Hablar de Los Tontos es referirnos a una banda icónica del rock uruguayo, además de la más exitosa de los años 80´s, con miles de copias vendidas de sus discos, presentaciones fuera de fronteras y hasta la conducción del programa televisivo “La Cueva del Rock”. Su música ofrecía una visión crítica, pero al mismo tiempo divertida de la realidad, algo que la convirtió en una banda única en la generación del rock posdictadura.
Con una carrera breve, en tan sólo cuatro años nos dejaron tres discos y varios clásicos que aún resuenan en más de una generación, como el “Himno de los conductores imprudentes”, “Ana la del Quinto”, “El gerontocida” y “Policías”. El trío compuesto originalmente por el carismático Renzo Teflón (fallecido en 2018), Calvin Rodríguez y Trevor Podargo, dejó de funcionar como tal en 1988 tras la salida del grupo de su vocalista. Hacia fines de los años 90’s Renzo reflotó fugazmente el proyecto para una serie de conciertos pero sin la repercusión obtenida en la década anterior.
En 2022 El Gavilán y su banda llevaron adelante un show homenaje a Los Tontos en Sala Zitarrosa junto a una gran cantidad de invitados e invitadas, tales como como Gabriel Peluffo, Jorge Nasser, Fata Delgado, Mandrake Wolf, Diego Drexler, Tabaré Rivero, Eli-U Pena, Maia Castro, Alejandra Wolff, Alejandro Spuntone, Gastón Puentes, Agustina García, Álvaro «Apagón» Albino y Max Capote, que derivó en un álbum en vivo publicado en junio pasado.
Como consecuencia de este homenaje, Trevor (Leonardo Baroncini) y Calvin (Fernando Rodríguez) – quienes actualmente residen en Estados Unidos y Argentina respectivamente – decidieron volver a presentarse juntos tras 36 años a modo de agradecimiento hacia un público que los mantuvo vivos en la memoria colectiva a lo largo de todo este tiempo, en la misma sala que fue testigo del mencionado show, el sábado 9 de noviembre a las 21:00 h y las entradas se pueden adquirir a través de Tickantel. Para este recital, denominado Los Tontos 2.0 la banda se completará con El Gavilán (voz y guitarra) y Xavier Pereira (bajo).
A propósito de esta histórica reunión, conversamos con los cuatro músicos. Juntos repasaron la trayectoria de la banda y nos brindaron sus impresiones sobre este reencuentro, además de guardar un lugar para el recordado Renzo.
Aquí, la segunda y última parte de la charla.
Por Liber Aicardi
(Parte I aquí)
Foto: Difusión
Desde afuera quedó la sensación de que, luego de la salida de la banda de Renzo y el sarcasmo al que hacían referencia en el nombre que le pusieron al tercer disco, la relación con él no quedó en buenos términos. ¿Tuvieron la oportunidad de reencontrarse y cerrar el vínculo personal con Renzo?
Trevor – Sí. Yo vivía en España hace unos años, yo iba a Uruguay cada dos años de visita, y un día vino Tabaré Rivero a mi casa y me dijo que tocaban Los Tontos y me dice “¿por qué no se reúnen?”. Pero en vez de reunirnos, se me ocurrió llamar a Renzo. Haría unos seis años que no hablábamos y, entonces, lo llamé. Me atendió por supuesto, muy mal y le dije “mirá, yo estoy aquí, me quedo una semana y media más, si me querés ver, te doy mi teléfono, dame un llamado y nos juntamos”. Él me dice “bueno, entonces hoy” (se ríe). Nos juntamos ese mismo día en un bar a hablar. Pero ¿qué pasa? Renzo se olvidaba que nos hacíamos amigos. Una vez me llamó a España para hacer Los Tontos con Calvin de nuevo y yo no podía, tenía un hijo recién nacido, era a finales de los 90’s, no podía largar todo para hacer Los Tontos. Después me llamó para preguntarme si era posible que lo hiciera él con otra gente, porque el nombre era mío. Y yo le digo “sí, loco, dale». Después yo volví a ir a Uruguay, nos juntamos otra vez y después se le olvidó que nos habíamos que nos habíamos hecho amigos. (risas)
Cuando Renzo estaba muy enfermo, ya en el hospital, un amigo común, Andrés Mastrangelo, me llamó, yo estaba trabajando en Indianápolis trabajando en una empresa de software y me cuenta que Renzo estaba muy mal. Yo no sabía si llamarlo o no, porque a una persona que está en el hospital en esa situación no le querés dar estrés, yo no sabía lo que iba a pasar. Y mi esposa me dijo “llamalo, porque no importa lo que pase, si no lo llamás te vas a quedar siempre con eso, con esa duda”. Entonces lo llamé y, afortunadamente, fue una charla divina, nos cagamos de risa con un montón de recuerdos. Y Calvin lo llamó también, y por supuesto, Calvin siendo Calvin le dice “¿qué hacés? Me enteré de que estás en un hotel de cinco jeringas” (risas). Y lo hizo reír mucho, por suerte, y nos prometimos vernos, pero lamentablemente, diez días después, falleció. Entonces, por suerte, se llevó para allá arriba un par de amigos más.
Calvin – El círculo a nivel personal y de amistad, lo cerramos. Lo que nunca cerramos fue la parte artística, nos quedó eso y no nos pusimos nunca de acuerdo, esa es la realidad. Pero, lo más importante, es haber quedado bien en términos personales. No manteníamos un diálogo fluido con él, pero sí nos comunicábamos. Inclusive, en algún momento, nos planteamos hacer algo así como una big band con los temas de Los Tontos, pero no se pudo. A veces, las cosas suceden así. Pero en este show, sin dudas él va a estar ahí.
Volviendo al show homenaje de 2022, una cosa que me pasó durante el show y luego, escuchando el disco lo confirmé, fue la similitud de la voz de El Gavilán con la de Renzo. ¿Cómo fue, tanto para El Gavilán como para el resto, escuchar el registro del recital?
Gavilán – A mí me pasa que yo no puedo escucharme cantar. La verdad es que no tengo idea y no tengo opinión sobre eso. Yo, con que el disco haya quedado bonito, para mí, ya está.
Calvin – (refiriéndose a El Gavilán). Vos interpretaste las canciones canciones de Los Tontos excepcionalmente. Aparte, sos un tipo que tiene muy buenos recursos para cantar. Es como que los re tiene a los temas, los fraseos y cosas así, los re tiene. Pero Sebastián (El Gavilán) es un muy buen cantante, carajo. ¡Muy buen cantante!
Trevor – Mi esposa, que escuchó las cosas que Gavilán nos manda para ensayar y me decía “pero este ¿es Renzo o es Gavilán?”, porque es muy, muy parecido. Pero no solamente el timbre sino la intención. Renzo estará orgulloso.
El círculo a nivel personal y de amistad con Renzo, lo cerramos. Lo que nunca cerramos fue la parte artística, nos quedó eso. No nos pusimos nunca de acuerdo, esa es la realidad. Pero, lo más importante, es haber quedado bien en términos personales.
Calvin Rodríguez
Y al momento de reinterpretar las canciones, que en apariencia son sencillas, ¿cómo fue el trabajo?
Gavilán – En apariencia. Yo, que soy guitarrista, te digo ¡hay que meter los dedos dónde los metía Calvin!
Calvin – Lo que a mí me impresionó fue cómo sacaron los temas y los arreglos. Obviamente los tocaron mejor que nosotros. (risas)
Por eso a mí me emocionó, yo decía ¡qué increíble lo que hicieron! A mí eso me sorprendió. Obviamente, también poniéndole un poco de impronta porque es otra banda y está fenomenal, así tiene que ser. Nosotros tampoco vamos a tocar los temas literalmente porque pasaron 40 años.
Gavilán – La música de Los Tontos tiene eso que tienen la música de los Beatles, ¿viste? ¿Quién no quiso sacar un tema de los Beatles? Xavier debe saber también, que se va a encargar de la parte del bajo, también es un musicazo tremendo. Yo, en esta conversación, soy el menos músico (risas). Los Beatles tienen eso que vos decís “ah, mirá qué sencillo que es”, pero cuando vas a poner los dedos, cuando vas a hacer las armonías ¡te querés matar! Lo mismo pasa con Los Tontos. Yo nunca había sacado un tema de Los Tontos. Cuando se me ocurrió hacer el homenaje a Los Tontos, me puse a sacar los temas y me temblaban los dos ojos. Hay tanta elegancia en lo que hicieron que uno lo escucha y es suave a la escucha. Es una cosa suave que se siente tan natural la música de Los Tontos. La voz de Renzo, la batería, el bajo, la guitarra. Lo que hace Calvin es increíble. Y se siente tan natural… Pero sin embargo, hay una musicalidad tremenda en esas canciones, pero tremenda, tremenda. Y, cada vez que tuve que sacar un tema nuevo, imaginate… Los Tontos son superhombres, para mí son superhombres, ellos no se dan cuenta…
Xavier – Yo te digo una cosa, Liber: Los Tontos están locos (risas). Hay cosas que, por suerte, me toca tocar el bajo, porque si me tocara la guitarra me doy la cabeza contra la pared, estuve escuchado unas cosas y unas inversiones… Además, hay temas que van en 4×4 y de repente es un 2×4 y esa vuelta, por ahí, se repite, pero en la primera vuelta de la canción y en la última, en la del medio no, y cosas así. Ellos saben de lo que estoy hablando y ustedes (refiriéndose a Calvin y Trevor) saben que están locos.
Trevor – En realidad, lo hacíamos para nosotros, ¿viste? No teníamos un plan, nos divertíamos nosotros y después, pasó lo que pasó, pero de casualidad. No fue que dijimos “a ver, vamos a hacer esto porque después, casi 40 años después nos van a hacer un homenaje”. Era lo que nos apasionaba y lo que nos divertía.
Xavier – Me pasó una cosa, cuando estaba sacando los temas para grabar los bajos, y es que hay algo, no sé qué carajo de fibra tocan con las composiciones que hay algo que fluye natural. Es decir, agarré el bajo y en algún punto parecía que sabía todas las canciones. Es raro, y algunos de los disparates que iban a pasar en ese compás hijo de la gran siete que aparece y te da vuelta todo, parecía
que lo intuía, no sé explicarlo… Ellos hacían, parece que la intelectualización de lo que tocaban estaba en el total y lo que tocaban era lo que salía, y salía como venía. Pero todo es laburo. Y ahí también se parece a los Beatles. Los Beatles arrancaban para acá y no se sabía si seguían para acá o para allá. Y laburaban, laburaban hasta que algo quedaba. Pero no había una intelectualización de cada paso, porque era desde adentro.
Para mí esto es inmenso, casi 40 años después, poder decir adiós al público. Precisamente, por ese amor enorme que el público nos dio durante la corta trayectoria de Los Tontos. Desaparecer así, darle la espalda así al público de esa forma, me quedó siempre clavado.
Trevor Podargo
¿Cuál es el sentimiento y las expectativas de cada uno de ustedes con respecto al show del 9 de noviembre, que va a ser histórico? ¿Cómo están viviendo esta previa?
Gavilán – A pastillas, a pastillas para los nervios y terapia… (risas) Ahora estoy un poquito más tranquilo, pero hubo un momento en el que estuve muy nervioso,
y yo no sé si tuvo que ver con esto, pero tuve parálisis facial del lado derecho de la cara, todo mal, todo mal… Pero ahora que estamos más cerquita de la fecha me vengo emocionando cada vez más, tengo muchas ganas de hacerlo, quiero que sea un show súper lindo para la gente que vaya, que lo va a ser. Va a ser un show súper lindo, va a ser tremendo. Estamos filmando todo porque estamos haciendo, también, una película documental con Juan Meza Fariello, que es un amigo cineasta, es uruguayo pero vivió mucho tiempo en México. Está acá y está encargado de filmar todo lo que esté pasando y no soltar la cámara ni bien Leo y Calvin lleguen a Montevideo para registrar todo, porque me parece que todo esto tiene que quedar grabado y hacerse una película porque son muchas aristas. Lo estoy viviendo con emoción. Yo, seguramente el día que estemos ensayando por primera vez se me caigan los mocos y esté llorando todo el tiempo en el ensayo, porque para mí va a ser increíble tocar con Los Tontos desde adentro. Va a ser una locura. Voy a tratar de mantener la calma, por lo menos hasta el 9 de noviembre. Y el 10, de repente lloro un poco más. Tengo un póster del afiche de Los Tontos del 9 de noviembre donde todos los días le escribo “divertite, divertite, divertite». No me quiero olvidar de eso, de divertirme.
Xavier – Para mí es una sorpresa haber sido convocado. Me cayó de arriba, nunca esperé esto, es un honor increíble, una responsabilidad también increíble, pero además de todo eso, son tantas las cosas que les quiero preguntar que surgen a raíz de esto. Hay un montón de cosas que quiero ir a buscar a esa época y que me las quiero llevar de este encuentro con ellos. Es muy importante para mí, por muchas aristas y, sencillamente, he tenido la suerte de caer de caer acá.
Trevor – Para mí esto es importantísimo. Yo siempre quise despedirme del público, nunca nos pudimos despedir del público. Y es una cosa espectacular. Además, tenemos un gran rapport con el Gavilán y con Xavier. Esto va a ser muy divertido, muy gracioso, va a estar muy bien hecho, hay alguna sorpresa que otra y es una alegría poder despedirnos. Para mí esto es inmenso, casi 40 años después poder decir adiós al público. Precisamente, por ese amor enorme que el público nos dio durante la corta trayectoria de Los Tontos, que fueron desde que tocamos en el Teatro de Verano con la presentación de (el disco) Graffiti – fueron tres años en los que hicimos 208 conciertos y por toda la república – desaparecer así, darle la espalda así al público, de esa forma, me quedó siempre clavado. Entonces, esto para mí tiene una importancia emocional que no te puedo ni explicar. Y, además, hacerlo con gente que nos entendemos y queremos, que nos admiramos mutuamente, porque nosotros somos fans del Gavilán que tiene nueve discos grabados, Con Xavier nunca estuvimos juntos, pero también ahora que sabemos que va a tocar nosotros hemos visto su trayectoria y es un músico espectacular, estamos contentísimos. Esperamos que ahora sí, como corresponde, podamos decir adiós y cerrar el capítulo bien.
Calvin – La verdad que todo esto se está viviendo con mucha emoción, pero tratando de disfrutar el proceso, y la culminación va a ser el show. Me parece que nos lo debíamos con Leo. Para mí es increíble, después de 37 años volver a tocar con Leo, que es un hermano de la vida, por respeto al Gavilán, que hizo todo el homenaje y tuvo la generosidad enorme y la grandeza de armar todo esto. Obviamente, bienvenido Xavier que es tremendo músico, pero también para la gente. Toda esa gente que nos siguió durante estos tres o cuatro años, tenemos una responsabilidad enorme para que eso suceda. ¿Viste que en la vida, a veces, tenés como asignaturas pendientes? Esta era una de ellas. Y la vida nos da esta posibilidad, y estos dos grandes que están agarrando a estos dos veteranos y nos dicen “vamos loco, vamos, vamos, vamos”. Yo estoy feliz, lo vamos a disfrutar. Esto es un cierre, pero también es un homenaje a Renzo.
Foto: Paul Hernández