Capítulo 38

#SoyFan

Sebastián Casafúa

  • En la primera edición del año de #SoyFan el invitado es Sebastián Casafúa, quien sobre el último tramo de 2018 publicó “Caudillo”, su segundo álbum solista y uno de los más destacados de ese año. Antes de sus próximos shows que se llevarán a cabo el sábado 23 de febrero, a las 23 hs, en Solitario Juan junto a La Mujer Pájaro, y el sábado 2 de marzo, a las 22 hs, en el Club Balneario Solís junto a Paul Higgs, Sebastián nos habló de su fanatismo por una banda que marcó los años finales de la década de los 90’s y se consolidó hacia principios de los años 2000. Sebastián es fan de los estadounidenses Deftones y lo que sigue son sus palabras sobre el grupo liderado por Chino Moreno.

    En el segundo lustro de los 90, aún sin internet accesible, solía comprar con mi sueldo de cadete las revistas Circus, Rip, Hit Parader y otras importadas de USA en los kioscos que estaban en la galería del Palacio Salvo. De esa forma, me actualizaba con lo que estaba pasando en el rock en origen. Ahí di con el grunge y el movimiento alternativo en general y, con esa información, le encargaba a mi dealer de discos, una tienda que estaba en la Galería Uruguay de 18 y Río Branco, que me importara a Cake, a Eleven, a Echobelly y a decenas más. En una de ellas, y ya habiendo pasado las pascuas del grunge con la muerte de Kurt Cobain, apareció una nota sobre Deftones. Casi al mismo tiempo, en el programa de MTV 120 minutos que transmitían a la noche, comenzaron a rotar el video de “7 words”, el primer corte de “Adenaline” su primer álbum que salió por el sello “Maverick” propiedad nada menos que de Madonna. “7 Words” era diferente a lo que había sonado en los 90 y también diferente al sonido de bandas que estaban amaneciendo por entonces, sobre todo Korn. Fue ahí que mandé traer ese disco y, cuando lo escuché en mi discman, me enloqueció. Yo tenía mucha información de metal, era muy insider de Sepultura, Pantera y Obituary, y también de cosas más melódicas, como The Cure y Portishead, y Deftones me ofrecía todo en mismo envase, aún sin depurar, frescos y rabiosos.

    En el segundo disco “Around The Fur” del ’97, la banda logra sacar aún más la cabeza de la micosis new metalera de la época, ensamblando melodías más claras de voz con la pared de sonido comandada por la guitarra de Carpenter y ahí fue cuando dije: “Acá hay algo más que una banda”. Pero no fue hasta el “White Pony” del 2000 que me hice fan. Muy fan.
    Son muy pocos los artistas que sacan discos que sorprenden cuando ya se han consolidado, cuando ya han recorrido un camino. Es decir, uno sabe antes de escucharlo, que cuando sale un disco de una banda buena, ahí habrá algunas buenas canciones o muy buenas. Seguramente, buenas letras y cuidado en el diseño. Pero no es nada frecuente que el disco de esa banda te sorprenda, te haga decir: “¿Qué pasó? ¿Qué carajo es esto?’ (¿Kid A?, ¿Vitalogy? ¿Sgt Pepper´s? ¿Chaos A.D.?)
    “White Pony” es una obra maestra. Un disparo al corazón con una cerbatana de cristal. Es la hermosura de Robert Smith con la ira de Cavalera, la delicadeza de Massive Attack y el ruido de My Bloody Valentine. Pero, en realidad, era Deftones, transformándose en la banda más arriesgada e innovadora de los ’00, escupiendo clásicos del Metal Alternativo como “Feiticeira”, “Teenager” “Digital Bath”, “Change in the house of flies” y todos los demás tracks. Chino es una suerte de dadaísta escribiendo letras y eso lo diferencia, el DJ toca, armoniza, lo siente, la base es de piedra y en vivo son un mamut y un colibrí, te aplastan, te acarician, te hacen gritar y llorar, son reales, pifian y hacen stage diving, así es el rock y el arte de verdad, intenso.
    Sumado a todo esto, WP fue uno de los primeros “Enhanced CD”, venía con fotos y un Pac Man de la banda y además su concepto gráfico y estético, austero, elegante y despojado se contraponía con el cocoliche “Adidas y Bling Bling” del genero imperante por entonces.

    Admiro su inquietud. Si sacás un disco cada 4 o 5 años y sonás igual y decís lo mismo sos una caricatura. Luego de “White Pony”, la banda se movió al costado y siempre evitó repetirse. “Deftones” (así se llamó el 4to disco) fue más crudo y oscuro, más orgánico y así fueron cambiando disco a disco, y los álbumes posteriores los vieron cambiar, con mayor o menor éxito comercial siendo cada disco es distinto. Se sobrepusieron a la muerte del bajista Chi y sumaron a Sergio Vega, un portorriqueño veterano de la escena Hardcore de NY que la rompe y hoy con casi 50 años, siguen sacando discos y girando. También admiro la simpleza, no necesitan una pose, no se comieron ninguna película ni andan con pajerías. Es lindo crecer con tus artistas favoritos, verlos acertar, fallar, caer y levantarse, trascender épocas, modas, críticas y festivales con lo único que tienen para ofrecer y lo único que importa: su música.

    A continuación, te compartimos los cinco temas de Deftones que Sebastián Casafúa seleccionó de para nosotros:

  • Change in the house of flies – Cuando mandemos otra nave espacial al infinito con info sobre nosotros en el cofre, mandaría esta canción con el rótulo de “canción hermosa”, a ver si damos una buena impresión a los vecinos de las otras galaxias.
  • 7 words – La incluyo porque es la primera canción que lanzaron como single, la que me llevó a conocerlos y resume bien el sonido de la segunda mitad de los 90.
  • Digital Bath – Sexy, trippy, heavy metal. Flotar en decibeles.
  • Minerva – Shoegaze con un estribo más grande que California.
  • Rubicon – ¡Vivan las canciones que empiezan con el estribillo! Pesada, con una distorsión más grosera y tosca que el resto de las canciones y con una gran melodía.
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