La cantautora Lilah Jan lanza oficialmente en vivo en la noche de hoy, 30 de setiembre a las 21 hs en Sala Zitarrosa, su álbum debut titulado “Fruto Tardío”. En su trabajo, próximo a ver la luz, y a lo largo de nueve temas, nos acerca a distintos paisajes sonoros donde conviven ritmos latinoamericanos con músicas de raíces migrantes de lugares, a priori, tan lejanos como los Balcanes y el Mediterráneo.
A propósito del show, enmarcado dentro del Ciclo Marea, entrevistamos a Lilah, quien nos cuenta del proceso de su disco, de la influencia de sus orígenes y de cómo la naturaleza se cuela en la lírica de sus canciones.
Por Liber Aicardi
¿Cómo se dio el proceso de tu primer álbum “Fruto Tardío”?
Fue un proceso un poco sorpresivo para mí y que se fue develando en el camino. Así como no fue algo necesariamente direccionado, sino que fue gestándose y descubriendo su propia forma como obra a medida que avanzaba.
Hubo una primera parte que fue de descubrimiento, composición y creación, que fue dentro del closet y que no tenía la intención del registro fonográfico. Al inicio sucedió en mí la música, de manera natural, espontánea, en mi espacio íntimo y de juego, y se quedó. Hay composiciones que están dentro de este primer álbum que tienen años, otras que son del último período. Y las fui descubriendo, haciéndolas canción, ya entonces en un campo de investigación, como le llamo yo a los encuentros con un gran amigo percusionista, Fede González, con quien nos juntábamos simplemente a disfrutar de la música, a tocar canciones, a crear juntos.
Después vino una segunda etapa de abrir y compartir las canciones. Pasó que las primeras respuestas a esto fueron realmente lindas, de mucho interés. Al primero que le compartí una de mis canciones fue a Nacho Algorta, un joven músico, director de orquesta, arreglador, productor, un crack. Él se embarcó conmigo en la producción del primer tema que grabé: “Fruto Tardío”. Luego llegó Dany López, otro gran productor, tremendo músico y compositor, y un queridísimo amigo, quien terminó haciendo conmigo la producción total del disco. Fue un año después de experimentar con mi propia obra que decidí ir por el disco. Y a partir de ese momento, ya con Dany, comenzó la investigación de universos sonoros, el ir buscándole a mi obra su forma para que tomara cuerpo la música. Yo ya tenía un camino bastante claro en cuanto a estructuras, a mi voz poética, y Dany me ayudó a materializar, fue un gran compañero como músico y arreglador. Recién terminamos de grabar todas las canciones, de concebir este fruto.
En los singles adelanto se puede percibir una raíz muy fuerte de ritmos latinoamericanos tales como chacarera, zamba y hasta cumbia, pero con cierto aire minimalista. ¿Cómo surge esa búsqueda?
Si bien es cierto que hay una clara presencia de músicas de raíz folklórica latinoamericana, éstas están atravesadas por otros ritmos, otros folklores, más lejanos si se quiere. Ahí sí está puesto el eje de mi búsqueda y tiene que ver con mi raíz migrante que el disco refleja, allí donde se puede entrever cómo se van fusionando los folklores de los pueblos. Entonces, si bien sí es cierto que hay ritmos claramente latinoamericanos, también hay otros ritmos de otros folklores, por ejemplo, de Medio Oriente, como ser de los Balcanes. En este viaje a través de los folklores me encuentro con puntos de contacto entre algunas sonoridades, en ciertas estructuras musicales, y es porque mi forma compositiva al igual que mi origen dialoga con diversas etnias.
Soy una mujer nacida en Uruguay y criada bajo influencias latinoamericanas, pero además con una herencia cultural de otras partes. Esa síntesis, ese encuentro, es parte de mí y de mi obra, donde los folklores se tocan y las fronteras comienzan a diluirse, ya que no son líneas tan claras ni delimitan tanto. Somos esencialmente una tierra de migraciones, lo siento en mí, entonces mi música es muy permeable a este hecho y todo esto está manifiesto ahí. En ciertos momentos verán que hay canciones que parecen venir del fado, o de músicas griegas o de ritmos árabes, porque tengo también un origen armenio que está presente en mi música, quizás no directamente, pero está. Parte de lo que intento es mostrar cómo los folklores de los pueblos se tocan, cómo se pueden abrazar; de pronto una cumbia puede entrar en diálogo con un laúd árabe y al momento tener una cadencia de milonga, y que todo eso junto igualmente nos lleve a un lugar donde vamos a estar moviendo la cadera porque nos gusta reconocernos.
También hay mucha naturaleza tanto en las letras como en algunos de los títulos de las canciones. ¿Fue buscado ese concepto o se dio naturalmente?
Se dio de manera completamente natural y orgánica. Lo conceptual viene a posteriori y a partir de la escucha profunda de la música que hago. No hay nadie, ni nada, que sepa más de mí música. Muchas veces es hasta profética, hay momentos en los cuales escucho mis canciones y siento que es algo de mí que me habla desde el futuro, incluso a veces siento que es una parte de mí que sabe mucho más de mí que yo. El mundo de lo natural vive en mí, está completamente presente en mi cotidiano, yo trabajo con la sustancia de la Tierra y ella se coló: tomó mi poesía, tomó mi voz, tomó mis formas compositivas y tomó mi toque de la guitarra. La rítmica de mi guitarra es el pulso del fluir del río, el pulso del crujir del fuego, es el soplo del viento, y todo eso está presente en mi música porque está presente en mí, porque me atraviesa.
Hay momentos en los cuales escucho mis canciones y siento que es algo de mí que me habla desde el futuro, incluso a veces siento que es una parte de mí que sabe mucho más de mí que yo. El mundo de lo natural vive en mí, está completamente presente en mi cotidiano, yo trabajo con la sustancia de la Tierra y ella se coló: tomó mi poesía, tomó mi voz, tomó mis formas compositivas y tomó mi toque de la guitarra.
¿Cómo interactúa tu actividad como fitoterapeuta en tu arte?
Me trae toda la belleza. Me trae toda la sabiduría del universo vegetal. Me trae un espejo de mí misma. Y me trae un elemento escénico esencial que tiene que ver con la medicina de las hierbas, que trae a la escena vida, color, fuerza y belleza.
¿Qué expectativas tenés con respecto al lanzamiento del disco?
Para mí es un nacimiento en sí mismo y es la posibilidad de darle forma, cuerpo concreto y materia a algo tan etéreo como es la música. Las canciones son una síntesis muy poderosa de la vida, de procesos vitales, tienen el poder de sintetizar, condensar, el tiempo y el espacio en una obra, casi un instante que dura segundos, eso es su poder mayor. Y las canciones tienen alas. La única expectativa que tengo es la que ya acabo de realizar y es que mis canciones estén abiertas y dispuestas a volar.
¿Cómo ves la canción latinoamericana como estilo en este momento?
La verdad que no sería capaz de definir la canción latinoamericana como estilo en este momento. Creo que está completamente viva, y está vivo y en movimiento lo que significa canción latinoamericana. Sin duda creo que tiene una poderosísima raíz que tiene que ver con la fuerza de sus pueblos, del mestizaje, de sus paisajes, de la geografía, de las historias, del movimiento y de la efervescencia de América Latina. Eso está siempre en movimiento, siempre vivo y siempre expresándose en diferentes formas. Y creo que la canción latinoamericana se vale de sí misma y se autodefine una y otra vez.
Siempre habrá poetas, músicas y músicos que encontrarán seguir el fluir de sus ríos, la potencia de sus selvas, la majestuosidad de sus montañas, la sensualidad, el calor, el frío. Creo que la canción latinoamericana vive con todas y con todos.
Las canciones son una síntesis muy poderosa de la vida, de procesos vitales, tienen el poder de sintetizar, condensar, el tiempo y el espacio en una obra, casi un instante que dura segundos, eso es su poder mayor. Y las canciones tienen alas. La única expectativa que tengo es la que ya acabo de realizar y es que mis canciones estén abiertas y dispuestas a volar.
¿Con qué show nos vamos a encontrar en la Sala Zitarrosa?
Vengan a sorprenderse con lo inesperado. Quiero invitarles a que me acompañen a abrir este fruto. No quiero contarles mucho. Lo que sí puedo decir es que mi música vive en la escena, está viva y pulsando, abierta a la receptividad de las personas y a la experiencia vital que para mí la música es.
¿Cómo sigue el tramo final del año para vos?
Inmediatamente después del show de la Zitarrosa voy a tener un pequeño descanso, ya que fue un año de mucha intensidad y de mucho crecimiento. Y después sigo con certeza con una gira que estoy haciendo por el interior con un proyecto que se llama “Entretejidos”, donde están mis músicas y los cuentos de una escritora que se llama Gabriela Piña, con quien vamos entretejiendo en escena canciones y cuentos. Este proyecto fue apoyado por el Instituto Nacional de Letras y tenemos el resto del año para seguir girando por el interior de Uruguay.
Y tengo pensado un pequeño cruce a Argentina antes de fin de año para compartir mis músicas, muy tímidamente, y muy íntimamente, junto a mis queridas hermanas y hermanos argentines.
Las entradas están a la venta a través de Tickantel