Los próximos días 18, 19, 20 y 21 de noviembre tendrá lugar en Sala Camacuá la segunda edición del ORIGAMI Music Fest, el cual, durante esas cuatro fechas, reunirá un amplio universo de propuestas musicales que van desde al rock al rap, pasando por el pop, la música alternativa y la balada, entre otros estilos. Con un perfil orientado hacia artistas independientes de diverso recorrido en la escena local, el festival contará además con charlas de formación en autogestión y creación con entrada libre.
Dentro de la nutrida grilla de bandas y solistas dicen presente Sebastián Casafua, Cossi, Lucía González, El Gavilán, Magika Soul y Los Corazones De Fuego, Niniomaquina y Martin Rosito, por mencionar algunos.
A propósito del festival, que en 2022 viajará a las ciudades de Canelones, Colonia y Buenos AIres, entrevistamos a su director, Martín Ubillos.
Por Liber Aicardi
¿Cuál es el espíritu del Origami Music Fest?
Venimos a ofrecer un espacio que nos estaba haciendo falta en Uruguay: un festival independiente, plural, de formato medio, mutante, donde la propuesta musical sea variada y, a su vez, que dé luz sobre la escena no mainstream, que ofrezca novedades para el público en definitiva y oportunidades para artistas que merecen crecer, incluso debutantes. Así que podríamos decir que venimos a traer novedades y a aportar lo nuestro para hacer crecer a la escena musical. No vamos por el lado del mero entretenimiento, sino que vamos por la celebración artística y cultural, el encuentro en torno a la música para crecer juntos.
En cuanto a los artistas, queremos además que el festival se transforme realmente en una experiencia enriquecedora. Para eso, ponemos a su disposición a un gran equipo humano, excelentes condiciones técnicas, recursos financieros y de producción general, para que puedan disfrutar y dar lo mejor de ellos. Queremos que quien pase por nuestro festival reciba cosas que lo ayuden a crecer. No somos un festival que se mueve priorizando la búsqueda de ventas masivas de tickets, o sea, la recaudación por delante de todo, si no que buscamos acompañar y crecer junto a nuestros artistas y ampliar el conocimiento que existe sobre la escena musical nacional, ya que se suele hacer foco en unos pocos cuando la oferta artística es realmente grande, más de lo que se cree.
¿Y en cuanto a la curaduría cuáles son los criterios que primaron?
Bueno, un poco ya lo contaba al hablar del espíritu del festival, buscamos que nuestra grilla musical y la propuesta artística en general sea amplia, diversa, que se priorice lo no maisntream, la visibilidad de nuevos artistas, la formación de públicos, así como también buscamos generar actividades que vayan más allá de los shows y que aporten al crecimiento de todos.
Todos los artistas que fueron programados son a nuestro criterio proyectos que pueden y merecen ser parte de festivales y escenarios como el nuestro, aun siendo algunos de ellos proyectos debutantes. Buscamos la variedad de género musical, además procuramos que haya proyectos con diversas experiencias en cuanto a su estado de desarrollo, poder juntar en un mismo escenario artistas que puedan tener conexiones musicales pero que, además, puedan compartir sus propias experiencias con el otro y, así,crecer juntos.
Confieso que deseábamos desde un inicio cerrar con una grilla que la integren más mujeres. Nos pasó que contactamos a una gran cantidad de artistas mujeres que no podían aceptar nuestra invitación al tener otros shows programados. Y esto nos pasó repetidas veces hasta un punto en que debíamos cerrar la grilla con urgencia, entonces, ya ampliamos la búsqueda sin segmentación. Nos quedamos tranquilos de que realmente buscamos una grilla más equilibrada en cuanto a identidad de género, pero parece ser que este fin de año tiene a nuestras artistas mujeres con mucha actividad, eso es bueno, buena señal.
¿Cómo ves la escena musical independiente en Uruguay?
La veo fértil, con mucho talento, con potencial, pero muy limitada en cuanto a su poder de gestión e infinitamente más grande de lo que uno imagina; solemos ver la punta del iceberg cuando hablamos de artistas nacionales. También la veo bastante sufrida, por falta de escenarios, circuitos, recursos y conocimientos de cómo desarrollar proyectos de manera consciente y efectiva. Mucha autogestión intuitiva, falta de profesionalismo, que afecta a la escena y a todos los que la integramos. Siento que nuestra escena musical independiente debería ser más responsable al respecto y tratar de trabajar más de manera colaborativa. Ir por los caminos del individualismo y la fragmentación no hacen más que agudizar nuestras problemáticas y limitar nuestro crecimiento.
¿Cómo surge la idea de los talleres?
A partir de que realmente deseamos una escena musical más profesional, ya que eso no será otra cosa que beneficios para todos. Una escena musical que realmente sea consciente de sí misma, de quienes la integramos, de cómo articulamos y demás, sin dudas tiene como resultado mejores espectáculos, público más feliz, técnicos más tranquilos de gestar en un ambiente de profesionalismo y artistas cuidados que puedan crear con más facilidad y menos riesgos.
Desde ORIGAMI Gestión Cultural nos hemos dedicado en estos últimos cinco años a estudiar a la escena musical emergente y lo primero que, ahí, uno descubre es el mal generalizado de la autogestión intuitiva, muchas veces por parte de gente que ni siquiera tiene las aptitudes necesarias para realizar ciertos roles que ocupa. Entonces es un gran problema para todos, porque es como minarnos nosotros mismos nuestro terreno de acción. Si todos estamos mejor formados vamos a poder co-crear más libre y efectivamente.
¿Sentís cierta carencia de actividades que apunten a sumar herramientas para el desarrollo dentro de la industria cultural de nuestro país?
Sin dudas que hacen falta muchos más espacios de formación para los artistas y técnicos de la escena, si hablamos de crecer como una industria.
Por lo general los artistas no se ven como un agente que forma parte de una industria o de un mercado y se quedan con hacer carrera de una manera más bien romántica e intuitiva. Y, a su vez, falta conocimiento sobre roles fundamentales, como el del manager y del productor, y formación a la cual estos puedan acceder para no quedarse solo con un cúmulo de experiencias personales, que pueden ser de utilidad pero a su vez limitar. Entonces, se tiende a minimizar el rol del manager y del productor, creyendo que un buen artista o una buena obra ya es suficiente, pero no. Son el manager y el productor los que acompañan al artista en la ardua tarea de salir a conectar con el público. Ellos precisan mayor reconocimiento, espacios de formación, más oportunidades. Las instancias de formación suelen suceder dentro de los mercados y ferias, pero no todos acceden a esos espacios, pocos saben como hacerlo y, luego, están los que prefieren limitarse a su visión y experiencia personal. Siendo honestos, se ve cierta pereza por aprender en el sector. Por eso, no culparía al sector público gracias al cual yo siento me he formado. Es verdad que cuando suceden estos espacios de formación, muchas veces con acceso libre, cuesta la convocatoria. Asistí a charlas muy interesantes en las cuales casi no había asistentes, y no porque se dijera lo obvio, sino porque también cargamos con un poco de pereza, debemos reconocer.
¿Por dónde vienen las expectativas de esta segunda edición?
Las expectativas son altas y, a su vez, estamos tranquilos que las principales se van a cumplir, pues, venimos haciendo un gran trabajo de desarrollo. Queremos ofrecer un festival atractivo, novedoso y popular. En el marco de una hermosa sala y con una programación de grandes artistas, algunos de ellos hasta desconocidos, ofrecer un nuevo espacio de encuentro entre artistas, técnicos y público en el cual podamos, además de intercambiar obra, intercambiar experiencias y saberes para crecer juntos como comunidad.
A su vez, siendo nosotros un equipo de gestores culturales, tenemos además la expectativa de dar un gran paso de acuerdo a la primera edición, que nos permita no solo consolidarnos como festival sino que además, y desde ya, continuar trabajando hacia nuevas ediciones, siempre con la meta de seguir creciendo y de transformarnos, por qué no, camino siempre hacia el mejor festival de formato medio que podamos ofrecer.
Vamos con todo el entusiasmo por esta edición y dispuestos a disfrutarla al máximo junto a artistas y público. Amamos lo que hacemos y eso se traduce en nuestra manera de gestar. Queremos que ORIGAMI siga creciendo como comunidad gestora y como comunidad cultural. El festival es una gran oportunidad en tal sentido, una celebración, además, por lo conquistado, por el presente y lo que vendrá.
Las entradas están a la venta a través de Redtickets.
Sebastian Casafúa se presentará el dia domingo 21/11 en Origami Music Fest
Foto: Paul Hernández