La historia del rock en América Latina ha trascendido y, en estos tiempos de autogestión e infinitas posibilidades, las bandas se han multiplicado. Tanto asimilando a su modo las vertientes anglo como destacando sus propios sonidos de raíz, la música alternativa del continente aporta sangre al latido que somos, retrata la personalidad de cada rincón habitado, y pone en la mesa por igual los signos que nos distinguen y nos asemejan.
Lo que tenemos por delante es emocionante, esta columna se encargará de explorar y compartir los nuevos nombres de la música que mejor nos configuran, así como los sonidos que más nos llaman. Bienvenidos a La Ruta.
Por Eduardo Camacho
El General Villamil, psicodelia rock desde el Ecuador
La búsqueda de música en nuestra masa continental de habla hispana recién ha comenzado, y de partir Entre Desiertos, en Tijuana, seguimos la costa del pacífico hasta el paralelo central del globo, en Ecuador. La conexión entre ambos puntos, geográficamente muy distantes, es fuerte; está unida por la misma historia de dominación que dio origen a casi toda nación de América Latina, a partir de que algunos personajes lucharan por su liberación.
Así es el caso de José de Villamil, criollo nacido en Nueva Orleans de ascendencia franco-española que llegara a tierras sudamericanas para conquistar y gobernar el Archipiélago de Galápagos, así como para participar de la lucha de Independencia contra la corona de España en Guayaquil. Fundamental para dichas tierras, este hombre ha sido fuente de inspiración para la banda que ahora nos ocupa, no sólo por su aventurero espíritu, sino por traer consigo –por anacrónico que esto se lea- muchísimo rocanrol. Esta ocasión en La Ruta: El General Villamil.
En la provincia del Guayas, en Ecuador, aparece este quinteto conformado por David Rojas Dager, María Beatriz Crespo, Felipe Añez, Rafael Huerta, y Rafael Rendón, con la firme intención no sólo de evocar sino de construir una nueva figura del prócer histórico que citan, desde los sonidos que crean. No buscan inventar el hilo negro, se dejan llevar por lo que ya los marcó, y así dar lugar a uno de los proyectos más frescos de la escena ecuatoriana.
Los sonidos que marcan y mueven esta banda son los del rock de clásica manufactura, a los que añaden un espíritu festivo y despreocupado con inagotables dosis de psicodelia y surf; provisto hasta ahora en dos trabajos discográficos, un Ep llamado ‘Archipiélago 32’, del 2014, y su placa de larga duración debut llamada ‘Jalea’, del 2016, ambos bajo el sello ‘La Casa del Gato’.
El General Villamil es una banda sencilla de entender, y por ende sencilla de gozar. Letras de mensaje simple cubiertas por sonidos de guitarras reverberantes, líneas de bajo inolvidables y teclados con los que es inevitable bailar, el cuarteto con también reminiscencias del post punk, y hasta del estilo peruano de la cumbia, Chicha, tampoco aparece como una banda cualquiera, pues su sonido aunque no innovador, es llevado de manera sofisticada y con mucho talento.
“Es el Amor” y “Tú, Yo y un Cigarrillo’ son sencillos desprendidos de Jalea, ambos cuentan con videoclip autoría del mismo Diego Reyes, y brindan un panorama audiovisual claro de la música de esta banda ecuatoriana que fácilmente podría alinear con éxito los mejores festivales del Psych Rock llevados a cabo alrededor del mundo.
Mientras eso sucede, los invito a escuchar al General Villamil, que aparecerá en sus oídos reconfigurado, explorando tierras nuevamente, deambulando entre New Orleans, la también crucial tierra para el Rock N’ Roll que lo vería nacer y Guayaquil, la tierra en la que hizo historia. Eso sí, con una tabla de surf bajo el brazo y en estado alterado de conciencia.