Cuatro Pesos de Propina: “Siempre intentamos nutrir el proyecto con lo que necesita en las distintas etapas”

A 25 años de sus primeros pasos, Cuatro Pesos de Propina sigue en movimiento y se ha consolidado como una de las bandas más importantes de la escena local que también pisa fuerte a nivel regional. Con una historia marcada por la autogestión, el compromiso y una fuerte conexión con públicos de distintas generaciones —sin dejar de lado el crecimiento musical—, el grupo también ha sabido sobreponerse ante adversidades y salir fortalecido tanto en lo colectivo como en lo artístico.

Este sábado 7 de junio a las 21:00 h en Limbo Park (Velódromo Municipal) los Cuatro Pesos celebran su cuarto de siglo de trayectoria con un show que promete repasar los clásicos de su discografía y desempolvar otras joyas perdidas contando, además, con muchos invitados e invitadas sobre el escenario tales como Chole, Luana, Martín Morón, Rodra y Agarrate Catalina, por mencionar solo algunos. Las entradas para la fecha se encuentran a la venta a través de RedTickets.

A propósito de este nuevo hito en la historia de la banda, conversamos con su vocalista Gastón Puentes y recorrimos las distintas etapas que atravesó el proyecto a lo largo del tiempo.

Por Liber Aicardi


Foto: Difusión

¿Cómo ves hoy, a la distancia, aquellos comienzos de la banda?

Si me remonto a aquellos días, fue algo que jamás soñamos que iba a pasar. Simplemente fue un juego que se fue desarrollando y compartiendo, pero no era más que eso en esos días. No era más que experimentar, probar. La verdad que todo lo que pasó después, nunca te lo imaginás.
Si bien les llevó unos años terminar de conformarse como banda y llegar al primer disco, “Se Está Complicando», con ustedes se dio algo particular, ya que tenían algunos temas instalados en el público como “Pirata” y “Sacamela” antes de la edición del álbum…
Puede ser… Es verdad que en una época había un demo anterior al disco, igualmente, que pululó bastante. De hecho, esa era la época de la copia de los CDs, la forma de conseguir música era esa. Me acuerdo que hacíamos mil demos, y eso naturalmente se iba copiando, copiando, lo que facilitaba, de cierta forma, una especie de contagio de música en el territorio, más que a través de los medios. Eso era también una cosa que teníamos, era una ventana de oportunidad de la época para las bandas.
Y un poco sí, cuando llegamos a publicar el disco, había algunos temas que ya estaban instalados. “Glu Glu” todavía no se había instalado del todo, se fue instalando con los conciertos en vivo, pero es verdad que ya era de esas que se veía que las empujó la gente.

¿Cuánto postergó la salida de ese primer disco el hecho de que eligieran el camino de ser independientes?

Había propuestas, nosotros siempre tuvimos algunas ofertas. En el momento nos costaba “un huevo”, porque también estábamos en un momento de producción de música en el cual la tecnología era distinta que ahora. Pero en esos días, todavía había que pagar un estudio, pagar un mezclador, cómo hacerlo… Y siendo una banda que se mueve por la suya, nos llevó naturalmente el tiempo. Pero también siempre tuvimos una capacidad de gestionar esa independencia al inicio. Activar toques, vender remeras… Siempre estábamos armando alguna, y eso nos permitió poder generar material.

Lo que sí fue bastante inmediato fue la llegada a un buen grupo de seguidores.

Es una banda, capaz que por las características que tiene, en ese momento de la vida del Uruguay, fue como la banda que muchas personas —sobre todo jóvenes, en principio— eligieron como voz. Representó lo que mucha gente quería decir en ese momento social de Uruguay, en ese momento de reivindicaciones, de lucha, de conflicto. De alguna forma, trajo eso un poco al rock, quizás de una forma más explícita o más actualizada para esos días.

Luego, en 2010, publicaron “Juan”, que también dejó algunos clásicos que permanecen hasta el día de hoy —como “Eaeapepé”, “Hoy Sopa Hoy” y “Esa Mezcla de Placer y Dolor”—, pero hay un crecimiento en las composiciones. Esos primeros años fueron bastante vertiginosos en ese sentido, ¿no?

Visto desde acá, es como que se ve como una continuidad. En el momento me acuerdo de mucha gente que le gustaba el “Se Está Complicado”, “Juan” a alguna gente no le gustó. La banda estaba cambiando. La banda siempre fue catalogada con esta cuestión de cambiar, para bien y para mal, ¿no? Pero justo el “Juan” significó, sí, un cambio en lo discursivo. El discurso cambió de “cómo deberían ser las cosas” a que “hay que trabajar para adentro para poder cambiar esas cosas”, revisarse para poder salir.
Ya en ese momento, igualmente, creo que comenzó otra dimensión de la banda, porque el “Se Está Complicado” era lo que ya veníamos haciendo en vivo y lo pusimos ahí. Pero “Juan” lo compusimos como disco, fuimos eligiendo las canciones que queríamos, fuimos, ensayamos el disco. No es que lo empezamos a tocar en vivo y después fuimos a grabarlas, fue hecho de otra manera. Entonces tiene una identidad mucho más marcada, y no tanto de influencias. En eso también ha habido un crecimiento musical, conceptual, artístico.

¿En qué momento sintieron que el proyecto podía despegar, tocar fuera del país y que, obviamente, podía ser un proyecto de vida?

No lo sé, eso. Lo vamos viendo también día a día. Cuatro Pesos es un proyecto que ha sabido crecer amoldado a nuestras vidas también. A veces es un proyecto en el cual vale descansar, porque de repente no hay canciones para grabar en torno a eso, o cosas más personales, y paramos. Pero sí, es verdad que es algo que siempre va in crescendo en esa sensación de decir: “Esto es algo a lo que le estoy dedicando tiempo, esto es algo que ya te está devolviendo un montón de cosas como el reconocimiento de la gente, o moverte, tocar”, y después ya es algo que capaz que se convierte en medio de trabajo también. Entonces, dentro de todas esas etapas, vas madurando una visión de lo que es e intentás nutrir el proyecto con lo que necesita en las distintas etapas.

Cuatro Pesos es un proyecto que ha sabido crecer amoldado a nuestras vidas también. A veces es un proyecto en el cual vale descansar, porque de repente no hay canciones para grabar, o cosas más personales, y paramos.

Eso también habla de una madurez de ustedes como grupo de trabajo, como para ir acomodándose a lo que pedía el proyecto.
Sí, sobre todo porque son 25 años. Cuatro Pesos cambió, pero también cambió la gente, cambió todo, el rock cambió. Entonces, en esas nuevas realidades, también si vos no te estás reubicando o recalibrando en tu discurso, en tu música, en tus acciones, no camina la cosa.

Con “Surcando” llegó “Mi Revolución”. ¿Se daban cuenta en el momento de que tenían entre manos un tema como ese, o los sorprendió? ¿Cómo fue ese fenómeno?
No fue una cosa que haya explotado tampoco de una. Sí, sentimos que era una canción que abría muchas puertas. Si bien la banda, en ese entonces, ya había logrado conectar con la juventud y hasta con gurises más chicos, ahora se abrió como una puerta a la sociedad toda, ¿viste? Ese es el poder de una canción de esas.
Eso se fue gestando en las penumbras de lo que nos podíamos dar cuenta, digamos… no nos fuimos dando cuenta. Fue una canción que estaba en el lugar. En un momento, con “Rodri” (Rodrigo Calzada, bajo), cuando estábamos preproduciendo “Surcando”, la agarramos de la bolsa y dijimos: “Esta, sí”, y le armamos una maqueta. Y la canción, de hecho, llegó al estudio de grabación entre las menos producidas. Fue creciendo a medida que la trabajamos, porque estaba en segundo plano.
Después tomó mucho vuelo… En realidad, cuando realmente explota es en la versión del disco en vivo “Muerto Pero Vivo», que también se expande más con la gente y con toda la potencia de ese momento, de esa canción..

¿Tenés idea cuántas versiones de “Mi Revolución» hay de otros artistas?
No, no… Sé que la han hecho en varios idiomas, sé que la han hecho por todos lados: en carnaval, estudiantes… Me llega mucho también de gente que la usa en todo tipo de terapias. A veces te sorprendés cuando la escuchás por ahí. Por ejemplo, escuchás a Laura Canoura cantando, que yo la escuchaba a ella, ¡y que ahora ella haga la canción!… O la otra vez, en el 8M en Barcelona, un coro de mujeres, un coro gigante, cantaron el tema. Eran miles de personas, y te llega eso y te quedás “de cara”…
Recién mencionabas el disco “Muerto Pero Vivo”. Es un disco que los marcó también por lo que significó ese Teatro de Verano en particular, y termina siendo el último registro con Diego Rossberg en voz. Después vino el momento de rearmarse como banda para volver al ruedo tras la salida de Diego. ¿Cómo fue ese paso al frente que diste vos, particularmente, y encargarte de los vocales, además de la guitarra?
En realidad fue un compromiso grupal, y yo fui a ese lugar específico sobre todo porque mis compañeros me lo dijeron. Y ante eso, yo opero así. A veces no tomás conciencia de algunas cosas.
Obviamente, hay una gran visibilidad sobre lo que yo hago, sobre cómo yo soy, una gran comparativa también. Hay gente a la que la banda le gustaba antes y ahora no. Hay un montón de gente a la que antes no le gustaba y ahora sí. Va para los dos lados.

Pasar al frente fue un compromiso grupal, y yo fui a ese lugar específico sobre todo porque mis compañeros me lo dijeron. Y ante eso, yo opero así. A veces no tomás conciencia de algunas cosas. Hay una gran visibilidad sobre lo que yo hago, sobre cómo yo soy, y una gran comparativa también.

Y en la parte escénica, tampoco te quedaste en ese lugar de tocar la guitarra y cantar, sino que fuiste tomando un lugar más de frontman y dejando de lado la guitarra. ¿Eso es fruto de un trabajo tuyo consciente?

No, no tan consciente. Es algo que vas entrenando, vas viendo, vas haciendo. No es algo que se domestique mucho, porque también la forma en que te parás en el escenario no admite demasiado cálculo.

OK, pero en algún momento dijiste: “Bueno, yo en esta canción no toco más la guitarra”, por ejemplo…

Sí. Cuando yo iba a pasar a cantar más, cuando yo iba a ocupar ese lugar, naturalmente dije: “Sí, necesitamos a alguien que pueda sostener las canciones con la guitarra”.
Y también es un doble cambio, porque no es solo que alguien que cantaba ya no está, sino que también hay un integrante que ahora toca la guitarra para cubrir.
Obviamente, siempre tengo una guitarra cerca. El otro día fuimos a Paraná, por ejemplo, y “el Sebo” (Sebastián Delgado, guitarrista) no pudo ir porque estaba con el Cosquín Rock, y toqué yo la guitarra eléctrica… ¡y me acordaba las canciones!

El show con la Filarmónica en el Teatro Solís, en 2023, fue otro hito para la banda. ¿Toman dimensión de ese tipo de cosas, en cuanto a lo importante que es en la carrera de cualquier artista?

No nos detenemos en eso. A veces volvés un poco a esos días y repasás la locura que fue. En aquel momento lo recuerdo como algo que no fuimos “desayunando” de a poco, más dándonos cuenta por el entorno que por nosotros mismos. Vos estabas nomás, sacando la fecha adelante, los ensayos, las entrevistas, todas esas cosas, pero no estabas pensando nada.

Te vas dando cuenta cuando llegás al ensayo y hay 80 músicos, además de vos (risas). Y te quedás y decís: “Ah, esto era así” (risas). Y cuando te parás en el Solís… o mismo por cómo está la gente alrededor tuyo. Mi abuela me fue a ver, por ejemplo…

Cuatro Pesos es una banda que siempre se está transformando, y el ingreso de Agustina para acompañarte en vocales también es parte de eso. ¿Lo sentís así?

Quizás sí, es parte de ese instinto de búsqueda, de transformación. La entrada de Agustina, en un momento, fluyó. No es algo que alguien haya pensado, tipo “necesitamos una cantante”. Ella, con su forma de ser, entró perfecto en el grupo y simplemente al grupo le parecía que ella tenía que estar ahí.
Y no es como el caso de un guitarrista: entró una cantante. Pero en el grupo se sintió natural, y estamos “de fiesta” con Agus.

“Respirar Una Vez Más”, de 2021, es el último disco con material inédito. Este año sacaron los singles “Volver a Casa”, junto a El Plan de la Mariposa, y “Seguirte el Vuelo”, con Mota. ¿Cuáles son los próximos pasos de la banda en cuanto a ediciones?

Estamos, en este momento, haciendo colaboraciones, trabajando de esa forma, y en paralelo también estamos componiendo canciones. En ese trabajo de buscar, tanteando a ver qué hay. Pensando, sí, más adelante sacar un disco, pero por el momento estamos pensando en eso: sacar colaboraciones. Tenemos algunas más planeadas para la segunda mitad del año, que están tomando forma. Eso viene sobre ruedas.
¿Cómo arman la lista de canciones para un show como el que se viene, donde celebran 25 años?

Nos vamos a tomar el tiempo para todo. Es un show largo, son más de 30 canciones, y nos vamos a dar el tiempo de todo: de tocar, obviamente, todos los clásicos que venimos tocando… pero también los que no. Nos vamos a dar el tiempo de tocar algunas canciones raras, o de evocar algunos rincones no tan comunes. Vamos a invitar a un montón de amigos a interpretar con nosotros algunas canciones también. Eso va a hacer que la fiesta esté divina. Yo creo que lo estamos armando con todo. No va a faltar nada.

Foto: Paul Hernández