Eruca Sativa: «El objetivo está puesto, siempre, en hacer nuestro mejor disco”

La banda argentina Eruca Sativa regresa a nuestro país para presentarse el sábado 2 de setiembre en La Trastienda MVD, en el marco de su gira “15 Años”. El power trío cordobés conformado Lula Bertoldi (guitarra y voz), Brenda Martin (bajo y voz) y Gabriel Pedernera (batería y voz), viene de cerrar un gran 2022 con una nominación en los Latin Grammy, continuando este 2023 en pleno ascenso de popularidad y obteniendo reconocimientos tales como dos Premios Gardel, a Mejor Videoclip Largo por “Seremos primavera en vivo en La Ballena azul” y a Mejor Álbum de Grupo de Rock por “Dopelganga”. Además, en mayo pasado, Brenda y Lula fueron portada de la playlist Equal de Spotify, destacándose con un billboard en Times Square, New York, representando así a la música de su país.

Luego de agotar entradas en varias provincias de Argentina y de lo que será el mencionado show en Montevideo, les espera Paraguay, regresando para seguir girando por la vecina orilla y, posteriormente, partir a España donde cuentan con varias fechas agendadas.

A propósito de esta nueva visita de Eruca Sativa, conversamos con Lula Bertoldi en una charla donde repasamos algunos hitos de la banda, hablamos de su rol como mujer referente en el rock y, también, nos dejó sus impresiones del particular momento que vive su país.

Por Liber Aicardi

Foto: Difusión

¿En qué momento encuentran a la banda estos 15 años que están celebrando con la gira?
Siempre tratando de volver a elegirnos. ¿Viste que esto es como un matrimonio? Como que todo el tiempo tenés que renovar eso por lo que estás empujando. Siento que también en Latinoamérica, también, es difícil llevar a cabo proyectos que duren muchos años, más en el palo del que estamos, en el rock, que es un género que trasciende la moda. Puede estar de moda o no, pero no depende realmente mucho de eso, sino más que nada es lo que nos gusta hacer. La edad de una banda de rock, por ahí sí define un camino recorrido y te da como solidez. Me parece que en el rock, más que en otros géneros, sí hay algo de novedad, pero también hay algo de transcurso de un camino hecho y que se sigue haciendo, es como una nueva juventud estos 15 años, porque ahora se renovó mucho público de Eruca. Tal vez el público creció con nosotros y ahora traen a sus hijos, es como re loco lo que pasa. Así que estamos en un momento de nueva vitalidad, siempre fue una banda muy vital, pero hay gente que nos está descubriendo recién ahora. La banda creció, creció bastante en este último año y está buenísimo. A veces uno piensa que el camino es para arriba y siempre para arriba, pero a veces hay mesetas, hay distintos momentos y los 15 años nos encuentra en crecimiento.

¿Tuvieron, en algún momento de estos 15 años y más allá de los reconocimientos como puede ser los premios o llegar a tocar en determinados lugares, el sentimiento de que habían empezado a jugar en primera?
No sé, es rara esa sensación. En Eruca sentimos que siempre creció la banda, siempre tuvo momentos de crecimiento, o pasitos, o cosas que pasaban, que decíamos “¡che, mirá vos!”. Porque cuando uno hace música solo con la expectativa de hacer buena música y haciendo la música que te sale, poniéndole todo a eso, lo otro, medio que viene por añadidura. Decís “¡mirá que bueno!, y además le gusta a la gente, y le gusta a otro artista, me premiaron, llenamos un estadio”, entonces esas cosas para nosotros son como extra. Siempre, el objetivo estuvo puesto en hacer nuestro mejor disco, las mejores canciones, poder plasmar un estilo, poder llegar a tener una personalidad única, que la gente diga “esto suena a Eruca” y eso… Entonces esos son los objetivos de la banda, como hacer esa canción que estamos soñando hacer. Tiene mucho más que ver con lo artístico lo que hacemos. Por eso, cuando pasan las cosas es lindo porque no estás esperando nada y, de golpe pasan, sin expectativas, y te viene todo un montón de cosas de afuera que no tienen que ver con nada que vos puedas controlar, que se haya planificado. Está buenísimo.
No sé si en algún momento dijimos que estábamos jugando en primera, pero siempre trabajamos en pos de eso, de nuestro mejor disco como que esos eran nuestros objetivos y siempre lo fueron, hasta el día de hoy incluso. Siempre siguiendo ese Norte.

Entre otros reconocimientos que tuvieron últimamente, en mayo pasado fueron portada de la playlist Equal de Spotify, apareciendo tu imagen y la de Brenda en Times Square. ¿Qué les genera este tipo de reconocimientos en particular?
Es tremendo, tremendo. Cuando nos avisaron que íbamos a ser la portada de mayo, ahí en el billboard de Times Square sentimos que es re grosso, porque nosotros no hacemos música pensando en eso, por todo lo que te acabo de decir. Pensamos en que puede llegar a muchas personas y, además, es una música que la verdad yo digo “¡qué suerte que le gusta la gente!” porque no es masivo, no es una cosa que hacemos temas para la radio o para estar ahí. En realidad, hacemos lo que nos gusta y qué bueno que le gusta la gente. Nuestros primeros discos son súper progresivos, pesados, de riffs, hay momentos en que van cambiando las rítmicas y, que le guste la gente, está buenísimo porque es la música que nos gusta a nosotros, también. Es lo que le gusta escuchar, nos gusta tocar y nos gusta defender todo los fines de semana en vivo. Entonces, terminar ahí en el billboard de Times Square y en una playlist que escucha mucha gente de toda Latinoamérica, es grosso. Es maravilloso, está buenísimo.

Yo siempre voto por esos íconos femeninos, o de mujer, que son diferentes desde la propuesta. Pero no queriendo desafiar, al contrario, siendo ellas mismas. No es por provocar, es decir ‘yo soy así, soy esto, me gusta que me vean así, me gusta defender esta estética, me visto como quiero, me pongo o no me pongo maquillaje, no uso filtros en Instagram’. Todo eso también es una postura.

El hecho de que esté su imagen es algo que las expone desde otro lugar, más allá del lugar de artistas. ¿Lo sienten así?
Sí, totalmente. Siento que es algo que también impulsa a las referentes, como así hay referentes de todos los géneros y para todos los gustos, derribando un poco ese mito de que no hay mujeres que hagan rock, o no hay mujeres que hagan tal estilo. Hay, absolutamente, mujeres que hacen todos los estilos que te imagines, en todas las situaciones posibles. Hago mucha referencia a lo físico porque, a veces, parece que hay un solo modelo de mujer que hace música y es bonita, flaca, joven. Lo que está bueno está bueno, creo, de esta playlist es que, por lo menos, lo que se intenta hacer es generar esa variedad de referente, como que hay de todo, de todos los estilos, de todos los géneros, de todas las partes de Latinoamérica que se pueda, abarcando todo tipo de temáticas de las letras, tratando de derribar los estereotipos sobre cómo se ve una mujer que hace música y eso me parece un montón. Porque uno, a veces, dice “hay una mina que hace música” y en el inconsciente popular está que una mujer que hace música es una cosa, como muy diosa. Entonces, decís “no, también hay pibas que suben a tocar el jogging y no se maquillan y tienen canas, tienen arrugas y está bien” porque los varones sí lo hacen y nadie los está juzgando por eso. Sin embargo, si una mina lo hace, por ahí, dicen «ehhh, qué desarreglada, qué dejada” eso ya lo he escuchado diez millones de veces, como que tenés canas y estás dejada. Eso es impresionante. Yo siempre voto por esos íconos femeninos, o de mujer, que son diferentes desde la propuesta. Pero no queriendo desafiar, al contrario, siendo ellas mismas. No es por provocar, es decir, “che, yo soy así, soy esto, me gusta que me vean así, me gusta defender esta estética, me visto como quiero, me pongo el maquillaje o no, salgo a cara lavada a un escenario, no uso filtros en Instagram.” Todo eso también es una postura. Es como decir “me voy a mostrar así porque siento que un montón de mujeres se van a sentir aliviadas de verme así”. O ver alguien que represente también eso, que no tengo ganas de andar en tacos todo el día, o con pollera porque esa no soy yo, no uso pintura de labios, no uso delineador, no uso rímel, no uso base, no me tiño el pelo. Entonces, en vez ir siguiendo cómo quiere que me vea la industria, que se proponga a la industria algo distinto. Siendo una banda como la que somos y que estamos en la industria, porque trabajamos con Sony Music, porque estamos metidos ahí adentro, tratamos de romper el sistema, pero dentro del sistema. Y eso, para mí es algo importante porque, a veces, escucho el otro discurso – que es completamente válido y legítimo – que es “yo no transo con la industria, no transo con el sistema, no quiero esto”. Nosotros lo pensamos distinto, pensamos que el sistema y la industria tienen, tal vez, esos espacios para que nosotras podamos decir lo que pensamos, tratamos de cambiarlo desde adentro, que también es algo valioso, me parece. Decir “estamos acá y vamos a decir algo o vamos a mostrarnos de una forma que no es la convencional”, eso también es un cambio. Eso también propone algo diferente y hace que otras mujeres sientan que el lugar es para ellas también.

A lo largo de la historia de la banda hay una evolución notoria y el punto de quiebre, quizás, haya sido el álbum «Seremos Primavera”. ¿Qué significó ese disco para ustedes?
Sí, sí, fue un disco bisagra totalmente. Desde cómo estuvo planteado y desde la época en la cual estuvo hecho. Fue un momento donde estábamos súper atravesados por la militancia feminista, habían pasado un montón de cosas en Argentina que tenían que ver con quiebres, con el circuito en el que nos movíamos las bandas o con las que nos movemos. Hubo muchas denuncias, muchas cancelaciones de artistas que habían abusado, se empezó a destapar una olla que era una cosa que tenía una naturalidad en el ambiente, no porque las hayamos vivido ni personificado, pero sí, que evidentemente había un manejo de las personas – sobre todo con las mujeres – dentro del ambiente de la música y del rock en particular, muy, muy abusivo, muy leonino en el sentido de que pisaban todo, se comían todo lo que había a su paso. Muy de código de varones ¿no?, de como “esto es así”. Y eso se empezó a destapar y fue maravilloso que pasara. Entonces, fue una oleada de cancelaciones y de denuncias y de cosas fuertes, porque a mucha gente la conocíamos no lo podíamos creer. Mientras nosotros estábamos ahí en el recital todo bien, atrás estaba con una menor, por ejemplo, o cometió una violación, y todo eso con la naturalidad del marco que le da el poder de estar arriba un escenario. En vez de usarlo a favor de las personas o los mensajes, lo usaban a favor de su propio ego, su propia auto idolatría y sacar ventaja de esa relación completamente desigual, desequilibrada, abusando de ese poder que te da el escenario, que en vez de un poder yo siento que es una responsabilidad. Hay una responsabilidad muy grande al estar en un escenario con un micrófono, así como podés elegir decir cosas, también podés elegir no decirlas y eso también es grave. Fue un momento muy clave en el rock argentino. Y en ese contexto, donde también estábamos militando la legalización del aborto, estábamos militando esa nueva oleada feminista que es muy fuerte para Argentina y Latinoamérica, decidimos componer ese disco. Y todo tiene que ver. Para mí, ese disco además de ser un disco bisagra, es como un manifiesto. Es como que. “bueno, somos esto. ¡pum!”
Siempre Eruca, se caracterizó por ser más metafórica en las letras, algunas más poéticas, más visuales y en ese disco dijimos “vamos al hueso”. O sea, digamos las cosas sin mucha vuelta, porque es necesario, es urgente en este momento.

Como siempre, para las mujeres y las minorías, nunca los derechos son territorios ganados por completo, siempre estamos peleando centímetro a centímetro. De golpe, de un día para el otro, temiendo perder todos nuestros derechos como trabajadores, como mujeres, de nuevo salir a pelear centímetro a centímetro, baldosa a baldosa, nuestros derechos porque la derecha en Latinoamérica avanza a pasos agigantados.

El disco incluye “Creo”, que se transformó en uno de sus temas más icónicos…
Sí, dentro de esas canciones está “Creo”, que hoy en día es como un himno, algo que tomó la gente, sin que sea algo impuesto, sino que naturalmente fue tomado en las campañas, en muchos documentales, en muchos cortos, en las universidades, en las movilizaciones feministas. Y fue muy emocionante, porque nosotros con Brenda y con Gaby vamos a las movilizaciones, sobre todo con Brenda obviamente, y sonaba el tema y las chicas levantaban los pañuelos. Era muy fuerte – me acuerdo ahora y se me lo pone la piel de gallina – porque no es algo que se pueda hacer planificado. Es algo que es completamente orgánico. Nosotros lo elegimos como corte del disco porque queríamos que fuera la cara del disco porque sentíamos que su letra hablaba perfectamente de todo lo que transitaba el disco. Pero, de golpe, pasó a ser como una cosa – no tanto del lado de los rankings, no tenía que ver con eso – fue tomada desde otro lugar que no figura en ninguna planilla o en ninguna cuenta bancaria (se ríe). No. Nosotros donamos el tema en muchas ocasiones para que lo usen libremente en documentales y series, a un montón de colectivos de mujeres y disidencias que querían utilizarlo como bandera. Así que, para nosotros, es un honor estar ahí, haciendo una representación con esa música. Es una canción que escribió Brenda, la bajista, y que la arreglamos en banda en el estudio, yo nomás le agregué la fase “seremos primavera”, que nos pareció muy representativa y terminó siendo el nombre del disco, pero porque me pareció que era representativo y muy, muy, muy real de lo que estamos viviendo. Fue un “vamos que la campaña sigue” y, bueno, la campaña terminó siendo un éxito, salió la ley y fue como muy, muy fuerte acá. Pero, como siempre, para las mujeres y para las minorías, nunca los derechos son territorios ganados por completo. Siempre estamos peleando centímetro a centímetro, la derecha está cada vez más amenazante. De golpe, de un día para el otro, temiendo perder todos nuestros derechos como trabajadores, como mujeres, de nuevo salir a pelear centímetro a centímetro, baldosa a baldosa, nuestros derechos porque la derecha en Latinoamérica avanza a pasos agigantados. Estaba escuchando, el otro día, una entrevista de una periodista que hablaba de este backlash, que se llama normalmente, que es como un coletazo: a grandes olas feministas, le vienen gandes olas de la derecha y de la ultraderecha, que es muy violenta, muy represiva, y muy cercenadora de los derechos de las personas, no sólo de las mujeres sino de las minorías y de la clase laburante, que es la que empuja absolutamente a toda Latinoamérica y a todo el mundo y que está ahí pagando los platos rotos siempre, que cada vez sufre más. Y bueno… seguiremos militando siempre.

Es inevitable preguntarte por el momento que está viviendo Argentina hoy, tanto económico, como social y político. ¿Cómo lo estás viviendo, no solo como mujer, sino como como trabajadora del arte?
Y… es un momento muy oscuro. Justo la semana anterior a las PASO hubo un par de hechos muy, muy complejos que tienen que ver con la falta de empatía, la falta de de respeto, la falta de ver quién está al lado tuyo, las movilizaciones en Jujuy y los malones que llegaron Buenos Aires (N de R: El Tercer Malón por la Paz, compuesto por integrantes de pueblos originarios), que llegó tratando de defender algo tan de todos como los recursos naturales y que todavía están ahí encadenados en la plaza. Ves la falta de empatía de la gente pasa por ahí y les chupa tres huevos quién está encadenado, por qué están ahí, qué quieren o qué necesitan. Es esa falta de ver qué le pasa al otro, creo, el gran problema de nuestro país, de esta grieta, que le llaman, esta separación entre blanco y negro, porque es eso: blanco o negro, blanco o negro, como que nada está en el medio, no hay grises. Sos de este bando o sos del otro. Y se está llevando todo a un extremo muy, muy violento y muy complejo que, más allá de la situación económica que es gravísima, nunca me imaginé que íbamos a estar tan mal. Más allá de esta situación económica, hay una situación humana muy grave.
Realmente, es la primera vez que no veo un futuro muy esperanzador. Sin embargo, no es que dejo de esperanzarme. Obviamente, tenés que seguir, pero me parece muy preocupante que en nuestro país, las únicas opciones por las cuales poder elegir Presidente sean la derecha o la ultraderecha. Es triste, es muy preocupante. Yo creo mucho en los partidos obreros, en la izquierda, en la gente que apoya las causas que yo siento que son justas, pero no hay apoyo popular en este momento. Parece que estamos todos esperando que alguien hable del dólar y no sé qué cosa. La verdad que es muy triste llegar a este lugar donde no importa cómo llegamos a salir de ésta. Los medios son todo, porque en el medio estamos las personas, están nuestros derechos, está la gente que se va a quedar realmente en una pobreza absoluta. Sinceramente, en estas últimas dos semanas tuve como el sueño entrecortado, con mucha angustia, porque no sé qué pensar, es muy doloroso que un país tan increíble como el nuestro,esté así. Y lo digo a todo a nivel, porque tenemos gente que es increíble, tenemos recursos naturales que que son increíbles, paisajes que son increíbles y, sin embargo, estamos en un agujero negro que no termina más, decís “esto no no puede empeorar más” y todo el tiempo sigue empeorando… ¡basta!

Mandolín, de Gustavo Pena, lo guitarreamos mucho con Brenda y nos gusta, pero no encontrábamos ninguna versión eléctrica, rockera. Sí, hay mil versiones hermosas acústicas o más tranquis, como la de Loli Molina, que es hermosísima, o la de Perotá Chingó. Quisimos hacer una más rockera, más de trío.

Te traigo de nuevo a la música… En “Dopelganga”, su último álbum, es un disco donde reversionan temas de artistas latinoamericanos. Particularmente me llamó la atención que incluye varias versiones de temas o artistas que tienen raíces folclóricas como Caifanes, Aterciopelados o Silvio Rodríguez. ¿Cómo fue la elección de las canciones?
Arrancó con la idea de ir a divertirnos al estudio por nuestros 15 años. Dijimos “hagamos algo divertido, algo que no hemos hecho todavía, algo nuevo, algo distinto”. Siempre nos gustó hacer versiones, desde el primer disco que hacemos versiones, o desde los primeros shows. El primer tema que tocamos juntos fue una versión de “Eleanor Rigby” de los Beatles, que no quedó grabada en ningún lado, pero lo solíamos hacer mucho en vivo. Incluso “Amor ausente”, que es un tema también muy himno en los shows de Eruca, es una versión, no es nuestro, es de dos folcloristas cordobeses (N de R: Claudio Pacheco y Eduardo Bechara).
Es medio una tradición nuestra hacer versiones y siempre distintas a la originales, como tratar de jugar un poco con eso. Nos metimos a jugar al estudio con estos temas elegidos en base a distintas cosas. Algunos ya venían en el repertorio de Eruca como “Corazón delator”, que ya lo habíamos hecho hace un par de años para un homenaje a Gustavo (Cerati) y había otro también dando vueltas por ahí. El de Pescado Rabioso, también, “Las habladurías del mundo” ya lo habíamos hecho para un homenaje a Luis (Luis Alberto Spinetta). Y los otros, los habíamos elegido en base a países a donde fuimos de gira y que nos habíamos enamorado de alguna canción, o que nos recordaba a nuestra adolescencia como “Ojalá”, que fuimos a Cuba y toda la cultura, también nos enamoró mucho y queríamos que Cuba esté presente en el disco. Entonces, por distintos motivos fueron llegando estas canciones a la recta final del disco, se barajaron otros temas que al final no terminaron siendo. Esos nos parecieron los mejores, o las mejores versiones porque están buenas o porque son diferentes, como “Mandolín” de Gustavo Pena, que lo guitarreamos mucho con Brenda y nos gusta, pero no encontrábamos ninguna versión eléctrica, digamos, rockera. Sí, hay mil versiones hermosas acústicas o más tranquis, como la de Loli Molina, que es hermosísima, o la de Perotá Chingó. Quisimos hacer una más rockera, más de trío.

¿Cómo llegaron a la música de “El Príncipe” Gustavo Pena?
Ahora que me lo preguntás, yo creo que sea por Flor Villagra, una amiga que en algún show tocó “Mandolín”. Ahí dije “¡qué temazo! ¿de quién es?” y ahí empecé a investigar quién era el príncipe. Pero, realmente, llegué por oídos de otra artista porque no es un músico muy conocido y, la verdad, que es una gran canción latinoamericana y en un cancionero latinoamericano tenía que estar como emblema de Uruguay, o de la música de cantautores uruguayos, pero realmente no es un artista que yo conocía de antes tampoco.

Y en los casos de “Corazón delator” o “Las habladurías del mundo” ¿Implica una carga extra versionar esos temas, sobre todo con el peso que tienen sus autores?
Sí, tiene toda ahí esa carga y, bueno, hay que ir con el pecho así (N de R: se yergue) y decir “esta es mi visión de esta canción”, no hay que achicarse porque en la medida que te achicás te van a criticar siempre, obviamente, porque son clásicos. O con un tema de Charly, no podés, digamos, achicarte, tenés que ir y hacer algo muy original. Por lo menos, para que no te critiquen, aunque te van a criticar igual (se ríe), pero, por lo menos para salir a jugar al lado de la versión original porque, para escuchar lo mismo, pero hecho por otro artista que no es el autor, prefiero el original. Entonces, tiene que ser distinto, tiene que estar jugando algún rol diferente. Por ejemplo, con las «Las habladurías del mundo” nos animamos a ir más para el lado Zeppelin, entonces como que lo oscurecimos, le pusimos un riff pesado, le sacamos el groove. Y con “Corazón delator”, también nos pasó de meterle “distor”, para que sea como más stoner . Yo creo que estuvo buena esa jugada para no quedarnos en la original, para eso prefiero la de Soda, siempre. Quisimos empujarlo bien para un extremo.

¿Qué show de Eruca Sativa vamos a ver el 2 de setiembre en La Trastienda?
Es nuestro show de los 15 años, hay un recorrido donde tratamos de tocar temas de todos los discos, así que es un show intenso. Además, creo que es la cuarta vez que tocamos en La Trastienda, porque hemos ido después a la Sala del Museo también. La Trastienda tiene algo muy lindo porque la primera vez que fuimos fue muy emocionante. Hemos tocado con David Lebon ahí, también, que fue invitado nuestro. Y volver a Uruguay para nosotros es muy emocionante porque hay mucho público en Uruguay y, siempre que vamos, nos reciben increíble. Yo estoy tratando ya de quedarme un día más – que nunca lo logro – para salir a visitar, a recorrer, tengo amigos allá, así que quiero quedarme un poquito más.

Las entradas para el show de Eruca Sativa en La Trastienda MVD están a la vent aa través de Abitab.


Eruca Sativa: Brenda Martin, Luisina «Lula» Bertoldi y Gabriel Pedernera.
Foto: Difusión
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