Hace unas pocas semanas vio la luz “Recuerdo del futuro”, el tercer álbum de Los Nuevos Creyentes, trabajo que la banda define como “once canciones de garage new age y psicodelia motivacional para musicalizar cualquier experiencia humana”. Más allá de clasificaciones, el disco revela un cambio de rumbo en cuanto al aspecto arreglístico, logrando que los temas sean directos y efectivos desde el primer impacto auditivo, adentrándose en algunos caminos ya insinuados en trabajos previos. Para esto, el quinteto recurrió a Mariano Gallardo Pahlen, quien asumió la producción artística, beneficiando significativamente el resultado. Todo lo mencionado anteriormente hace que “Recuerdo del futuro” se perfile como uno de los mejores álbumes de rock que nos dejará este 2024.
El sábado 7 de setiembre, a las 21 h. en Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del SODRE, Los Nuevos Creyentes presentarán oficialmente en vivo su más reciente lanzamiento y las entradas para el show ya se encuentran a la venta a través de Tickantel. A propósito del disco y de una noche que promete transportarnos a través de un viaje sonoro, conversamos con Matías Singer (voz y guitarra) y Zelmar Borrás (guitarra).
Por Liber Aicardi
¿Cómo trabajaron las canciones de “Recuerdo del futuro”?
Zelmar – Creo que con los tres discos pasó lo mismo, siempre empezamos a componer, van saliendo canciones y hay unas que llegan y otras que no, que las vamos descartando. Y cuando llegamos a un número de canciones, siempre son once, ahí, ya reservamos un estudio. Siempre grabamos en vivo en el estudio, entonces decimos “en dos meses entramos a grabar, vamos a pulir estas canciones”. Esta vez hicimos eso, pero cuando reservamos un estudio surgió la idea de invitar a Mariano Gallardo, entonces esos dos meses de laburo de pulir las canciones fueron con él. Eso fue lo que cambió respecto a los discos anteriores, tener una mirada externa y hacer ese laburo con él.
¿Tienen algo con el número 11, que eligen esa cantidad de canciones para los discos?
Zelmar – No sé, capaz que “Mati” sí. Yo siempre soy partidario de hacer discos más cortos, pero quedo solo (risas).
Matías – No sé que tiene el “11”, pero tiene algo especial. Tampoco sé cuál es la gracia de que todos los discos tengan el mismo número de canciones, pero también siento que tiene algo especial, no te lo sabría transmitir de otras manera… hay como una simetría, es como conservar una estructura en todo, que haya una estructura numérica por detrás, de alguna manera. No te sabría explicar por qué, pero siento belleza en eso. Yo lucho a veces con Zelmar y los demás pibes, pero igual me re bancan la cabeza. A algunos también les copa, creo.
¿Se ponen como objetivo llegar con esos once temas o llegan con más cantidad y luego hacen el filtro?
Zelmar – Siempre pasa, me parece, que respecto a otras bandas, somos más lentos para componer y para armar los temas, nos lleva un tiempo. Entonces, creo que esta vez pensábamos llegar con más temas así teníamos para elegir, pero siempre llega un momento en que decidimos entrar a grabar estos once temas y listo. También hay temas que quedan en el camino, que se descartan y no llegan a esa etapa final de grabarlos.
Matías – Capaz que, como dice Zelmar, otra banda, un tema que no le encuentran mucho de vuelta, lo laburan hasta encontrarsela. Nosotros, si no le encontramos la vuelta, ya fue, porque algo tiene que cautivarle a los cinco para que siga adelante el tema.
Este es un disco bien directo, menos cargado que “Planta musical”. ¿Qué pasó entre medio de ambos discos?
Zelmar – Me parece que la idea fue hacer algo más concreto y más bailable, de alguna manera. No sé si se terminó dando tan así, pero sí de ser más concretos, con temas más cortos y más directos como reacción al disco anterior. Supongo que si hacemos un próximo disco, o lo que sea que saquemos la próxima vez, va a reaccionar de alguna manera a este disco, como para mantenerse divertido. Creo que fue esa la idea, de hacer temas cortos, era lo que teníamos ganas de escuchar, me parece.
¿Esta distancia de tres años respecto del disco anterior tuvo algo que ver con eso de querer hacer canciones más cortas?
Zelmar – Yo, si pudiera, sacaría discos más rápido, sacaría más temas ¿viste? Me acuerdo que cuando salió “Planta Musical” dijimos: “el año que viene ya tenemos que sacar, por lo menos, unos temas”. Y nosotros somos como casi todas las bandas uruguayas: laburamos en otras cosas, tenemos hijos, entonces, hacemos lo que podemos. Tres años fue lo más rápido que pudimos sacar otro material, espero que el año que viene, podamos sacar unos temas nuevos y que no se demore tanto.
Matías – Es que son tres años, pero laburamos “a cara de perro». No es que fuimos haciéndolo de a poquito. Capaz que en los años de composición puede ser que hubiera sido más lento, pero hace un año que estamos todo el tiempo metidos en el disco, todo el tiempo pensando en qué hacer y haciendo cosas. Le hemos metido abundante y no tenemos tanto tiempo, no fueron al pedo.
La idea fue hacer algo más concreto y más bailable, de alguna manera. No sé si se terminó dando tan así, pero sí de ser más concretos, con temas más cortos y más directos como reacción al disco anterior. Supongo que si hacemos un próximo disco, o lo que sea que saquemos la próxima vez, va a reaccionar de alguna manera a este disco.
Zelmar Borrás
También pude observar que es un disco más de guitarras limpias, incluso hasta hay más riffs. ¿Trabajaron particularmente esa parte?
Zelmar – Puede ser, sí. Pero no no fue algo pensado, me parece.
Matías – Por ejemplo, en “Planta musical” eran como mucho más enredadas las cosas y había mucho más reverb, entonces por ahí te perdés más de las cosas. Acá se utilizan más los silencios o están más respetados los lugares, y ahí tiene mucho que ver Mariano, también. Era algo que nosotros también veníamos trabajando, el hecho de respetar más los lugares de cada uno. Entonces, yo creo que, por ahí, las guitarras antes, quizás, se perdían un poquito más y ahora se escuchan más claro.
Zelmar – Ahora, capaz que incluso hay menos guitarras que en el “Planta musical”, Y eso hace que se escuchen más los riffs, es verdad. Eso va de la mano de esa cuestión directa y garagera que, creo, que fue buscada y que te lleva a hacer riffs, que hayan como unas figuras musicales repetitivas, digamos.
¿Cómo llegan a la decisión de que Mariano Gallardo sea el productor del disco?
Zelmar – Surge de una conversación con Mauro Correa, del sello Little Butterfly, de hacer algo diferente. Estábamos viendo qué hacíamos con el disco cómo lo grabamos, se habló del tema de meter a alguien para que produzca, sobre todo para eso: ir a la cancha, hacer algo diferente y buscar otra otra vuelta de hacer las cosas. Y Mauro tiró la idea de este darle a Mariano para escuchar los temas, no tiró la idea de producirlo. Entonces, un día vino al estudio a escuchar los temas con nosotros y estuvo buenísimo todo lo que fue tirando, nos tiró varias cosas que le iban pasando con los temas. Él escuchó unas maquetas que habíamos grabado y estaba con la consola donde podía sacar una guitarra, por ejemplo, iba probando en vivo mientras iba escuchando los temas y estuvo buena esa jornada. Escuchamos los once temas y fue comentando, y fuimos hablando, entonces le propusimos después si no quería hacer ese camino que quedaba, de dos meses de preproducción del disco, con nosotros. Entonces, los temas ya estaban bastante cerrados. Algunos temas se trabajaron más, otros menos, fue reestructurando algunas cosas, trabajando en los arreglos. Después, en la postproducción también se trabajó bastante. Era alguien que nosotros conocíamos, pero muy poco. Nosotros hicimos como una sesión de unos temas que están en YouTube que él grabó, lo filmó y, después, yo lo conocía de ir a Little Butterfly, de encontrarnos y charlar de música. Es un loco re colgado, como nosotros, con la música y desde otro lado diferente al nuestro. Entonces, estaba buena esa mezcla de ir con alguien que no está en el rollo del punk rock, o del garage, o de toda esa movida nuestra. Si bien tenemos gustos en común, también hay pila de cosas que no tienen nada que ver, entonces esa cosa de juntarse con alguien diferente y salir de la zona de confort de siempre laburar con los mismos y estar nosotros cien por ciento al mando de la cuestión. Creo que fue por ahí la idea de agregarlo a él.
¿Cuál consideran que fue el mayor aporte de Mariano cuando escuchan el disco?
Zelmar – Creo que eso que vos dijiste, que el disco es más directo y simple. Nosotros ya lo teníamos eso en mente, como que queríamos llegar a eso y él fue con esa misma idea sin que se hablara en ningún momento. Nunca se habló de que queríamos hacer el disco así, de una hubo esa comunicación y me parece que él, esa idea de que sea algo simple, la llevó a la práctica muy bien. Es difícil, somos cinco, somos todos “re manija”, cada uno lleva su idea y la quiere plasmar.
Matías – Ninguno había trabajado con un productor, tampoco, y fue algo nuevo para nosotros.
Zelmar – Claro, fue algo nuevo para nosotros y creo que esa cosa concreta, condensada, directa, de los silencios, todo eso que teníamos rondando en la mente, él lo llevó a la práctica muy bien. No sé si lo hacíamos nosotros nomás iba a llegar a ese punto tan bien. Con las voces hizo tremendo laburo, también.
En este disco utilizamos más los silencios, o están más respetados los lugares, y ahí tiene mucho que ver Mariano Gallardo, también. Era algo que nosotros veníamos trabajando, el hecho de respetar más los lugares de cada uno.
Matías Singer
¿Cómo llevaron eso de soltar, digamos, teniendo en cuenta que es la primera vez que trabajaban con un productor, que al fin y al cabo, en ese momento es un integrante más de la banda?
Matías – Un poco, ya sabíamos que era el mejor camino, supongo. También lo escuchamos bastante a Mauro y creo que entendimos que Mariano podía resolver ciertos temas de comunicación, porque es una persona de afuera. Capaz que nosotros ya tenemos, como todo grupo que se conoce hace más de diez años, ciertos vicios o ciertas cuestiones que son difíciles, ahora de cambiar. Capaz que algunas cosas no te las dicen los demás, o no te lo pelean tanto como Mariano, que sí te la va a pelear. Al final, la verdad es que yo estoy muy contento con todo.
Zelmar – Yo, de mi parte, solté. Dije “vamo’ arriba, dale gas, a confiar”. Por ejemplo, en la edición, una vez que grabamos todo, él junto con Mateo Flores – que hizo la mezcla y estuvo en la grabación, también, y nos hace el sonido, es como sexto integrante también de la banda – hicieron un trabajo de depuración y recién fuimos al estudio cuando estaba terminado y nos mostraron los once temas muy depurados, con muchas decisiones de las cuales nosotros no participamos y eso estuvo buenísimo. Fue como una sorpresa y fue como escuchar el disco con otra oreja, yo lo viví así por lo menos, fue escuchar ese trabajo con otra frescura, que si yo hubiese estado todas las horas editando, ya estaría repodrido. Eso me parece que estuvo buenísimo.
Recién hablaban que tenían diez años como banda. ¿Qué balance hacen de todo el proyecto a lo largo de los años? ¿Están en el lugar donde pensaban estar?
Zelmar – Yo odio los balances, la verdad. No me gusta nada, me deprime hacerlo, pero, estamos re copados. Si veo para atrás, todo lo que hemos hecho y que haya gente que le interese escucharlo, las experiencias también, desde siempre los toques estuvieron buenos, pero siento que desde hace unos años los toques están increíbles.
Matías – Siempre va gente a vernos y cada vez estamos más confiados, me parece también. Porque si algo lo hacés durante tanto tiempo, cada vez lo vas haciendo mejor y me parece que lo que hacemos, no sé si esta expresión es la más correcta o no, pero me parece que lo hacemos re bien. Y esto, lo que nosotros queríamos hacer, lo hacemos re bien, somos re buenos en eso. Puede que vayamos en bajada ahora, porque vamos envejeciendo, pero por temas físicos, auditivos, de espalda y todo eso (risas). Puede que eso vaya en bajada, pero creo que estamos en un momento que lo sabemos hacer re bien.