“Destilar”, el nuevo álbum de La Vela Puerca, fue compuesto y grabado en un período récord, tomando en cuenta los tiempos habituales del grupo. Con el objetivo de editarlo antes del comienzo del mundial de fútbol, la banda se instaló durante Enero pasado en un estudio en Traslasierra, Provinicia de Córdoba, finalizando las grabaciones en La Pedrera, en el mes de Febrero. El resultado, es un disco repleto de canciones directas, en las cuales su costado más rockero gana terreno y representan en buena forma el sonido de la banda en vivo. A propósito del lanzamiento del séptimo trabajo de estudio de “La Vela”, conversamos con su vocalista Sebastián Teysera, el trompetista Alejandro Piccone y el tecladista Diego Méndez, sobre el proceso creativo y de grabación, las temáticas abordadas en “Destilar” y sobre la nueva forma de relacionarse con su público a través de las redes sociales.
Por Liber Aicardi
Foto: Marcos Mezzottoni
¿Cómo fue el proceso de composición y grabación de “Destilar”?
A. Piccone – En realidad, nosotros empezamos a trabajar en otro disco, primeramente. Habíamos pensado hacer El Teatro del Silencio, que es una idea que tiene el enano hace muchos años, y empezamos a laburar en eso, hicimos varias canciones, varias, no sé cuantas pero, un montón y, de repente hubo un cambio, porque es muy conceptual ese disco. Dijimos “ésto vamos a dejarlo para más adelante, hagamos otra cosa” y, ahí, arrancó la etapa de “Destilar”. Las canciones son muy recientes, tanto las melodías, las letras ni qué hablar… casi que se terminaron de escribir en el estudio mismo. Hará un año que empezamos y no es que agarramos melodías viejas de otros discos, sino que son todas canciones que aparecieron nuevas desde los acordes, las melodías, letras, los arreglos, todo. Fue bastante rápido el proceso.
S. Teysera – Sí, fue bastante rápido. Después de los festejos de los veinte años, nos tomamos unas vacaciones de unos ocho meses, dijimos “bueno, empezamos tranquilos, arrancamos, lo grabamos en marzo, sale en Junio, Julio” y, ahí, nos miraron con cara de locos diciendo “¿Qué? ¿Tenés a Suárez en el disco? No, entonces, salí antes” (risas). Ahí, había dos decisiones, o salía después del mundial, pero ya se nos iba muy lejos, ó apretábamos el acelerador e intentábamos que saliera antes del mundial. Entonces, fue un proceso compositivo bastante intenso, digamos, y de poco tiempo. Es un disco que tiene poca pre-producción, donde nos fuimos a Córdoba y un poco lo terminamos de componer y arreglar ahí, en el estudio, y yo creo que eso se nota en el disco. Se nota la espontaneidad con la que se grabó, la frescura, la historia de no llegar con todo perfecto, se nota la parte lúdica, también, de estar jugando la música ahí mismo, en el estudio. Yo creo que se nota. Es la primera vez que hacemos algo así, a esta velocidad. También, nos hizo ser más certeros y no darle tanta vuelta al asunto porque el tiempo apremiaba, mismo, al escribir las letras, fue bastante de dejarse ir ¿viste? de saltar al abismo y no ser tan crítico con uno mismo. Entonces, yo creo que todo ese tipo de cosas se nota en el disco.
Justamente, cuando uno lo escucha tiene esa impresión, que fue un disco más de ensayo, por decirlo de alguna forma, que le sacaron la ficha de hacia dónde querían apuntar y fueron directo hacia ahí, más que de trabajarlo en el estudio ¿Fue, realmente, así?
A. Piccone – Trabajamos bastante en el ensayo, sí, pero muchos arreglos se terminaron de armar en el estudio, aunque no parezca, en el proceso de definir algunas cosas que no estaban del todo definidas.
D. Méndez – En el estudio, por mi parte, en los teclados, sí, los terminé de hacer en el estudio, pero ensayamos abundante, sobre todo compactado. Teníamos este tema del mundial, de sacarlo antes o después, y eso propició que se liquidara bastante más rápido que lo habitual, digamos. Todo el proceso de creación y de grabación, sobre todo. La grabación duro un mes y pico, cosa inaudita para la banda.
A. Piccone – Sí, un mes en lo que fue la parte en Córdoba, en las sierras y una semana más que se hicieron las voces, acá, en La Pedrera. Nos metimos a grabar en Enero, cosa que, para nosotros, es un mes que, siempre tratamos de disfrutar, por lo menos los primeros quince, veinte días y este año dijimos “tenemos que llegar al objetivo que es sacar el disco en Mayo y, para hacer eso, tenemos que meternos a grabar en Enero”, o sea, que fue bastante rápido todo.
Este disco me hace a acordar a los primeros discos donde cada canción era un universo en sí misma. Si le veo algún hilo conductor, justamente, va por la parte de las letras. Se tocan dos temas bastante: lo que es la vida moderna, lo que es la inmediatez de ahora, el camino no importa, la historia es llegar ¡ya! a la meta, esa búsqueda de aprobación constante, que eso me huele a una inseguridad tremenda. El hecho, también, que se toca es el ser consciente del ahora ¿no?, del presente, de que mañana capaz que no estás, me preguntaba mucho eso.
Sebastián Teysera
Definitivamente, “Destilar”, es un disco de rock directo, en cuanto al concepto, sobre todo si se lo compara con discos como “Érase” que tenía intermedios instrumentales o momentos más acústicos ¿En qué momento vieron que era ése el camino?
D. Méndez – Creo que surgió de los temas que presentaron “El Enano” y “Cebolla”, ya, el demo con la guitarrita era rock directo a la cara.
A. Piccone – Sí, sacando el tema lento “La Luna de Neuquén”, que en realidad en los discos nuestros siempre hay varias ideas, a veces queda una, a veces quedan dos, en esta ocasión, tema lento, la única idea que había es la que quedó. Después, creo que no quedó ninguna canción afuera de las que ensayamos.
¿Llegaron al estudio con menos canciones que lo habitual?
A. Piccone – Sí, no fue que hicimos veinte canciones y, después, elegimos trece. Capaz que había alguna más, pero, como que ya, antes de meternos al estudio había como catorce o quince ideas, pero terminamos grabando las trece. Fue así, al horno directo. Y como hablábamos hoy, con el tema arreglístico, como lo de Diego, los vientos, o algún arreglito de guitarra, alguna cosa así, también se definió en el estudio. También, el estudio daba para eso. El lugar donde fuimos fue enfocado a lograr esa energía que daba ese lugar en el medio de la sierra, con un panorama divino, estábamos en una casa en el medio de la nada, y era salir de la casa al estudio y estar todo el día metidos ahí adentro, totalmente enfocados en eso.
Entrando de lleno a las letras, en el disco hay como dos estilos de letras bien definidos; por un lado las que son como de desencanto, digamos, y las otras más positivas ¿Eso tiene que ver con la dualidad de estos tiempos o es algo más personal?
S. Teysera – Yo creo que eso siempre estuvo en La Vela. “Qué alegría ser triste hoy” por ejemplo, de “El Impulso”… siempre está eso del Yin y el Yang, no existe la alegría sin la tristeza, no existe luz si no hay oscuridad, todo ese tipo de cosas. Siempre está esa dualidad y yo creo que eso es algo mío. Si bien este disco no tiene un concepto fuerte, como pudo haber tenido “Piel y Hueso” o “Érase”, este disco me hace a acordar a los primeros discos donde cada canción era un universo en sí misma. Si le veo algún hilo conductor, justamente, va por ahí, por la parte de las letras. Se tocan dos temas bastante: lo que es la vida moderna, lo que es la inmediatez de ahora, el camino no importa, la historia es llegar ¡ya! a la meta, esa búsqueda de aprobación constante, que eso me huele a una inseguridad tremenda. El hecho, también, que se toca es el ser consciente del ahora ¿no?, del presente, de que mañana capaz que no estás, me preguntaba mucho eso. Uno vive la vida como si fuera a vivir no sé cuantos años y no es así. Entonces, tomar consciencia del hoy, del ahora, me parece muy importante y es contraproducente a lo que está sucediendo hoy en la vida moderna. Esas son cosas que, sin saber bien la verdad, sin decir “ésto está bien o ésto está mal, o debería ser de determinada manera”, son inquietudes y preguntas que me hago y que, de alguna manera, me llevan a hacer una canción para generar que vos también te lo preguntes, de pronto.
Además de ser el título del disco, en un par de canciones utilizas el verbo “destilar” ¿Qué te atrae de ese concepto?
S. Teysera – Sabés que no lo decía y, al final, lo puse en algunas como para darle un guiño al concepto del título. El concepto del título es, simplemente, que nosotros, como músicos, cada uno es un elemento que aporta su esencia a una canción, eso pasa por una especie de alambique musical y lo que estamos haciendo es destilando canciones. Ése es el concepto del título, más allá de reivindicar esa palabra que todo el mundo la asocia con el alcohol. Se destilan un montón de cosas, se destila perfume…En verdad están en las letras como una guiñada al título, digamos, porque no estaban estas palabras al principio.
Hablando de guiños ¿en el tema “Mi Diablo” hay uno, que no se sí es casual o buscado, a “La lluvia cae sobre Montevideo” en el punteo de la guitarra del comienzo y en el primer verso que dice “Hoy llueve tanto que no sé qué hacer”?
S. Teysera – No, en las guitarras hay unos arreglos y unas armonías de la época post punk, digamos, de Los Traidores. Lo de “hoy llueve tanto que no sé qué hacer” no, porque, sinceramente, fue la última letra que escribí. Ya me salía humo de la cabeza, ya no sabía por dónde entrarle, al otro día ya empezábamos a grabar, teníamos sólo ese día para escribirla y ¿viste cuando estás súper agobiado y no tenés ganas de nada? y estaba apático y llovía a cántaros. Entonces, en un momento, dije “¿por qué tengo que buscar algo si puedo hablar, exactamente, de lo que me está pasando ahora?”. Y miro por la ventana y llovía a cántaros y bueno: “hoy llueve tanto que no sé qué hacer, parece el llanto de un gigante cruel”, y mi diablo que decía “quedate, quedate en el sillón, no hagas nada hoy”, pero no había chance porque tenía que terminarla ese día.
En este caso, es un disco más crudo, no tan cargado de arreglos. Yo creo que lo llevamos más para el lado de cómo es la banda en vivo que en el estudio. Lo bueno que va a pasar con este disco, y creo que es la primera vez que nos va a pasar, es que al haber terminado de hacer algunos arreglos en el estudio, cada uno por su lado, en el ensayo nunca hicimos la canción como está grabada en el disco.
Alejandro Piccone
Últimamente están utilizando más las redes sociales, de hecho les preguntaron a los fans abiertamente qué les había parecido el disco ¿Cómo llevan eso del contacto virtual con el público y las nuevas tecnologías?
S. Teysera – Yo no manejo nada de eso, ni siquiera sé la clave de Facebook, no tengo idea. Yo, en lo personal, no uso redes porque no quiero tener demasiadas vidas. Ya, con la que tengo y con el personaje que represento, ya estoy. Pero, sí, me parece súper importante, el mundo se comunica de esa manera y vos no podés quedar por fuera de eso. Llegamos tarde, igual. Siempre fuimos bastante reticentes y muy romanticones, pero, me parece que es importante y las herramientas que te da internet, si las sabés usar bien, son increíbles. Es el nuevo “boca a boca”, digamos. Y, también, te da un feedback de parte de la gente, que, también, te va guiando, un poco, hacia dónde ir. Nosotros, como siempre decimos “no somos una banda ni totalmente egoísta, ni totalmente condescendiente”, siempre buscamos un equilibrio entre lo que la gente quiere y lo que queremos nosotros. Entonces, esa comunicación, a través de las redes, es fundamental. Después, eso de decir “¿Qué les pareció?” yo no lo leo mucho, es como un juego “acá podés decir qué te pareció y vamos a jugar a ser críticos de música”, algo así. Y está perfecto. No lo tomo muy en serio, ni leo, porque, aparte son trescientos que opinan y se me va la bocha (risas). Ya lo veré en vivo. Eso, sí, me interesa: el feedback que nos de la gente cuando toquemos las canciones en vivo, eso sí me interesa… Aparte, no las conozco las canciones hasta que no las toque en vivo, que es cuando cierra.
¿Cuánto pesa el momento de tocar las canciones en vivo a la hora de componer?
D. Méndez – Mucho. Primero, poder reproducirlo en vivo, lo cual, en mi caso, es importante poder reproducirlo en vivo tal cual se grabó. Y en este disco, al haberse hecho a contra reloj, creo que el objetivo de haber reproducido lo que se hace en vivo en el estudio, está logrado.
A. Piccone – En este caso, es un disco más crudo, no tan cargado de arreglos. Yo creo que lo llevamos más para el lado de cómo es la banda en vivo que en el estudio. Lo bueno que va a pasar con este disco, y creo que es la primera vez que nos va a pasar, es que al haber terminado de hacer algunos arreglos en el estudio, cada uno por su lado, en el ensayo nunca hicimos la canción como está grabada en el disco. Cuando nos juntemos, a principios de Junio, a ensayar el show nuevo, con los temas nuevos, recién ahí va a ser el momento en que van a sonar las canciones con los arreglos que están grabados, como terminaron grabadas, que, en los ensayos anteriores no había pasado. Va estar bueno tocarlos así, de esa forma, que no nos había pasado antes.