El próximo viernes 15, a las 21 hs, Hablan Por La Espalda se presentará en vivo en La Trastienda MVD en un show para celebrar sus primeros 25 años de trayectoria. A lo largo de este tiempo, desde su origenes under hasta un presente que la encuentra posicionada como una de las bandas referenciales de la escena local, los liderados por los hermanos Martín y Fermín Solana han hecho su camino a fuerza de sudor y autogestión, generando instancias tales como shows en Argentina, giras por Brasil e, incluso, por Alemania. Todo esto sostenido por viscerales presentaciones en vivo y una búsqueda musical constante.
A propósito del show, que promete recorrer todas las etapas de la banda, además de contar con invitados y ex integrantes, en lo que será una noche cargada de emoción para músicos y público, conversamos con Fermín y Tuka (vocalista y guitarrista respectivamente). Lo que sigue, es la primera de dos entregas de una charla que tuvimos con ellos donde repasamos su historia y abundan anécdotas, además de reflexiones sobre de estos 25 años de Hablan.
Por Liber Aicardi
¿Cúal es el primer recuerdo que tienen como Hablan Por La Espalda?
Tuka – Creo que son los ensayos en una sala que había en una sala en Libertad y 21 de setiembre, estar ahí, sacando los temas para ir a grabar a un lugar en el Prado. Creo que se llamaba algo así como Grabadora del Sur, que fue donde grabamos el primer demo porque “Seba” Lahera, que era el bajista improvisado en ese momento, se iba a vivir a Argentina. Entonces, me acuerdo de estar ahí, sacando los temas, ensayando. Si tengo que pensar en un primer recuerdo de “Hablan”, es ése.
Fermín – Yo no tengo tan presente esos ensayos. Tengo más presente la grabación, esa grabación en el Prado. Imaginate, hacía una semana que teníamos la banda. Fue todo un delirio (N de R: se ríe). Primero, que nadie sabía tocar…
Tuka – El batero, sí. Por suerte, teníamos un batero de la escuela del metal y tenía técnina, tocaba súper bien. La verdad que en toda esa primera época de Hablan, ese batero (N de R: Diego Anuitti) fue el que nos hizo sonar a algo, fue el que, de cierta manera, nos fue puliendo el sonido. Él y el otro guitarrista que empezó después de ese primer demo, que eran dos tipos con técnica. De hecho, “El Hormiga”, el primer guitarrista se fue de la banda porque, en un momento pensó que “Vegeta” (N de R: Valentín Guerreros, guitarrista) y yo éramos un desastre y se fue (risas). Ahí, el “Vegeta”, pasó a tocar la viola y se sumó “El Guate”, que era un amigo guatemalteco a tocar el bajo.
¿Cómo fueron aquellos primeros contactos en el exterior en aquella época sin internet, ni las facilidades que hay hoy para comunicarse?
Tuka – Los primeros, por carta. Y, al Sebastián irse a vivir a Argentina e íbamos con él a ver toques, conocer gente, intercambiar demos y, ahí, teléfono. Y, después, organizar el primer toque de Hablan, con bandas de Argentina, en Santa Lúcía, se organizó por teléfono, vinieron tres bandas de allá y se quedaron todos en casa. Era intercambio: ellos venían, después vos ibas, te pagabas todo y te buscabas donde dormir, aunque te daban lugar generalmente.
Fermín – En casas ¿no? Nosotros todavía vivíamos con mis viejos en esa época y se bancaban todo.
Tuka – A ver… Éramos todos veganos, no tomábamos alcohol, no fumábamos droga. Éramos gurises sanos ¿viste? Te caían, igual quince adolescentes, porque éramos todos adolescentes… Los porteños eran más salvajes que nosotros…
Fermín – El hardcore en Argentina era muy salvaje. Particularmente, eran gente muy loca, muy loca que había agarrado el viaje de la sobriedad. Aparte, la joda era ver quién estaba más loco en estado de sobriedad. Era así.
Tuka – Era ver quién se liberaba más estando “de la cara” (risas).
No éramos rock. En esa época no había nada de rock en la banda. Era hardcore y, entre tema y tema, dábamos un discurso de algo, te explicábamos de qué hablaba el tema, repartíamos folletos, no era sólo música.
Tuka
Durante muchos años ustedes hicieron su camino al margen de la escena de la época ¿Cómo se dio eso?
Tuka – No éramos rock. En esa época no había nada de rock en la banda. Era hardcore y, entre tema y tema, dábamos un discurso de algo, te explicábamos de qué hablaba el tema, repartíamos folletos, no era sólo música…
Fermín – Algún amigo o amiga hacía comida vegana para vender o para regalar, tipo militancia. Respecto a lo que preguntaste de la escena, con El Peyote Asesino y todas esas bandas, tampoco teníamos contacto.
Tuka – Ahora que salió el disco “The Perro Convention” (N de R. álbum de la banda uruguaya Plátano Macho) en Spotify, que es del ’98… y, nosotros, en el ’98 estábamos en otra estratósfera. No escuchábamos eso, nos parecía música comercial. Nosotros escuchábamos todo lo que fuera no-comercial. Me acuerdo de, en un momento, agarrar y vender todos mis CD’s que eran comerciales, ir a (la disquería) CD Warehouse y vender todos mis CD’s comerciales y mandar pedir por correo otros CD’s (risas)… y decir “¿Ramonesmanía es comercial o no es comercial? ¿AC-DC Live?… mmmm”.
Fermín – Renegábamos de mucha cosa en esa época. Hasta Nirvana vendimos, nos parecía comercial…
Tuka – Si estaba en MTV, no lo escuchábamos. Era así (se ríe)
¿Hubo un momento en que dijeron «nos estamos yendo al carajo concentrémonos en la música»?
Tuka – Claro. Nosotros sacamos el primer (disco) 7 pulgadas “Música para los sanos y no tan sanos” (1999) y leíamos un fanzine yankee que se llamaba Heartattack, que era la Biblia del hardcore a nivel mundial ¿viste? El sello argentino mandó el disco y tuvimos tremenda review. Salió la review y fue tipo “¡vamo’ arriba!” Ahí nos escribió Mike Amescua, que era un mexicano que vivía en Estados Unidos y estaba empezando su sello y nos dijo que quería editar nuestro próximo disco. Listo. Fuimos y grabamos. En esa época estábamos como en el momento más pop de la banda, le mandamos la grabación y nos dijo “No… me esperaba otra cosa. Esto no lo quiero” (se ríe). Ese disco quedó en la nada, está en el “HPLE20” (N de R: compilado del período 1996 – 2001).
Fermín – Hay una explicación para esa etapa pop. En un momento nos metimos muy de lleno en lo que es el emo, que era un sub-género del hardcore, pero había mucho del emo que era muy pop, llevado a un extremo más cerca de The Cranberries, por ejemplo, y en esa época fue fuerte.
Tuka – Son seis temas que grabamos en el ’98, que si hubíesemos dicho “vamos a hacer un disco pop en Uruguay”, capaz, hubiera sido otra cosa. Pero éramos muy under, no queríamos saber nada con lo mediático ni masivo.
Nosotros aprendíamos mucho de las bandas argentinas, también. Las bandas argentinas siempre eran más pro, eran buenas en lo que hacían, aprendimos pila, mismo, conociéndolos a ellos. Todo ese intercambio estuvo bueno.
Fermín Solana
¿El disco “Le Petit Detail Qui Change Tout” puede considerarse el comienzo de la banda tal como la conocemos?
Tuka – Y sí, pasa que lo primero que dijimos “vamos a hacer un disco”. Antes íbamos y grabábamos cuatro temas, seis temas, EP, Split… Eso lo grabamos en 2001 y, ahí, ya estaba muy sólida la formación, también. Y estuvo bueno, también que lo grabamos con Fede Lima que ya tenía otra cabeza y lo hizo sonar a ese disco una demencia.
¿Ahí empezaron a ver un horizonte? Porque antes era todo más inmediato…
Fermín – Si, era prueba y error. Muy pasional todo.
Tuka – También estaba más armada la escena, la construcción de lo que fue la escena. Otras bandas, más proyectos…
Fermín – Se afianzó el ida y vuelta con Argentina. Nosotros aprendíamos mucho de las bandas argentinas, también. Las bandas argentinas siempre eran más pro, eran buenas en lo que hacían, aprendimos pila, mismo, conociéndolos a ellos. Todo ese intercambio estuvo bueno.
Las entradas para el show se pueden adquirir a través de Abitab
Foto: HPLE