Uno de los músicos más activos dentro de la escena rockera local es Frankie Lampariello, quien, desde sus comienzos con Hereford, allá por mediados de los 90´s, hasta el presente, ya sea al frente de su proyecto solista, como de Los Hermanos Brother o la banda de covers HDP´s se ha afianzado como un animal de escenario. Luego del obligado paréntesis de estos últimos meses, el próximo viernes 14, Frankie se presentará en Blast (Uruguay 960) a partir de las 20:30 hs. y con La Rockola Humana abriendo una noche que ya tiene sus localidades agotadas. Este regreso a las tablas fue el motivo de una charla que pasó por varios temas. Desde lo cíclico del Rock en nuestro país hasta el protocolo para los shows en vivo. Desde los recitales multitudinarios de la década del 2000 hasta la moda del Trap. Desde Hereford hasta “¿Quién sos?”, su debut como solista publicado en 2018. De todo ello, y más, conversamos con él en la siguiente entrevista.
Por Liber Aicardi
¿Cómo sobrellevaste todo este tiempo sin poder tocar? Te lo pregunto teniendo en cuenta que sos de los músicos que más toca durante el año, ya sea con tu proyecto solista, con los HDP´s o con Los Hermanos Brother.
Estuvo bravísimo, la verdad. Todos los meses preguntando… como que, de entrada, había esperanzas de que “para el mes que viene tocamos, seguro” y, después, como que todo se iba al carajo ¿viste? Pasaban semanas y pensaba “no vamos a tocar más, no vamos a tocar más” y, al final, pintó esto que es un poco traído de los pelos, pero por lo menos es algo. La verdad que pasé, y pasamos mal, porque todos los músicos lo que quieren es tocar en vivo ¿no? Hay un montón que pasaron mal, mal, que pasaron hasta diría que hambre y todo. Al principio, desesperado, con ganas de tocar y, después, pasé al otro plano que también le pasó a muchos compañeros. Ahora que voy a tocar estoy como loco.
A dos años, ya, del lanzamiento de “¿Quién sos?”, tu disco solista ¿Cómo lo ves?
Fue una gran herramienta. Primero que nada, fue mi primer disco solista, por lo cual lo hice como quise y, actualmente, la verdad que lo sigo escuchando. Yo no soy de volver a escuchar discos propios, por lo menos no enseguida, pero, independientemente que yo sé que es mío, lo escucho ahora y digo “está bueno, mismo, el disco”. Me gusta mucho el disco. Me gusta mucho del disco el laburo que le hicimos con Maxi (Ahlers). Nos llevó un tiempo hacerlo, tanto en producción como llevarlo al sonido que estaba buscando. Yo lo escucho ahora y siento que me rindió salado el disco. Tanto en llegarle a la gente para que se acercara a los shows como, incluso, en las radios, que también siguen pasando el disco. Me parece algo totalmente positivo. Viéndolo después de dos años, estuvo divino todo.
¿Había, de tu parte, una necesidad de plantarte como solista, de tomar las riendas de un proyecto así?
Eso que decís es parte del todo. Cuando me separo de Hereford, yo estaba con Los Hermanos Brother y sigo con Los Hermanos Brother, de hecho ahora grabamos un tema que falta sólo grabar unas voces y queda pronto para salir. El tema es que LHB somos cinco y, en un momento, se tornó difícil que coincidiéramos todos para un toque. En un momento estábamos los cinco cada uno en su proyecto, con sus cosas y los Brother como que habían quedado ahí atrás. Y justo coincidió que Maxi Ahlers empezó a trabajar conmigo en el estudio, yo tenía unos temas y yo, la verdad, tocando la viola soy bastante queso y Maxi es guitarrista. Le dije “Tengo unos temas, estoy pensando hacer un disco solista ¿me das una mano?” La composiciones son mías, pero Maxi lo que hizo fue traducir lo que yo quería hacer en las violas. Ahí fue cuando dije “ta, vamos a hacer esto solista”.
Todos tus proyectos tienen una impronta y un formato rockero clásico, digamos ¿Es algo que vos te proponés específicamente?
Es lo que siempre hice, con Hereford, con Los Hermanos Brother, incluso. Yo siempre toqué en ese formato, en los HDP´s también, que es una banda de covers y es un trío. Yo tengo mucho respeto por todo lo que pasa porque a mí me gusta toda la música, desde lo más Pop hasta cosas de Death Metal, pero lo mío es el Rock. Lo que yo siempre mamé, mi primera fuente es Rock. Me puede gustar Duran Duran, pero AC/DC es una de mis bandas de cabecera, Led Zeppelin también. Entonces como que siempre voy para esos lados ¿no? Muchas veces acá se trató al Rock como medio mala palabra, capaz que hace unos años atrás como que era muy básico hacer Rock. Para mí todo está bueno y, como esto es lo que yo sé hacer y lo que hago, lo tiré para ese lado, obviamente.
Nos malacostumbramos a las 150.000 personas del Pilsen Rock pensando que eso era una realidad. Y eso nunca fue una realidad. De ahí, de cada cinco, uno iba porque le gustaba el Rock y los otros cuatro iban porque había faso, porque había camping, vino, joda con los amigos, garche y música. Además, estaba la música. Era más una aventura, no era tanto por la música y se convirtió en una moda. Ojo, dámela siempre esa moda ¿no? Yo, copado.
¿Qué te genera escuchar decir que el Rock está muerto?
No me genera nada. El Rock no está muerto… En los 90´s el Rock también estaba muerto con la explosión de las bandas de cumbia y todo eso que pasó. El Rock se pone de moda acá, en Uruguay, cada diez o quince años. Entonces, cuando está de moda te meten 150.000 personas en un Pilsen Rock y, ahí, somos todos rockeros. Pasan cinco años y todos esos rockeros que estaban yendo al Pilsen Rock ya están, de repente, en pareja, estudiando, casados, con hijos… y ya las generaciones quieren otra cosa, quieren su propia bandera. No hay ningún estilo que esté muerto. Hay modas, me parece. Ahora está de moda el Trap. Está bueno, los pibes se divierten, me parece bárbaro, pero, no me parece que eso vaya a quedar como legado musical de esta generación. Me parece que los mismos que están escuchando eso, dentro de diez años van a decir “pah! estaba brava esa época” (se ríe). Yo lo veo así, capaz que estoy equivocado, yo tengo 50 años. Por otro lado, tengo también ese respeto tremendo por eso que cada generación agarre lo suyo como propio y que nosotros, como hacían nuestros viejos, les digamos “no muchacho, música es lo que escuchábamos nosotros”. Es inevitable que pase eso y va a seguir pasando. Es algo que me parece que está bien que ellos tengan su bandera y que nos muestren esa bandera en le jeta diciendo “esto es lo nuestro”. Vamo´arriba, hay que respetarlo eso.
¿Qué hace que el Rock no sea tan atractivo para buena parte de las nuevas generaciones como lo era para nosotros?
No sé cuál sea la respuesta. Capaz que nunca me senté a pensarla. Yo creo que hay un factor de una vida mucho más rápida hoy en día, que tenés todo ya servido que antes no nos pasaba. Me pasa a mí, que tengo en Spotify todas las canciones que me gustan, pero a veces me pasa que tengo que parar y escuchar un disco, sentarme, tomarme un whisky y escuchar todo un disco entero. Hoy en día, los jóvenes no te escuchan un disco entero. Lo veo con mis hijos, te escuchan canciones y, además, te meten una cumbia, un tema de Once Tiros, un Trap, te van mezclando todo, cosa que a nosotros nos costaba bastante hacer ¿no? Nosotros éramos más tribus urbanas de música, estaban los metaleros, los punkies, los rockeros, los new romantics. Después, vas creciendo y te vas dando cuenta que hay música que mata fuera del estilo que te gusta a vos, pero había una cosa, que era que si te gustaba el rock no podías escuchar cumbia. La cumbia a mí nunca me generó nada, pero no quiere decir que a los demás no les genere. Hoy en día lo veo con mis hijos y lo veo en un montón de gente de 30, 35 años, que te escuchan una cumbia y te escuchan un tema de los Redondos y les gusta todo por igual. Y está bien. Los prejuiciosos éramos nosotros, obviamente. Creo que pasa mucho por ahí el tema del Rock, no es que esté muerto sino que está más mezclado con otras cosas. Si no, no se explica que cuando toca una banda de Rock que viene de afuera o tocan los Buitres o los Tiros, se llene siempre. Lo que pasa es que nosotros nos mal acostumbramos a las 150.000 personas del Pilsen Rock pensando que eso era una realidad. Y eso nunca fue una realidad. De ahí, de cada cinco, uno iba porque le gustaba el Rock y los otros cuatro iban porque había faso, porque había camping, vino, joda con los amigos, garche y música. Además, estaba la música. Era una aventura de ir a un Pilsen con tu carpa, con tus amigos, pasar bien, escuchar cuarenta canciones de todas las bandas que tocaban que conocías de la radio, dos o tres canciones por banda, salvo los 30.000 que conocían todas las canciones, por lo menos las de su banda. Era más una aventura, no era tanto por la música y se convirtió en una moda. Ojo, dámela siempre esa moda ¿no? Yo, copado. Pero me parece que pasa por ahí, no porque el Rock esté muerto, el Rock está en el lugar donde tiene que estar; a veces más, a veces menos, dependiendo lo que esté de moda en el momento.
No voy a decir ‘con Hereford nunca nos vamos a juntar’ porque no estamos peleados, nunca hicimos un pacto de que nunca nos íbamos a juntar, ni firmamos un contrato como hicieron los de Mötley Crüe. Yo sé que, por el momento, y puedo hablar por mí, estoy en un lugar que estoy bien como estoy; entonces, no me llama la atención juntarme hoy. Capaz que en dos años me cambia la cabeza. Obviamente, yo miro esa época y la veo con mucho cariño para mis compañeros de banda que los adoro, los amo y, además, el momento vivido.
¿Hay una tendencia en el público local de quedarse con lo clásico y le cueste aceptar propuestas nuevas dentro del Rock? En tu caso, por ejemplo, veo que en las redes te piden que vuelvan a juntarse con Hereford…
Hasta el día de hoy, incluso, cada día más te diría, nos piden que volvamos a tocar con Hereford, gente que nunca nos vio en su vida, pero escucha los discos en Spotify, le cuentan, me van a ver a mi en vivo, van a ver al Chirola (Diego Martino) en vivo, van a ver a Guzmán (Mendaro) en vivo, van a ver a Rodri (Rodrigo Trobo) en vivo y todos hacemos algún tema de Hereford, supongo, y te dicen “¿cuándo se van a juntar?” ¡Guachos de veinte años que nunca nos vieron tocar! Y yo les digo lo mismo que le digo a todo el mundo: no voy a decir “nunca nos vamos a juntar” porque no estamos peleados, nunca hicimos un pacto de que nunca nos íbamos a juntar, ni firmamos un contrato como hicieron los de Mötley Crüe. Yo sé que, por el momento, y puedo hablar por mí, estoy en un lugar que estoy bien como estoy, entonces, no me llama la atención juntarme hoy. Capaz que en dos años me cambia la cabeza. Obviamente, yo miro esa época y la veo con mucho cariño para mis compañeros de banda que los adoro, los amo y, además el momento vivido. Adoré todo ese momento vivido con Hereford desde que arrancamos golpeando puertas por todos lados hasta que terminamos, que estábamos en un lugar muy lindo. Está muy lindo subirte a un escenario y tener 10.000 o 20.000 personas cantando tu temas, sacar discos, poder tocar, poder vivir de la música, es algo que soñás de guacho y se nos dio. Sí, todas esas cosas las extraño bastante, obviamente, pero estoy muy bien como estoy ahora. También lo veo como un momento vivido que si tuviera que hacer de vuelta lo mismo que hice, lo haría de vuelta, pero ese momento ya lo viví. Ya está. Ahora estoy con otro proyecto, con otras cosas, con otro grupo de amigos, haciendo cosas que me copan mucho, no tengo la misma cantidad de seguidores y todo eso pero yo estoy muy feliz con lo que tengo. Sé que Chirola también, obviamente, Guzmán también y Rodri también está muy contento con lo que está haciendo. Estamos todos muy felices con lo que estamos haciendo. Entonces… ¿Qué necesidad de hacerlo en este momento? Todavía no me picó el bicho de decir “vamos a juntarnos de vuelta con Hereford”. En algún momento me va a pasar, capaz, pero no es ahora. Yo supongo que a los demás les pasa lo mismo sino alguno ya hubiese dicho “che ¿nos juntamos?” (se ríe).
¿Cómo te proyectás, vos que sos un tipo muy sanguíneo sobre el escenario, en esta nueva realidad de los shows en vivo?
A mí me parece bien raro todo este sistema de cómo se plantea lo de las mesas, las sillas y todo eso. Está bien ¿Hay que hacerlo así? Hagámoslo así. Lo que no logro entender es por qué se puede tocar hasta las doce y después de las doce ya no se puede tocar más ¿hay un tema que el Coronavirus ataca más fuerte después de las doce? No lo entiendo. Y cuando me dicen que es mucho mejor porque tocás temprano y obligás a la gente a ir temprano… No. No es mucho mejor. Es mucho mejor para bandas que convocan muchísima gente y que viven de la música, que no tienen laburos fuera de la música o los laburos que tienen fuera de la música son controlables ¿Por qué digo esto? Por la clásica prueba de sonido. Yo tengo un estudio de grabación, yo me hago mis horarios, entonces, si yo sé que toco el viernes 14 de agosto, yo para ese día no arreglo nada o dejo medio libre para las cuatro, cinco de la tarde para ir armado la prueba de sonido. Pero yo tengo dos violeros que laburan, un batero que labura. Imaginate, con 68 entradas que tenemos permitidas, no estamos cobrando tanta guita. O sea, tampoco es “hoy no laburo porque toco con Frankie y tengo la prueba de sonido a las cinco”. Tener una prueba de sonido a las cinco, implica que a las tres ya tengas que estar al alpiste, que tengas que estar con la batería en tu casa porque va a pasar el flete, vos vas también porque vamos a llevar un solo stage, que en este caso va a ser de carga más que nada (generalmente llevamos dos stage), porque en este caso, además de que no cobramos mucho está el tema de las distancias y la gente que puede haber arriba del escenario. Entonces, como que no tiene mucho sentido ¿no? Nosotros tenemos la suerte de poder llevar un plomo, de tener un flete. Hay bandas que no tienen para llevar un plomo, que no tienen para llevar un flete y es peor todavía, porque tienen que pagar un flete, armar las cosas ellos para la prueba de sonido. Entonces ¿por qué a las doce hay que cortar? ¿Por qué no podemos tocar a las once de la noche hasta la una, dos de la mañana como se hacía antes de esto? No entendí el por qué. En realidad, nadie me lo supo explicar.
A mí me parece bien raro todo este sistema de cómo se plantea lo de las mesas, las sillas y todo eso. Está bien ¿Hay que hacerlo así? Hagámoslo así. Lo que no logro entender es por qué se puede tocar hasta las doce y después de las doce ya no se puede tocar más ¿hay un tema que el Coronavirus ataca más fuerte después de las doce? No lo entiendo.
¿Creés que esta modalidad es un mal necesario para poder avanzar y volver a los shows anteriores a la emergencia sanitaria?
Si, salvo la parte que te dije recién del horario yo creo que sí. Hay un tema, también, con la distancia de cinco metros del escenario que no sé si se está cumpliendo o no. Eso me parece otro divague porque fijate que yo ya tengo, con los monitores, un metro desde donde voy a a cantar hasta el borde del escenario. Después, si querés, un metro más, ahí tenés los dos metros… sumale la mesa, porque el tipo tiene que estar sentado para poder verme. Esas dos cosas, me parecen una burrada, pero, lo demás, sí. Hay gente que perdió laburos. Nosotros, por todo este tema nosotros perdimos un montón de laburo, pero nos tenemos que adaptar a cómo es la mano. Espero que esto, a futuro, cambie ¿no? Que, de a poco, se vaya liberando un poco más y que la “nueva normalidad” sea sólo “normalidad”.