Desde su nacimiento en 2010, el dúo integrado por Alejandro Spuntone y Guzmán Mendaro se ha consolidado como uno de los proyectos musicales de nuestro país más exitosos de la década. Nacido originalmente con la intención de revisitar el cancionero uruguayo en formato acústico, con el cual publicaron dos álbumes registrados en vivo (“Estado Natural” de 2013 y “El Refugio” de 2015), a fines de 2018 el dúo editó “Equilibrio”, su primer trabajo compuesto por canciones inéditas y en formato de banda, lo que representó un nuevo desafío. El próximo sábado 10 de agosto, a las 20:30 hs, en Sala del Museo, Spuntone & Mendaro continuarán presentando en vivo y con banda completa, el reciente trabajo. Antes de ello, conversamos con el vocalista Alejandro Spuntone sobre “Equilibrio”, su proceso de composición y lo que se viene.
Por Liber Aicardi
¿“Equilibrio” es una evolución natural del dúo?
Si, en realidad, es una evolución natural y es una inquietud más de las que nos van surgiendo con Guzmán. Más allá de que nos hemos hecho amigos en estos nueve años y de que hemos hecho diferentes proyectos, canciones, versiones, grabando en vivo, también quisimos ver cómo nos manejábamos en un estudio con una banda, tocando nuestras canciones, grabándolas, arreglando canciones de otros que son inéditas. Es como la suma de, siempre, ponerte nuevos proyectos para mantener vivo una cosa. Sería muy fácil para nosotros continuar en lo que ya sabemos que nos va bien, pero, no es lo que nos moviliza como artistas, desde siempre. Me pasaba a mí, en La Trampa, que era, siempre, salir de los lugares cómodos, de dónde te iba bien o sabías que te iba bien. Y es eso, parte de una evolución natural y una necesidad, también, de ver cómo nos desplazamos en un lugar que no es el cómodo. Yo, por ejemplo, siempre fui un intérprete, compuse dos canciones para El Resto de Nosotros y, después, mayoritariamente, toda mi vida me manejé cantando canciones de otros. Es el lugar donde me coloqué en su momento y donde desarrollé la mayoría de mi carrera. También, la vida te pone frente a determinadas situaciones y está bueno enfrentarlas y ver qué pasa, qué puede salir.
¿Cómo sintieron el momento en que Guzmán volvió a “enchufar” y comenzaron a sonar como una banda?
En la grabación de “El Refugio” habíamos incluido, ya, un tema inédito de Pablo Porciúncula que se llama “Mi pensar”, que nosotros hicimos un arreglo y, ahí, él ya le había entrado a la guitarra eléctrica. Para Guzmán fue volver a un sitio que le era hiper conocido, aunque él venía de mucho más tiempo que yo sin formar una banda, desde que había dejado de tocar con Jaime (Roos), por ejemplo, él venía de tocar en formatos más bien acústicos, con Francis (Andreu), con (Julio) Cobelli. Para él fue re copado, también. Guzmán en la guitarra eléctrica es de lo mejor que hay acá, entonces, fue a un lugar que le era muy familiar.
¿Cómo fue el proceso de componer las canciones, teniendo en cuenta que ustedes hacían versiones?
Yo tenía tres canciones desde hace mucho tiempo que, lo que hice fue aggiornarlas, darles una vuelta a la letra y eso, que son “Ni de pena ni de amor”, “Los dos caminos” y “A mi amanecer”. Tenía unas maquetas armadas que se las di a Guzmán para que las rehiciera todas. Después, Guzmán hizo una canción por su lado, que es “El consejo que me doy”, y las otras canciones fueron unas músicas que tenía Guzmán, con una melodía, que me las pasó y yo les puse la letra. Básicamente, el proceso fue muy rápido, muy lindo, lo hicimos mucho por Whatsapp, él me mandaba una canción y yo le grababa algo y se lo mandaba. Fue sumamente energizante porque, cada cosa, cada archivo de audio que nos manábamos era como cargar la barra de energía ¿viste? Después, lo que hicimos fue meternos en la casa de Guzmán con “Lalo” (Gonzalo Sánchez), nuestro sonidista, a grabar las maquetas sólo en formato dúo, que es como surgieron las canciones, y, después, sí, Guzmán le agregó eléctricas, tocó el bajo y baterías programadas, y le pasamos todo eso a los músicos, y, en base a eso, se grabó el disco.
Y en cuanto a las canciones inéditas de otros autores ¿Cómo las seleccionaron?
En realidad, apareció un día Diego González con una canción que se llama “Te sigo buscando”, nos la pasó y, a mí, me encantó, tanto que al final fue uno de los cortes del disco. Tenía un arreglo más tipo canción de él. Nosotros, lo que siempre hacemos, es llevarla para el lado nuestro. La única premisa que tenemos con nuestros amigos es “la hacemos, pero, con libertad total” y así funcionó con cada una. “Nada queda de ti” es de Fabián Marquisio, fue una cosa parecida. Pero, también, nosotros nos fijamos mucho en lo que dice la letra, si está interesante lo que dice. Mayoritariamente nosotros tomamos canciones de tipos con los que tenemos una relación de amistad, que nos unen un montón de lazos, entonces, nos conocemos mucho. Cuando ellos te dan una canción porque quieren que la hagas es por lo que dice, sienten que nos vamos a sentir identificados. Porque, si no, es como mandar a hacer una canción y no funciona así.
Sería muy fácil para nosotros continuar en lo que ya sabemos que nos va bien, pero, no es lo que nos moviliza como artistas, desde siempre. Me pasaba a mí, en La Trampa, que era, siempre, salir de los lugares cómodos, de dónde te iba bien o sabías que te iba bien. Y es eso, parte de una evolución natural y una necesidad, también, de ver cómo nos deplazamos en un lugar que no es el cómodo.
¿Sentís que lograron un sonido propio que trasciende al formato?
Sí, lo que claramente está en el disco es la impronta de los dos, que es mi manera de cantar y la manera de tocar la guitarra de Guzmán. No hay ninguna cosa rara. Y lo que hace la suma es crear ése sonido.
Pero, a la vez, respeta los trabajos anteriores…
Sí, sin dudas, Pero, también, es parte del proceso de cómo fue armado, que nace desde el dúo, nace desde la guitarra acústica, la voz y el coro de Guzmán. Es como que todo lo demás, lo que hizo fue vestirlas diferente, pero, le sacamos eso y las hacemos a dúo y ahí están las canciones básicas. No tiene esa búsqueda de algo diferente. Es, solamente, como sumar las fuerzas ¿no? Lo que, sí, y que estamos en búsqueda, justamente, de ese equilibrio entre lo que fuimos como parte importante de nuestras bandas, lo que fuimos versionando canciones, lo que somos ahora componiendo y lo que vayamos a ser para adelante. Siempre vamos a estar en la búsqueda de ese equilibrio.
“Santa Lucía” es, claramente el link, con la etapa anterior.
“Santa Lucía” es, un poco, el link que une y es de esas canciones que nosotros versionamos porque nos significaban algo. En su momento, yo, le dije a Guzmán cuando hicimos el SODRE, en 2017, de tener un espacio en el show para esa música que tiene una carga emotiva más allá del género, esas canciones que te llevan a un lugar, así como el olor de una comida te recuerda a tu abuela o ese tipo de cosas; con las canciones pasa lo mismo. Hicimos el ejercicio y, ahí, salió “Santa Lucía” que es un tema que escuchaba con mi abuela hace muchos años, que me hacía callar para escucharla y me hizo recordar. Y Guzmán, en ese show, hizo “Madera Noruega” de The Beatles, porque era el primer disco que le había regalado su madre. Todo tenía como una carga. Esa canción, quedó tan linda la versión, sentimos tan lindo todo, tocarla y cantarla, que empezó a formar parte del repertorio y fue lo único que quedó de esa época, digamos. Y quedó preciosa, aparte… El gusto es subjetivo ¿no? pero, es una canción divina que a nosotros nos gusta y tenés que esforzarte mucho para que quede mal.
Si vos entrás en las redes parece que hay una revolución, que tendrían que estar quemando todo y, afuera, no está pasando nada. La indignación es momentánea, incluso creo que, a veces, a mí me pasa lo mismo. La diferencia que tengo yo es que, desde la música, puedo hacer algo o decir algo. Hay mucha gente que no, que yo conozco, aparte, que está atrás de la computadora que está indignándose permanentemente…
La letra de “Indignauta” habla de la relación que tenemos hoy con las redes sociales de las que vos también participás activamente ¿Cómo surge?
Tiene que ver con la relación que yo veo que tiene la gente con las redes y que, a veces, me pasa a mí. Si vos entrás en las redes parece que hay una revolución, que tendrían que estar quemando todo y, afuera, no está pasando nada. La indignación es momentánea, incluso creo que, a veces, a mí me pasa lo mismo. La diferencia que tengo yo es que, desde la música puedo hacer algo, o decir algo. Hay mucha gente que no, que yo conozco, aparte, que está atrás de la computadora que está indignándose permanentemente, cargándose de una energía… y yo siempre jodo con que todos los que están en contra del sistema político, yo me los imagino armando un partido para combatir ese sistema, si está todo tan mal. Y en la calle no pasa nada. Esa es la idea de “Indignauta”. Y lo hice pensando en un momento en mí, que me sentí como en eso, de calentarme con un comentario, entrás en esa rosca, prácticamente, sin querer. Entrar en el mundo de las redes es entrar en el mundo de la revolución y, cuando salís a la calle, no pasa nada. Yo creo que pasaban mucho más cosas antes porque la gente no tenía ese medio. La gente salía a la calle a expresarse, ahora, te expresás desde el aire acondicionado y a otra cosa.
¿El sonido de “Equilibrio” se puede tomar como un rumbo a seguir en los próximos trabajos?
No sé. Lo que, sí, nos pasó fue que quedamos recontra enchufados y ahora tenemos diez canciones nuevas, por ejemplo. Yo seguí componiendo cosas, haciendo letras, Guzmán también, haciendo melodías, y seguimos trabajando como si no hubiéramos sacado el disco. En un par de meses vamos a grabar unas maquetas nuevas pensando en un futuro disco. El año que viene cumplimos diez años como proyecto y estaría bueno sacar otras cosas. Tenemos planes. Yo lo tomo como parte del camino que uno va recorriendo. Y en cuanto al sonido, con esto dimos una muestra y, quizás, en el próximo disco pueden haber variaciones pero, básicamente la idea es seguir por este camino. Este fue un disco que salió muy rápido, prácticamente, en dos o tres meses teníamos todas las canciones y estábamos grabando. El disco que viene va a tener el proceso de la salida de éste, todo este año, el año que viene y va a tener otra decantación. Capaz que es mejor o, capaz, éste termina siendo el mejor porque, justamente, tenía esa frescura. Eso lo vamos a ver después.
¿Qué show vamos a ver en la Sala el Museo?
El show está basado en la presentación del disco, que fue hace poco en La Trastienda, donde está el formato dúo, está la banda y donde, también, habrá momentos con otra instrumentación. También, tenemos pensado agregar alguna sorpresa porque nos gusta generar otras cosas, versiones que hacíamos de forma acústica, las vamos a hacer con la banda, por ejemplo, y alguna cosa nueva. Pero, básicamente, es seguir con la presentación de “Equilibrio” que es el proyecto de este año.