Luego de cinco años de haber lanzado “Las Causas del Siniestro”, su primer álbum como solista, Sebastián Casafúa pubicó sobre el último tramo de 2018, “Caudillo”, un disco con una impronta más de banda respecto de su antecesor y que se destacó entre lo mejor del año que pasó. El próximo viernes 14, a las 21.30 hs en Sala Camacuá, “Caudillo” tendrá su presentación oficial en vivo en un show especial que, además, contará con invitados. A continuación, te compartimos la charla que tuvimos con Sebastián sobre el recital que se viene, su último trabajo discográfico y la importancia de su banda en el proyecto.
Por Liber Aicardi
¿A qué se debió el hecho que dejaras pasar cinco años desde la edición para lanzar un nuevo disco?
Es verdad, me tomé el tiempo por varios motivos. En primer lugar, porque le di bastante vida a “Las causas del siniestro”. Salió a fines de 2012, o sea que, técnicamente, lo considero un disco de 2013 porque fue el año en que empezó a moverse y le saqué todo el jugo posible. Toqué mucho en Uruguay, tuve la posibilidad de ir a afuera a tocar, también y, la verdad, es que se dio así. Me daba mucha pereza ponerme a componer por cuestiones familiares (fui padre de dos hijos entre un disco y otro) y eso, también, tiene su peso. Y, también, porque tampoco tenía mucho apuro. Si no hubiese pasado todo esto que te estoy contando, seguramente, también, me hubiese tomado un tiempo porque no hay nada que me apure, no hay nada que me corra. Me sentí cómodo tomándome tiempo para grabar un disco. No quiere decir que no haya compuesto, en cinco años siempre estás grabando cosas o descartando cosas.
¿Compusiste especialmente para “Caudillo” o las canciones son de éste período que pasó entre ambos discos?
Hay un par de canciones de “Caudillo”, la primera, “Racimo de ojos”, tuvo una versión para “Las causas del siniestro” que nunca me convenció mucho y quedó fuera de ese disco. Lo revisioné y, ahí, cambió totalmente la estética y la cara de lo que, finalmente, terminó siendo la canción, pero, la gran mayoría de las canciones fueron compuestas pensando en “Caudillo”.
“Racimo de ojos” justamente es la que tiene un aire distinto, tiene otra dinámica
Sí, es un tema como más rockero, más pop rock que, cuando me lo imaginaba sonando, que estaba compuesto pero no grabado, me lo imaginaba que podía tener una onda más R.E.M., un tema muy guitarrero pero con una llevada más rockera. Sí, es un poco distinto y, me parecía un tema que, por esa energía que tiene y por ese arreglo inicial, es un muy buen tema para abrir un disco, pensando siempre desde la cabeza de los que escuchan discos, no de los que escuchan canciones.
«Las causas del siniestro» era un primer acercamiento a la canción solista después de haber venido de una historia de banda de rock, con todo lo que eso significa, y si bien, yo sabía que había muchas cosas novedosas, en el fondo sabía que no me había animado a poner, por decirlo de alguna forma, todo lo que yo sabía que podía llegar a hacer.
¿Cuáles son los puntos en común entre ambos discos?
Encuentro algunos, y, otros, no. Me pasa que siempre intento que sean diferentes, que la propuesta estética y sonora de las canciones sea distinta, siempre dar algo distinto. En principio, por uno mismo, me pasa que me gustan muchos géneros y muchas cosas pero, al mismo tiempo, me aburro fácil. Entonces, todo el tiempo estoy buscando algún tipo de variante que me pueda hacer sentir entusiasmado. “Las causas del siniestro” es un disco que me gusta mucho pero fue un disco tímido, digamos. Era un primer acercamiento a la canción solista después de haber venido de una historia de banda de rock, con todo lo que eso significa, y si bien, yo sabía que había muchas cosas novedosas, en el fondo sabía que no me había animado a poner, por decirlo de alguna forma, todo lo que yo sabía que podía llegar a hacer. “Caudillo” fue mucho más relajado en ese sentido, mucho más relajado. Con el primer disco solista pasaron cosas, iba a mucha gente a los shows, tuvo muy buena receptividad, y eso me dio como un envión para decir “vamos a tratar de lucirnos un poquito más, de hacer canciones elaboradas, de buscar una sonoridad más profunda”. Y ésa es la principal diferencia entre un disco y otro. Pasaron cinco años y uno va aprendiendo, va mejorando como compositor, como cantante, como letrista y ésa es la diferencia más notoria. Y otra cosa que, para mí, es vital es que “Caudillo” fue grabado por una banda. “Las causas del siniestro” fue grabado por mí, en un estudio, con baterías programadas y un montón de programaciones y samples que “Caudillo”, si bien tiene alguno, fue grabado con una banda, la columna vertebral es la banda y eso, ya de por sí, genera una sonoridad y una energía distinta a la hora de plasmar las canciones.
¿En “Caudillo” te encontrás más plantado como cantautor solista?
Es curioso porque el proyecto Sebastián Casafúa quizás, sí, esté como más consolidado, está como más presente en la escena, sin embargo, “Caudillo” es mucho más banda que Sebastián Casafúa. El proyecto Sebastián Casafúa funciona porque, además, hay una banda atrás que hace que, en vivo, fundamentalmente, funcionen muy bien. Ellos son un porcentaje muy grande del proyecto. Sí, a nivel personal, a la hora de componer las canciones, me siento mucho más cómodo, mucho más firme.
En “Caudillo” hay dos canciones en particular, que, justamente en el orden vienen seguidas, “Hombre bengala” y “Niño molotov” que, si bien, las temáticas son diferentes, tienen sus puntos en común, además de los nombres y el orden en que las ubicaste.
Es verdad. Podría inventarte una historia fantástica sobre un viaje astral, pero me di cuenta de que quedaron juntas después que armé el orden. Ambas tienen un hilo conductor invisible y, a la vez, casual. No son una historia en común pero, buscándole puntos en común, los tienen. Ambos tienen referencias familiares. “Niño molotov” es una canción que escribí pensando en mi hijo y todas las dudas e incertidumbres que genera ser padre, que les debe haber pasado a nuestros padres, que nos pasa a nosotros y les va a pasar a nuestros hijos cuando sean padres, el decir “¿Y ahora? ¿Cómo hago para que este loco tenga una vida hermosa como yo quiero que tenga?”. Lo primero que tengo a mano son consejos, experiencias, todo lo demás, va y viene. Entonces, es como un padre hablándole a su niño, entonces tiene algunas máximas o algunos consejos como “las banderas nunca son lo que creés” o “no hagas caso a todo lo que te dicen, si reluce, es oro en tu corazón” y, después dice “cuando muestren al campeón, con sus luces de neón, no sientas nada”. Son como pequeños tips, una pequeña guía de ayuda al niño molotov. “Hombre bengala”, sin embargo es una canción más triste, que, para mí, es la canción más linda del disco. Me gustan todas, pero a “Hombre Bengala” le tengo un cariño especial; primero, porque por primera vez la historia me pasó eso que te baja la luz, que yo no sabía que pasaba pero, una vez en mi vida me pasó. Agarré la viola en unas vacaciones y salió “Hombre bengala” de una. Eso para mí fue mágico porque, habitualmente me cuesta mucho terminar canciones. Fueron unas vacaciones de un año duro porque había fallecido mi suegro, un tipo muy querido con el cual yo tenía un muy buen vínculo, y el “Hombre Bengala” es la muerte. En una parte dice “es que ya se van los que queremos”, los de nuestra generación, de 30, 40, 50 empezamos a perder a nuestra gente, es normal. Digamos que ambas tienen un origen en situaciones familiares de dos tipos distintos, pero, después, los títulos y el orden el disco, es más casual que otra cosa.
«Caudillo» es mucho más banda que Sebastián Casafúa. El proyecto Sebastián Casafúa funciona porque, además, hay una banda atrás que hace que, en vivo, fundamentalmente, funcione muy bien. Ellos (la banda) son un porcentaje muy grande del proyecto.
¿A la hora de tocar, ahora te sentís más cómodo tocando en el contexto de salas?
En realidad, sí. Aunque “Caudillo” es un disco más rockero, aún sigue siendo un disco que tiene un montón de sutilezas y las canciones son como más delicadas y, creo, se lucen más en un ámbito como el que vos decís. Sin embargo, hemos tocado en lugares no tan solemnes, por decirlo así, como un teatro y las canciones tienen como un umbral, tocadas en una sala de teatro como AGADU o Camacuá, pero, tocadas en un ámbito más guerrero, digamos, también pueden rendir. La opción de tocar en la Camacuá es por una cuestión, básicamente, como de investidura, de presentación del disco. Ahora, si mañana hay que tocar en otro lugar, le damos para adelante, sobre todo porque hay que canciones que, tocadas con banda, adquieren otra energía y aguantan diferentes batallas, digamos.
¿Qué podés adelantar del show presentación de “Caudillo”?
Va todo “Caudillo”, algunos temas de “Las cusas del siniestro”, va a haber invitados: Pedro Dalton en “La de Dios”, Fede Lima en “Hombre bengala”, Maxi Suárez, también en “Hombre bengala”, Daniel Anselmi, que con él vamos a hacer un tema o dos de Psimio. Estamos ensayando un montón y, además, tocando un montón, lo cual nos da un rodaje aprovechable. Es un show que va a ser muy cuidado, con escenografía, vamos a cuidar mucho los detalles. Va a ser como una celebración. “Caudillo” nos viene dando muchas alegrías y me parece que el disco se merece esta instancia.