Mateo Moreno: “No todos estamos contentísimos con cómo se vende la música hoy”

Una década después de «Meridiano», su álbum anterior, Mateo Moreno regresó con «A vos te hicieron peor que vos a mí», un trabajo ambicioso y diverso donde el ex bajista de No Te Va Gustar reafirma su identidad como compositor, productor y artista integral. Entre el rock, el candombe, el funk, el reggae y el pop entre varios estilos, el músico traza un recorrido distintas facetas con una gran libertad creativa, acompañado por una destacada lista de músicos invitados tales como Pedro Alemany, Dostrescinco, Marcelo “Sapo” Gamboa, Federico Navarro y sus otrora compañeros de banda, Emiliano Brancciari y Pablo “Chamaco” Abdala, por mencionar algunos.

Este sábado 18 de octubre, a las 21 h en Magnolio Sala, con entradas disponibles en Tickantel, Mateo Moreno presenta en vivo su más reciente lanzamiento y antes conversamos con él.

Por Liber Aicardi

Foto: Difusión

“A vos te hicieron peor que vos a mí” es tu primer disco en 10 años, ¿fue una decisión deliberada dejar pasar tanto tiempo o simplemente se dio así?

Básicamente me estuve mudando, tuve una hija, estuve viviendo en Brasil y en México, me separé también en Argentina y después, descontando la pandemia, que fueron como dos años muertos, serían como ocho años. Cuando llegué a Argentina estuve desarrollando mi otro disco como dos años, que firmé con Universal allá, y girando. También me estuve estableciendo. Y después de esos dos años laburé mucho “Meridiano” y estuve desarrollando mi carrera de productor artístico, que es bastante de lo que vivo, en un lugar donde hay mucha competencia y todo el mundo le “pega al arco” (se ríe). Y, bueno, también siendo padre, con la vida misma y mudándome mil veces hasta que ahora soy socio de un estudio que se llama DejaVu. Ya tengo mi casa en Avellaneda, mi hija es adolescente grande, estoy de nuevo en pareja y estoy tranquilo. Se dieron todas las posibilidades. Luego de trabajar con una cantidad súper disímil de artistas y de aprender muchísimo, de hacer el disco, Bizarro me convocó. Aníbal “Chiche” Buonacorso, que coprodujo el disco conmigo, me dijo: “Che, Mate, ya está”. Y se dio, se alinearon los astros, como dicen los astrólogos. Siempre compuse mucho porque nunca dejé de hacer música. Hay músicas que uno produce, tanto para cine como para otras cosas que no se ven porque están en el ostracismo, pero salió este disco que tenía muchas ganas de hacer.

Estas canciones que quedaron finalmente en el disco, ¿son del mismo período o compusiste más en los últimos años?

Son disímiles, pero en la mayoría tenía las ideas y fueron terminadas en el último momento. Pero hay cosas circunstanciales: No Te Va Gustar cumplió 30 años, entonces quise componer una canción como las que componíamos con Emiliano cuando teníamos 15 o 18 años, entonces hice “Robot”, invité a Emi y al “Chamaco”. Después tenía una canción que se llamaba “Nómadas” y ya había compartido con los Dostrescinco en Nada Crece a la Sombra, sobre todo con Bruno (Cammá), y los invité para esa canción. Había compartido también con el “Sapo” Gamboa, que es el rapero más social que conozco, y tenía un tema que critica un poco lo que está pasando en Argentina, que es “Una vorágine”. Así fui convocando una cantidad de músicos increíbles, como Pedro Alemany acá en Uruguay; en Estados Unidos estaba Federico Navarro, que también tocó; Martín “Sheffa” Giorgieff también, de New Jersey; y una cantidad de músicos, tanto de acá como de Argentina.

Algo que rompe la vista en una primera instancia es que el disco tenga 15 temas y una duración de casi una hora, algo que hoy va contra la corriente. ¿Cuánto de manifiesto tiene esta decisión?

Es una mezcla de cosas. Es una medida de lucha, como se decía en la FEUU (risas)… Es una medida de lucha también. Ante todo tiene que ser ¡ya!, todo tiene que ser corto y directo. Dije: “Voy a hacer un disco de 15 temas, conceptual, y que a su vez sea barroco y esté lleno de música”. Un poco lo que a mí me gusta, porque me parece que no todos estamos contentísimos con cómo se vende la música hoy, cómo se manifiesta, y creo que extrañamos cosas que, según mi edad y mi backup, quería hacer de esa manera. Y me parecía que hoy en día —parece joda— pero esto es lo más moderno. Se dio vuelta tanto que esto es moderno. Y como productor lo vi así, porque yo lo produje con “Chiche”, y él me decía: “Che, ¿pero vamos a hacer algo de ocho temas, no?” (se ríe).

En el fondo, esto, más allá de que escuchen o no todo el disco en Spotify o en las plataformas en orden, va a dejar algo. Y cuando lo diga en la prensa va a ser importante también, y quizás inspire a alguien a hacerlo de esa manera, a volver a recuperar la música.

Me parece que no todos estamos contentísimos con cómo se vende la música hoy, cómo se manifiesta, y creo que extrañamos cosas que, según mi edad y mi backup, quería hacer de esta otra manera.

Llama la atención, especialmente conociendo tu trabajo de productor, ya que por eso mismo estás más ávido a las nuevas tendencias y en este caso hiciste lo contrario…

Claro, fue por gusto. Porque yo trabajo con el mainstream o con productoras en Argentina que me llaman para producir, por ejemplo, una banda o una solista o una banda de tango que me piden ciertos parámetros y trabajan con el focus track para sacar acá y no sé cuántas cosas… Está buenísimo, pero sabiendo eso y cómo funciona, y yo trabajando también desde ese medio, es como estar dentro del monstruo y tratar de matarlo.

El disco en general es como una apertura a tu universo propio, que te pasea por el rock, el candombe, el funk, el pop, y hasta incluso lo cerrás con una bachata. Esto, sumado al tiempo transcurrido, ¿termina siendo una presentación de lo que es tu obra en general, especialmente para nuevas generaciones?

Hay unos amigos productores que tengo —esto no debería decirlo—, pero me muestran en secreto lo que están produciendo con sus artistas y tenemos como especie de tertulias. A veces estás tan viciado con tu propio trabajo que no ves cosas con tu obra. Y ellos me decían: “¡Otra vez hiciste un book de productor artístico! Te van a llamar las bandas de reggae, las bandas de candombe, etc.” (risas). Y dejé una cantidad de estilos afuera, incluso porque no podía hacerlo tan largo. Pero básicamente es mi búsqueda. Yo soy muy ecléctico y muy heterogéneo, y también muestra las cosas que me gustan cantar y tocar. Yo compongo las canciones, por ejemplo, haciendo las letras al final, y generalmente pienso el estilo y después lo voy armando. Entonces, el estilo también tiene que decir cosas. Pero básicamente son los estilos que me gustan: algunos más por bajista, otros más por cancionero, otros más por estética.

¿Lo sentís como un empezar de nuevo?

Es como empezar de nuevo. Porque todo el trabajo de estar expuesto lo había dejado de lado durante casi ocho años. Me refiero a estar expuesto realmente: dar la cara, cantar, hacer notas y todo esto. Pero es algo que necesitaba. También estuve haciendo reformas en una casa, siendo padre —que es mi mejor disco—, mi hija Mía Moreno, y que está divina, sana, en este planeta en el que es difícil ser padre y con todo lo que eso significa. Y también estar en otro país me llevó una cantidad de energía tremenda, que no es fácil. Ese devenir lleva su desgaste.

El disco, como ya mencionaste, tiene la participación de una gran cantidad de músicos. ¿Pesó más la cabeza de productor en esa decisión?

Sí, claro. Pensaba: “Pedro Alemany sería increíble para esta canción, vamos a llamarlo”. Tengo la suerte de tener mucho afecto con una parte enorme de los músicos, tanto de Argentina como de Uruguay, entonces todos aceptaron más que estar en las canciones. Y para mí eso fue un orgullo tremendo, porque esa persona que yo buscaba para que grabara —porque consideraba que, como vos decís, como productor, iba a servir a la canción— daba todo. Hicieron sus arreglos, charlaban por WhatsApp, y muchos presenciales también.

Me gustan más las bandas cuando graban en vivo, pero no quiere decir que el próximo disco, que ojalá no pase tanto tiempo, no sea con esta banda después de un devenir de maduración.

¿Y qué diferencia encontrás entre esa forma de trabajar y tener una banda estable?

Lo que pasa es que, para el brainstorming y para el método con el que estaba trabajando, yo quería tener una diversidad grande de músicos, porque iba de la mano de ser heterogéneo y ecléctico. Me encantaría, en un futuro, hacer como hice con Autores en Vivo, este disco y los repertorios que tenga a futuro con la banda con la que estoy ahora tocando, que está buenísima, poder grabar algo en vivo. Me gustan más las bandas cuando graban en vivo, pero no quiere decir que el próximo disco, que ojalá no pase tanto tiempo, no sea con esta banda después de un devenir más de maduración.

Más temprano mencionabas al pasar “Robot”, el tema donde tocan Emiliano y el “Chamaco”, pero también el inicio tiene una referencia a Marcel Curuchet (fallecido en 2012). ¿Estas dos primeras canciones que abren el disco son, de alguna forma, un reencuentro con esa etapa de tu carrera, una reconciliación?

Yo estuve con “los Note”, con el “Chama”, “Emi” y toda la barra divina que tienen, y que trabajan con ellos —que yo los conozco— y los invitados, y me emocionó mucho el show en la rambla (N. de R.: show celebratorio de los 30 años de NTVG), y también las familias, porque pude reencontrarme con la mamá de Emi, la hermana, los sobrinos. El primer tema es un tema que se llama “Antídoto”, está hecho sobre todo para mi hija y mi mujer, sobre todo para mi compañera, que fue el amparo que también tuve para hacer el disco, ese amor incondicional, que también lo tenía con “Curucha”. Pero sí, básicamente se puede decir que es una llave de algo que tenía guardado.

¿Cómo vienen los preparativos para el show presentación de este sábado 18 en Magnolio?

Estoy muy contento, espero que vaya mucha gente. Va a ser sin butacas. Es como una flecha la banda. Estoy yo con el micrófono y con el bajo, y hay dos guitarristas, dos tecladistas y un baterista. Los tecladistas: uno es Aníbal “Chiche” Buonacorso, el que coprodujo el disco conmigo, y el otro, una nueva promesa de Uruguay, se llama Fede Noll, que es un crack. Después está Diego Soca, un gran guitarrista y cantante que tiene su proyecto ecléctico y funkero. Y tengo la suerte de, por primera vez, tocar en mi proyecto con mi hermano, Lautaro Moreno, de Karma Man Kaya, una banda icónica de reggae. En la batería está Germán Magallanes, con quien estuve tocando bastante allá en La Barra, un batero de Maldonado que me encanta cómo toca. Esos somos la banda, más los invitados: van a ir Dostrescinco, va a estar el “Sapo” Gamboa, el “Chama” y alguna sorpresa más.

Foto: Difusión

Posted in: