Niña Lobo: “En el nuevo disco hay una vuelta al origen, pero mucho más pensado y producido”

Con cuatro años de distancia respecto de “Lo que duró la vida de alguien”, su primer álbum, Niña Lobo regresó con “Montevideo Despierta”, un trabajo que condensa un proceso largo, intenso y muy trabajado puertas adentro. Con este disco, la banda escribe una nueva página en su recorrido, que las encuentra en otro momento personal y artístico, a la vez que potencia su sonido de la mano de la producción artística de Mariano Gallardo Pahlen.

El próximo domingo 7 de diciembre, a las 20 h, en Sala del Museo, Niña Lobo se presentará en vivo compartiendo fecha con la argentina Barbi Recanati, y las entradas están a la venta a través de RedTickets.

A propósito del lanzamiento y de la importante fecha, conversamos con Isabel Palomeque (bajo) y Andrea “Chane” Pérez (teclados) sobre el reciente lanzamiento, el lugar que ocupa la amistad en estas nuevas canciones y la forma en que se resignifica el grupo siete años después del inicio de su trayecto.

Por Liber Aicardi

Foto: Difusión

Hace unas semanas editaron “Montevideo Despierta”. ¿En qué etapa se encuentran ahora, una vez que vio la luz, respecto al nuevo disco?

Isa — Yo cada tanto escucho alguna canción, pongo un pedacito de canción, nunca lo escuché de vuelta entero. Supongo que en este momento estamos en esa etapa de hablar del disco.

Chane — Siento que también nosotras estamos procesando un poco qué es lo que nos pasa. O sea, realmente creo que nosotras no nos habíamos puesto a conversar entre nosotras qué significaba para nosotras y qué significaba como más simbólicamente hasta este momento. En el hacer uno no racionaliza tanto, me parece, no te ponés a pensar en el significado de las cosas, las hacés y ta. Sí, cuando conectás la parte de lo visual y todo eso, porque tenés que crear algo a raíz de otra cosa. Entonces ahí sí o sí tenés que racionalizar, pero en toda la parte emocional creo que no nos habíamos puesto a conversar mucho. Sencillamente lo hicimos y después, hablando, encontramos un montón de cosas que no nos habíamos dado cuenta que estaban.

Isa — Sí, igual es grato darse cuenta de que estamos re alineadas.

Chane — Para mí tiene que ver con el proceso de ponerlo en palabras o racionalizarlo, porque después hay un montón de cosas no dichas que sí sabíamos que estaban, pero nunca lo habíamos razonado así como en los días.

¿Les pasa que, a raíz de devoluciones —ya sea del público o en las entrevistas—, caen en la cuenta de aspectos que antes no habían notado por estar inmersas en el proceso?

Chane — Totalmente. Nos pasó que nos dimos cuenta de que es un disco que habla de la amistad. Sí sabíamos toda la parte más esperanzadora y de mirar hacia adelante y todo eso, porque todas las canciones lo dicen explícitamente. Pero del tema de la importancia de la amistad en este disco nos dimos cuenta una vez que lo sacamos.

Isa — Y cobró toda una dimensión que ahora es difícil alejarla. Está ahí presente. A mí me encanta escuchar las devoluciones, es hermoso. Como trabajo dando clases, tengo pila de alumnos que me cuentan qué piensan del disco y tienen interpretaciones re distintas, y está bueno ver eso de lo que siempre se habla: de que el arte es tuyo y vos lo hacés, pero después toma otro sentido y es del que lo escucha.

¿Cómo trabajaron para este disco respecto a la dinámica de composición?

Chane — La dinámica de composición cambió un poco porque trabajamos más con maquetas, que no lo habíamos hecho de forma tan profunda antes. Y el período de composición duró mucho más que antes, porque le dimos como una vuelta de tuerca, ya nosotras solas, juntándonos en distintos lados para que las canciones llegaran a su máxima expresión de lo que nosotras podíamos hacer. Después de eso, cuando se sumó Mariano Gallardo (productor) y Cecilia Simón (baterista), llegaron al estado en el que están ahora y después, con toda la gente que fue formando parte del disco, como que apretábamos las clavijas para que llegara lo más que se pudiera en cada instancia. Y eso nunca lo habíamos hecho tan así.
En el momento que vino Mariano realmente nosotras ya no teníamos ideas, ya lo habíamos agotado; vino él y replanteó un montón de cosas.

Nos dimos cuenta que es un disco que habla de la amistad. Sí, sabíamos toda la parte más esperanzadora, de mirar hacia adelante y todo eso, porque todas las canciones lo dicen explícitamente. Pero de la importancia de la amistad en este disco nos dimos cuenta una vez que lo sacamos.

Chane

En cuanto a sonido y estructuras, da la impresión de que es un balance entre los primeros EP y el álbum anterior. ¿Lo sienten así también?

Chane — Veo mucho más de las primeras cosas que del primer disco, porque al menos para mí, hay como una vuelta al origen, pero mucho más pensado y producido. Pero siento que las canciones, si bien estructuralmente son muy distintas a lo que hacíamos al principio, tienen algo en el corazón que a mí también me lleva mucho más a “Domingo” que a “Jaime R.”.

Isa — Yo creo que también está más fresco que el disco anterior y lo hicimos de una forma tan distinta, que inevitablemente hizo que tomara un camino distinto este disco. Hicimos otras cosas que tienen otra forma y otro resultado y que sí, es cierto, ahora creo que puede tener algo más que ver con los primeros temas, es verdad.

También hay una narrativa en cuanto a las emociones que transmiten las canciones, ya que arranca bien arriba, en el medio baja y se pone más intimista, luego vuelve a levantar para volver a bajar. ¿Este orden salió del trabajo de producción o surgió espontáneamente?

Isa — Cuando sentimos que estaba resuelto el disco, estaban las mezclas, estaban los másters, entramos como en crisis con eso porque no le encontrábamos la vuelta.

Chane — Probamos mil opciones y siempre alguna decía: “No, pero de tal pasaje a tal pasaje está raro, está raro”. Y probando y probando, en un momento dimos con este orden.

Isa — Sí, dimos con este orden que también nos llevó a soltarlo.

Chane — Dijimos: “Vamos a hacernos cargo del momento en el que baja y baja todo lo que puede bajar y después remonta”. En un momento nos amigamos con la idea de que la gente pudiera decir —que también es lo que nos han comentado—: “Che, hay un momento en el que es bien para abajo”. No pasa nada, es “parte de”.

También se las nota más concretas a las canciones, está lo que tiene que estar y no sobra nada. ¿Tiene que ver el trabajo de Mariano en esto?

Chane — Sí, eso es muy de Mariano. Él te lleva a que busques exactamente lo que tiene que ser. Cuando grabamos los teclados estábamos cinco horas escuchando distintos sonidos para una línea de teclado. Poníamos todas las capas, después elegíamos. No vas a predisponer de un tiempo en el que esto se tiene que hacer. Esto se va a hacer en el tiempo que se tenga que hacer. Cuando esté, estará. Y eso a nosotras nos costaba también. Hoy digo: “¡Qué bueno que pasó!”.

Isa — Y se refiere directamente a eso: está lo que tiene que estar y lo que está, está muy pensado y con una búsqueda muy grande.

Emocionalmente Niña Lobo es el lugar donde vamos, trabajamos y nos exigimos profesionalmente, pero también son mis amigas que si me pasa algo realmente son mi contacto de emergencia. Entonces, hay que encontrar un balance para que las dos cosas no se hagan daño una a otra.

Isabel

¿Cómo llegaron a trabajar con él?

Chane — Es amigo nuestro, de hace muchos años ya, lo queremos mucho. Y “Cami” Rodríguez (vocalista y guitarrista), siendo amiga también de Mariano, trabajó haciendo música para “pelis» con él y creo que va por ahí. Y de conocerlo, de conocer su trabajo como artista y como productor, de quererlo mucho como amigo, en un momento… no sé si fue “Cami” Rodríguez la que lo sugirió, porque quería que venga alguien a meter mano, y él es la persona para eso.

Pero además era muy difícil para nosotras porque, siendo un grupo, de repente viene un factor nuevo a los ensayos. Para nosotras era rarísimo que otra persona venga y te diga: “Hacé esto, hacé aquello”. Era raro.

Isa — Estaba bueno, pero a la vez era incómodo y en los primeros ensayos éramos extremadamente respetuosas.

Chane — Sobre todo, aprender a vincularnos de esa manera estuvo muy interesante.

Y en estos cuatro años que hay entre disco y disco, ¿cómo manejaron cierta presión que pudiera haber de lanzar nuevo material?

Isa — Yo creo que no es una presión, pero sí sabíamos que queríamos sacar más música y estábamos haciendo canciones hacía tiempo ya y eso, teníamos canciones que habían quedado del disco anterior afuera. Eso estaba latente, sabemos que también tenemos ganas de tocar música nueva, no es pasada de preparar toques, era como: “Pa, qué ganas de tocar otras cosas”, pero no influyó la presión en el momento de hacerlo.

Chane — Es que o hacés lo que podés y querés o la quedás, para mí. Porque si te dejás presionar por una idea —porque ni siquiera hay nadie, ¿viste?—, en la verdad no hay nadie que esté esperando, porque además nosotras éramos independientes en ese momento, no teníamos contrato con nada, no había compromiso. Entonces no te podés dejar apretar por las ideas y las proyecciones, porque al final no existen. Podrían existir, sí, quizás haya alguien esperando, pero no importa. A lo que sí nos llevó fue a sentarnos y decir: “OK, ¿vamos a sacar el disco? Vamos a sacar el disco”. Entonces paramos con ciertas cosas, nos tomamos el tiempo, le dimos el tiempo que precisaba el disco también.

Isa — Siento que fuimos honestas y responsables en ese sentido: lleva el tiempo que lleva y nada de locuras. Sí, nos comprometimos en cuerpo y alma, estuvimos todo el año trabajando en eso y el año anterior componiendo, entonces se sintió como un proceso largo, pero no presionado.

En medio del proceso también se dio la salida de Julia. Fue algo que tuvieron que atravesar por primera vez: la partida de una integrante de la banda. ¿Cómo lo vivieron?

Chane — La salida de Juli fue de las cosas más difíciles que hemos vivido —y sigue siendo— para las cinco, y nos atraviesa y me parece que nos va a seguir atravesando.

Isa — No hay nada resuelto emocionalmente, son cosas que atravesás y no hay ninguna fórmula tampoco.

Chane — Son cosas que pasan también, es un duelo, y siempre lo comparamos con los duelos de la vida: es como esas cosas que a veces vivís, cosas que son difíciles de llevar adelante y de alguna forma lo hacés.

Isa — Pero siempre conscientes y cuidándonos bastante y cuidando el proyecto, que es lo que más queremos.

¿Tienen espacios en la interna para conversar cuestiones personales que les pueden pasar individualmente y como grupo humano?

Chane — Sí, re hacemos eso. También tuvimos que aprender a cuidar esos espacios. Es todo un balance entre hablar las cosas y también poder cuidar esos lugares en los que vos estás depositando un montón de energía. Pero sí, tenemos esos momentos de charla, porque hablar las cosas es fundamental en cualquier relación.

Isa — Pero emocionalmente Niña Lobo al final es el lugar donde vamos, trabajamos y nos exigimos profesionalmente, pero también son mis amigas que si me pasa algo realmente son mi contacto de emergencia. Entonces hay que encontrar un balance con eso como para que las dos cosas no se hagan daño una a otra.

Tenemos la sensación de que claramente pasaron siete años de banda, no somos la generación de punta y tampoco nos interesa seguir en esa rosca. Entonces, hay un montón de cosas de cómo se vende la música que ya ni intentamos entender.”

Chane

Este disco es el primer trabajo en el cual ustedes aparecen en la carátula. ¿En qué momento decidieron soltar el personaje de la niña lobo, tanto para el arte como para la estética de la banda?

Chane — No sé bien en qué momento decidimos soltarla, me parece que esa fue una cosa que no conversamos. Sí, conversamos el hecho de aparecer nosotras, que para mí tiene que ver con aparecer, con esta cuestión de hacerse cargo.
“Cami” Rodríguez decía que ella lo vinculaba al nombre: “Si yo le voy a poner este nombre a este disco, tengo que poner mi cara, hacerme cargo”, y aparecer nosotras. Es una nueva etapa de la banda, sentíamos natural que tuviera otra cara y no seguir esa narrativa, que quizás en un momento resurja.

Isa — Yo me acuerdo de que igual hubo un proceso, un momento en que no encontrábamos el nombre del disco y estábamos manejando las opciones, y yo todo lo que me imaginaba siempre era relacionado al proceso del disco anterior a este.

Chane — También es un disco que habla de nosotras, esto de la amistad nos atraviesa mucho más que cualquier otra cosa que hemos hecho, para mí. Y que estemos en la tapa es como el reflejo de eso, es como: “¡Estamos acá!”. Somos nosotras en esta ciudad cantando estas canciones.

Isa — Habrá cosas más ficcionadas que otras, pero tiene un tiempo, un espacio y una persona. Quizás antes estábamos más cubiertas en algo más atemporal; como que va por ese lado.

En los últimos cuatro años, desde que publicaron “Lo que duró la vida de alguien”, la forma de consumir música cambió bastante, o al menos se agudizaron los cambios que ya venían sucediendo. ¿Cómo absorbieron estos cambios?

Chane — Nosotras tenemos una sensación ahora de que somos como las tías (risas), al menos porque nos dicen así alguna gente más joven que nosotras.

Y es tipo: “¿Cómo carajo soy una tía en seis años?”. Tenemos esa sensación de que claramente en estos años van a haber pasado siete años de banda, no somos la generación de punta y tampoco nos interesa seguir en esa rosca. Entonces hay un montón de cosas que ya ni intentamos entender, que lo hagan los que son más chicos, que les sale natural.

Isa — Sí, hay como una cuestión re generacional de la gente más joven: saca música y se mueve distinto, y ahí pasó la pandemia, pasaron formas que nos han afectado la forma de vivir a todos, en todos los sentidos, y siento que la forma de hacer música y la forma de vender música no es ajena a eso. También varió un montón estos años y vos podés o estar metida en esa rosca y verlo de adentro o verlo de afuera.

Chane — Hay gente de nuestra edad o más grande que también lo entiende y le es natural, sí. A nosotras hay algunas cosas, sobre todo con TikTok, que no terminamos de incorporar porque no es el lenguaje que manejamos.

¿Se dieron cuenta de lo que generan en las generaciones más jóvenes de seguidores que las tienen como referentes de bandas de rock? Sobre todo en vivo y con algunas canciones en particular.

Chane — Sí, yo creo que lo vemos a veces con gente que se emociona, y a una a veces le parece muy raro.

Isa — Pero es emocionante. Y no solamente pensarlo, sino que es algo que se siente en los toques: estás contenta de estar ahí y sentís que la gente te devuelve eso también, que la gente también está contenta de estar ahí. Creo que es de las cosas más lindas, es algo tangible emocionalmente. No con el rótulo de la banda de una generación ni nada, pero sí cuando estás en el momento y lo sentís y terminás y te queda una sensación de que esto es más grande que uno también. Es la música y es el momento también. A mí me emociona mucho pensar que se generan esos espacios. Pienso en mi yo adolescente y hubiese pirado con un espacio así.

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