Hace un año, el polifacético Dani Umpi publicaba su álbum “Guazatumba”, su más reciente trabajo, al que define como un disco “más seguro que otros, pero no menos rebuscado ni menos pop”. A lo largo de las nueve canciones que lo componen, Umpi desarrolla el sonido electropop propio de su ADN, pero en una versión más reposada.
El próximo 1° de junio “Guazatumba” tendrá su presentación oficial en vivo en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís, escenario que recibirá por vez primera al artista.
A propósito del show, conversamos con Dani sobre el álbum, de la importancia de las nuevas generaciones en su continuidad artística y del futuro cercano, donde la edición de un nuevo trabajo, esta vez en formato EP y compartido con el músico argentino Julián Desbats, es inminente.
Por Liber Aicardi
¿Cómo preparás el repertorio de un show presentación de disco como en este caso, que es la presentación de “Guazatumba”?
Como es la presentación del disco, es una mezcla de canciones que ya las he venido tocando, con encontrarle una vuelta nueva a otras y, también por sugerencia de la productora Enjambre, que me dijeron que cante canciones viejas, que es algo que yo nunca quiero hacer, pero lo voy a hacer. Me pareció bien oportuna la propuesta, así que, como es algo muy hecho en equipo con Enjambre, está bueno mezclar canciones de otro momento. Es una mezcla de cosas que vengo cantando y otras nuevas.
Y en esto de tratar de buscarle una nueva vuelta a las canciones ¿te pasó de re descubrir canciones o sonidos al repasarlas?
Sí, yo hasta el momento no lo había hecho, pero este año usé un sampleo de una canción mía, de “Tres pasos”, para hacer una nueva y, como también ahora de vuelta empecé a hacer remixes, de alguna manera, ya empiezo a reinterpretar las propias canciones. Creo que es un proceso que siempre se me da, como que sale la canción y después alguien la remixa o, con el correr de los shows va cambiando, siempre agarra para otro lado. Siempre estoy buscando eso de darle una vuelta.
Si tuvieras que definir este disco y en este momento de tu carrera ¿cómo lo definirías?
Es el cuarto disco y creo que, como es ese número y como es ese momento, es un disco más seguro que otros, pero no menos rebuscado ni menos pop. Pienso que la gran diferencia es ésa, que es como un disco que fue hecho con mucha calma y en pandemia, así que es como otro mood respecto a una actitud más peleadora de otros momentos. Igual sigue siendo una búsqueda medio avant garde, de programaciones complejas y sonidos raros, pero dentro de la canción pop, digamos. Es distinto, también porque es otro productor que se llama Dr. Taba, con el que trabajé, entonces como que siempre depende con quién hagas los discos como quedan.
Lo que se puede apreciar del disco es que, si bien tiene tu clásica impronta bolichera, también tiene un tono que no es tan festivo como otros. ¿Es así?
Sí. También eso ha ayudado a que llegue otro tipo de gente que no está tanto pensando en una pista de baile, sino en otro tipo de escucha a la que yo nunca había llegado, digamos, porque tiene como una sofisticación que es como un viaje que lo podés escuchar tranquilo en auriculares, como una cosa más centrada en una escucha que se puede bailar, pero tiene como cierta calma. Tiene mucho aire, es muy aireado todo, tiene muchas capas. Los otros discos también, pero este especialmente tiene una cosa más orgánica.
También se nota un cambio en el abordaje de la lírica.
Si, no tiene tantas canciones graciosas, por decirlo de alguna manera. A veces son ideas un poco abstractas o de observaciones de situaciones y no está tan presente el eje melodramático como en otros discos, no es tan exagerado. Tiene solemnidades nuevas como, por ejemplo, en “Altar”, que es como algo más sublime digamos.
También lo asocio a una profundización de lo que fue “Lechiguanas», tu disco de 2017, que aunque hay seis años de distancia entre ambos mantienen una conexión ¿no?
Si, es una continuidad. Yo también lo veo como una dupla, o una contracara. Están ligados, la tapa de “Lechiguanas» es negra, esta es blanca… como que son medio duales los dos discos.
“Lechiguanas» fue un disco que canté un montón para lo que yo suelo cantar, también tuve una banda, por primera vez, con todo: bajo, guitarra, teclado, octapad y todo tipo de chiches electrónicos, que en otro momento no había tenido una banda así. Y a la vez, también, mis presentaciones, dejaron de ser tan drag y, por momentos, ni me lookeaba ni nada, fueron cambios… Ahora está todo muy intercalado, como que vuelvo a otros momentos. Fue un momento en el que disfruté mucho tener una banda en “Lechiguanas” y en “Guazatumba”, también. Lo que pasa es que este es distinto porque tiene mucha programación, digamos. Entonces, después, la traducción de eso a una banda es por otro lado totalmente distinto. Creo que cada disco te marca un formato nuevo. Creo que eso fue lo que pasó y un montón de otras cosas, también. Se centró mi actividad artística más en lo plástico, por momentos, siempre voy cambiando, he tenido momentos donde escribo mucho, otros donde no, otros donde hago más música. Voy intercalando todas las actividades que hago y bueno fue muy musical también, surgió ese proyecto con Coghlan, hicimos el disco “Umpi/Coghlan”, fueron años muy activos artísticamente.
Guazatumba es un disco más seguro que otros, pero no menos rebuscado ni menos pop. Pienso que la gran diferencia es ésa, que es un disco que fue hecho con mucha calma y en pandemia, así que es como otro mood respecto a una actitud más peleadora de otros momentos.
Y el hecho de que para “Lechiguanas” tuvieras una banda ¿te cambió algo a la hora de componer, ya no sólo en el estudio sino pensando en cómo llevar esas canciones al vivo, o mantuviste el método de siempre?
En eso no. El disco lo centro en el disco y después veo cómo se traduce al vivo, porque también depende de en qué contexto lo haga, con qué formación puedo tocar, cada vez que me he presentado ha sido distinto también. Igual, toco con dos músicos de acá, porque vivo en Maldonado, entonces al venirme para acá también me pasó eso de, por un lado, reencontrarme con amigos y después conocer otra gente. Ahí armé una nueva formación que también tiene bajo ybatería, que están mucho más presentes que en otras formaciones. Este es otro proyecto distinto y también voy incorporando cosas que voy conociendo.
Mientras te escuchaba se me venía a la cabeza una discusión que está en boga actualmente acerca de artistas que no tienen banda en vivo sobre el escenario y cantan sobre pistas. Y en tu caso, eso lo venías haciendo desde tus inicios.
Ahora esa discusión no es nada comparada cuando empecé, que era una cosa medio como lo de DJ Dero con Pappo (se ríe), como esa mentalidad.
Igual, en el contexto donde surgí, que es tipo Pachamama y los boliches gay, ya había cierta cultura de eso, incluso fue algo que con el tiempo fui dejando de hacer porque también quise empezar a hacer algo más que música con pistas, incorporar músicos. Entonces, de a poco siempre iba probando nuevas formaciones, nunca tuve una muy estable a no ser con Paquito Salazar, que es el tecladista que más me ha acompañado todos estos años. Ahora es súper común cantar con pistas grabadas. Yo mismo, también, cuando tengo el disco lo tengo todo separado tipo las guitarras por un lado, los teclados por otro, todo así, y después voy viendo cómo se va rearmando. En un momento, me había prometido no cantar más tipo karaoke, no sé por qué, y ahora ya he cantado un montón de karaoke, estuve en la Feria del Libro de Buenos Aires y canté en una entrevista con karaoke, sin lookearme ni nada. Como que siempre vuelvo a ese formato.
Está claro que en aquél momento veíamos las cosas de otra manera, pero es curioso que veintipico años después se sigan discutiendo este tipo de cosas, ¿no?
Si, hay un montón de cosas que siguen discutiendo…
En realidad, quienes lo discutimos somos los de generaciones más grandes. Las generaciones más chicas ni se lo cuestionan.
Las generaciones más chicas, no. Para nada. Es más, yo me siento muy agradecido con las generaciones más chicas porque, de alguna manera, si sigo cantando también es por eso, porque le empecé a interesar otra gente más chica, que es algo que que a mi me deja muy contento.
¿Cuándo empezaste a notar ese recambio o acercamiento de las generaciones más jóvenes?
Yo creo que el electro pop despertó cierto interés como género musical en chicos de veinte y, cuando fueron a hacer su propio revisionismo del electropop local, obviamente yo estaba ahí. Entonces, cuando volvió ese sonido, de alguna manera volvieron a surgir algunas canciones que yo había hecho hace un montón de años porque, en cierto sector, sobre todo relacionado con lo queer, el electropop y el synthpop han despertado interés. Hay mucho link, yo le he pasado canciones a DJs para que sampleen cosas, tengo muy buena conexión y son re buena onda. En otro momento no era tan así, las escenas estaban más divididas y yo estaba muy en el under. Creo que ahora las nuevas generaciones ven esa época de otra manera, uno en el momento tampoco se da cuenta en qué lugar está.
Creo que el electropop despertó cierto interés como género musical en chicos de veinte y, cuando fueron a hacer su propio revisionismo del electropop local, obviamente, yo estaba ahí. Entonces, cuando volvió ese sonido, de alguna manera volvieron a surgir canciones que yo había hecho hace un montón de años.
El año que viene se cumplen veinte años de la edición de “Perfecto”, tu primer álbum. ¿Cómo lo ves a la distancia?
Yo lo veo como algo súper lejano. Incluso, ahora que te decía que iba a cantar temas viejos, para mí era una cosa súper antigua que recién ahora la contemplo como incorporaciones puntuales. No me gusta nada la idea de volver a otras cosas que hice hace un montón de tiempo, siempre trato de cantar lo último que hice. Pero es cierto que se cumplen veinte años y está bueno recordarlo, al menos en este año, pero yo siempre trato de estar muy en el presente y mirando para adelante.
En ese momento estaba descubriendo la música, porque yo vengo más de las artes visuales y la literatura. Ya, con la música en ese momento era demasiado, tenía como una especie de conflicto porque sentía que tenía que decidirme por algún lenguaje, no veía qué podía hacer lo que estoy haciendo ahora. Entonces, tal vez por eso, este último disco es mucho más tranquilo, porque en los primeros momentos yo sentía eso, que tenía que decidirme por algo. De chico yo no tenía vocación musical, digamos, a no ser las cosas que tocaba con mi hermano (N de R: Jorge Umpiérrez, guitarrista de Moods) en la guitarra, pero yo no era muy musical. Fue algo que surgió de grande y ahí fue cuando empecé a escribir mis canciones y a crear un alter ego para cantar. También fue re lindo ese disco, pero claro, es re otra etapa. Ahora estoy muy en otra.
¿No te vienen ganas de hacer un show celebrando los veinte años de ese disco?
No. Es algo que me lo sugieren todo el tiempo. Lo respeto y aplaudo en otros, pero a mi personalmente me re deprime. Prefiero siempre otra cosa, no me gusta… o que lo cante otro. O hacer cosas alternativas porque, por ejemplo, tengo un montón de registros de video de esa época, de ese momento y capaz que eso sí me interesaría,
algo más audiovisual, hacer algo nuevo a partir de eso. Pero todas esas ideas de repetir las canciones y todo eso no me gusta mucho, pero es algo personal.
Además del show en la Zavala Muniz ¿qué se viene a futuro?
Estoy presentando este disco y ya tenemos otro, un EP, listo, esperando para salir con Julián Desbats que es un músico argentino, que forma parte de dos bandas, Yony Linyero y de Los Rusos Hijos de Puta, además de cantar como solista, y es un amigo que conocí justamente en ese tiempo que estaba viviendo en Argentina y nos hicimos muy compinches. Vamos a sacar un EP, pero vamos a ir presentando las canciones de a poco. Después, hay otras colaboraciones con otros artistas, este año voy a sacar muchas colaboraciones. Aparte, estoy en esto de promocionar el show en el Solis, que es un lugar donde nunca canté, entonces estoy muy centrado en eso. También, el 13 de julio canto en Tacuarembó, en el Teatro Escayola renovado. Entonces todo se vuelve muy significativo, es como algo que me gusta mucho históricamente, así que va a ser divino cantar ahí, mi abuela iba mucho a ese lugar. Aparte, es algo que tiene una historia familiar muy ligada a Tacuarembó.
Las entradas para los shows de Dani Umpi el 01/06 en Sala Zavala Muniz y el 13/07 en Teatro Escayola (Tacuarembó) se encuentran a la venta a través de Tickantel.