Rodra: “Me gusta mucho sorprender y que la música me sorprenda”

En setiembre pasado vio la luz “Al humo”, el primer álbum de Rodra, producido y arreglado por Nacho Mateu que contó, además, con Gastón Ackermann al frente de la grabación, mezcla y mastering. El mencionado trabajo confirma lo mostrado en sus shows por la cantante y compositora, cuya propuesta se ubica entre las más sólidas surgidas en nuestra escena independiente en los últimos años.
El próximo jueves 9, a las 21 hs. en La Trastienda MVD, Rodra presentará en vivo su más reciente lanzamiento y, a propósito de su fecha más importante hasta el presente, conversamos con ella acerca del proceso del disco, su línea compositiva y del valor de la libertad a la hora de crear en la música.

Por Liber Aicardi

Foto: Camila Graña

¿Cómo fue el proceso de “Al humo”?
Fue un proceso bastante extenso. Si contamos la composición, hay algunos temas que tienen tres o cuatro años como “Implosión”, “Generación espontánea” también es bastante viejo, y después hay temas nuevos. Entonces, es un disco que en cierta forma es una recopilación de mi trabajo hasta el momento, pero, también es una consolidación de una identidad, que tuve la posibilidad de hacerlo gracias a que compuse específicamente temas para el disco, como yo quería que sonara, digamos. Eso lo estuve trabajando con mi productor, Nacho Mateu. Él me fue orientando sobre las composiciones que me faltaban y qué características tenían que tener.
Respecto a la composición es muy largo, tiene como tres años de trabajo. El disco fue apoyado por el FONAM y lo terminé de componer en 2019. En 2020 lo grabamos y en setiembre de 2020 ya tenía el master del disco y salió un año después.

¿Ese retraso se debió a la pandemia o a una decisión personal?
En 2020 tuve la posibilidad, por la pandemia, de componer los arreglos de forma muy detallada, que es algo que creo que en el disco se nota. Sobre todo en los vocales, está como todo muy trabajado y me extendí también en los arreglos. Y, después, cuando lo terminamos a final de año, quise esperar un poco para sacarlo. También, fui estirando un poco el proceso para grabar el videoclip de “Martes” porque yo no cuento con los recursos más allá de mi trabajo, entonces para les artistas independientes es muy difícil generar contenido de calidad porque es carísimo, cosa que tiene justificación porque es tiempo de trabajo de muchas personas. Entonces, tuve que ahorrar para hacer el video después de haber hecho el disco porque quería salir con todo, salir con un video que me copara, con unas buenas fotos y fui dándole tiempo a la parte visual, también, por lo que el tiempo de retraso se debió, además, a la estética visual del proyecto.

Si bien es habitual que los primeros discos contengan varios temas del principio de la carrera de un artista se nota una línea compositiva que desarrollaste.
En realidad, yo antes grabé un EP que se llama “Del aire”, que tiene otros temas y después grabé otras cositas sueltas, entonces este disco a pesar de ser el primer disco larga duración, tiene temas viejos pero también tiene temas nuevos que aportan esta unidad. Yo compuse más temas y elegí los que me parecían que tenían una lógica interna que tiene que ver con un concepto que estuve trabajando, en un texto que, quizás algún día lo publique y que tiene que ver con un proceso emocional que se vive en el disco que es de mayor intensidad y, después, como una relajación. Entonces, entraron los temas que iban con esa línea que yo quería seguir. Creo que los temas tienen unidad porque es el primer trabajo que yo desarrollé mi propia línea de sonido, digamos. Compuse baterías, bajos… no los grabé pero, sí, los hice yo y después los músicos lo tocaron excelentemente bien y los modificaron y quedaron divinos. Creo que en la estética logré unificar todo desde el punto de vista más del sonido, capaz.

“Al humo» es un álbum donde hay varios estilos. Hay soul, candombe, rock, funk, baladas pero todo tiene tu sello y eso no es fácil de lograr. ¿Cómo trabajaste en ese aspecto?
Eso tiene que ver con que a mí me gusta mucha música distinta y ese popurrí de estilos tiene que ver con mis influencias y creo que, por ahí, lo que suena a mí es la interpretación o desde dónde canto. Yo trabajo un montón eso, en la interpretación como cantante. Desde qué lugar me paro para decir y creo que en cierto punto unifica todo esto. Eso es como la parte más loca, como que el disco la sorprende a una. Como que empezaste a trabajar y hay muches musiques tocando y quedó todo perfecto. También tiene que ver con que les otres entendieron el mensaje.

La cualidad de la música que más amo es que me sorprende, estar escuchando un tema y que, de repente, me sorprenda lo que sucede. Eso me encanta explorarlo, agarrar las partes de los temas y mutarlas, cambiarlas de lugar, ver qué pasa, mismo entre temas ¿viste? Agarrar una parte de un tema, una parte de otro, experimentar, jugar… Y ahí salen cosas raras.

Incluso hay distintos estilos dentro de una misma canción ¿Cómo surgen esas variaciones?
Sí (entre risas). Eso es Rodra en todo su esplendor. Acá una cosa, acá la otra… Me acuerdo cuando compuse “Generación espontánea”, que es el tema que tiene más cambios y “La justa”, que cuando se la mostré a los gurises – en ese momento yo tocaba con Diego Morales y Rolo Fernández, éramos un trío – y no se entendía nada, era un Frankenstein el tema. Yo le decía “les juro que acá va a sonar esto” “acá groove… y acá tranqui tranqui”, eran dos compases de cada cosa, no se entendía nada pero en mi cerebro sonaba y al final terminó sonando. A mí me gusta mucho sorprender y que la música me sorprenda, esto es algo que me parece que tiene que ver con eso. La cualidad de la música que más amo es que me sorprende, estar escuchando un tema y, de repente, me sorprenda lo que sucede. Eso me encanta explorarlo, agarrar las partes de los temas y mutarlas, cambiarlas de lugar, ver qué pasa, mismo entre temas ¿viste? Agarrar una parte de un tema, una parte de otro, experimentar, jugar. Y ahí salen cosas raras (se ríe)

Está claro, tus temas no tienen el formato típico de canción pop.
Claro. No me sale. De hecho, últimamente estuve practicando hacer un poco eso pero me sale así. Yo me crié con mucha libertad en la música, con mis amigues tocando y haciendo lo que queríamos. Tuve un grupo de amigues, que desde re pibes y pibas que tocamos, y siempre tuve libertad, no me estructuré mucho. Entonces, eso también te permite dejar volar la imaginación.

Mi talón de Aquiles es la energía; no darlo todo todo el tiempo, es lo que trabajo continuamente como cantante. Absolutamente. No darlo todo, todo el tiempo porque si no, me quedo sin nada. A mí me pasa que me pongo a cantar, me pongo a peludear y a sacudir. Es como: ‘¡pará, nena!’. Y, además, me di cuenta de grande, también. Cuando era chica me daba el tiempo para seguir así horas. También tocaba en lugares donde estaba como desquiciada pero, ahora, es todo más pro. Todo se ve, todo se escucha, todo se nota y yo tengo que estar impoluta, no puedo estar rota.

¿Cómo hiciste para transmitir esas ideas y que la banda la interpretara de la forma que queríás?
Eso se pudo consolidar cuando yo hice las maquetas exhaustivas de los temas. Al principio, cuando traje una maqueta con guitarra, voz y alguna cosita más, costaba un poco el ensamblaje. Vocalmente, me pasaba que a veces hacía líneas de bajo o hacía baterías y, cuando pude hacer la maqueta, pude desglosar toda esa información y fue más sencillo. Pero, al principio, sí, fue difícil. Al principio. Cuando grabé el disco no tanto, porque yo tenía esa maquetas en las que había trabajado un montón con Nacho, entonces como que ya estaba bastante definido, hubo pocos arreglos que hicimos de cero.

Foto: Camila Graña

En cuanto al trabajo vocal, que es tu fuerte o, al menos, con lo que uno más se queda cuando escucha el disco. ¿Cómo manejaste la tentación de meter más arreglos? ¿Te pasó algo como eso?
Sí, me pasó. Fue interminable. Las jornadas de voces fueron muy extensas. Yo había hecho cuarenta y cinco mil voces, y podría hacer más. De hecho, cuando más escuchás el disco, más escuchas otras cosas. Y, la verdad, que yo trabajo un montón sobre eso, es a lo que me dedico y me gusta el tema de la interpretación. Como que, a cada tema le intenté dar su identidad vocalmente, entonces trabajé mucho en la voz líder, las partes que dejé al azar para ver lo que salía en el estudio quedaron buenísimas, pero, otras las compuse súper cuidadosamente y estuvo re bueno. Fue re exigente igual. Hay cosas del disco que me cuesta cantar, hay notas que me cuesta llegar tal como salió ahí, porque solté algo que no sé qué pasó (se ríe). Está bastante exigido en algunos temas, en otros no, pero sí, fue un laburo re zarpado. En los coros pasa como con la música: siempre podés seguir arreglando y agregando cosas, entonces, hay un momento que decís “¡basta! se terminó la grabación, chau”. Por el tiempo, por la plata y por todo. Hay que cortar. Entonces nos quedamos con lo que realmente jugaba. Después, cuando escuchás los temas, te das cuenta qué es lo que funciona y lo que está de agregado, que no rinde. También, a pesar que yo soy re expresiva con la voz, no me gusta mucho el virtuosismo. Estoy contenta con la performance del disco porque siento que no me excedí y que está lo que tiene que estar.

¿Cómo trabajás la parte física, que desarrollás en vivo, para que no vaya en contra de la parte vocal?
¡Uy…! Ese es mi talón de Aquiles. Te estoy revelando mi secreto (se ríe). Mi talón de Aquiles es la energía; no darlo todo todo el tiempo es lo que trabajo continuamente como cantante, absolutamente. No darlo todo, todo el tiempo porque si no, me quedo sin nada. A mí me pasa que me pongo a cantar, me pongo a peludear y a sacudir. Es como: «¡pará, nena!». Y, además, me di cuenta de grande, también. Cuando era chica me daba el tiempo para seguir así horas. También tocaba en lugares donde estaba desquiciada y ta… pero, ahora es todo más pro, todo se ve, todo se escucha, todo se nota y yo tengo que estar impoluta, no puedo estar rota. Yo estudio mucho técnica vocal, pero saltando y todo, hay manejos del aire que empiezan a cambiar, empezás a fatigarte y empiezan a haber modificaciones que son del vivo ¿viste? Que, por más que cuando estoy ensayando, las intento cantar si las necesito o hacer lo que sea, sentir mi cuerpo cómo está en ese tema, no es lo mismo que en el vivo. En el vivo hay otras emociones, hay veces que pasan cosas que no son previsibles, entonces, sí, laburo mucho en el cuerpo desde la concentración. Eso es algo que tenemos les cantantes que está re bueno y es que trabajamos, por lo menos en la línea en la que yo estoy, mucho en la consciencia corporal, entonces es un super plus. En ese sentido trabajo mucho desde la concentración y, sin dudas, es mi mayor desafío porque lo doy todo (risas).

¿Qué nos podés adelantar del show presentación de “Al humo”?
Me encantaría contarte todo pero no puedo… El show es muy especial porque es mi primer show como anfitriona, digamos. Yo siempre participé de festivales y de otras instancias compartidas, toqué sola en boliches, pero, en este formato con banda entera y en un lugar que nos permite llevar el show a su máximo potencial, nunca lo hice. Entonces para mí es algo totalmente nuevo y un lugar de exploración como lo es todo para mí. Yo grabo un disco y exploro, toco un tema y exploro, hago un mate y exploro. Todo el tiempo me pinta jugar. Entonces, va a ser una presentación con muchas sorpresas constantes y cosas que cambian y mutan. Lo que te puedo adelantar es eso: va a ser un show muy interactivo, va a haber un trabajo visual, va a haber bailarinas, van a haber muchas cosas y, además, voy a presentar este mundo que es «Al humo». Además, voy a adelantar algún tema nuevo. Va ser un show súper completo y, la verdad que estoy re metida en eso.

Las entradas están a la venta a través de Abitab.

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