Los 10 temas nacionales del año de Jorge Costigliolo
Llegó el momento de repasar la música que nos dejó 2019 que ya va terminando y, como ya es costumbre, en Metrónomo decidimos hacerlo con las canciones que marcaron el año. Para ello, invitamos a algunos colegas y referentes del periodismo musical de nuestro país a que nos acompañen en la propuesta. La consigna fue “Los 10 temas nacionales que definieron el año” y no, necesariamente, debía existir un orden de preferencia. Durante los próximos días iremos repasando las diferentes listas, además de la nuestra. Desde ya, agradecemos eternamente a los colegas que, nuevamente, regalaron su tiempo, conocimiento y dedicación a este repaso.
Jorge Costigliolo
Periodista. Cofundador de Berlín Films, una productora audiovisual especializada en EPK y videobiografías para artistas. Entre 2007 y 2018 integré el equipo de Montevideo Portal y realicé el programa En Estudio de Canal M.
Escribí en fanzines en los dos lados del Plata, en La República, Bonus Track, Guía del Ocio, semanario ºCien y la diaria. Hice radio en Alternativa FM y pasé fugazmente por CX36 y Nuevo Tiempo. En 2019 escribí unas cosas interesantes para la diaria y otros medios.
Me pueden seguir en Twitter (@costigliolo) o visitar mi modesto hogar en www.costigliolo.com
Serán bien recibidos.
Paradoja en cuarto menguante – Estela Magnone
Sería inoportuno decir que la canción calza como un guante en la voz de Estela Magnone, porque ¿Qué canción no le queda bien? Una de las intérpretes y compositoras más grandes del Uruguay, cuyo bajo perfil la mantiene, hace décadas, en el limbo del reconocimiento “popular” —esto no es importante en términos de calidad, pero da un poco de bronca — pone música, color y emoción a un antiguo texto de Eduardo Mateo, una melodía juguetona para una letra en la misma sintonía. Maravilloso rescate de la lírica de Mateo con un sonido inédito. Gracias, Estela.
El Marciano y el Palmar – Nicolás Molina
Nicolás Molina se sacó la camiseta de Los Cósmicos, se puso el overol y dio la cara como solista. En el camino hubo dolor, desprendimiento y hallazgos. En Querencia, un álbum de mid tempos sin sobresaltos, el castillense hace su trabajo más fronterizo. Y “El marciano y el Palmar” es una gema. Con el mismo espíritu de El joven manos de tijera de Tim Burton, “Faroeste caboclo” de Legiao Urbana y hasta “La vaca estudiosa” de María Elena Walsh, Molina desgrana una historia con moraleja implícita en ropas de space rock y arena de Rocha.
Bola brillante – La Foca
Hay un chiste que dice que La Foca es una banda depresiva y triste. Está bien, es gracioso, pero no es cierto. Al contrario, la banda explora una senda estética de melancolía, y no tristeza, típicamente rioplatense, aunque suene a The Cure cuando Robert Smith se pone fino, aunque parezca compuesta por Ian Curtis si hubiera pasado los 23 años y se hubiese radicado en La Paloma. “Bola brillante” es una bellísima canción, que suena luminosa aunque invite a la oscuridad, y sus versos descansan sobre uno de los trabajos de guitarra más delicados que se han escuchado en años por estos parajes.
Calma – La Mujer Pájaro
El año pasado, en este mismo espacio, hablaba del rock político como una fórmula abandonada en la música popular de estas tierras. Sí, por ahí anda el hip hop, con una verborragia que recuerda al punk primigenio a decenas de palabras por segundo, y algunos casos destacables por escasos y creativos. Lo de La Mujer Pájaro, a esta altura, es rock político. No en el sentido del rock de barricada, lleno de consignas pero falto de ideas, sino en el de dotar a las canciones de una lírica poderosa, profunda, interpelante, bella e hiriente, y de una búsqueda musical que trascienda los géneros. “Calma”, un corte publicado este año como sencillo, es alegato contra el adocenamiento, una toma de conciencia, una alarma en medio de la noche. Y es una canción que me eriza cada vez. (Como bonus track, y en este mismo sentido, agregaría la urgente “Canción abierta”, de Garo, con quien, no casualmente, La Mujer Pájaro comparte el mismo abrevadero).
Funeraria – Julen y la Gente Sola
“Funeraria” es desgarradora. Sobre una melodía de amabilísimo pop rock van cayendo las fichas de la inseguridad, el abandono, la pena y los mejores deseos, o no, para el amor que se acabó, o no. Fede Morosini emociona y canta la mejor canción de adiós de los últimos tiempos. “Vas a conseguir un mejor trabajo, y vas a encontrar alguien que te quiera, y vas a sonreir aunque todo salga todo mal”. La puta madre, esta canción me llega tarde, pero qué bien que alguien diga lo que alguna vez muchos pensamos.
Domingo – Niña Lobo
Ay, esos adelantos de Navidad que cantó Cabrera. La vida es breve y el tiempo es veloz, y entonces este “Domingo”, de Niña Lobo, una canción un tanto Breeders, un tanto Smashing Pumkins, le pone buena cara al día más horrible de todos los días horribles. Inspiradas, cuestionadoras y con hambre, las chicas meten en cuatro minutos un mix de pequeños deseos, melodías tarareables y un poco de noise.
Saber de vos – El Gavilán
El Gavilán es un as de las canciones, siempre lo fue. Cuando escuché “Saber de vos” por primera vez, mi cerebro, antiguo pero funcional, viajó de inmediato al sonido del pop rock español de la segunda mitad de los 80 y los primeros días de la década del 90. No sé si llegué a pensar que, perfectamente, podría ser una canción de Gabinete Caligari, cuando la voz de Jaime Urrutia me dio la razón. En otro país, en otra realidad, esta gema pop tendría que sonar en todas las radios, y El Gavilán debería declararse aburrido de llenar teatros a fuerza de hits. Pero esto es Uruguay, papá, así que disfrutemos de nuestros tesoros, y paguemos la entrada. Nunca viene mal.
Mala voluntad – Desayuno Continental
Los Desayuno Continental son como ese amigo al que amás pero temés presentar en público. Educados y temibles, siempre van a tener el comentario ácido para ensombrecer el brindis. Quizás es por eso que me gustan tanto. Mala voluntad, su segundo disco, es un compendio de canciones mala onda, desencantadas y punzantes, agarradas del lomo de un tigre new wave, sensual y peligroso. “Mala voluntad”, la canción que le pone nombre a la placa, es una maravillosa piña al idiota que somos todos. En tiempos de redes sociales, Whatsapp e instantaneidad, Lali Gaspari, mezcla de Blondie y Siouxsie perdida en 18 y Ejido, dice “prestá atención, yo no soy real. Te vi en una foto, saliste muy mal. El mundo es oscuro y mucho más si me buscás. No tengo un minuto más, me duermo si veo un solo mensaje más, es siempre igual”, y no quiero menos que tenerlos a mi lado en el próximo asado con indeseables. Y, para mejor, meten synthes y flangers de hoy, pero como en los 80, o al revés. ¿Qué van a hacer el 13 de noviembre del año que viene? Seguro que vienen unos amigos a casa de los que me quiero desembarazar…
Fiasco – Hablan Por La Espalda
En los últimos años, el ejército de Hablan Por La Espalda fue perdiendo soldados en el camino, y en Afuera tuvo que amalgamar el sonido que había logrado en los trabajos anteriores con una formación reducida. Lo que quedó entre las cenizas fue un disco sólido, rockero y efectivo como el pulso de Harry el Sucio. “Fiasco” es una canción de ritmo barrabrava y médula stone, en la que el hastío se comprime y estalla en un millón de pequeños vidrios filosos.
Dios desollador – Chopper
En 2019, Chopper cumplió 30 años y tiró la casa por la ventana. Se mandó un show inolvidable en Sala del Museo y se trajeó para la reedición en vinilo de su primer álbum (Chopper, 1993, reeditado por Little Butterfly Records). Pero no volvió para celebrar la Noche de la Nostalgia metalera, y grabó cuatro nuevas canciones de esas que despeinan. La banda sacó su chapa de clásica sonando como nunca, pesada y arrolladora, y en estos temas se nota la evolución como letrista de su frontman Fabián Furtado. “Dios desollador” es un Panzer musical que parte de una de las obsesiones temáticas de la banda para dejar una de las mejores letras de su cosecha.