Luego de quince años de carrera con La Saga y tras la separación de la banda, hacia finales de 2018, Nicolás Bagattini se volcó de lleno a su proyecto Palabras, publicando su primer disco en mayo pasado. Palabras no sólo refleja un giro estilístico en la carrera del músico, sino, además, varios invitados de la talla de Alejandro Spuntone, Gabriel Peluffo, Papina De Palma, Denis Ramos, Emiliano Brancciari, Gonzalo Deniz y Guzmán Mendaro participaron de la grabación de dicho trabajo, aportando sus respectivas voces e instrumentos a las canciones. El próximo viernes 8, a las 21 hs, en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del SODRE, Palabras tendrá su presentación oficial en vivo y, a modo de previa, conversamos con Nicolás sobre el origen del proyecto, el nuevo comienzo y el proceso creativo del disco.
Por Liber Aicardi
¿Cómo surge Palabras?
A lo largo de la historia de La Saga siempre quedaron canciones atrás; uno siempre hace más canciones que las que puede grabar o editar, y, después de editar el disco “Vos” de La Saga, empecé a sentir la necesidad de sacar un disco con algunas canciones que estaban ahí y que era necesario registrar y editar. Sobre todo, porque decían cosas que a mí me interesaba decir y que formaban parte de mi obra, digamos. Ahí, empezó una etapa en la que empecé a pensar un disco basado en las guitarras acústicas y vemos hacia dónde va. La Saga estaba en pleno disco, me empecé a juntar con Guillermo Berta, que fue el productor del último disco de La Saga y de muchas otras cosas, por supuesto. Nos empezamos a juntar como si fuera un taller casi, una vez por semana, empezamos a producir las canciones y empezó como a quedar la maqueta. En un momento, dije “yo no puedo hacer esto ¿qué voy a hacer? ¿voy a tener dos bandas? No da”. Ahí, pensé en llamar gente para que cante los temas y yo me paro atrás del disco como autor. Entonces, ahí, llamé a Spuntone, llamé a Peluffo, llamé a Brancciari y al resto de los invitados. Incluso, lo conté así, durante una época, yo le decía a mis amigos “voy a sacar un disco con invitados” y Guillermo, un día, me dijo “¿Cuándo te vas a hacer cargo de este disco y de grabar tus temas y cantar parte de tus temas?” Al final quedó como un disco mixto con las guitarras acústicas, las melodías y mi voz como centro y, a la vez, tiene muchos invitados haciendo duetos. Así surge.
¿Te pasó de componer alguna canción pensando, específicamente, en los invitados?
Sí, eso fue hecho así durante esta época, desde todo punto de vista: lo que decía la canción, qué tono tenía la canción, por momentos, qué arreglo… Por ejemplo, “Los aeropuertos”, que canta Gonzalo Deniz, esa es una co-autoría con él. Lo llamé y le dije que tenía una canción que quería que cantara, es una canción que es un viaje de una pareja por todo el mundo y eso estuvo bien pensado para él. Guzmán (Mendaro), en la canción que tocó (“El niño volador”), me dijo: “yo toqué ese tema más como padre que como guitarrista”. Eso es una cosa muy importante porque tiene un alma muy especial ese tema, yo se lo hice a mi hijo durante el embarazo y durante los primeros meses de Ciro, que ahora tiene cinco años, en los momentos de hacerlo dormir yo entraba al cuarto a oscuras y empezaba a cantar el tema y a cantarlo. Se transformó en la canción de cuna de mi hijo. Ahora mi hijo no la quiere escuchar más (risas). Yo sabía que, además de ser uno de los mejores guitarristas que hay acá, la emoción del tema que yo le iba a contar, Guzmán la iba poder interpretar.
Yo estaba, por momentos, encorsetado en un estilo, que es muy válido, que representó quince años de mi vida, pero, yo siempre fui internamente mucho más ecléctico que eso. Acá no hay presiones ni tampoco ataduras estilísticas de ningún tipo. Yo, a La Saga, le tengo un cariño enorme, formó mi identidad durante mucho tiempo, pero, a la vez, estoy muy contento de poder liberar una parte de mí que estaba, ahí, oculta.
¿Te costó desprenderte del sonido de La Saga en tu cabeza a la hora de componer?
Al contrario. Esa es otra de las razones por lo cual esto existe, es una de las razones por las que yo necesitaba hacer un disco por fuera de la banda. Porque yo estaba, por momentos, encorsetado en un estilo, que es muy válido, que representó quince años de mi vida, pero, yo siempre fui internamente mucho más ecléctico que eso. Acá no hay presiones ni tampoco ataduras estilísticas de ningún tipo, de exprofeso ¿no? Yo, a La Saga, le tengo un cariño enorme, formó mi identidad durante mucho tiempo, pero, a la vez, estoy muy contento de poder liberar una parte de mí que estaba, ahí, oculta, digamos.
Pero ¿te pasó de estar componiendo y pensar “acá entra la guitarra” o cosas así que te remitieran a La Saga?
Ah, sí, eso seguro. Incluso hay uno de los temas que tiene una de las más lindas melodías que se llama “Y volaron nuestras cosas”, uno que canto solo, que no fue elegido como corte porque el arreglo era medio parecido a La Saga. Ahí no le escapamos, pero, groseramente, muchas veces le escapamos, quitamos capas de sonido, la guitarra distorsionada no, o sí, pero con otra intensidad, con otra calidez, el plano de las voces…
En el disco hay presencia de vientos, que, también, es algo nuevo para vos.
Hay dos temas con vientos, uno que es “A lo Rolling Stone”, que es un tema que para La Saga no hubiera sido un tema habitual y, llegado el momento, nos empezamos a dar cuenta que tenía un formato como de big band, en el riff y dijimos “che ¿acá no habría que poner unos vientos?” y ta, “vamos a llamar a los vientos”. Es algo que yo no me lo esperaba en un disco mío, y el otro que tiene vientos es “Y volaron nuestras cosas”, que, ahí, los vientos se dieron de una forma más orgánica, yo tenía una melodía en la cabeza para el estribillo, y era hacerlo con una viola, pero parecía un tema de rock argentino clásico, o lo hacíamos con un teclado, y no tenía ganas; y estaban los vientos ahí, los tipos ¿no? y dijimos “vamos a hacerlo con vientos”. Yo quedé súper contento con eso.
Estamos yendo de a poco, empezamos haciendo muchos shows chicos y me pasó que vi muchas caras nuevas, gente desconocida que ya tiene el disco en su cabeza. Y me pasó que tuve la sensación que tuve con los primeros discos de La Saga, en que eso no estaba dado por sentado y, en el momento que estaba tocando, dije ‘hay algo acá’
¿Cómo elegiste la banda al momento de grabar las canciones?
Fue de una forma bastante casual. En ese momento éramos batería y guitarra acústica, entonces, el primero que entró fue Thiago Larbanois, que debe ser de los músicos más técnicos y estudiosos que yo conozco, y, después, a través de él, que tenía una banda de funk con Diego Bonomo, que es otro joven guitarrista que tiene muchos escenarios arriba; con él estuve haciendo las presentaciones en dúo. Esa es la base de palabras, después se suman los invitados, los vientos, etcétera.
¿Cómo te sentiste tocando, nuevamente, en lugares más chicos?
Impecable. Producir un show grande, de quinientas personas, lleva mucho laburo y da mucho stress; hay riesgo económico, también. No te digo que no sea algo que no me guste, es precioso. Pero estamos yendo de a poco, empezamos haciendo muchos shows chicos y vi muchas caras nuevas, gente desconocida que ya tiene el disco en su cabeza. Y me pasó que tuve la sensación que tenía con los primeros discos de La Saga, en que eso no estaba dado por sentado y, en el momento que estaba tocando dije “hay algo acá”. Me di cuenta que el disco dice algo, “el disco tiene algo que, a la gente le hace sentir algo” pensé en ese momento. Hay algo emocional acá que yo no sé del todo qué es, pero, nos conectó en varios momentos a los que estábamos tocando con los que estaban abajo. Esto parece un frase de Perogrullo, que todos los músicos dicen en las entrevistas, pero, realmente, pasó.
¿Ves en Palabras un proyecto a futuro o verás a medida que fluya?
Palabras es un proyecto en que mi identidad está representada, absolutamente representada. Y yo voy a seguir haciendo cosas con Palabras, seguro, que van a tener el formato que el deseo mande. Ahora, tenemos la presentación del disco, el 8 de noviembre, pero voy a seguir tocando en vivo muy frecuentemente, voy a editar, seguramente un disco nuevo, ya estoy juntando las canciones. Hace poco que saqué el disco, pero, uno ya empieza a pensar lo lindo que es volver a componer y uno extraña eso. Tengo la idea de, capaz, el año que viene grabar un especial en vivo filmado… pero, sí, yo lo veo como un proyecto que tiene vida por delante. Sin prisa, pero, sin pausa, va a tratar de ser una plataforma para el disfrute personal a través a través de la libertad, a través de la poesía y, también, a través del contacto con otros músicos. Eso fue algo muy casual, pero, que yo disfruté mucho.