JÓ: «El rock uruguayo es una entidad muy viva»

A mediados del pasado año, el músico y compositor andaluz , llegó a Uruguay, proveniente de Argentina, donde había desembarcado en 2017, dando comienzo, así, a una nueva etapa “vital y musical”. Luego de una extensa carrera que tuvo sus inicios en España, promediando la década de los 80´s y habiendo integrado las bandas Correcaminos, Salvaje Pasión, Malditos Los Celos, Hombres Solos y Tipos Con Suerte, JÓ consolidó su proyecto en solitario con el cual ya publicó dos álbumes “La reina de los quilombos” (2018), compuesto y grabado en la vecina orilla, y “Redención” (2019) gestado y grabado en nuestro país. El próximo viernes 28, a las 21 hs. en Sala Zitarrosa, su reciente trabajo tendrá su presentación oficial en vivo con varios e importantes invitados de la escena local como Tabaré Rivero, El Gavilán, Guillermo Canavesi y Maxi Suárez entre otros, además de su banda conformada por músicos uruguayos. Con tal motivo, entrevistamos a JÓ, quien nos cuenta de su aventura rioplatense y sobre este nuevo comienzo, además de brindarnos sus impresiones sobre la escena musical uruguaya.

Por Liber Aicardi

¿Cómo nace esta forma tan particular de girar por Sudamérica, que implica que te instales, como has hecho en 2018 Argentina y lo estás haciendo, desde el año pasado, en Uruguay?
Dicen, al menos a mí me ocurre, que si pienso demasiado lo que quiero hacer o dónde quiero ir, al final ni lo hago ni voy a ningún sitio. No hubo nada de premeditado en esta decisión vital primero, musical después, aunque reconozco que me costó dar el paso porque yo, como mucha gente en el mundo, era demasiado prisionero de mi zona de confort. Simplemente, un día dejé de pensarlo y lo hice. Reuní todo lo necesario y crucé el gran charco. Un 15 de julio de 2017 aterricé en Argentina y, desde entonces, sigo transitando por este lado del mundo.
No es tanto instalarme, simplemente dejarme llevar. Hacer bueno ese dicho de “donde te den cariño, es donde debes estar” y Argentina me trató muy bien, y me sigue tratando, porque sigo haciendo notas telefónicas casi diariamente y el contacto y la promoción de mi música es constante. Allí comencé, poco a poco, a hacer entrevistas en medios y haciendo show en acústico en eventos y festivales, así que me fui acomodando. Tanto que estuve en el país hasta Enero de 2019. Fue entonces cuando crucé la frontera y “caí de pie”, en Uruguay, concretamente en Montevideo. Busqué un buen lugar para trabajar, me encerré como un monje tibetano en su monasterio, y grabé mi nuevo álbum “Redención”. Y es curioso porque lo primero que hice cuando lo terminé es viajar a Chile, donde de igual forma que en Argentina, el recibimiento a mi música fue espléndido. A mi regreso, decidí que era el momento adecuado para darme a conocer en Uruguay. Lo que ha ocurrido hasta el momento, es consecuencia de trabajo constante, de paciencia y mucha insistencia. Es mi manera de trabajar. Siempre digo que “sólo somos un grano de arena en una inmensa playa”, así que hay que intentar destacar de alguna manera. La mía es una promoción constante y, sobre todo, la actitud de IR, donde sea necesario para dar a conocer mi música. Aún, a pesar de los años, mantengo esas ganas de seguir siendo un “toca puertas”, de no esperar a que me llamen, llamar primero. Supongo que, si algún día dejo de serlo, entonces será el momento de colgar la guitarra. Sigo en Uruguay, porque el país me trata con respeto, con atención y cariño. El resto se va dando.

Tu estadía en Argentina dejó como consecuencia el álbum “La reina de los quilombos” y el año pasado publicaste “Redención”, un trabajo compuesto y grabado acá ¿Ese fue un objetivo desde el comienzo de esta aventura?
“La reina de los quilombos” fue mi carta de presentación, pero no se pensó sólo para Argentina. Es el primer álbum como JÓ y digo “es”, porque es un disco aún muy vivo. Canciones que siguen en promoción y muchas de ellas en el repertorio de los shows. Sí, es cierto que las canciones que lo componen se basan en experiencias vividas en este primer periplo. Todo fue muy rápido y muy intenso en todos los sentidos. Un descubrimiento cada día, imagínate un “gallego” recién llegado intentando adaptarse al entorno, a las formas de pensar, a esas pequeñas/grandes diferencias con respecto a aquella zona de confort en España. Pero no me costó tanto como creía. De hecho, el título del disco cuenta la historia de una historia amor/desamor que viví nada más llegar. Un quilombo que merecía ser contado. Es la canción más Argentina, una especie de homenaje. El resto del álbum es ecléctico en todos los sentidos y sus sonidos son exportables a cualquier país. No se centra en emociones albicelestes. “Redención” sigue la misma línea. Cuento historias vividas y por vivir. Y digo esto porque es un álbum abierto. Sigo escribiendo y grabando canciones y las voy incorporando. La mejor prueba es la canción que acabo de lanzar, y en la que han colaborado artistas uruguayos como Tabaré, El Gavilán, Guillerno Canavesi, Alejandra Wolff, Maxi Suárez, se llama “Espinas y pétalos de rosas”. Así que no hubo nunca un plan premeditado. Nunca lo tengo. Solo voy dando forma a lo que voy pensando y sintiendo. Ahora estoy aquí, y estoy estupendamente bien…mañana quien sabe. Los vientos de la vida soplan caprichosamente.

¿Sentís que el entorno y el lugar en que fueron concebidos estos discos te influyeron en su composición?
Sin duda, siempre inspira el entorno. Es como ese papel de regalo con el que terminas envolviéndolo. Siempre hay una idea, un pensamiento, una emoción vivida o sentida en el lugar donde estas. Es la vida, la de todos. Vivir para contarlo. Pero, los dos álbumes no son conceptuales en ese sentido. No son discos hechos para cada país. Sí, pueden contar historias puntuales y enraizadas en un lugar concreto pero en general. El espíritu compositivo es global. Reconozco que, a la hora de encerrarme en el estudio de grabación, necesito un entorno afable, que me inspire la tranquilidad necesaria para trabajar. Y la posibilidad de desconectar en una atmósfera adecuada. Me gusta Montevideo, por eso decidí grabar “Redención” aquí. La concepción de un disco, por muy clara que creas que la tienes, siempre va a variar, va a adecuarse al día a día, al contacto con la ciudad, con su gente, con un país.

Reconozco que, a la hora de encerrarme en el estudio de grabación, necesito un entorno afable, que me inspire la tranquilidad necesaria para trabajar. Y la posibilidad de desconectar en una atmósfera adecuada. Me gusta Montevideo, por eso decidí grabar (el álbum) Redención aquí. La concepción de un disco, por muy clara que creas que la tienes, siempre va a variar, va a adecuarse al día a día, al contacto con la ciudad, con su gente, con un país.

¿Qué crees que te aportó musicalmente Uruguay?
Estoy en ese periodo de enriquecimiento musical. Voy y procuro asistir a conciertos, conocer músicos, relacionarme con bandas, artistas, proyectos. Ya, de entrada puedo decir que Uruguay me aporta diversidad. Hay tanto que escuchar que me admira. Hace mucho tiempo que aprendí a no posicionarme con un estilo concreto. Abro la mente para escuchar, y si lo que escucho me transmite, para mí es bueno. Y cuando escucho, lo hago con atención con la intención de aprender, de incorporar. En poco tiempo me di cuenta de la riqueza musical de vuestro país. De la intensidad con la que la música está presente en la vida diaria de todo el mundo. Es un aporte fantástico poder trabajar en un país donde el arte en general y la música en particular son respetados. Vuestra riqueza en este sentido es inmensa y tengo la intención, desde el primer momento que pisé el país, de nutrirme de ella para enriquecerme como persona y músico. Pero, esto acaba de empezar para mí. Es pronto, muy pronto. Apenas he comenzado a darme cuenta que Uruguay es una potencia artística de primer nivel y yo quiero estar aquí para aportar a mi carrera musical una buena dosis de esa calidad que desprendéis.

En la gacetilla de prensa mencionas que “Redención” es un comienzo “de cero” ¿Por qué lo sentís así?
Cuando decidí dar este salto vital, romper aquella zona de confort, el planteamiento emocional ya estaba hecho. La decisión de “comenzar de cero” era una realidad en los entresijos de mi cerebro y de mi alma, sólo que aún no había puesto título a esa sensación. La “Redención”, llegó en el momento justo. Por eso paré momentáneamente la bendita locura que estaba viviendo en Argentina. Detuve el tiempo y decidí concentrarme en ver mi reflejo en el espejo con otros ojos. Me perdoné, asumí errores, decisiones equivocadas. También puse en primer plano todo lo bueno vivido y conseguido y puse punto y final. A partir de ahí, me redimí y puse un nuevo “cero” para empezar. Con otra mentalidad, con otro concepto de la vida que quiero vivir. Luego, la vida es como es, no siempre te trata como esperas, pero al menos quiero estar preparado para acometer todo lo que me ofrezca. Mi redención es mi decisión. Intentar ser mejor, estar ojo avizor y pendiente de las señales que el destino te pone por delante y aprovecharlas. Ser más paciente y más insistente, en esa incesante búsqueda de la felicidad. El álbum “Redención” es ese reflejo en el espejo que comentaba antes. Y siempre, por muy desde cero que empieces, estar pendiente y preparado para acometer los giros vitales que puedan venir.

En tu estilo se puede referenciar a la rica tradición del pop/rock español como Loquillo, Jaime Urrutia, El último de la fila, por nombrar a algunos de los clásicos ¿Eso es algo que ya traes incorporado o lo fuiste desarrollando con el tiempo?
Formo parte de esa generación. He crecido como persona y músico con ellos. He tenido la oportunidad de compartir escenario con los grandísimos e influyentes artistas que mencionas. Eran tiempos de cambios, de nuevos sonidos, de personalidades muy marcadas. Sí, es rock español por supuesto pero cada uno con su ADN particular. Yo siempre he procurado mantener bien grabado el mío, que hago lo que hago de la forma en que lo hago, sin premeditación y alevosía, simplemente dejando salir mis instintos musicales. No me miro en ningún artista. Supongo que hay un sello que nos hace sonar de forma diferente al pop/rock argentino o uruguayo. Y yo tengo el mío. Soy español, y del sur, y eso marca de una forma directa. Traigo incorporada esa marca, ese distintivo pero evidentemente es el tiempo, los escenarios, las carreteras, las grabaciones las que van desarrollando con el tiempo tu propio estilo.

No me miro en ningún artista. Supongo que hay un sello que nos hace sonar de forma diferente al pop/rock argentino o uruguayo. Y yo tengo el mío. Soy español, y del sur, y eso marca de una forma directa. Traigo incorporada esa marca, ese distintivo pero evidentemente es el tiempo, los escenarios, las carreteras, las grabaciones las que van desarrollando con el tiempo tu propio estilo.

Más allá de ese estilo, en el álbum hay una cumbia ¿éste es un género que absorbiste en Sudamérica o habías incursionado antes?
“La buena esposa de Santo Tomé” es como una anécdota bien contada, en este caso cantada. Quise contar esa historia y creí oportuno darle el cariz, la personalidad adecuada al entorno donde fue vivida. Me relacionaba de una forma u otra con músicos de folclore, cantores, guitarristas, que me aportaron mucho. En esa zona de Argentina, Santa Fe, es muy importante ese estilo y esas maneras de hacer música. Pensé que la historia, la canción, merecía ese tratamiento, así que le di, con todos mis respeto a los grandes de la cumbia, un toquecito en ese sentido. De todas formas, tengo que decir que escucho con atención, con mucha atención, otros géneros y ritmos. Es importante aprender y entender que no hay canción mala si está bien hecha y, aunque lo mío es el Pop/Rock, siempre es bonito poder matizar con estilos diferentes. Creo que eso enriquece el trabajo de un compositor, de un músico.

También está presente el rockabilly, algo que remite a tus orígenes musicales ¿tiene que ver con lo que decís de un nuevo comienzo?
El rockabilly fue el comienzo. Los Stray Cats, la banda del gran Brian Setzer, marcó a toda una generación de rockeros en mi ciudad. Como en aquella película “Quadrophenia”, nosotros vivíamos así, guerreando con los Mods por los bares. Era una forma de vivir. Tupe, patillas, chupas de cuero (camperas), botas tejanas y banderas confederadas. Y encima tienes una banda de rock and roll, éramos felices. Fue el primer “nuevo comienzo”. La música entró en mi vida de una forma maravillosamente aplastante y la disfrute al máximo. Amo el country, es uno de mis proyectos grabar un álbum con sonido country, pero para hacerlo bien, o has nacido en Nashville, eso está descartado, o aprender a tocar muy, muy bien. Aún estoy en ello. Siempre hagas lo que hagas llega el momento de un nuevo comienzo, pero, la diferencia con el que vivo ahora, es que aquellos instantes solo eran nuevos comienzos musicales. Ahora, este “empezar de cero”, amplía esa percepción y la lleva a un nivel mucho más vivencial, más personal.

Luego de haber pasado por diferentes bandas ¿Sentís que pudiste construir una voz y un sonido que te definen?
Sí, tengo claro que aunque no es de una forma premeditada, hay un sonido JÓ. Y eso no ha cambiado con el paso del tiempo en ninguno de los proyectos o bandas que he acometido en mi carrera musical. Tengo una forma muy personal de componer, de cantar, de tocar, de grabar, de producir mis discos. Es mi sello. Sea cual sea la personalidad o el embalaje de la canción, mi sonido está presente. Confieso a boca abierta de par en par, que ni soy ni quiero ser el mejor cantante del mundo, ni el mejor guitarrista. Hago lo que hago a mi manera, con mi toque personal y es lo que quiero que el público lo advierta cuando escuche mi música. Pueden etiquetarme como quieran, siempre te van a etiquetar, pero es bonito pensar que cuando se escuche una de mis canciones, puedan reconocerme.

Sabemos que en este tiempo en Uruguay has podido interactuar con varios músicos locales e intuyo que lo mismo habrás hecho en Argentina ¿Cómo ves el panorama musical, particularmente del rock, en Uruguay?
Como bien dices, también lo hice en Argentina y Chile. Ahora en Uruguay estoy empezando a descubrirlo. Grabé el álbum “Redención” y me fui a Chile. Regresé a Uruguay y comencé a promocionar e interactuar con la escena musical uruguaya, a partir del mes de Septiembre de 2019. Así que realmente llevo poco tiempo. Aun así, avanzo deprisa y ya he tenido oportunidad de conocer y colaborar con artistas de todo tipo. Como comenté antes, lo que me admira es la diversidad, la cantidad inmensa de músicos, de bandas. El rock está presente, forma parte del ADN uruguayo. Hay toques y festivales casi diariamente en todos los rincones del país. Créeme cuando te digo que eso no ocurre en España. Es un palpitar constante y, desde la mirada externa de un “extranjero”, percibo que no sois conscientes de la importancia de vuestro rock. Es sólo una opinión, por supuesto, quizás me equivoque, pero el rock uruguayo es potente, en todos los sentidos, exportable por supuesto y rico, muy rico en estilos y matices. Y me parece espectacular que bandas que lleva más de 30 años en los escenarios sigan llenando salas, e igualmente bandas emergentes tengan oportunidades de mostrarse y hacer público. Siempre habrá quien diga que no es suficiente, pero….tenéis mucho para presumir. El Rock uruguayo es una entidad muy viva.

El rock está presente, forma parte del ADN uruguayo. Hay toques y festivales casi diariamente en todos los rincones del país. Créeme cuando te digo que eso no ocurre en España. Es un palpitar constante y, desde la mirada externa de un ‘extranjero’, percibo que no sois conscientes de la importancia de vuestro rock. Es sólo una opinión, por supuesto, quizás me equivoque, pero el rock uruguayo es potente, en todos los sentidos, exportable, por supuesto, y rico, muy rico en estilos y matices.

¿Qué músicos te van a acompañar en la presentación de “Redención” en Sala Zitarrosa y qué nos podés adelantar del show?
El show de la Zitarrosa, es para mí una fiesta, un regalo de navidad, de cumpleaños, algo que me honra y me alienta en este camino que he emprendido. Así que, desde el primer momento quise compartirlo con todos los que quisieran o pudieran estar. Dicen que no es el destino lo importante, sino el camino recorrido. Y en ese camino que voy recorriendo hasta pisar el escenario Zitarrosa, el próximo 28 de febrero he tenido la fortuna de conocer y colaborar con artistas uruguayos. Hemos grabado una canción “Espinas y pétalos de rosas”. También estará en el videoclip a estrenar en poco tiempo. De momento, a esta hora, puedo confirmar la presencia ese día de Tabaré Rivero, El Gavilán, Guillermo Canavesi, Maxi Suárez y la presencia mística de Kairo Herrera. Además, la banda, mi maravillosa banda que lo está dando todo, totalmente comprometida con el proyecto JÓ, integrada por Mario Santamarta en bajo, Paulo Moreno en guitarra solista y coros, Facundo Dandrea en batería y María Belén Giacussa junto a Eliana González en coros. El show en sí, tiene la simpleza necesaria y la complejidad adecuada. No voy a inventar nada nuevo. No hay grandes montajes. Vamos a tocar CANCIONES, alguna sorpresa, algún detalle que define el concepto general

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