Treinta años después de su publicación, Alejandro Ferradás celebra “Noche Africana” —el disco que definió su identidad artística y marcó un punto de inflexión en su carrera— con una reedición remasterizada y un show especial este viernes 14 de noviembre a las 21:00 h en Magnolio Sala. Además la nueva versión del álbum incluye tres bonus tracks junto a Federico Lima, Ana Prada y Max Capote. Las entradas para el show se encuentran a la venta a través de RedTickets.
A propósito del lanzamiento en plataformas digitales y la celebración en vivo, conversamos con Alejandro y volvimos por un momento a 1995 para desandar el camino de su segundo álbum en solitario.
Por Liber Aicardi
Alejandro Ferradás, sesión para «Noche Africana», 1995.Foto: Gonzalo Molina
¿En qué momento te encontrabas tanto artístico como personal cuando editaste “Noche Africana”?
Por lo que recuerdo, porque en realidad son 30 años también de olvidos (se ríe), también me ha llevado a tratar de recordar en qué situación estaba en esa época. Hay cosas que no recuerdo tan claro. Sé que el disco lo grabé en dos etapas, creo que grabé unos temas por el 92 y después el resto, tengo idea que sí que fueron dos periodos y después el disco terminó saliendo en el 95. Yo volví a Uruguay en el 94, estuve mucho fuera del país, por eso los temas para mí escuchándolos ahora tienen mucha temática de estar fuera o ver el país desde afuera. Me di cuenta que muchas cosas y ocasiones hablan de eso, de irse a otro lado, del contacto a distancia, de situaciones que para mí eran nuevas o que nunca las había visto tan de cerca como el tema de la inmigración en Europa.
Y me acuerdo de las reuniones en el sello Orfeo para sacar el disco, que el hecho que saliera un CD era algo novedoso, salió en cassette y en CD. Después, eso sí lo tengo muy grabado, que fue para mí el descubrir esto de grabar con una banda. Porque el anterior, “Banderas por Banderines” eran cosas que yo había trabajado solo en mi cuarto con secuencias, teclados, tocando yo todo y programando, y esto fue volver a tocar con una banda. Ahí teníamos a Juan San Martín en el bajo, a Joaquín Molas en la batería —que venía de tocar conmigo en Séptimo Velo— y Guillermo Gil en la guitarra, y yo desde ahí me incorporé como guitarrista rítmico y nunca abandoné ese lugar hasta ahora. Me acuerdo que me gustaba mucho eso, que sonara como si tuviera ese sueño de volver a tener una banda. Y después también estaba descubriendo componer desde la guitarra y pensando en cosas que yo podía tocar. Me sentía con fuerza para sacar este proyecto solista y para ya tenerlo asimilado que iba a ser un solista.
Si bien fue tu segundo disco solista, sí fue el puntapié para el Alejandro Ferradas que conocemos hoy, ¿no?
Me di cuenta después que ahí, la palabra que me sale es que me formateé, me pasó ahora escuchando el disco que me di cuenta que son el mismo tipo de canción, el mismo tipo de propuesta que mantuve hasta ahora a nivel de compositivo, a nivel sonoro, muchas cosas están ahí; son las mismas que seguí haciendo hasta ahora. Después, en algún momento, abandoné esas canciones en cuanto a repertorio y claramente una cosa que hice fue cambiar la forma de cantar con respecto al primer disco. Ahora me reconcilié con esa forma de cantar y con esa vocecita que tenía en su momento y con esas cosas, pero en su momento quería afirmarme más como intérprete.
Ya en el 98 cuando salió el siguiente disco fue el que se masterizó en Abbey Road, como que también pensé que “Noche Africana” había quedado como un poco atrás y sin embargo ahora con todo esto me di cuenta que no, que me sorprendió gratamente volverlo a escuchar, porque es verdad que no lo había escuchado en mucho tiempo. Por alguna razón simplemente lo había pensado como algo que lo tenía superado, y ahora lo escucho y no, está muy bien, más allá de cosas que obviamente corregiría hoy en día. También es verdad que era otra tecnología que manejamos en aquel momento a nivel de grabación, por eso lo valoro más todavía, porque me encontré con cosas que estaban muy bien resueltas a nivel arreglístico. No sé por qué en algún momento pensé que incluso las canciones que salieron ahora como cortes, con colaboraciones, en el caso de las que tanto eligió Fede Lima como Max Capote yo no las hubiese elegido. Y que ellos hayan elegido esas canciones está buenísimo porque en realidad me demostraron que yo seguía sin ver cosas de este disco. Me gustó también que no eligieran las que yo hubiese elegido y en realidad también me parece que es como traer al presente mis inicios. En realidad también es festejar eso, 30 años después seguir haciéndolo. Capaz que no es nada novedoso, porque incluso en estos mismos días se está festejando 30 años de un montón de discos incluso acá de Uruguay, a mí me gusta todo lo que pasó en el 95 en Uruguay, desde el Peyote, La Vela, Los Traidores también, con “Radio Babilonia”, todos.
Me di cuenta después que en Noche Africana me formateé, me pasó ahora escuchando el disco que me di cuenta que son el mismo tipo de canción, el mismo tipo de propuesta que mantuve hasta ahora a nivel compositivo, a nivel sonoro, muchas cosas están ahí.
También la distancia de 30 años además de ser significativa y es un lapso lo suficientemente amplio para tener otra perspectiva…
Sí, obviamente que también es verdad que tenía ya 28 años, era un tipo bastante grande, pero si lo vemos ahora en realidad no tenía un montón de condicionantes de cosas que la vida me trajo después y también es verdad que no me imaginaba todo lo que me iba a vivir después. Yo, incluso hoy en día, nunca me proyecté demasiado o directamente nunca me proyecté. Nunca imaginé en aquel momento qué es lo que quería hacer yo con la música. Grabar ese disco ya era una meta importante. Fue la primera vez que también que hicimos un videoclip que fue el video de “Tres Cruces», que también cuadró con ese momento, había espacio como para videoclips y entonces a mí realmente ya parecía un logro en sí mismo.
Incluso me pasó, yo tengo clarito que un par de años después en el 97 por ahí, que estaba tocando en boliches, como en pausa y tocando mucho covers, no tenía muchas expectativas, tampoco había una movida, o sea el rock pasó a ser una cosa muy under, entonces en ese momento me encontraba con muchos amigos y colegas y les planteaba esto como que no sabía si realmente iba a seguir. Después volví a grabar y un poco pasó el temblor, cosas que con el tiempo uno se da cuenta que cuando empieza a tener como cierta inercia y no me preocupa porque siempre pasa algo, siempre estoy grabando. En el momento pensé que quizás ese era el último disco que iba a grabar como solista, quizás ahí se terminaba todo o quizás después iba a terminar haciendo otras cosas. Incluso cuando empecé a acompañar al “Darno” recuerdo claramente que yo venía por ejemplo sacando un disco cada tres o cuatro años, pero sin proponérmelo, sin planificar nada.
En este disco grabaste una versión de “La Chola” de Eduardo Mateo, algo que no era común entonces. Me refiero al hecho de versionar artistas uruguayos contemporáneos, ¿te acordás del momento en el que decidiste grabar la canción?
Recuerdo que, obviamente, yo las canciones de Mateo las tenía aprendidas y esa fue una de las primeras que me aprendí. No recuerdo en qué momento decidí grabarla, la llevé a un ensayo y que muchos amigos de aquella época que me decían que llevaba mucho tiempo hablando de Mateo. Incluso mucho antes que después se redescubriera Mateo, pero es verdad, yo venía hablando de Mateo hacía un buen tiempo. Pero lo que no me acuerdo exactamente, cuándo la propuse para el disco, capaz que me gustó para versionarla y me salió algo que me gustó y le dije “vamos a grabar esta versión”. Lo que sí me he dado cuenta que después, en todos mis discos hay una versión, me di cuenta que me gustaba versionar cosas hasta hoy en día y me saqué las ganas con esa canción.
En aquel momento pensé que quizás ese era el último disco que iba a grabar como solista, que quizás ahí se terminaba todo o quizás después iba a terminar haciendo otras cosas.
Hablamos de similitudes y que cosas que vos después fuiste desarrollando, quizás la producción es lo más distinto, en cuanto al sonido de la época y las herramientas tecnológicas, obviamente. ¿Cómo lo ves a la distancia?
El hecho de grabar como antes, en cintas, teníamos poco margen de edición y todo está tocado muy naturalmente, cuando escucho las tomas eso lo noto claramente. ¿Está lleno de esas cosas que hoy corregiría? Sí, pero también es como la foto de ese momento y sin embargo, está bien tocado. Yo escucho la línea de bajo de Juan y no me acordaba muchas cosas que propuso él en las canciones, lo que tocó Guillermo Gil y hay por ejemplo un solo que también me di cuenta escuchando la canción ahora, y en una canción hay un solo que es de Rafael Dos Santos, “el Funfu” que no recuerdo cómo terminó ahí, se ve que le dije, quiero que grabes un solo —porque además miré la ficha técnica— y me encanta ese solo. A nivel de producción tenía eso de aprender sobre la marcha qué era lo que quería hacer, pero sin embargo hay voces, hay arreglo de voces y hay armonías, y soy yo solo, nadie más cantaba en esa banda. Pero después no tengo a nivel de producción decisiones como cuando se tocaron, el porqué tal cosa o porque tal otra, entonces ahora lo pude escuchar con una distancia hasta en eso y por eso me pude asombrar de lo que fue ese disco. Realmente anduvo bien, me acuerdo que Andrés Sanabria, que fue productor ejecutivo del disco, me llamó y me dijo que estábamos en un ranking de una radio que no difunden música en español, y es verdad. Era la gran novedad una canción en español que pasaron las radios, ahora parece rarísimo pero era así, la música en español no se escuchaba en FM.
Ya me comentaste que las canciones reversionadas las eligieron Ana Prada, Max Capote y Fede Lima, pero ¿cómo se dio la elección de ellos para que versionaran las canciones?
En realidad, como siempre me he manejado a nivel en la vida y también en la música, es por afinidad emocional y personal. No lo mido a niveles estratégicos ni tampoco pienso en el resultado artístico a priori. En el caso de Ana porque estábamos trabajando para una música de una película entonces vino a casa a grabar y en ese momento se me prendió la lamparita y se lo puse en ese momento y ni lo planifiqué y me encantó cómo quedó. En el caso de Max Capote, fue porque me acordé que nos habíamos encontrado poco antes, esas cosas que quedan de un día, “tenemos que hacer algo” y con Fede Lima no recuerdo, pero él me dio una mano con el disco “En Buenos Términos” y creo que en ese momento ya habíamos dicho de hacer algo, de producir algo juntos, y había quedado en el tintero. Simplemente fue por eso, no pensé en ningún tipo de razones más que en la cuestión de afinidad, pero después me di cuenta que hay otro montón de gente que puede haber estado, incluso capaz que el proyecto ideal hubiera sido reversionar todo el disco. Ahora me di cuenta que tengo un montón de gente que me hubiese gustado que grabara, pero más por un tema de afinidad personal. Nunca fui buen estratega en nada, en la vida y menos lo haría en esto.
¿Qué podés adelantar del show del 14 en Magnolio Sala?
Vamos a recorrer las canciones del disco. Obviamente vamos a hacer estas nuevas versiones y después, también tenía que pensar qué otras canciones iba a incorporar de lo anterior y en realidad me di cuenta que las canciones que incorporamos hay algunas de “Temple” (2023), algunas de “Intemperie” (2014) y una o dos más que todas conviven bien. Está re rockero el repertorio. Pasa que en realidad “Noche Africana” capaz que sí, que eran un poco más rockeras o por lo menos suenan más rockeras. Tampoco sé cuáles de estas después quedará en el repertorio, o algunas las tocaremos ahora y después veremos, pero realmente pasamos el repertorio y no se nota que son canciones viejas. Sí, me pasa, a la hora de cantarlas, que alguna palabra me tiento a cambiar, pero hay poca cosa que justifique cambiar a una palabra y decir “esto está mal».
Tocar estas canciones para mí es muy importante porque algunas canciones estoy seguro que nunca las toqué y ahora tengo muchas ganas de hacerlas, me vino bien, es algo que simplemente en principio iba a ser remasterizar el disco. Vamos a ir yendo y viniendo con las canciones, pero sí ese repertorio está buenísimo porque es muy distinto de todos los que estoy haciendo. Para mí es como si fueran canciones nuevas totalmente.
Foto: Difusión