Spuntone & Mendaro: “Con nuestros discos queremos ir dejando nuestras pequeñas marcas”

“De crear y descrear” es el nuevo álbum de Spuntone & Mendaro, que vio la luz en noviembre pasado. El quinto trabajo del dúo es, además, el segundo en su discografía compuesto totalmente de canciones inéditas, mostrándolo más consolidado en ese rol y logrando un disco balanceado entre sus dos facetas: la acústica, más intimista, y la eléctrica, de corte más rockero.
El próximo jueves 16 a las 21 hs en La Trastienda MVD, la dupla presentará oficialmente en vivo su más reciente trabajo en formato banda.
A propósito de todo esto, conversamos con Alejandro Spuntone y Guzmán Mendaro sobre “De crear y descrear”, acerca de los doce años de trayecto recorrido hasta hoy, al tiempo que nos adelantaron algunos de sus planes para este año, en el que se cumple una década de “Estado Natural”, su primer lanzamiento.

Por Liber Aicardi

Foto: Difusión

¿Cómo se dio el proceso del álbum “De crear y descrear”? ¿Cuánto tuvo que ver la pandemia?

Alejandro – En realidad, la pandemia, lo que hizo fue frenar un poco el impulso, porque es como quien está jugando en alta competencia: venís tocando, ya venís armando canciones, entonces al dejar de tocar nos frenó ese impulso. La gran mayoría de las canciones las teníamos, ya, en 2019, salvo “Despertar” que fue terminada en 2020, el resto ya las teníamos grabadas en demo de guitarra y voz. Este año era el año para sacar el disco. Ahí “Lalo” Sánchez, nuestro sonidista que oficia también de productor, se puso un poco el armado del estudio al hombro, armamos todo un estudio en lo de Rodrigo Trobo y ahí está el disco.

¿Recuperaron temas que quedaron fuera del disco anterior o compusieron directamente para este disco?
Guzmán – Cuando terminamos el disco anterior, que lo grabamos en 2018, ya empezando 2019 nos juntamos con Ale y empezamos a mandarnos ideas. De ese intercambio empezaron a salir las canciones de este disco. Nos fuimos una vez para afuera, a la casa de Ale, y grabamos las maquetas, estandarizamos los tiempos y terminábamos en una sesión cada canción. Y las grabamos así, bien casero, Ale con un micro, yo con otro y con la guitarra enchufada armamos todas las maquetas. Eran canciones que fueron escritas durante 2019. En 2020 sacamos dos singles que estaban dentro de esa camada, que se llaman “Silencio», un tema que Ale le escribió a Luisa Cuesta y fue usado para la marcha virtual del silencio. Y a fin de año, sacamos otro single que se llamó “Tras la nube”. Las dos eran parte de esa camada, pero a “Silencio” lo dejamos como single independiente y “Tras la nube” terminó integrando este disco que vos escuchaste. Y cuando nos pusimos la meta de grabar, todo ese cúmulo de canciones junto a alguna cosa que salió en pandemia es el grupo de canciones de este disco.

¿Les pasó que desde que empezaron a componer juntos le tomaron “el gustito” a esta faceta de autores?
Guzmán – Y a las versiones tambíen. Lo que nosotros hicimos ahora fue animarnos a usar la plataforma Spuntone & Mendaro también como una usina de cosas inéditas.

Alejandro – Es parte de hacer cosas juntos. Ahora ya es una herramienta más, que nosotros en lugar de decir “¿y si hacemos versión de tal tema que nos gusta?” hacemos una canción nuestra. Pero en la dinámica es más o menos la misma idea, no trabajamos las cosas de diferente manera.

Guzmán – Y usamos la creatividad para todo. Como hablamos siempre con Ale, cuando vos agarrás una canción y hacés una versión es como si agarraras una casa y le hicieras una reforma, tenés que usar la creatividad para ver de qué parte de la canción te despojas, cuál realzás y cómo la arreglás. Y en una canción inédita ya arrancás como si fuera un terreno liso. En que se transformó el proyecto Spuntone & Mendaro es que ahora es un proyecto integral, hacemos de todo.

En este álbum hay un mayor balance entre la parte acústica y la parte rockera respecto de “Equilibrio”. ¿Lo tomaron en cuenta a la hora de la selección final de los temas?
Alejandro – Justamente, este disco lo que tiene es más balance entre lo acústico y lo eléctrico, entre las dos maneras que tenemos con Guzmán de ver el mundo de la música. Nosotros somos lo más despojado y, también, lo que puede ser más orquestado. En este disco tenés “El nido” y tenés “Despertar” que tienen una distancia enorme en la instrumentación. Eso es como un pilar fundamental y creo que fue una cosa natural en realidad. Pero sí, lo hablamos bastante eso, de que el proyecto tiene una esencia acústica que tenía que estar presente en este disco y que tenía que tener otras canciones más potentes, más rockeras, como “La sexta extinción” o “Entre luces y humedad”.

Y llega a tener hasta toques blueseros…
Guzmán – Si, folk/blues… Yo tengo una influencia grande de música folk y blues, sobre todo gringa, al tocar rock ¿no? Porque después, cuando hay que tocar otro tipo de género, sí, uso más nuestra forma de tocar la guitarra criolla, más el criollismo. Ale también viene con influencias de algunos cantantes que son de otras latitudes, entonces esa forma de tocar mía, con el canto de Ale, si bien es con lenguaje uruguayo y todo, es compatible.

Siempre hablamos con Ale que, cuando vos agarrás una canción y hacés una versión, es como si agarraras una casa y le hicieras una reforma. Tenés que usar la creatividad para ver de qué parte de la canción te despojás, cuál realzás y cómo la arreglás. Y en una canción inédita ya arrancás como si fuera un terreno liso. En lo que se transformó el proyecto Spuntone & Mendaro es que ahora es un proyecto integral, hacemos de todo.

Guzmán Mendaro

¿Qué representó “Equilibrio” para ustedes?
Alejandro – Fue el primer disco donde nos lanzamos a escribir y componer realmente y donde trabajamos, también, con grandes amigos. Ya habíamos trabajado con Pablo Porciúncula y con Ale Ferradás para “Sol” y para “Mi pensar” que eran temas inéditos que están en “El refugio” (N de R; álbum de 2015) pero fue la primera apertura a escribir nuestras cosas, a tocar nuestras melodías. “Equilibrio” fue un disco bisagra, es un disco muy importante para nosotros. Este también es muy importante porque es el que nos va a afianzar un poco más, aún, en esta búsqueda que nunca se termina.

Guzmán – Aparte, el contraste de lo que veníamos haciendo con ese disco tenía que ser sutil. Si bien nosotros veníamos haciendo cosas con banda, tenía que estar sonorizado como muy suave para ser rock. Entonces, no llega a pegar el latigazo a nivel de sonido, porque trata de emparejarse con lo demás. Es un disco que empieza un cambio, entonces, ahora, en este, podemos darle más “guasca» a las cosas que se les puede dar más “guasca”. Una cosa que tiene ese disco, que es buena, es que destacó la canción. Hay varias canciones de ese disco que quedaron en nuestro repertorio porque están buenas, porque cuando las tocamos, se toca a la par de las versiones que veníamos haciendo antes, a la par en cuanto a la altura de canción ¿viste? Entonces, a la larga, es ir engrosando el repertorio madre nuestro con las cosas que van sucediendo. Y , por otra parte, “Equilibrio” es un disco que nos generó mucho orgullo porque fue una apuesta, fue un período muy lindo y yo lo viví con mucha emoción. Y tal vez no es el disco nuestro que haya pegado más fuerte.

Alejandro – Lo que hicimos fue correr el riesgo. Nosotros veníamos haciendo versiones y nos iba bárbaro, pero lo artístico en nosotros pasa por otro lado. Como dice Guzmán, es una cuestión de orgullo personal haberlo logrado hacer. Teníamos como esa cosa de necesidad.

Recuerdo que cuando hicimos la entrevista por la salida de “Equilibrio” con Alejandro, en aquella oportunidad me decía que era el punto justo entre lo que fue, lo que era el dúo en ese momento y lo que iba a ser después…
Alejandro – Por eso también se llama “Equilibrio”, creo que eso fue un nombre perfecto, era empezar a buscar ese equilibrio entre el intérprete y el compositor. Yo fui toda la vida, y soy, un intérprete, un cantante de banda que escribo algunas canciones. Guzmán ya trabajaba componiendo pero, también, era más de meter sus guitarras, sus arreglos, pero ahora en esta etapa también se lanzó a tirar sus melodías y sus cosas desde cero. Estamos en esa búsqueda.

¿Que les viene dejando estos doce años de tocar juntos y con este proyecto que se adapta, permitiéndoles tocar en escenarios de todo el país y recorrer los barrios de Montevideo, pero, al mismo tiempo, tocar en un lugar como el Teatro Solís?
Guzmán – Al tocar más seguido podés estar más con el ejercicio de tocar y estar en contacto con eso y es sumamente placentero. Y el proyecto en sí, al ser nosotros dos es práctico para llevar a todos lados. Ahora estamos con la proyección de llevarlo al exterior porque es muy aprovechable para eso. Nosotros podemos ir a tocar a Argentina, es un proyecto barato de invertir y fácil de llevar. Ir nosotros dos solos a tocar en televisión o a un pub en La Plata y la gente va a escuchar lo mismo que escuchó en el disco porque esto ya es el proyecto. Después, sobre esto crece al formato de banda, con invitados y ese tipo de cosas.

Una virtud que yo le encuentro al proyecto es que han rescatado canciones y no sólo se las han acercado a nuevas generaciones, sino a gente de todos los rincones del país que, de repente, las conocieron por ustedes porque en su momento no les llegaron. ¿Lo sienten así también?

Guzmán – Sí. Hay gente que conoce las versiones viejas y hay gente que nos va a ver porque le gusta Spuntone & Mendaro, no tanto por las canciones.

Alejandro – Mucha gente conoció “Ahuyentando el miedo” de Zero por nosotros, a “La octava de Octavio” le dieron más pelota por nosotros… y nosotros siempre decimos “vayan a los originales”, es otro viaje. Lo hicimos en el primer disco poniendo los autores y los discos donde estaba cada una de las canciones, me parece que era una manera de devolver. Recién venimos de dar una charla en una escuela y cantamos “Cuando quieras usar”, que la van a usar para un trabajo que están armando y son pibitos de escuela que no eran nacidos en esa época ni nada y estaban interpretando una letra, resignificando la música también, y eso es lo que tiene de mágico. Nosotros lo hicimos a la hora de hacer versiones, le dimos un significado para nosotros muy importante y, que la gente haga eso, me parece maravilloso. Ojalá que dentro de unos años canciones de “Equilibrio” y de “De crear y descrear” empiecen a aparecer en la vuelta. Yo me voy a quedar maravillado.

Guzmán – Lo que pasa que el gancho que tuvo el primer disco nuestro es en Montevideo, con esas canciones que fueron escuchadas en las diferentes épocas y la nueva sonoridad tuvo impacto instantáneo. Tal vez, el impacto de “Equilibrio”, que lo sacamos en 2018, lo estamos viendo ahora que en los shows nos piden “Te sigo buscando”, por ejemplo.

Alejandro – O “El consejo que me doy”. Son canciones que van entrando de a poco en la gente, porque nosotros, si bien llevamos gente, no somos un dúo masivo, no tenemos millones de reproducciones Spotify ni en YouTUbe, tenemos gente que nos va a ver. Nosotros no estamos en el mainstream uruguayo y está bien, porque sería rarísimo en realidad. Pero la idea, con nuestros discos, es ir dejando nuestra pequeñas marcas.

En ‘Equilibrio’ era empezar a buscar, justamente, ese equilibrio entre el intérprete y el compositor. Yo fui toda la vida, y soy, un intérprete, un cantante de banda que escribo algunas canciones. Guzmán ya trabajaba componiendo pero, también, era más de meter sus guitarras, sus arreglos, pero ahora en esta etapa también se lanzó a tirar sus melodías y sus cosas desde cero. Estamos en esa búsqueda.

Alejandro Spuntone

Esta es la primera vez que publican primero un disco en plataformas y luego en formato físico. ¿Qué sensaciones tienen al respecto?
Guzmán – Yo, particularmente, cuando me desperté ese jueves y me cae el disco que está publicado, me sentí muy bien porque realmente fue el broche de un laburo enorme. Todo ese trabajo se terminó. Ahora viene otra cosa, que es la planificación. Pero no tiene esa cosa a la que nosotros estamos acostumbrados que es tenerlo en la mano, tocarlo, abrirlo, mostrarlo.

Alejandro – A las 12 de la noche salió el disco, yo 12:05, ya lo estaba compartiendo porque tenía una ansiedad tremenda. Capaz que lo escuchan diez en ese momento y es lo más probable que haya pasado, pero yo quería que saliera, quería tirarlo. Y creo que vamos a ver finalizado el proyecto realmente como buenos músicos veteranos que somos cuando Bizarro nos dé el CD. Cuando lo tengamos en la mano vamos a decir “¡salió!”. Capaz que no, pero quizás sea el último disco que saquemos en CD, pero me queda la esperanza de que salga en vinilo el próximo disco o que “Estado natural”, que cumple diez años este año, que ya te adelanto que estamos planificando algo pensando en ese disco que fue el que lanzó el proyecto, capaz que salga en vinilo, un vinilo doble ¿quién sabe? Le estamos metiendo presión al sello (se ríe), pero es un disco que vendió seis mil copias en su momento y mucha gente nos conoció por ahí, y creo que merece de parte nuestra, un reconocimiento, sobre todo a esa época. Volver a tocar un montón de canciones de aquella época, que con el repertorio amplio que tenemos muchas no las tocamos hace mucho tiempo. Así que el año que viene va a ser la presentación del disco “De crear y descrear” en abril y empezar a ver si se puede tocar en el exterior, hacer una gira presentando el disco por el resto de Uruguay y los diez años de “Estado Natural”.

¿Qué se puede adelantar del show presentación del nuevo álbum el próximo 16 en La Trastienda?
Alejandro – Vamos a estar tocando por primera vez «De crear y descrear» en forma íntegra. También vamos a tocar algunas canciones del viejo repertorio, con algún arreglito nuevo, y va a haber algún invitado. Es un hecho muy importante para nosotros porque, como te decía, es la primera vez que vamos a tocar todo el disco y escuchar las canciones en su lugar natural, que es ante el público y en vivo. Así que va a ser una gran noche para nosotros, la esperamos con mucha ansiedad y ojalá que la sala esté llena ese día. Así que los esperamos.

Las entradas para el show del 16/03 en La Trasrtienda MVD están a la venta a través de Abitab.

Foto: Paul Hernández
Posted in: