Llegó el momento de repasar la música que nos dejó 2024 y, como desde hace ocho diciembres, en Metrónomo lo hacemos con las canciones que marcaron el año. Con esta excusa invitamos a algunas y algunos colegas a que nos acompañen en la propuesta con el mero fin de compartir opiniones acerca de lo que nos apasiona. La consigna, como siempre, fue “Los 10 temas nacionales que definieron el año”, sin orden de preferencia. A partir de hoy, y durante los próximos días, iremos dando a conocer las diferentes listas, además de la nuestra. No nos cansamos de agradecer eternamente a quienes regalaron parte de su tiempo, conocimiento y dedicación para prestigiar este repaso.
-
Nicolás Tabárez
Nicolás Tabárez (Montevideo, 1993) es periodista y guionista. Es Licenciado en
Comunicación Social por la Universidad Católica del Uruguay, donde actualmente se
desempeña como docente, y diplomado en guión y narrativa por la Escuela de Cine del Uruguay (ECU). Trabaja como periodista de cultura y espectáculos en El Observador desde 2014, cubriendo cine, televisión, música y literatura, entre otras áreas. Para este medio produjo, escribió y condujo los podcasts Jaime: historia de un pionero, sobre la vida del músico popular uruguayo Jaime Roos, y La Herida, sobre las secuelas actuales del golpe de estado de 1973. Desde 2017 coconduce y coproduce el podcast de cine Santas Listas.Ha sido un año muy sólido para la música uruguaya. Todos los años suele haber cantidad y calidad que hacen bastante difícil armar esta selección de apenas diez temas, pero este 2024 dio la sensación de que el ejercicio fue todavía más complejo. Pero estas diez se terminaron quedando con los puestos disponibles de este convite de Metrónomo. Diez canciones sin ningún orden particular de preferencia, que como suele pasar con estas listas, mañana pueden ser otras y pasado también. Pero hoy, son estas.
-
Va rodando – Franny Glass
Gonzalo Deniz decidió hace algunos años que ya no sería más Franny Glass. Y decidió, para este disco, revertir ese caso. Desvíos con su nombre propio incluídos, con esta canción y con todo el disco que la contiene, Ahora después, se hace visible que su camino ha sido el viaje de un cantautor más cercano a la sensibilidad indie que de a poco se va revolcando con gusto y dejándose empapar por la tradición de la canción urbana uruguaya, para generar una versión propia, weird y renovadora de esa tradición. El ejemplo está acá, en tres minutos que juntan tango, milonga y candombe (sonríe Jaime), con pop y hasta algo de cumbia. La mezcla parece que se va a desarmar en cualquier momento, pero aguanta, aguanta y se hace firme.
Léeme mi signo – Hermanos LáserUn arranque eléctrico, pegajoso. Un riff que se encastra con una melodía de sintetizador, toda una bienvenida novedad al sonido de los Láser, que suenan más cósmicos que nunca. Una canción familiar, pero distinta, con algo más a lo que este grupo que aparece y desaparece (relativamente) cada tanto nos tenía acostumbrados. Una canción contundente, directa, memorable. Y tan luminosa que es difícil no escucharla con una sonrisa.
Arariyo – Eté & Los ProblemsSe siente injusto dejar fuera de esta lista a al menos otras cuatro o cinco canciones de Plata, el disco más reciente de Los Problems, que bien podrían disputar un puesto. Pero para no caer en favoritismos, se queda una sola. Esta. Quizás una de las canciones de amor más bellas que haya escuchado en bastante tiempo. Con la influencia oriental que ya se nota desde el título generando unos particulares puentes, un estribillo de esos que tan bien le salen a Ernesto Tabárez y los suyos (de esos que se cantan gritando mirando al cielo), una potencia inmensa en letra y sonido, y una magia particular para cantarle a un amor de esos que superan distancias, tiempos y olvidos. Hermosa.
Las canciones se terminan – Alucinaciones en FamiliaComo la niña de las tapas de sus discos, ver el crecimiento y el paso del tiempo en Alucinaciones es un ejercicio fascinante. Este año estrenaron su tercer álbum, que contiene esta gema, una especie de metacanción (o sea, una canción sobre las canciones), apoyada en un colchón sónico bien mullido que navega hacia un final más rockero y épico, y una onda etérea que invita a dejarse llevar. Y cuando esta canción se termina, es difícil no sentir el impulso de volver a empezarla.
Iuju – Inés ErrandoneaEn menos de dos minutos, este tema empieza trotando y termina corriendo desaforado, poderoso. Tiene algo hasta cinematográfico, si se quiere. Hay una mezcla de deseo, liberación, proclama y poema muy firme, edificada sobre una base de reminiscencias andinas y folklóricas que le da una capa más de misterio y potencia al mismo tiempo. Un shock musical de corta duración pero largo en lo que queda resonando, y que fluye como un torrente liberado de golpe.
Ezpecial – Diego GonzálezSi hay algo que a Diego González le sale bien es hacer canciones como esta, con su esquema, su sonoridad y sus melodías poperas de las que es difícil olvidarse, canciones con una calidez y un color que a esta altura ya son marcas de la casa. Una canción bien armada, sólida, con la decoración musical justa y una vibra contagiosa.
¿Dónde están? – Luciano SupervielleHay acá una pequeña trama. La composición de Supervielle no es nueva, sino que la estrenó en 2021, a propósito de la Marcha del Silencio de ese año, que pandemia mediante, se hizo de forma virtual. Pero este 2024 fue grabada y publicada oficialmente, en una colaboración del compositor con la Orquesta Filarmónica de Montevideo. Aprovechando ese registro, se ganó su lugar en esta lista. Por su belleza, el magnífico arreglo orquestal, y por su capacidad para conmover, y por decir tanto sin tener que apelar a letras o a panfletos: una obra que empezó teniendo 197 notas, una por cada uno de los desaparecidos de la dictadura, que ahora tiene 196, y que aunque sea difícil, hay que esperar que no haya que tocarla nunca más.
CIUDADANO KANE – CharlieCharlie fue uno de los grandes hallazgos musicales de este año para quien escribe. Dueña de un repertorio de canciones breves, frescas y divertidas como esta, que es una suerte de manifiesto generacional atravesado por las obras de ficción que integran el cánon de distintas generaciones, valga la redundancia. Más allá del parentesco musical con su productor, Paul Higgs, lo que hace Charlie aquí y en otras canciones de su autoría suena distinto. Es bueno ver que el rock sigue vivo en manos más jóvenes. Eso sí, aunque la artista reniegue de ella, Ciudadano Kane es una obra maestra. Y Pokémon también.
El zen momento – Los Nuevos CreyentesMenos voladores que antes, Los Nuevos Creyentes pueden caminar nuevos caminos pero siguen en el que ya vienen trazando, y que sigue dejando canciones como esta, un tema hipnótico, machacón, con una base que invita al trance y también al baile, pero dejando espacio también para el subidón de energía. Distintos momentos que se van sucediendo en una amalgama y una progresión justa.
Bolero principiante – Florencia Núñez y Laura CanouraComo parte de su flamante disco Fe, que confirma su consolidación y su madurez como cancionista, Florencia Núñez se despachó con ese precioso bolero, una incursión en el género que resuelve con comodidad y calidad, acompañada además por la siempre imponente voz de Laura Canoura, para un juego vocal que cautiva, y un cruce generacional que muestra una de las mejores tradiciones de la música nacional, la de colaborar y divertirse juntos haciendo música.