Vidas Detrás de la Música: Dani Umpi

En esta nueva entrevista de nuestra sección Vidas Detrás de la Música, conversamos con Dani Umpi, quien el sábado 17 de mayo va a estar presentando su nuevo disco Bromance, editado junto al músico argentino Julián Desbats, en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís y las entradas se encuentran a la venta a través de Tickantel. El disco a dúo que se estrenó en marzo de este año, presenta nueve canciones de electro pop melancólico, que evocan a la fiesta y al baile. Dani nos cuenta acerca de su infancia en Tacuarembó, sus inicios musicales, su faceta literaria y más, para conocer al artista más allá de su carrera profesional.

Por Chenal Innamorato

Foto: Fernando Bruno

La juventud de Dani Umpi fue «la típica de los estudiantes del interior en Montevideo». Rememorando sus primeros años en la capital, comienza una nota donde hablamos de su infancia, su nuevo disco y también de la presentación del mismo en el Solís, entre otros temas. “Cuando tenés 18 años, o incluso antes y vas a estudiar a Montevideo, en seudo independencia y hay algo de la preparación y la expectativa de ese momento, de esa lógica, que es bastante particular. No es algo que le ocurra a la gente de Montevideo, por eso digo que es particular pero nos vuelve muy parecidos a los del interior que tuvimos esa posibilidad. Más allá de eso no tuve una infancia muy revuelta. Todo normal. Mi familia es amorosa. Vivimos por el barrio Ferrocarril y después Cotaviam, que es una cooperativa de viviendas de ayuda mutua, principalmente de maestros. Fui a la escuela 11 Brasil, que es hermosa, y después a la escuela 8 de la Plaza de la Cruz, un poco más céntrica. La secundaria en el Colegio de San Javier, y solamente un año en el Liceo 1, que para mí fue muy importante. ¡Ah! Y veraneaba con las familias amigas de mis padres en San Gregorio de Polanco, un lugar que siempre lo asocio con mi infancia’’.

En su adolescencia Dani era “de pocos amigos’’, más allá de los compañeros del colegio. “Cuando fui a hacer sexto año en el liceo 1, fue muy efervescente, lo viví con intensidad. Un cambio. Conocí otra gente, otros vínculos que continuaron en Montevideo. Me gustaba mucho la música pop, así que estaba siempre atrás de los rankings o novedades musicales, compraba discos y revistas en Brasil, iba a la FM de La Música y pedía que me grabaran cassettes, muy de otro siglo. Fui bastante lector y comencé a escribir, siempre con la ambición de hacer una novela. No sé por qué. No era muy sociable, pero con mi grupo de amigos hacíamos las diversiones típicas como ir a Rivera, al Balneario Iporá, los bailes del Club Democrático y del Club Tacuarembó. Re de otra época, aunque puede ser que sigan haciendo lo mismo. Andar en moto por el centro. ¡Ah! Y también iba al taller de escritura de María Estella Olivera Prieto. Algo que me marcó muchísimo’’.

Cuando le preguntamos sobre la conexión de su familia con la religión y cómo es su relación con la fe al día de hoy, Umpi expresó que “es algo que me comentan mucho últimamente. Creo que comenzó porque en una entrevista conté que en la casa de mis abuelos paternos tenían unos santos en tamaño real, que es cierto, pero no toda mi familia es religiosa o lo viven en diferentes niveles, habría que preguntar. Hay algunos casos, sí, incluso de generaciones nuevas, siempre aparece alguien que retoma eso, no es mi caso. Mis abuelos sí, muy religiosos del tipo parroquial, capilla, todo eso. También es algo personal que tal vez otros familiares no lo vivan así, pero como siempre tuve un interés metafísico, en mis recuerdos de niñez hay mucha monja, curas, laicos, catequistas, tal vez no eran tantos, pero mi mente los fetichiza. Después el colegio, que era jesuita, pero nunca entré en profundidad aunque me atraía todo lo que era grupo religiosos, los scouts, los focolares, otras órdenes religiosas, la teología de la liberación, ¡ah! ¡y las apariciones marianas! Lourdes, Fátima, todo eso me encanta pero no desde un punto de vista religioso, sino más fantasioso. Supongo que es porque cada tanto me viene un interés metafísico, bastante genuino, pero cero religioso. Tuve unos leves intereses en la teosofía, la antroposofía. Me impactó mucho Steiner en su momento. Me interesa mucho la cabalá. Son intereses intermitentes’’.

“Mis primeros intereses de creación no fueron musicales, sino más bien de escritura y plástica. Recién a los 20 y algo, que tampoco es una edad tan mayor, me empecé a interesar por la música como cantante. Lo vivía más como una creación artística del tipo museístico porque mi práctica se acerca más a lo plástico, al artista de taller, a lo conceptual. Vengo de ahí. Tengo muchos vicios de artista visual. Empecé haciendo versiones en inglés de canciones de Jaime Roos y, a partir de eso, escribí mis canciones. Suena espontáneo pero estaba en constante conflicto interno porque tengo pensamiento rumiante y sentía que debía definirme por alguna de las prácticas para focalizarme. Después me relajé y vi que esa era mi manera de crear. Algo que ahora no entiendo por qué me pasaba, si justamente vivía en Uruguay, donde abundan casos de artistas que trabajan en diferentes expresiones’’. Así nos contaba su acercamiento a la música.
Con respecto a sus influencias “creo que la que más me influenció fue Tori Amos, Neil Gaiman también, pero bueno, está cancelado. Con Tori Amos aprendí eso de escribir a partir de lo arquetípico mezclado con lo cotidiano, lo onírico, o sea, le copié mucho. Mi generación estuvo marcada por las Riot Girls y en la tríada Björk, PJ Harvey, Tori Amos, yo evidentemente era team Tori. Después Raphael, Camilo Sesto, todo lo que es ‘cantante melódico internacional’ melodramático, me encantaba. Y mucho brasilero. Ney Matogrosso, Zé Ramalho, Marina Lima, las letras de António Cícero. Después Pet Shop Boys, Fangoria, en fin, de todo’’.

Tuve unos leves intereses en la teosofía, la antroposofía. Me impactó mucho
Steiner en su momento. Me interesa mucho la cabalá. Son intereses intermitentes.

Artista que posee una imagen y creatividad única, al preguntarle si considera que su música y estética son disruptivas, expresa que depende. “No tanto, en realidad, porque pueden identificarse las tradiciones que continúo, lo drag, el arte concreto, la Tropicalia, como que mis refes son muy identificables, de antes de que yo naciera. Y si fue una disrupción no fue aislada, porque cuando comencé tenía varios camaradas como Max Capote, toda la movida Pachamama. Fue algo generacional. La crisis del 2001, soy de esa generación de artistas y entro dentro de un combo muy representativo de inicio de los dosmiles en Montevideo’’.

Además de músico, Dani Umpi destaca en el ámbito literario, faceta que conjuga con la música. Le consultamos si actualmente se encuentra trabajando en un nuevo libro, y cómo conjuga su carrera musical con la literaria. “Depende del proyecto que esté desarrollando y priorizando. Ahora, por ejemplo, estoy grabando y cantando en vivo muchísimo más que antes, pero escribir, escribo constantemente, de hecho es una práctica casi diaria porque hago escritura automática, o sea, me siento en la computadora y escribo lo primero que me sale, desde hace años. Tengo mamotretos y mamotretos de textos, cada tanto decantan en cuentos o en novelas. A veces me parecen buenos, a veces, malos. No es que me siente con una novela y hasta que no la termine no paro. Nada que ver. Tampoco saco un libro por año. Con los discos o las muestras sí, trato de tener una regularidad. En lo que es escribir creo que cada proyecto tiene sus tiempos. Tengo mucho texto empezado que abandoné y ahora, por ejemplo, retomé uno muy viejo que tenía abandonado, de más de diez años, que en su momento me pareció demasiado ambicioso e intrincado. Lo leí de nuevo y me dije ‘¡esto está bárbaro!’ y lo continué desde su idea inicial como si nada. Me desencanto y vuelvo a encantarme’’.

En marzo de este año editó su nuevo disco Bromance a dúo junto al músico argentino Julián Desbats, y nos contó cómo surgió el título “Es un término que podría definirse como una relación de amistad no sexual entre hombres, de tipo ‘compinche’, que combina las palabras ‘bro’ de ‘brother’ (hermano) y ‘romance’. Un vínculo de amistad intenso entre hombres pero sin componente romántico. Nos pareció divertido porque ahora se dice mucho ‘bro’”.

Mis primeros intereses de creación no fueron musicales, sino más bien de escritura y plástica.

Umpi nos habló acerca del proceso creativo del álbum y la participación de Julián en dicho proceso “Julián tocó todos los instrumentos, grabó, mezcló, masterizó, es un capo, y fue un laburo muy espontáneo. Cuando se da esa química creativa hay que aprovechar, no es algo tan frecuente para mí, soy más de pensar mis canciones, las melodías, las letras y, después producirla, no soy de zapar, no toco instrumentos. A la vez, soy insoportable cuando grabo mis discos, muy quisquilloso, muy prejuicioso, es difícil seguirme la cabeza porque todo me parece terraja y eso que no sé nada, pero cada tanto aparece alguien con quien hacés un click inmediato y fluye. Con Julián nos conocimos porque compartimos fechas o me invitaban a cantar en una de sus bandas, Lxs Rusxs Hijxs de Putx, que siempre fue muy divertido, me grabó canciones, grabamos otras juntas, hice coros en grabaciones suyas, en fin, hasta que dijimos “bueno, hagamos un disco” y salió. Es un disco fresco, divertido, gracioso, absurdo por momentos y con un espíritu muy nocturno. Muy “hagamos esta canción y salgamos a bailar”. Tiene ese tipo de energía, esa impronta’’.

Dani vivió en Buenos Aires hasta el 2020 cuando decidió retornar a Uruguay, se encuentra vinculado a la escena pop porteña, y nos cuenta un poco sobre ella y algunos artistas que la componen “Lo que más conozco es la escena pop queer, pop trolo, no sé cómo llamarla, es la más interesante. Debería ser más mainstream porque tienen un talento innegable, muy buen gusto y sintonizan perfectamente con el resto del mundo. No sé explicarlo, pero a veces me parece que hay otras escenas más quedadas. Disfruté mucho cuando, por ejemplo, Six Sex se puso famosa, me dio como una gran tranquilidad, una esperanza. Y soy fan de toda esa escena: Ceretti, Matt Montero, La Índigo, Diego Stoll, Dislexical, Cornuda Posting, Tinxh, Flor Batalla, esta otra que no me sale el nombre… ¡Son tantas! Indies también, siempre, son muchxs, las nombraría a todas. Es una escena muy efervescente. El resto, todo bien, pero medio un opio’’.

Cuando le preguntamos qué opina acerca de la actual escena pop uruguaya, y cómo ve el futuro de la música pop en nuestro país, Umpi nos expresó que “Más que opinar estoy expectante. Era algo que me resultaba impensable cuando era más chico. No había una escena. El pop no estaba muy bien visto, era algo menor. Ahora ha crecido, principalmente en espacios de la comunidad LGBT. No sé qué futuro tendrá pero la gente está más abierta en ese sentido y las nuevas generaciones están más familiarizadas, más informadas, son más buena onda. No sé qué pronosticar’’.

Cuando se da esa química creativa hay que aprovechar, no es algo tan frecuente para mí. Soy más de pensar mis canciones, las melodías, las letras y, después producirlas.

Dani Umpi estará presentando su nuevo disco en la Sala Zavala Muniz el sábado 17 de mayo a las 20:30h. “Lo pienso como un espectáculo audiovisual, tendrá una primera parte con Julián Desbats y una segunda con Sebastián Pina con el que estamos haciendo nuevas versiones de mis canciones, algo a lo que siempre le tuve un poco de resistencia porque soy muy de cantar en lo último que ando, no miro tanto para atrás’’. El show tendrá un “mood medio discotequero que es el imaginario que se me despierta naturalmente’’.

Luego de presentar Bromance en, Dani Umpi estará realizando una serie de presentaciones en la vecina orilla, las fechas aun no están definidas. “Ahora estamos muy enfocados a esta’’ haciendo referencia a la presentación en el Solís, “porque la Zavala Muniz es una sala preciosa y la queremos disfrutar y aprovechar’’.

Foto: Pablo Gómez Samela