Mínima: La Emperatriz que duda, cuestiona y siente.

“Emperatriz” es el título del segundo álbum de Mínima, disco que indudablemente se ubica en el podio de los lanzamientos del pasado año en la escena rockera de nuestro país. Con “Escombro” como inmejorable puerta de entrada al “universo Mínima”, la música y cantante interpela, armada de letras engañosamente simples a la vez que profundas, cuestiones sociales y personales logrando un trabajo de escucha imprescindible.
A propósito de todo esto, conversamos con Mínima sobre el disco, su manera de abordar la música y de sus letras como instrumento de replanteo de formas y conductas de la actualidad.

Por Liber Aicardi

Foto: Carlos Yapor

¿Cómo te sentís con respecto a «Emperatriz» a seis meses de la salida?
Personalmente yo estoy re contenta porque, más allá de los musical y lo que es sacar un disco, para mí es más una experiencia. Me va sirviendo sacar discos, hacer videos y siempre realizar algo proque como que cambia la pantalla ¿viste?. Más allá de ese sentido está bueno porque a la gente el disco le gusta, siempre recibo devoluciones, gente que me cuenta “hoy me desperté re bajón y puse Mínima y me empoderó”, por ejemplo. Más allá de eso, está bueno, me gusta, me parece divertido sacar discos. Le encontré el gustito, digamos.

¿Lo seguís escuchando actualmente?
Lo escucho tanto mientras lo estamos grabando y mezclando que, después, como que descanso un poco y recién ahora lo empecé a escuchar más. Me pasaba que por un tiempo no tenía ganas de escucharlo porque estaba como saturada.

No sé si el proceso fue así, pero da la sensación que tiene mucha impronta del momento, es un disco que suena fresco.
Lo que pasa es que me mentalicé, yo no pensaba que iba a hacer un segundo disco. Fue como que dije: “voy a hacer un disco” y lo sistematicé: ¿cuántos temas van a ser? ¿cuántos temas tengo? ¿cuántos me faltarían? Entonces, como que lo saqué así. Pero, por ejemplo, a último momento, el último tema fue “Siento entender”. Ya estábamos ensayando para grabar y Pau (N de R: Pau O’ Banchi) y los gurises me dijeron que les parecía que faltaba otro tema. Me quedé con esa idea, lo fui como bajando y salió.

En referencia a tu primer disco, de 2016, suena más directo, no tan cargado. ¿Cómo se dio ese sonido?
Sí, puede ser. Creo, que también era otro momento de mi vida. Ése disco tiene temas de cuando tenía diecinueve años hasta los veintisiete, veintiocho. Fue una etapa larga, entonces pasaron muchas cosas y, capaz que sí, era mucho más profundo, más oscuro, más pesado. Ahora, ya pasé los treinta y me gusta más hacer canciones, que sea más llevadero, más divertdo. Creo que va por ahí. Tiene que ver con eso, con hacer una canción, grabarla y sacar un disco, hacerlo como más práctico.

Este disco es como soy yo en realidad. Como mi forma de vida. Lo que pienso, lo que dudo, lo que cuestiono, lo que siento. Toda esa cosa junta. Seguro que sí, la profundidad está en eso. Como que estoy yo ahí.

¿Eso fue algo que te propusiste?
No, para nada. Los temas ya los tenía, los veníamos tocando con la banda, ensayándolos, los arreglos fueron surgiendo, mismo, en lo ensayos. Pero fue todo muy simple, nada fue muy pensado ni complejo. Fue surgiendo.

«Emperatriz» es un disco que cuestiona desde las letras, aunque musicalmente sea más llevadero como decís.
Sí, es como soy yo en realidad. Como mi forma de vida. Lo que pienso, lo que dudo, lo que cuestiono, lo que siento. Toda esa cosa junta. Seguro que sí, la profundidad está en eso. Como que estoy yo ahí.

¿Pensás que la música independiente necesita cierto discurso en las letras más allá de lo que implica el hecho de tener una postura o forma de moverse en la escena?
Sí, hace falta porque, para mí, se torna aburrido escuchar algo que no esté cuestionando algo o dudando. Tampoco es que siempre tienen que estar pensando las personas ¿no? pero me aburre escuchar una letra que diga “me enemoré y me dejó”… todo eso me aburre. Me aburre escucharlo y no podría hacerlo yo tampoco. Me muero si hago eso (se ríe). Tampoco que tenga una letra re existencialista pero, sí, con una letra que me moleste, que me deje pensando.

¿Cómo ves este momento en particular que estamos vviiendo donde hay movimientos que han ganando relavancia y que, hace unos pocos años, no tenían la presencia de hoy?
Esta muy intenso todo. Yo no me enbandero con nada, nunca. Ni con la política ni con nada, pero sí estoy a favor de hacer cosas, de crear, de mostrarse.

En «Emperatriz», el tema que abre el disco, te preguntás “¿a qué le estamos militando?”. Es un cuestionamiento que marca en cierta forma el tono del álbum, pero en el que te incluís, no lo hacés desde la vereda de en frente…
Yo lo vivo así, con esa cuestión. Me lo pregunto yo también “¿a qué le estamos militando?” porque pienso que, a veces, todo queda en la bandera, en el discurso, en lo superficial y, para mí, son temas muy profundos. Entonces, que quede en un slogan, en una foto de Instagram, en un color, en una cosa así, me parece que hace que no se llegue a profundizar mucho. Esa es mi visión, la dejo abierta. Tampoco digo “es por acá” porque yo tampoco sé. Pero está bueno que pasen cosas tambíén… Todo es a favor.

Me lo pregunto yo también ‘¿A qué le estamos militando?’ porque pienso que, a veces, todo queda en la bandera, en el discurso, en lo superficial y, para mí, son temas muy profundos. Entonces, que quede en un slogan, en una foto de Instagram, en un color, en una cosa así, me parece que hace que no se llegue a profundizar mucho.

¿Te mediste a la hora de hacer algunas letras?
Un poco te tratás de cuidar porque está todo muy sensible y yo quiero que la gente escuche el disco. Tampoco estoy en contra de nada, ni a favor. No va por ahí, no tengo la razón de nada. No siento que estoy bajando una línea tampoco. Capaz que bajo la línea de cuestionar, de dudar, de molestar, de incomodar un poco, pero tampoco estoy diciendo “síganme”.

No lo hacés tomando la voz sino siendo parte…
Sí, claro. Hacer un poco de ruido. (se ríe)

Foto: Paul Hernández
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