El trio conformado por Garo Arakelian, Gonzalo Deniz y Diego Presa publicó, en el último tramo de 2018, su segundo trabajo “Cruzar la noche”, compuesto, a diferencia de su debut, por temas originales y apostando, consecuentemente, al formato de canciones a voz y guitarras. Luego de llevar su música por varios escenarios de la costa uruguaya y antes de cruzar el Rio de la Plata para debutar en Argentina, el sábado 16, a las 21 hs, El Astillero presentará en vivo sus nuevas composiciones en La Trastienda. A modo de previa, repasamos la charla que tuvimos con Gonzalo y Diego en ocasión del lanzamiento del disco. A continuación, compartimos lo esencial de aquél encuentro, que tuvo lugar en el Bar Las Flores, espacio que fuera testigo de los primeros pasos del proyecto.
Por Liber Aicardi
Foto: Guillermo Wood
Cuando surge el primer show en 2016 ¿ya tenían intenciones concretas de generar un proyecto ó esto se fue dando con el tiempo?
Diego: La primera invitación, no tenía una proyección mayor que ese concierto en la Zavala Muniz el 3 de mayo de 2016. Ya, en el proceso de preparar ese concierto, que fue un proceso muy rico, en una reunión acá mismo, en ésa mesa, se sentaron las bases, las premisas del proyecto en cuanto a presentar una serie de canciones nuestras, tocar juntos, a tres guitarras y tres voces y re-arreglar juntos esas canciones. Eso es como la esencia del trío hasta ahora. Después, no había una proyección más allá de ése concierto. Pero, en ese proceso de re-arreglar las canciones, ya, de alguna manera, intuimos, nos dimos cuenta que sucedían cosas que estaban buenas, que nos entusiasmaban y, aunque no llegamos a planteárnoslo y a charlarlo, flotaba en el aire eso de que “después de este concierto es una lástima no volver a hacer otra cosa.”
Gonzalo: No lo hablamos puntualmente, pero habíamos trabajado mucho para ese concierto y había como unas ganas de que tuviera cierta continuidad. Capaz que era otro concierto un tiempo después. Pero, que tuviéramos un nombre como trío y que termináramos componiendo canciones juntos, eso era más difícil imaginarse en ese entonces. Sí, nos gustó trabajar juntos y, quizás, una presentación se había quedado corta. Pero, la primera vez que lo hablamos, ya fue con la propuesta de grabar un disco, había alguien que le interesaba que grabáramos un disco. A partir de ahí, se empezó a hablar del trío como un proyecto.
¿Cómo trabajaron para este disco, ya que en el primero las canciones ya estaban compuestas y, para éste, el trabajo era otro porque implicaba una composición de las canciones?
Diego: Primero que nada, nos pareció como una extensión natural de la viabilidad del trío, digamos. Si seguíamos trabajando, claramente íbamos a tener que componer juntos y darle una identidad a El Astillero más allá de las características de cada una de las obras de cada uno de nosotros. Y unos meses después del primer concierto, ya estábamos empezando a tirar ideas para las canciones. Creo que la primer canción que estrenamos en la presentación de “Sesiones” fue “Miranos”, que está en este disco, y, a partir de ése momento, prácticamente, se dio naturalmente y de una manera muy estimulante, también, el hecho de ir compartiendo ideas musicales y letras, e ir trabajando juntos.
Gonzalo: Ni bien teníamos el primer disco entre manos, como que no queríamos convertirnos en un trío de intérpretes, nada más. No nos parecía un opción viable para el segundo disco eso de “¿qué otras canciones tenés ahí, en la mano?” La única manera de que el proyecto pudiera continuar era ésa: generar material original. Fue un proceso largo y no hubo una metodología para componer. Sí, hubo un período de un año de intercambiar ideas sin ningún apuro y, después, a partir de enero de este año, sí, fue empezar a juntarnos a concretar esas ideas y comenzar a ver el disco como una unidad y una obra, digamos, y no, solamente, canciones sueltas.
Yo siento que si me pongo a escribir, a completar una letra o escribir sobre una melodía de Garo o de Diego, también, siento que escribo desde otro lugar. No es el lugar desde el que escribiría cuando estoy solo, escribo para la entidad de El Astillero. Hay caprichos que, capaz, cuando estoy solo tengo el lujo de darme y, acá, sé que es otra cosa.
Gonzalo Deniz
¿Cómo hacen el filtro de las ideas que van para El Astillero y las que utilizan para sus proyectos personales?
Diego: Había algunas ideas que se podían prestar más a lo que veníamos haciendo con El Astillero; como que podés entrever que el tratamiento que se le dé a esa idea, puede adecuarse o puede ir más por ese lado. Por otra parte, también, tiene que ver con una cuestión de tiempo. En estos últimos meses nosotros estábamos componiendo para El Astillero, digamos, entonces, había como una direccionalidad en las ideas que, ya, apuntaba al trío.
Gonzalo: El ejercicio era también, un poco, entregar ideas incompletas. Quizás, nosotros, en nuestros proyectos solistas, somos muy detallistas en la elaboración de las canciones y, al menos en mi caso, me cuesta mucho mostrar una idea que no está completa, que está inacabada. Y en este caso, justamente, el juego era ése: presentar cosas para que la canción terminada ocupara un territorio por fuera del que yo puedo abarcar solo. Sí, la idea, en su origen uno podría pensar “¿Qué hago? ¿Lo trabajo pensando en esto ó lo trabajo pensando en esto otro?” Yo siento que si me pongo a escribir, a completar una letra o escribir sobre una melodía de Garo o de Diego, también, siento que escribo desde otro lugar. No es el lugar desde el que escribiría cuando estoy solo, escribo para la entidad de El Astillero. Hay caprichos que, capaz, cuando estoy solo tengo el lujo de darme y, acá, sé que es otra cosa. Entonces, sí, pienso que, cuando una idea está muy germinal, podés tener la duda de para dónde llevarla, pero, cuando estás trabajando en un disco y tenés claro el rumbo del grupo de las canciones, como que es más claro desde un principio hacia dónde puede ir.
En cuanto a las letras, en este disco, tienen cierta continuidad con las composiciones que aparecen en “Sesiones” ¿no? Por ejemplo, el mar, los bares, las historias cotidianas siguen estando presentes.
Diego: Yo creo que, por un lado, sí, y es inevitable porque somos los mismos autores, más allá de que estamos trabajando en un ámbito diferente y en una modalidad diferente. Por otro lado, me parece que “Cruzar la noche” tiene algunas características en lo lírico que tienen como cierta unidad y personalidad. De alguna manera, lo diferencia un poco de “Sesiones” por cuestiones lógicas, porque es más como una fotografía del trabajo del trío en los últimos meses y lo otro era una recopilación de canciones de diferentes épocas. Me parece que hay algunas características que son propias de “Cruzar la noche”. Básicamente, en canciones como “Camiones” y alguna otra canción, hay quizás, una mirada más evidente de lo social, por decirlo de alguna forma, o de nuestro entorno. Más allá del “yo” lírico, hay una mirada al alrededor, a lo que sucede en el contexto de este Uruguay de esta época. Hay una elaboración, que tiene que ver con discusiones y charlas que hemos tenido y ciertas miradas con respecto de algunos temas.
¿Hubo mucho trabajo de pre-producción o definieron muchas cosas al momento de grabar?
Gonzalo: Sí, pudimos hacer un gran trabajo en la previa que, lo que hizo fue que, cuando entráramos a la sala de grabación, tuviéramos un montón de cosas resueltas. Si bien hubo lugar a definir cosas específicas, fuimos con los papeles que íbamos a cumplir en el disco muy claros. Cada uno sabía el rol que ocupaba en cada canción y de qué hablaba cada canción. Podía llegar a haber algún factor de improvisación, pero dentro de unos límites bien claros que habían sido conversados antes de entrar a grabar.
La percepción que tenemos es que el público es un público de El Astillero, que es distinto al público que tiene Garo, ni que hablar al público que tuvo en La Trampa, que es distinto al público de Franny Glass y al de Buceo Invisible o al de mi proyecto solista. Es un público de El Astillero.
Diego Presa
¿Sienten que El Astillero logró una identidad?
Gonzalo: Yo creo que, a partir de este disco, sí. Por más que en el formato, ya, desde “Sesiones” podía decirse lo del sonido, tres guitarras, tres voces, no siempre cantar los tres a coro pero, sí, que una voz diferente a la voz líder pueda aparecer en una canción, pero se completa la identidad escuchando los dos discos, para hablar de tener como una certeza de cierta identidad del proyecto porque este disco, es nuestro segundo disco pero, de alguna manera, es el primero, tenés que conocer la historia del proyecto, también. Aunque “Cruzar la noche” habla más por sí solo que “Sesiones”, que necesitaba más como esa introducción.
¿El Astillero tiene un público en particular que no es el mismo de sus carreras solistas?
Diego: Sí. La percepción que tenemos es que es un público de El Astillero, que es distinto al público que tiene Garo, ni que hablar al público que tuvo en La Trampa, que es distinto al público de Franny Glass y al de Buceo Invisible o al de mi proyecto solista. Es un público de El Astillero. Lo que ha pasado, también, es que gente que se ha acercado a El Astillero, después, se interesa por las otras ramas, digamos. Pero, sí, es algo que nos ha sorprendido.
Gonzalo: Se fue dando a medida que tuvimos cierta continuidad en los conciertos. Empezamos a ver que había un público, que se podían repetir algunas personas que conocemos, pero nos empezamos a dar cuenta que era un público de El Astillero.
Foto: Sebastian Santana