“El mundo aparte” es el título del nuevo trabajo de Arquero, donde el rapero toma por otros caminos respecto de «Aguafiestas», su debut discográfico publicado en 2018. Estructuras orientadas al formato canción, letras introspectivas y apertura hacia nuevos ritmos, además del sello propio, hacen del reciente lanzamiento un punto alto en lo que va del año musical.
A propósito de la mencionada edición conversamos con Diego Arquero, quien nos cuenta sobre el proceso del álbum, su rumbo musical y del contenido personal que deposita en varias de sus letras.
Por Liber Aicardi
¿Cómo fue el proceso creativo de “El mundo aparte”?
El proceso de creación comenzó cuando me junté con Pan y con Luis Angelero. En un momento vino Pan con la idea de hacer un proyecto, hacer un trabajo en conjunto y no tanto por separado como solía laburar yo, sino más bien encerrarnos a hacer un disco y entonces nos juntamos con ellos dos a hacer las canciones. De esto, ya hace bastante tiempo. Y nos pusimos a ver letras que yo tenía, ritmos que ellos tenían, a tirar ideas y a tener como un horario fijo para componer, una disciplina de trabajo, tener cuatro horas una o dos veces a las semana como un poco de catarsis grupal. Fuimos agarrando cosas que tenía cada uno, haciendo muchas ideas… te digo que , capaz, hicimos dieciséis canciones y quedaron nueve. Y buscamos una estética, había cosas que yo no había hecho antes, por ejemplo, plantearme el tono interpretativo y se fue logrando el tono y cuando ya teníamos más o menos claro fuimos tirando canciones y grabando muchas horas de estar encerrados en el estudio y dándoles mil vueltas. Son nueve temas y son cortitos pero tienen detrás muchísima historia.
Este es un trabajo más cancionero, más melódico. ¿Cómo se dio?
La verdad es que hace mucho tiempo que lo que menos escucho es rap. Mismo, ya me pasaba en su momento en el disco anterior, pero cada vez escucho menos rap. Escucho algunas cosas puntuales pero no es lo que ocupa la mayor parte de mi tiempo y hacía mucho que tenía este desafío. Yo, en su momento, tenía una banda que se llamaba Los Nietos de Iván que era mucho más rock, mucho más under, pero ahí cantaba y siempre me dio cosa, yo no tengo técnica, desafino bastante, entonces me daba como miedito y creo que me marcó mucho el disco de Mac Miller “Swimming” y posteriormente “Circles”. Yo hacía rap o cantaba y a partir de ahí empecé a ver dónde convergen estas dos cosas y para mí Mac MIller logró hacer que no suenen como pedazos aislados, como que sea todo más colorido, de cierta forma. Queríamos hacer canciones, eso es lo que teníamos claro. Que tuviera una estructura de canción, que fuera un trabajo de síntesis también y no un rapeo de ideas inconexas, así que nos centramos y quisimos hacer mucho, pero comprimido en canciones cortas.
¿Cuánto tiene que ver Luis Angelero en esa parte en particular?
Tiene mucho que ver. Las guitarras son casi todas de Luis, mismo, el tema “Reflejos” es casi que un feat. Tiene mucho que ver y creo que le dio su impronta y los dos somos muy poperos. Capaz que Pan es menos popero, es como más sofisticado y nosotros dos somos poperos y nos entendemos en lo que es reconocer una gran canción sea del género que sea, a los dos nos gusta Calamaro, por ejemplo. Tenemos esa idea de que nos podemos entender componiendo y es una persona con la que seguiría trabajando y creo que a veces se forma un vínculo entre los productores y los artistas que está bueno seguir explorando y seguir manteniendo en el tiempo porque cada vez te vas entendiendo más y esta bueno. Si bien nos quedamos con muy pocas de las tantas canciones que hicimos, creo que quedó la parte en la que nos entendíamos más y sabíamos plasmar lo que queríamos.
¿A qué se debió la decisión de hacer un disco corto, de 9 temas en 24 minutos?
Creo que se debió a la síntesis. Y creo que tiene mucha carga emocional el disco. Yo lo escucho y es un disco en el que me muestro súper vulnerable, cuento un montón de cosas, algunas explícitamente, otras no tanto, pero en las que no lo hago más explícito es por un motivo estético, no es por esconder nada, es un disco que no esconde nada. Entonces, tiene tanta carga emocional y dice tanto de mí que me cansa. También siento que si fuera un disco mucho más largo sería abrumador en cuanto a lo emocional y sería repetitivo. Entonces, prefiero que sea liviano, que deje tal vez con ganas de una segunda parte que hacer algo más largo. También es hacer ese ejercicio de despojarse y que no haya nada que sobre y con una estética bastante pop en el sentido de que sea lo más canción posible. Así como sacamos canciones, sacamos partes de las canciones, también. Y quedó eso. Y es cortito porque también es “El mundo aparte”, es una cosa que yo no sé si en mi próximo disco voy a seguir por esta línea, también es un capítulo aparte. Supongo que voy a volver a un punto intermedio entre ambas cosas, en sacar lo que aprendí del disco anterior y de éste y poder hacer algo que no esté orientado ni a lo uno ni a lo otro, esto es más como ir a un extremo.
Yo lo escucho y es un disco en el que me muestro súper vulnerable, cuento un montón de cosas, algunas explícitamente, otras no tanto , pero en las que no lo hago más explícito es por un motivo estético, no es por esconder nada, es un disco que no esconde nada. Entonces, tiene tanta carga emocional y dice tanto de mí que me cansa. También siento que si fuera un disco mucho más largo sería abrumador en cuanto a lo emocional y sería repetitivo.
En la parte lírica hay una actitud diferente respecto a las de “Aguafiestas”, tu anterior disco. ¿Qué te llevó a ese cambio?
Lo que pasó es que yo, para decir las cosas me las tengo que creer. Cuando tenía 24 años y te decía que era un crack y que era de los mejores rapeando y no se qué, me lo creía. Y ahora no me lo creo. No me lo creo en el sentido que no creo que sea así, en este momento de mi vida, con 28 años. Entonces yo, si voy a decir algo, voy a decir la verdad. Es mi mayor virtud y mi mayor defecto la honestidad. Pasaron muchas cosas, pasó la pandemia, la pandemia en cuanto a lo artístico, que de venir tocando mucho y estar abriéndome en Argentina y de llegar a festivales grandes, etcétera, de repente, te pensás que sos un crack y a los dos meses ya no sos un crack. También cometí más errores porque soy más grande, entonces ha pasado más tiempo y cometí más errores, he tenido más tiempo para equivocarme.
¿Eso te bajó a tierra de alguna manera?
Mucho más en lo moral que económicamente. Personalmente, me ha faltado más emoción que plata, me ha restado más emoción que plata… Es eso: un día estás en un lugar, estás con una energía y es verdad que sos un crack y es verdad que sos un boludo, las dos cosas. Y en distintos momentos sos una cosa y sos la otra, me parece que está bueno. En un momento me sentía vulnerable, me sentía que ya no era ese artista que yo sentía que era, con esa arrogancia, que me hizo muy bien porque es una arrogancia y una ambición que me hicieron muy bien, pero en un momento sentía que la estaba perdiendo y no sabía de qué escribir, y después dije “esto también es una verdad” y ahí fue que me amigué y dije “capaz que desde el lugar donde me siento en este momento es el lugar desde el que hay que hablar”. Y la verdad que estoy super contento porque es un disco que, así como “Aguafiestas” reflejaba al Arquero de esa época, este disco refleja al Arquero de hoy.
Te animaste a experimentar, por ejemplo, con la cumbia que en aquél momento no te lo hubieras permitido…
Probamos también en otras canciones experimentar con otros géneros y ver hasta donde me sentía cómodo. Hicimos una cumbia, pero es una cumbia con raíces, tiene como eso más andino y era el lugar donde más tranquilo me sentía yo con la cumbia y decir “ésto sí me tira”. Porque si no me sentía un careta, básicamente. He hecho canciones que no han salido porque me he sentido un careta y está bien experimentar hasta donde uno se cree a sí mismo. Me animé a varias cosas porque también hay que tomar los géneros con menos respeto, o sea, con educación pero sin respeto.
Hicimos una cumbia, pero es una cumbia con raíces, tiene como eso más andino y era el lugar donde más tranquilo me sentía yo con la cumbia y decir “ésto sí me tira”. Porque si no me sentía un careta, básicamente. He hecho canciones que no han salido porque me he sentido un careta y está bien experimentar hasta donde uno se cree a sí mismo. Me animé a varias cosas porque también hay que tomar los géneros con menos respeto, o sea, con educación pero sin respeto.
En los últimos tiempos se te ha visto cercano a La Vela Puerca, principalmente a Sebastian Teysera. Vos colaborás en unos de los últimos singles de la banda, él lo hizo en tu canción “Dolores lindos” ¿cómo se dio ese vínculo?
Mi vínculo con La Vela real arranca con Pepe Canedo (N de R: baterista de La Vela Puerca), lo había conocido por el Peyote, nos hicimos amigos y me produjo un tema que al final nunca salió, pero estuvimos trabajando juntos un tiempo, entonces mi cercanía con La Vela era Pepe. Después, conocí al «Enano» en un boliche y después me acerqué mucho al “Cebolla” (N de R: Sebastián Cebreiro) y así fue como terminé cantando “Mi semilla” en la Semana de la Cerveza de Paysandú. Pero fue algo súper espontáneo. Ellos tienen el estudio cerca de donde vivo, entonces, se dio una relación de juntarnos en el estudio, por compartir intereses también. A mí me gustan mucho las personas que se preocupan por las canciones en sí, no tanto el músico sino la persona, porque yo pertenezco a ese gremio, el gremio del cancionero mucho más que al del músico, porque yo no soy músico ni cantante, soy un tipo que hace canciones. Y creo que entre cancioneros nos entendemos. Compartimos eso transgeneracional que yo me siento, en cierta forma de esa escuela que no entiende de edades y, por suerte, existe acá en Uruguay que un cancionero trata de transmitirle a otro un poco de su experiencia. Y me tocó la suerte de que hice una amistad con él y también en el plano de lo musical coincidimos mucho y en muchas cosas, así que viene un poco por ahí.
¿Qué planes tenés dentro de un futuro cercano?
Tengo un show el 13 de mayo con Gauchito Club, que es una banda argentina y, obviamente, se van a tocar canciones nuevas porque ya el repertorio lo pide, pero no va a ser la presentación oficial. Tengo muchas ganas de armar un equipo sólido para empezar a laburar a partir de ahora para versionar y pasar por este filtro las canciones antiguas también y, ahora, ojalá retomar todo lo que dejamos stand by con la pandemia: volver a los shows y volver a conectar con la gente, volver a hablar con el público de frente, como me gusta hacerlo a mí.
Este es un momento particular de tu carrera ¿no? Sobre todo por el hecho de poner a andar la maquinaria nuevamente, hacer sonar las nuevas canciones en vivo y todo lo que eso implica.
Totalmente. Es eso, es volver a elegir esta vida en cierta manera. Es volver a elegir esta profesión porque no he estado ejerciendo casi nada y, sí, he estado maquinando de puertas para adentro, pero de puertas para afuera no. Entonces, a recuperar el tiempo perdido, que no fue perdido porque me sirvió para hacer canciones y me sirvió también para un montón de cosas, un baño de humildad en muchos aspectos y ahora con ganas de salir a tocar, tengo ganas de ir a Argentina, mucha gente me escribe de Argentina que me quiere ver. Hoy en día, te diría que tenemos tanta gente de Uruguay como de Argentina que me escucha. Entonces, eso estaría divino para hacer una fechita dentro de poco, la verdad que tengo ganas de juntar el equipito y hacerlo.
Las entradas para el show de Arquero & Gauchito Club se encuentran a la venta a través de Redtickets.