Capitán Tormenta: “La amistad terminó generando un producto que hoy es la banda”

Tras la disolución de la banda Rouge, Santiago Lema, Fernando Novelli y Daniel Yaffé vuelven al ruedo con Capitán Tormenta, un proyecto que luego de más de tres años de maduración se concretó en un primer álbum homónimo que se ubica entre lo más interesante del panorama rockero local que va dejando este 2022. Para ello, el trío que posteriormente mutó a quinteto con las recientes incorporaciones de Orlando Fernández y Hernán Romay, debió refundarse, mirar hacia adentro, comenzar a componer, explorar nuevos terrenos y proponer un intercambio de roles a los ya conocidos por sus integrantes, al tiempo que la principal premisa fue la de no quedarse musicalmente con ganas de nada.
El reciente lanzamiento, que se materializa en formato de botella artesanal, ya tiene fecha de presentación oficial el 15 de diciembre en Magnolio Sala, en un show que, además, tiene la particularidad de ser el estreno en vivo del grupo.
A propósito de todo esto, conversamos con Santiago (voz, guitarra, bajo) y Fernando (guitarras, bajo, teclados) sobre el origen de Capitán Tormenta, el proceso del disco y del desafío que para ellos representa esta nueva etapa de su carrera artística.

Por Liber Aicardi

¿Cómo es el origen de Capitán Tormenta?
S. Lema – Nosotros integrábamos una banda llamada Rouge que, por devenires de la vida, es una banda que se separó y Daniel (N de R: Daniel Yaffé, baterista), Fernando y yo seguíamos con la inquietud de seguir tocando juntos, sin haber compuesto canciones nunca en realidad. Era todo un desafío, justamente por eso, siempre fuimos como acompañantes de un cantante y compositor. Fue un proceso que nos costó mucho, de muchas maquetas con letras tarareadas que no existían, y tampoco con una idea clara de que fuera un proyecto que a corto plazo existiera. Era más bien para colmar nuestra inquietud de juntarnos y tocar.

F. Novelli – En realidad, el origen se da en los últimos tiempos de Rouge, cuando la banda se estaba desmantelando y se había convertido en una cosa grotesca, en el buen sentido ¿no?, donde la energía importaba más que sentarse a pensar una canción, desde mi punto de vista. Y a su vez, nosotros tres, como dice Santi, habíamos tomado un rol cómodo porque en realidad teníamos un tipo que componía, nos gustaba cómo componía, había una amistad, una hermandad. Entonces, un día nos encontramos los tres solos y dijimos “¿qué hacemos?”. Era blanco o negro. O hacíamos música o dejábamos de hacer música.
Empezamos a hacer música, empezamos a conversar, a refundarnos, porque cualquier proyecto que integráramos iba a necesitar que compusiéramos, que Santi cantara, que es un excelente cantante pero había cantado sólo en dos temas y no era un rol que tuviera acomodado, que yo tocara el bajo y yo soy guitarrista…

S. Lema – Y eso no es un dato menor, en realidad. Yo me di cuenta cuando empecé a intentar cantar tocando el bajo que la rítmica que hacía con el bajo no me permitía cantar suelto. Entonces teníamos que refundarnos en ese sentido también, decir “yo voy a agarrar la viola”, un instrumento que no era que no tocara, pero no lo dominaba.

F. Novelli – En mi caso, me puse a estudiar teclas, nos equipamos y llegó el momento de componer letra. Nunca habíamos hecho una letra, salvo algún caso muy concreto. Lo que tuvimos que hacer fue sentarnos en una mesa con un cuaderno cada uno, los tres mirándonos a la cara y cada uno empezar a evolucionar la letra, tirando una frase cada uno, para perder la vergüenza de compartir algo que uno compuso; necesitábamos romper el hielo de decir “se me ocurrió una idea, se las muestro con libertad”, algo que nunca habíamos hecho. Fue tal el proceso que hoy no somos capaces de reconocer quién compuso qué en cada canción, incluso quién tocó esa viola o quién tocó ese solo.
Yo diría que Capitán Tormenta surge como reacción a la suspensión de Rouge con la necesidad de tener que seguir desarrollandonos como artistas porque teníamos claro que iba a tener que suceder, y no se nos ocurría hacerlo con otras personas, nos quedaba la peor alternativa que era seguir los tres juntos (risas). Y también con la premisa que nos planteamos desde el primer día que fue “no nos quedemos con ganas de nada y avancemos como artistas”.

¿Hubo un punto de partida, un momento que puedan marcar como el día cero de Capitán Tormenta?
S. Lema – No lo sé. Porque todavía siendo parte de Rouge, también empezamos con esto para hacer algo paralelo pero con la idea de volcarlo en Rogue, en realidad. Yo no tengo muy claro cuál fue el momento en que dijimos “esto es Capitán Tormenta”. Fue como un proceso. Sí, sé que un día nos juntamos en el Bar Luz a ponerle un nombre porque ya había algo y había que tener una identidad.

F. Novelli – Creo que está bueno que no haya habido un día concreto. Fue decantando.

¿Empezar con un nuevo proyecto les da más libertad musical incluso hasta en los nuevos roles?
S. Lema – Totalmente. Para nosotros el valor más grande que tiene esto, justamente, es esta libertad que sentimos ahora, con la comunicación que tenemos como músicos de venir tocando hace veinte años.

F. Novelli – Y, en veinte años que toco con banda, es la primera vez que me siento libre como artista.

También tiene eso de no tener que responder a un determinado sonido ¿no?
S. Lema – Te da mucha libertad pero, también, tener acceso a todo genera también que el laburo sea mucho más lento porque podemos probar con cualquier cosa.

F. Novelli – Igual, hoy tenemos la obligación de responder a un sonido porque Capitán Tormenta generó un sonido propio que vos tenés la obligación de responder, incluso mucho más exigente de lo que era en Rouge. Porque en Rouge bastaba la energía, para mí. En Capitán Tormenta nos planteamos otra cosa ¿por qué si Nick Cave mete un piano en un tema, nos da vergüenza hacerlo nosotros? ¿por qué si Beck mete dos maracas y una acústica no lo hacemos nosotros? ¿por qué no incorporamos todo eso? Nos fuimos encontrando con que la incorporación de todo eso te obliga a tener que responder como ejecutante y como músico varios escalones por arriba de Rouge. La libertad está en que yo, hoy, puedo proponerle a Santi y a Dani, que somos hoy como una unidad porque hace tantos años que tocamos juntos, y que nada que ellos propongan me va a sorprender. Te da la libertad de poder ser parte del proceso creativo, que antes lo éramos en cuotas.

Para nosotros, el valor más grande que tiene Capitán Tormenta, justamente, es esta libertad que sentimos ahora, con la comunicación que tenemos como músicos de venir tocando hace veinte años.

Santiago Lema

Y en tu caso Santiago ¿cómo te encontrás en el rol de frontman?
S. Lema – En realidad, al no haber tocado nunca en vivo no sé qué va a pasar. Me tengo fe. También, es cierto que todo este proceso me ha dado un montón de confianza que ellos me la han transmitido y, por suerte, la pude absorber. Tengo confianza…

F. Novelli – Es mucho mejor músico, es mucho mejor frontman de lo que él te va a decir que es y de lo que él piensa que es. Ésa es la charla que tenemos con él continuamente.

S. Lema – Pero para mí es un desafío. En realidad intento no visualizarlo porque soy un tipo muy ansioso (risas) y espero que llegue el momento.

Hay algo que caracteriza al álbum y es que, si bien hay temas de diversos estilos, lograron un sonido propio. ¿Fue algo buscado o simplemente se dió?
S. Lema – Creo que es un poco de las dos cosas porque, si bien cada tema lo trabajamos como un universo único, tenemos cierto gustos y toda la parte experimental de esto nos definió dos o tres sonidos de violas que son los que nos gustan, y ciertos tipos de bajos que son los que nos gustan y con eso elementos, que no son tantos, se fueron armando los diferentes universos. Fue un laburo que nos llevó tres años.

F. Novelli – El primer tema que fue el que canta Pepe Guerra (“Espero que me salga bien”) lo terminamos en 2018 y el último tema lo terminamos este año. Durante ese tiempo no fue que nosotros paramos, en ningún momento dejamos de componer. Yo había notado que un punto a favor era que cada canción podría ser parte de un disco distinto. Si vos escuchás la obra completa, ves un hilo conductor en cuanto a sonido. Ahora, si yo te pongo “Shake it” y te ongo “Miró su reloj” por separado, podrían ser temas de bandas diferentes. “Cola de paja” que tiene un hilito más industrial, si se quiere, o “Vamos a casa” que es un tema íntimo, chiquito, con un piano y un slide, podrían ser temas de discos distintos o de bandas distintas. Y en realidad creo que en este disco terminamos de meter todo lo que veníamos escuchando, que era algo que veníamos conversando desde hacía años.

¿Cómo llegan los invitados? Por ejemplo, Pepe Guerra cantando un blues…
S. Lema – Siempre habíamos fantaseado estando en Rouge, con invitarlo, como una utopía lejana.

F. Novelli – Y una de las premisas que nos pusimos acá fue: no quedarnos con ganas de nada. Entonces, un día nos juntamos en el Bar La Toja y dijimos “si hace años que queremos hacer esto ¿por qué no lo hacemos?”. Ahí dijimos “vamos a tirarnos al agua ¿qué es lo peor que puede pasar?”. Cuando le mostramos el tema, que ya habíamos grabado en lo de Orlando, dice “¡qué bueno! Me hace acordar al veterano ese canadiense copado que usa gorro para cantar”, refiriéndose a Leonard Cohen. “Me gustaría cantarlo como él. ¿Puedo?”. Entendió todo… Creo que fue una demostración de generosidad tremenda de parte de un artista como el Pepe Guerra. Para nosotros esa grabación fue una experiencia que no nos quita nadie, brindando con él hasta tarde en su casa y ahí nos contó que nunca había grabado un tema con guitarra eléctrica, que era la primera vez que lo hacía. Fue increíble.

Yo no me imagino hacer música si no es con Santiago y con Daniel. No es que no lo imagino, es que hoy no lo acepto… La amistad terminó generando un producto que hoy es la banda. No es que nos hicimos amigos por tener una banda, fue todo lo contrario.

Fernando Novelli

¿Y el resto de los invitados?
S. Lema – Con “Chupete” (N de R: Fabían Furtado, voz de Reytoro) después que hicimos el tema nos dimos cuenta que estaría bueno poder invitarlo a él, incluso para hacerlo salir de su lugar común. Él cantando como él, pero en otro contexto. Y con Alejandra Wolff también: “Miró su reloj” es el único tema que está cantado desde una mirada femenina.

F. Novelli – Daniel la había visto actuar en una obra en el Teatro Solís y ella hacía una canción súper conmovedora, y nosotros por ahí tenemos la idea más de una Alejandra enojada, más de La Tabaré. Y este tema, como dice Santi, es un tema cantado desde la perspectiva de una mujer que se despierta de una situación muy frágil y nos parecía que una voz conmovedora podía ser la de Alejandra. Y fue una gran opción.
Después, con Gastón Ackermann fue un tema más de conocimiento y que necesitábamos el recurso. Necesitábamos un trompetista de jazz y ¿por qué no hacerlo si nos encanta el jazz?

Hay un verso que me quedó resonando, del tema “El último bastión”, que dice “mis amigos son el último bastión” ¿Esa sería una definición de la banda?
S. Lema – Totalmente, es así.

F. Novelli – Yo no me imagino hacer música si no es con Santiago y con Daniel. No es que no lo imagino, es que hoy no lo acepto. Nosotros hace muchos años que nos juntamos todos los martes a componer y a hacer música… y no se suspende, tiene que ser un motivo realmente entendible para que se suspenda. Y muchos martes, a veces, alguno de nosotros llega con un problema y capaz que ese día no hacemos música, nos ponemos a charlar. Nos ha pasado mil veces. La amistad terminó generando un producto que hoy es la banda. No es que nos hicimos amigos por tener una banda, fue todo lo contrario.

¿Cuáles son las expectativas conociendo la escena como la conocen ustedes?
S. Lema – En realidad, ninguna. Por una cuestión romántica me encantaría que nos fuera bárbaro pero, por una cuestión empírica, no nos va a ir bien.

F. Novelli – Llega un momento en la vida entre los cuarenta y los cincuenta años, que si vos seguís haciendo música es por la necesidad de seguir desarrollándote como artista, nada más. Absolutamente, nada más. El umbral de éxito es tocar un jueves en un boliche y tener la tranquilidad de que no perdés guita.

S. Lema – La expectativa es que el disco se escuche y tener buenas devoluciones de la gente cercana.

Foto: Virginia Lema
Posted in: