El próximo viernes 12 de agosto continuará el ciclo “Una contigo”, la serie de tres shows (a modo de uno por mes) donde Camila Sapin nos propone, además de contar cada fecha con un set y un show de apertura diferente, reunir a treinta artistas mujeres a lo largo del ciclo que tendrá lugar en Sala Zitarrosa. En el segundo encuentro, las invitadas serán Papina De Palma, Lu Ferreira, Clipper, Samantha Navarro, Juli Taramasso, Oriah, Simona Bustelo, Maite Rama y la actriz Mayela Arteaga mientras que Ona Lucía será la encargada de ponerle las primeras notas musicales a la noche.
Camila viene de publicar “Magnetismos”, su primer álbum como solista, editado a finales del pasado año. A propósito del ciclo y de su debut discográfico en solitario, que marca una nueva etapa en su carrera, conversamos con ella.
Por Liber Aicardi
¿Cómo surge el ciclo «Una contigo»?
Surge un poco por invitación de la Sala Zitarrosa, de Cecilia Canessa que es la directora. Yo me había reunido el año pasado con ella y con mi manager Matías Pizzolanti en noviembre, diciembre y este año Cecilia retomó la idea de invitarme dentro del CIclo Marea de la Sala Zitarrosa y le parecía que entraba bárbaro esta propuesta de «Una contigo». «Una contigo» es el primer corte del disco, que hicimos con Alfonsina. Y fue como seguir ampliando ese concepto, de compartir, de invitar y unirnos un poquito más.
¿Cómo elegiste a las invitadas para el ciclo? Muchas de ellas se están abriendo camino ahora…
Con todas las invitadas tengo conexiones especiales. Algunas son familia o parte de mi vida diaria, con otras nunca compartí escenario pero hay una conexión por algún otro lado. Con todas tengo un vínculo y algo especial. Y las que son muy nuevas, la mayoría han sido o son alumnas mías y sé que son increíbles y tienen mucho para dar. Entonces, es como una manera también de dar espacio y de poder mostrarlas y que la gente las conozca. También es como nutrirnos entre todas, porque hay gente que las va a ir a ver a ellas porque son ellas y van a conocer mi música o la música de otra, entonces capaz fuiste por un artista y te llevas tres artistas más que te coparon para investigar. También es eso, lo lindo tener una Ana Prada y tener una Vitu Revello o a Iter en el mismo show, que son totalmente emergentes, y poder mezclarnos realmente en generaciones, en estilos, en experiencia y poder aprender también la una de la otra.
Está bueno desde tu lugar de artista con mayor trayectoria brindarles la oportunidad de mostrarse, que en su momento cuando arrancaste con Closet no tenías tanto esa oportunidad.
Sí, tal cual. Y menos de una sala tan importante como la Zitarrosa, porque siempre empezás en bolichitos, más under porque es difícil jugarla. Incluso a mi me cuesta, esta apuesta que estoy haciendo me da «chucho» y me cuesta vender las entradas; no es que pongo las entradas a la venta y a los diez minutos se agotaron. No es tan fácil en Uruguay vender entradas siendo una música uruguaya y, me atrevo a decir siendo mujeres en la música uruguaya. Es como que cuesta más poder llevar gente y tener la oportunidad de hacerte conocer, si no te conocen mucho todavía, le cuesta un poco más a la gente. Yo creo que este ciclo invita bastante a eso, como que por todos lados tenés para coparte con alguien o con una de las propuestas que va a tener cada fecha. Y las tres fechas son distintas también. Eso está bueno.
Hablando de tu carrera ¿Por qué esperaste tanto para empezar un proyecto solista?
Lo mismo me pregunto yo (se ríe). Ahora que estoy acá me pregunto «¿Por que tanto tiempo me tranqué?» Porque realmente para mí fue una tranca mental. También hice otras cosas, entonces la estaba pasando bien, pero a la vez no me animaba. Era como una mezcla de las dos cosas, entre que quiero hacer algo y me quedo en la zona de confort. Me acuerdo que era la época en que canté mucho con Francisco Fattoruso, las Jam (N de R: el ciclo Martes on fire) y eso. Estaba muy activa como cantante, entonces yo sentía como que estaba haciendo cosas y después hubo un tiempo en que empecé a sentir como ese vacío de «no estás haciendo tu música». Es re lindo cantar y ser sesionista y lo amo, no creo que lo deje de hacer. Me gusta mucho aprender canciones y estar en el escenario, pero me sentía como un poco vacía al no estar haciendo mis canciones. Pero también me daban miedo porque sentía que mis canciones no estaban buenas o que no le iban gustar a la gente, hasta que un día dije «basta, basta de pensar en el qué dirán o en lo que sea, hacé lo que te gusta a vos, si le gusta a la gente, divino y, si no le gusta vos te sacaste las ganas de hacer lo que querías». Es un poco confiar en una. Y al final tuve re buena recepción y cuesta, de alguna manera empezar de nuevo con un proyecto, con una carrera que lleva tiempo construir. Pero trato de no pensar en el tiempo perdido, por decirlo así,sino en mirar para adelante . Ahora estoy acá, ahora lo quiero hacer, ahora estoy segura y ahora lo voy a hacer con ganas y con todo el power. Es un poco eso.
¿Tiene que ver también con un proceso de maduración de las canciones?
También, si. Yo creo que cuando me empecé a sentir más segura de lo que estaba haciendo, me empecé a jugar más y empecé a escribir más. También hay una cosa de ese dicho de «que la inspiración te agarre trabajando». No podés esperar al día en que decís «hoy estoy inspirada, voy a hacer una canción» porque eso te va a pasar una vez por año capaz, o una vez cada mucho tiempo y vas a hacer un disco cada diez años. Entre 2020 y 2021 todas las noches me sentaba a escribir algo, a «tirar fruta», a improvisar y entonces cuanto más hacés el ejercicio, más te fluye porque es como que no tenés que pensar tanto, te sale. Como que estás más en el mood creativo. Y eso, creo que hizo también que yo me sintiera más segura porque las canciones me gustaban más, entonces era como un ciclo que se retroalimentaba positivamente y eso me ayudó pila para poder terminar el disco, grabarlo y decir «ta, hice un disco». Porque también sentía esa presión de que había sacado temas pero no había sacado el disco y todo el mundo me preguntaba «¿Por qué no tenés un disco? ¿Y cuándo vas a sacar un disco?». Yo, como que prometía un disco que nunca llegaba, entonces en un momento, hasta vergüenza me daba decir «no sé». Ahora siento que cumplí conmigo y con el resto de la gente que me pedía el disco y, ahora, obviamente, voy a seguir sacando música, pero me siento realizada en cierto punto.
Con todas las invitadas tengo conexiones especiales. Algunas son familia o parte de mi vida diaria, con otras nunca compartí escenario pero hay una conexión por algún otro lado. Con todas tengo un vínculo y algo especial. Y las que son muy nuevas, la mayoría han sido o son alumnas mías y sé que son increíbles y tienen mucho para dar. Entonces, es una manera también de dar espacio y de poder mostrarlas y que la gente las conozca. También es como nutrirnos entre todas.
Los singles que lanzaste de «Magnetismos» fueron «Una contigo» con Alfonsina, «Algo de mi canción» con Ana Prada y «Cicatrices» con Eli Almic como invitadas. ¿Cómo fue esa elección?
En realidad sentía que esas canciones tenían terrible power y teniendo esas invitadas, tenían que ser los cortes ¿no? No quedaba otra opción, por más que me gustaban otros temas. Capaz que si no hubieran tenido a ellas, hubiera ido por «Hastío», «Dejar fluir» y otros temas que son más pop, que a la gente le han gustado mucho, pero teniéndolas a ellas en esos temas me parecía que iban a cobrar más fuerza y, de hecho, fue lo que pasó porque a mucha gente que le gustaba Ana, esa canción le aparecía en el perfil de Spotify de Ana. La canción de la que más reproducciones tengo es «Algo de mi canción», por ejemplo y eso, obviamente, es por Ana, son todos los fans de Ana en Argentina escuchando (se ríe). Está buenísimo. A ella le re sumó poder hacerlo, le encantó poder hacer un video y es lo lindo que tiene la música, justamente los magnetismos, las atracciones, las energías. Ana, por ejemplo, es como una tía para mí. La conozco desde niña, me ha ayudado en mi carrera, me ha impulsado pila. Alfonsina, también, es una de mis mejores amigas, siempre dijimos que somos como hermanas y estamos siempre impulsándonos. Ella creía en mí, incluso cuando yo no creía nada en mí, ella me decía «dale, Cami, que está buenísimo, tenés que confiar» «¿Estás componiendo, estás componiendo?» (N de R: simulando una llamada telefónica). Como que me obligaba ¿viste? (se ríe). Con Eli es con la que menos relación tengo, que la conozco hace poco, pero también, tengo súper buena onda. Dije «acá tiene que haber alguien con toda la actitud, esta canción necesita un rap, necesita una mina con todo el power, que te parta la cara» y quién sino Eli Almic. Y estuvo buenísimo que se copara y se sumara.
«Cicatrices», justamente, el tema del que participa Eli, musicalmente está hecho sobre una base reggaeton y, si algo tiene de estigma este género, es de machista, misógino, etc. A priori, uno no esperaría una letra que hable de la violencia de género en un reggaetón ¿no? ¿Lo propusiste deliberadamente desde ese lugar ambiguo, digamos?
Yo quería hacer un reggaetón que no hablara de tequila, bailar y mover la cola, algo un poco más crudo. La música es música y no quiere decir que el reggaeton es machista. Lo que son machistas son los que lo hacen o las letras que le ponen. Rosalía tiene reggaeton también y no es machista… A mí me fluyó para ese lado, me gustan pila de géneros y estoy investigando. ¿Viste que tiene esa parte rapera? Juega al límite y me gusta eso también de decir «es un reggaeton, me dan ganas de bailar, pero esta re crudo lo que está diciendo, está como medio oscuro este reggaeton, no es tan alegre». Esa contradicción me parecía divertida, también y por suerte Pedro (N de R: Pedro Alemany, productor artístico del disco y esposo de Camila), pudo entender eso que yo quería hacer y me siguió la cabeza. Porque , sí era un poco jugado. ¿Viste cuando no sabés si está bueno o es una cagada? (se ríe) Pero, son esas cosas del artista que es confiar en la corazonada de una y decir: «¿A mí me gusta? Sí». En definitiva eso es lo más importante, que a vos te guste que sos la que vas a poner la cara y vas a cantar la canción. Después, la convicción con la que la cantes y la transmitas va a hacer que a la gente le guste. Y me la re creí.
¿Y cómo fue trabajar con Pedro y tener al productor del disco las 24 horas contigo?
Yo creo que todo tiene sus pro y sus contras porque, por un lado tenés la suerte de tenerlo en tu casa y no tenés que coordinar grabar las voces, por ejemplo, en tres días. Podés tener más libertad en las grabaciones o de tirar otra toma. Yo grababa un tema, dejaba pasar los días y grababa otro, lo fui grabando todo el año prácticamente, el disco. Íbamos grabando, mezclando y masterizando, grabando, mezclando y masterizando, también. Íbamos terminando temas, como yo quería sacar los cortes antes. Por ejemplo, «Una contigo» fue el primero que tuve pronto. La modalidad fue un poco distinta a lo que por lo general hace la gente. También eso tiene sus contras porque también siempre hay algún roce o alguna cosa, mezcla de todo ¿no? Tenemos una hija chica y a veces era la 1 de la mañana y yo estaba grabando una voces porque teníamos que esperar que se duerma, que es nocturna como nosotros. Entre que la dormía y todo, cuando iba a grabar yo ya estaba muerta de cansancio y teníamos que estar los dos, era re difícil con ciertas cosas de logística de la casa. A veces no era tan fácil trabajando juntos pero creo que, dentro de todo, lo hemos llevado bastante bien igual porque hemos podido sobrevivir (se ríe).
Es re lindo cantar y ser sesionista y lo amo, no creo que lo deje de hacer. Me gusta mucho aprender canciones y estar en el escenario, pero me sentía un poco vacía al no estar haciendo mis canciones. Pero también me daba miedo, porque sentía que mis canciones no estaban buenas o que no le iban gustar a la gente, hasta que un día dije ‘basta de pensar en el qué dirán, hacé lo que te gusta a vos, si le gusta a la gente, divino y, si no le gusta, vos te sacaste las ganas de hacer lo que querías’.
¿Cómo te lleva tu rol de vocal coach en la TV?
A mí me encanta, me divierte mucho y es algo que no es nuevo, obviamente que La Voz era un desafío bastante grande y con un montón de cantantes, pero es algo que hago con mucha pasión. A mí me gusta mucho enseñar canto y me gusta mucho el canto, entonces, me apasiona pila. Y me gusta la tele, me gusta trabajar en tele, me gusta estar ahí, vinculada y conocer gente, me divierte. Siempre es intenso porque es un poco cansador por momentos, pero me parece que se aprende un montón también, siempre estás aprendiendo de los demás y eso está bueno.
Y en este caso es otro ritmo, con otros tiempos que la docencia normal, digamos.
Sí, es otra cosa. Estás haciendo música, pero para un programa de televisión. Cuando voy a coachear a alguien en un proceso de dos años, tres años o ilimitado es distinto que a una persona que en un mes o en una semana tienen que cantar una canción bien. Yo tengo que saber qué cosas hacer rápidamente para que esa persona lo haga lo mejor posible dentro de lo que más o menos puede hacer, porque no podés pretender que alguien tenga un cambio radical en su forma de cantar, en su técnica, en un mes o en unas semanas. Es imposible. Creo que es un trabajo bastante intenso pero lindo y te pone a prueba. Cada persona es distinta, no todos pueden hacer lo mismo. Y además de prepararlos, armar la voces, tu trabajo es potenciarlo, darle para adelante al cantante. Y eso creo que lo logré porque ganamos (risas). Ganó mi equipo, así que en eso estoy totalmente agrandada. (risas)
El show final de «Una contigo» se desarrollará el 9 de setiembre con las siguientes características:
Show apertura: Francesca.
Artistas invitadas: Alfonsina – Miranda Díaz – Luana – Martina Serra – Beatriz Fernandez – Paula Go – Fer o-Smith – Vicky Ripa – Guadalupe Carrasco – María Noel Minozzo.