“Lo que duró la vida de alguien”, la nueva criatura de Niña Lobo

A fines de 2021 Niña Lobo publicó “Lo que duró la vida de alguien”, su primer álbum, un trabajo que no solamente confirma lo mostrado en sus dos EPs lanzados en 2019 (“Niña Lobo” y “Migrar”), sino que, además amplifica el universo lírico y sonoro del quinteto, resultando uno de los discos más disfrutables que nos dejó el pasado año. La banda, que viene de abrir los dos shows que No Te Va Gustar dio en el Estadio Centenario en diciembre, además de haberse presentado junto a los madrileños Los Telepáticos, continúa su camino ascendente donde la próxima parada será el 16 de marzo en el Teatro de Verano junto a los argentinos El Mató a un Policía Motorizado. Luego, vendrá la presentación oficial del reciente trabajo discográfico y todo un año por delante para mostrar el nuevo material.
A propósito de todo esto, conversamos con Camila Rodríguez, voz y guitarra del grupo, quien nos cuenta acerca del reciente lanzamiento, el nuevo rumbo musical de Niña Lobo y sobre el intenso periplo que comenzó hace tan sólo tres años.

Por Liber Aicardi

Foto: Paul Hernáandez

¿Tuvieron tiempo para bajar un poco y reflexionar sobre lo que fueron estos dos años desde que arrancó la banda?
En realidad, fue todo tan intenso desde el principio a nivel de trabajo que, desde el 1° de enero fue la primera vez que nos tomamos unas vacaciones y estamos como necesitando nuestro espacio individual para cada una. Lo que nos pasó a nosotras es que, si bien fueron dos años cargados con mucha cosa, tenemos una regla que es, cada tanto, intentar bajar un poco la pelota y conectar humanamente entre nosotras. La verdad es que terminamos el año todas bastante agotadas y necesitábamos respirar un poco por este mes de enero. En febrero ya vamos a retomar ensayos, pero nos vino re bien porque me parece súper importante poder tener un respiro y procesar todo para poder seguir adelante con energía.

¿Trabajan en la interna el tema de los halagos y la buena repercusión que han tenido?
Este es el vínculo más difícil que he tenido en mi vida (se ríe). No tengo muchos años de vida pero, realmente, es un vínculo muy difícil porque nos pasaron muchas cosas y a nosotras nos agarró bastante por sorpresa. Cuando grabamos el primer EP no teníamos ningún tipo de expectativa de nada. Y si bien para otra persona todo lo que sucedió puede ser normal, la mayoría de nosotras no esperábamos que la gente conecte y salir a tocar y conocer artistas que para nosotras fueron súper trascendentes, como que fue bastante. Y nosotras, creo que hemos logrado en el grupo humano tener un vínculo súper honesto. Por ejemplo, si vamos a ensayar y alguna se siente mal, no ensayamos. Cortamos el ensayo y vamos a tomar una birra, a comer una pizza y hablamos de lo que haya que hablar aunque mañana tengamos que tocar y no terminemos de hacer un set entero. Priorizar el diálogo más que nada, el diálogo de lo que le está pasando a cada una y con lo que cada una está conectando y con lo que no.

¿Hubo un momento bisagra en el que se dieron cuenta que estaba pasando algo importante con ustedes?
Creo que hubo varios momentos. En una época jodíamos con que cada mes era algo nuevo que nos hacía pirar y entrar un poquito en crisis (se ríe). Lo primero y principal, para mí, y creo que es algo muy de hoy en día, es que si la gente te escucha y conecta te lo hace saber a través de las redes sociales. Eso, para mí, de entrada, fue todo lo que cualquier artista puede querer: hacer una canción y que en determinada situación te escriba alguien diciendo “estoy conectando con esto” o “me está ayudando con tal cosa” o “me pasa esto con tal canción”. En ese sentido, para mí, fue la primera vez, porque yo no había mostrado mucho mis canciones antes, a nivel público, y a nivel privado muy poquito, y para mí ya fue algo como “hay alguien que no me conoce y que está escuchando esta canción y, además, está conectando y me lo está haciendo saber”. Después, lo que más nos hizo pirar, al principio fue cuando empezamos a recibir respuestas de artistas que para nosotras han sido referentes. Por ejemplo, cuando me invitaron de el programa Isla de Encanta a hacer un cover con Pedro Dalton, para mí fue “¡chicas, estoy tocando una canción mía con Pedro Dalton!” como no pudiendo procesarlo. Y después, cosas así, pila. Haber conocido a Santi Motorizado, que también fue un referente muy zarpado para nosotras. Al principio de todo, también en 2019, tocamos en un festival junto a Las Ligas Menores y a 107 Faunos, también fue “¿qué hacemos tocando acá con estas bandas que son referentes del indie rioplatense?” (risas).

“Lo que duró la vida de alguien” es su primer disco de larga duración. ¿Sintieron presión por la responsabilidad de defender lo que habían logrado hasta el momento?
Creo que eso está siempre latente en cualquier persona que hace arte porque siempre hacés arte para ponerlo afuera, entonces, me parece que es imposible partir de la base que no pensamos en quién va a escuchar esto. Pero, sí, desde un principio, cuando empezamos a componer el disco, tuvimos charlas donde pusimos sobre la mesa esa cierta presión. Porque iba a ser nuestro primer disco y sabíamos que ya iba a haber gente que lo iba a estar esperando pero, al mismo tiempo, no dejar que eso nos condicione sobre determinadas decisiones que, para mí, tienen que ver con la intuición y con las propias posibilidades que tenemos nosotras. Tuvimos pila de charlas sobre cómo conectaría la gente con el disco porque, nosotras sentíamos que había un cambio, por muchas cosas. Por las letras, por ciertas cosas estéticas, hasta en la temática del disco sentíamos que había un cambio que nos daba cierta duda. Creo que, más que miedo, teníamos la duda de cómo pegaría en la gente. Pero siempre tratando de que eso no te condicione porque está fuera de tu control y cualquier cosa que esté fuera de tu control resta que vos estés pensando en eso ¿viste? Yo creo que vos tenés que hacer desde el lugar más honesto que puedas con vos y el resto lo va a percibir como lo perciba; pero, mientras, vos seas honesta contigo, me parece que alguien siempre va a conectar. Yo creo eso.

Este es el vínculo más difícil que he tenido en mi vida. No tengo muchos años de vida pero, realmente, es un vínculo muy difícil porque nos pasaron muchas cosas y a nosotras nos agarró bastante por sorpresa. Cuando grabamos el primer EP no teníamos ningún tipo de expectativa de nada. Y, si bien, para otra persona todo lo que sucedió puede ser normal, la mayoría de nosotras no esperábamos que la gente conecte y salir a tocar y conocer artistas que para nosotras fueron súper trascendentes como que fue bastante. Y creo que hemos logrado, en el grupo humano, tener un vínculo súper honesto.

Respecto de sus EP anteriores hay un cambio importante en el sonido, en la producción, hay más presencia de teclados, incluso las canciones parecen no partir desde las guitarras. ¿Cómo se dieron esas decisiones en el proceso del disco?
Es tal cual eso que vos decís. En realidad, cuando yo empecé a componer canciones para el disco tuvimos toda una camada de canciones que pensábamos que iban a ir y, al final, no quedaron porque, en el medio y al haber empezado a componer en conjunto para el disco, sentía que estaba haciendo un poco más de los mismo en las canciones. Componía una canción y era tipo “pah, esta canción me re gusta, creo que a las pibas le va a gustar, creo que podemos hacer una linda canción, pero, también creo que ya la hicimos”. Ahí, decidí empezar a componer un poco más en el piano, que no es un instrumento que yo maneje mucho – sé hacer acordes, alguna cosita y más nada – y ahí hubo un cambio en la estructura de la canciones y en las melodías de voz que se me ocurrían, en los acordes que se me ocurrían. El no conocer el instrumento, a veces, está bueno porque no te limita tanto a pensar que este acorde con este otro no se puede… como yo veo teclas, no sé si se puede o no se puede, si es correcto o si no es correcto. En ese sentido, ahí, el disco empezó a evolucionar hacia un lugar distinto. Y el tema de los teclados fue, también, algo que desde un principio sentíamos que había algo nuevo respecto de lo que estábamos haciendo que, antes, para mí, no estaba muy presente, que era cierta oscuridad. Cuando pensábamos cómo podíamos plasmar eso, desde un principio, pensamos siempre en teclados y sintetizadores que aporten estéticamente a esa mini oscuridad.

Da la sensación que en este disco se permitieron jugar más, como que miraron hacia adentro y explotaron más los recursos que tenían. ¿Fue así?
Sí, total. Creo que está un poco asociado a eso que te dije que charlamos desde un principio que fue “no metamos tanta cabeza”. También cambiamos la forma en que componíamos los temas. En los primeros dos EPs el programa de trabajo, digamos, era: yo escribía una canción en la guitarra, me juntaba con Cami Bustillo (guitarrista), terminábamos de ordenar la canción, si era necesario grabábamos un demo y ahí lo llevábamos al resto de la banda. Lo que cambió ahora es que yo llevaba una canción a todas y estábamos todas juntas a la hora de pensar arreglos. Entonces, es una conjunción de eso con que probamos muchísimas cosas y hay canciones que cambiaron mucho, canciones que yo re escribí estando en el proceso de composición con ellas. Siento que nos permitimos todo, realmente, y también hubo mucha charla. Si queremos hacer un disco que se sienta, para nosotras, genuino y que esté conectando con nuestra evolución a nivel personal y musical, vamos a tener que soltar mucho. Cada una va a tener que soltar sus arreglos, sus propias cosas, sus gustos, lo que sea. Concentrarnos en qué es lo que precisa la canción, más allá de lo que tenemos cada una. De ese tipo de charlas, surgieron un montón. Eso creo que fue lo más desafiante de hacer un disco donde nos permitimos pensar y crear desde un lugar bastante libre, porque somos cinco personas.

¿En qué momento encontraron ese universo pop donde conviven Jaime Roos, Hannah Montana, Natalie Portman y Hilary Duff?
Fue bastante loco porque, ponele que habíamos terminado de componer las canciones que pensábamos que iban para el disco y me acuerdo que el último día empezamos a ver qué canciones teníamos y todo eso. No fue que inicialmente partimos de la premisa esa de la vida de alguien y la cuestión medio de película, sino que fue un poco al revés. Empezamos a ver las canciones que teníamos y dijimos: “tenemos pila de canciones que hablan sobre otras personas o sobre la vida de otras personas” como que estaba muy presente la mirada del otro. Ahí fue que vimos que teníamos una canción que hablaba de Jaime, una canción que hablaba de Hilary Duff, teníamos la de Hnnah Montanta y ahí fue cuando cerró todo. Fue re loco porque nos dimos cuenta que tanto Cami, como Chane, como yo, que somos las que escribimos canciones para el disco, estábamos hablando un poco de lo mismo. Tanto “Hannah M.”, como “Perro agonizante”, como “Hillary D.”, hablan un poco de eso: quiero dejar de vivir mi vida a través de otras personas para darle sentido y apropiarme de mi propia narrativa y, también, reirme un poco de eso. Ahí fue cuando cerró todo el disco.

Siento que en este disco nos permitimos todo, realmente, y también hubo mucha charla. Si queremos hacer un disco que se sienta, para nosotras, genuino y que esté conectando con nuestra evolución a nivel personal y musical, vamos a tener que soltar mucho. Cada una va a tener que soltar sus arreglos, sus propias cosas, sus gustos, lo que sea. Concentrarnos en qué es lo que precisa la canción, más allá de lo que tenemos cada una. De ese tipo de charlas, surgieron un montón.

El disco tiene trece temas, es un disco largo en cuanto a cantidad de canciones para lo que es la media actualmente. ¿Se lo cuestionaron en algún momento?
Sí, todo el tiempo (se ríe). Inicialmente teníamos dieciséis canciones y no podíamos sacar ninguna. En ese sentido fue re importante la escucha de otra gente que no estaba contaminada por nuestro proceso. Se acercó a nosotras “el enano” (N de R: Sebastián Teysera) de La Vela a ver en qué andábamos y a ver si él podía ayudarnos con algo del disco. Hicimos una escucha con él de los temas, que eran demos que teníamos grabados, y esa noche fue súper importante para terminar de cerrar dónde realmente estaba lo que importaba del disco. Después, con Guille Berta, que produjo el disco, lo mismo. Y en base a todas esas devoluciones que tuvimos decidimos qué devoluciones tomamos y también confiar en nuestra intuición. Por ejemplo, la de Natalie Portman, a la mayoría de la gente que le mostramos nos decía como que no pegaba mucho con el disco, y es verdad que quizás, musicalmente sea la más distinta, pero para nosotras, por intuición, esta canción tenía que estar en el disco. Creo que, también, por un tema narrativo y porque habíamos hecho eso que te digo de ser libres y conectar con la canción y chau.
Trece canciones, ahora, me parece bien porque partimos de muchas más. Es verdad, también, que hay canciones que son cortitas, entonces, si lo escuchás entero no es tan largo. Pero, sí, trece canciones son un montón.

¿Cómo fue la experiencia de abrir los shows de No Te Va Gustar en el Estadio Centenario y frente a un público que no era el suyo?
Fue una experiencia re linda toda la previa, digamos, porque nos tomamos muy en serio estar a la altura de las circunstancias. Fuimos bastantes conscientes desde el día uno que estábamos teniendo una oportunidad que no muchas bandas que arrancaron hace tan poco estaban teniendo. Como banda joven, como mujeres, era como “tenemos que hacernos cargo de esto”. Ensayamos muchísimo, como nunca, cambiamos muchas cosas de nuestra estructura de ensayos, nuestras dinámicas de ensayos, cambiamos hasta de sala de ensayo, estuvimos trabajando pila con Ernesto Tabárez que simbólicamente es como nuestro padrino. Ernesto venía a todos los ensayos a ayudarnos, a aconsejarnos, se sentaba a escucharnos, a hacer devoluciones, nos ayudó con cuestiones más logísticas, de sonido… Fue como nuestro director técnico ¿viste? Y humanamente, también, fue un apoyo re zarpado porque, obviamente que había pila de miedo. Eso que vos decís, vamos a tocar en el Estadio con un público que además, como nosotras empezamos tocar más cuando ya estaba el Covid nunca habíamos visto un aforo más grande que doscientas, trescientas personas. Entonces fue mucho, realmente. También, en la previa nos preparamos tanto mentalemnte, quisimos tener todo pensado y cuando sucedió estuvimos bastante tranquilas y nos sorprendió bastante a todas. No sé que se proyectó para afuera pero, para nosotras, cuando bajamos fue “¡que viaje!”. Lo pude disfrutar, estuvimos tranquilas y, sobre todo, algo que habíamos hablado mucho era pararse en el escenario con gratitud. Tengo esta oportunidad que hay gente que la busca durante diez años de carrera para tocar en el Estadio o donde sea, intentar tocar desde ese lugar más allá de los miedos. Fue como decir: “gracias por esto, voy a hacerle honor a esta oportunidad y disfrutarlo, más que nada”.

¿Qué es lo que sigue para la banda?
Ahora, en febrero vamos a volver a ensayar para empezar a planificar, también, el año. En principio, tenemos este toque con El Mató a un Policía Motorizado en marzo (N de R: 16/03 en el Teatro de Verano) y, cuando arranquemos en febrero, vamos a pensar en la presentación del disco. Todavía no tenemos un año planificado porque también son épocas tan inciertas pero, sí, tenemos claro que después de El Mató, vamos a presentar el disco. También tenemos muchas ganas de salir, de poder ir a Argentina, por ejemplo, ir al interior del país. Esos son los planes que tenemos.

Foto: Alina Viera
Posted in: