos. El proceso de grabación comenzó por noviembre del 2021 y culminó en mayo del 2022.

En cuanto a las letras, el clima de general es de búsqueda y encuentro con los afectos y lugares cercanos, incluso con vos mismo. ¿Cómo se da ese rumbo?
Hay temáticas que están presentes a lo largo de los cuatro trabajos editados, creo que lo cambia fundamentalmente es la “vestimenta” que uso para abordar una determinada canción. La naturaleza, canciones reflexivas o con temáticas sociales, de amor en sus diversas manifestaciones, son lugares a los cuales acudo frecuentemente y me son familiares. En ese sentido el rumbo se da naturalmente pero, si, intento tanto en la letra como en la música abordar esas situaciones desde otro ángulo.

¿Considerás que este trabajo es el más acabado de tu carrera o que, al menos, los anteriores fueron construyendo el camino para lograr el resultado que se refleja en “El lugar”?
Si, tal cual lo decís, pienso que este material es el más maduro y que los demás trabajos discográficos ayudaron a forjar la personalidad de este disco. Uno siempre piensa que el útlimo trabajo es siempre el mejor, pero en mi caso estoy seguro que “El lugar” es un mojón personal muy importante. No quiero olvidarme de mi inicio con Kuropa & Cía y el carácter de aquel “Y qué dirán”, pero allí yo estaba muy verde a nivel compositivo a pesar del tema “Yo no pido” que se transformó en la canción más conocida de mi discografía. Tampoco me voy a olvidar del “Kuropa & Olivera” junto a mi gran maestro Rubén Olivera, porque allí comencé a afianzarme con la guitarra criolla y con un sonido plagado de matices y colores. Y finalmente el disco “Herencia” producido por el querido Guillermo Berta, me dio la posibilidad de abordar el lado más rockero y popero de mis canciones. Todos ellos tuvieron su porqué y ayudaron al nacimiento de “El lugar”.

Hay temáticas que están presentes a lo largo de mis cuatro trabajos editados. Creo que lo cambia fundamentalmente es la ‘vestimenta’ que uso para abordar una determinada canción. La naturaleza, canciones reflexivas o con temáticas sociales, de amor en sus diversas manifestaciones, son lugares a los cuales acudo frecuentemente y me son familiares.

Recientemente publicaste el single “Inmortal”, una canción que aborda la temática de los desaparecidos y, en particular, hace referencia a La Marcha del Silencio. ¿Cómo surgió la canción? ¿El hecho de que la marcha no se realizara durante dos años en forma presencial tuvo que ver?
La canción “Inmortal” surgió de manera casual, yo no la busqué sino que me estaba esperando en un momento y lugar determinado. Me encontraba probando acordes en la guitarra y había escrito algunas líneas que nada tenían que ver con el tema original, cuando de pronto me empezaron a caer las imágenes de la Marcha del Silencio. A partir de ese momento todo se dio de manera muy rápida, fue visceral, pasó por las entrañas y no por la cabeza. Ni bien la terminé, ese mismo día tuve la necesidad de entregárselas a Madres y Familiares. Me contacté con Carolina Carretero y Patricia López Melo a través de una amiga en común (Ana Claudia de León), las cuales la recibieron con los brazos abiertos y la comenzaron a difundir. Además me proporcionaron imágenes para poder realizar un videoclip del tema con fotografías de Santiago Mazzarovich y Ernesto Ryan. El videoclip que acompaña la canción fue una realización de mi querido amigo y cantautor Mateo Braga, que se sumó a este proyecto de manera incondicional. La canción fue grababa, mezclada y masterizada en los estudios Sendero por Diego Janssen y me acompañó en el contrabajo mi compadre Andrés Pigatto. Pocas veces una canción me produjo un sismo interior tan importante como “Inmortal”.

¿Falta compromiso de parte de la comunidad artística para con causas como esta?
No sé si es que falta compromiso. Cada músico es libre de abordar la temática en la cual se sienta a gusto. Yo intento abordar la música no como un negocio, o como un producto de mercado (aunque lo es claramente), tampoco intento cambiar mi manera de componer porque “eso es lo que funciona o lo que vende”. Si algo no me emociona o no me conmueve, no va a terminar en canción. Y la empatía en todo esto es fundamental, en la capacidad de situarse por un segundo en el lugar del otro, ya sea desde la alegría o en el dolor. Ése es mi esfuerzo y mi deseo diario, tratar de no perder la empatía en un mundo que cada vez se preocupa más por mirarse el ombligo y no mira hacia los costados.

Cada músico es libre de abordar la temática en la cual se sienta a gusto. Yo intento abordar la música no como un negocio, o como un producto de mercado (aunque lo es claramente), tampoco intento cambiar mi manera de componer porque ‘eso es lo que funciona o lo que vende’. Si algo no me emociona o no me conmueve, no va a terminar en canción. Y la empatía en todo esto es fundamental, en la capacidad de situarse por un segundo en el lugar del otro, ya sea desde la alegría o en el dolor.

¿Qué nos podés adelantar del show del próximo 10 de junio en El Galpón?
Será una noche muy esperada por todos los que formamos parte de este proyecto. Tengo el privilegio de contar con unos músicos muy grandes en todo el sentido de la palabra, tanto en lo musical como en lo humano. Esteban Pesce en batería, Andrés Pigatto en contrabajo, Federico Mujica en guitarra eléctrica, Betina Chaves en violín y Adrián Borgarelli en cello. Además contaré con tres invitados que admiro profundamente: Garo Arakelián, Carmen Pi y Rubén Olivera. El espectáculo tendrá la apertura musical de mi querido Mateo Braga. Hay mucho amor puesto en este espectáculo y en estas canciones, y mucha gente detrás poniendo su energía y talento tanto desde la escenografía, luces y sonido como para que todo salga de la mejor manera.

¿Cómo sigue el año para vos luego de la presentación del disco?
Tenemos un toque en octubre en el Teatro Politeama de Canelones y seguramente surgirán algunos shows en formato más pequeño. Y por supuesto, en lo que quede del año estaré como siempre con la guitarra bajo el brazo esperando que surja el milagro de una nueva canción.

Las entradas están a la venta a través de Tickantel.

Foto: Difusión
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