FIXION se reinventa en su nuevo álbum “Encrucijada”

“Encrucijada”, el cuarto álbum de estudio de FIXION no representa un trabajo más en la carrera de la banda. En él, además de reducir su integración al formato trío y mostrar un sonido más crudo respecto de sus precedentes lanzamientos, su líder Daniel César vuelve a asumir la voz líder. Esto refleja, además de un sonido renovado, un desafío más para el grupo que cuenta, ya, con 18 años de trayectoria. A propósito de la llegada del disco a las plataformas digitales, conversamos con el vocalista y guitarrista acerca del proceso del mismo, sobre esta nueva etapa y de lo que se viene.

Por Liber Aicardi

Foto: Juan Carlos Garrido

¿Qué representa para vos personalmente este nuevo álbum?
Este disco es como un desafío para mí porque me enfrento otra vez con encargarme de la voz líder, y la banda está muy copada. Nuestra música no es una cosa homogénea que suena todo igual, todo el mismo ritmo y la misma voz todo el tiempo. No. Incluso, en los shows y en los discos, invitamos cantantes donde metemos más tonalidades, todavía. En este último disco metimos un coro entero, el Coro Ensamble De Profundis, que canta los coros de “Réquiem para un salto”, que son treinta personas cantando. Así que, de todas formas, esta búsqueda continúa. Igual, el disco lo arreglamos con coros femeninos, que cantó Jimena Crujeira, cantó armonías y coros en casi todas las canciones. La línea sigue igual pero con este desafío de mostrar ahora la banda como un trío. Hemos decidido mostrar la banda como un trío que somos la base, con Sebastián Etchecopar en la batería y Santiago Cardozo en bajo. Hemos encontrado una solución que, a mí, me parece que esta buena que es tener un núcleo, que somos la base creativa, y agregar invitados según las circunstancias, con libertad, digamos. Proponemos un show, convocamos a la persona que nos parece, definimos las pautas, todo claro y ya está. Pero tener personas fijas en las que no confiás, que te pueden dejar clavado es complejo… Es complejo. Capaz que ahora estamos muy contentos de ser pocos, pero, con la posibilidad de ampliar el combo a las ganas que tenga uno.

En el disco anterior (“El Principio del Caos”, 2018) había una importante presencia femenina en la voz líder a lo largo de todo el álbum. En este nuevo trabajo volvés a encargarte de la voz principal ¿Cómo te influye esto a la hora de componer?
Hay una diferencia ¿no? Yo, cuando compongo para otra voz tengo otra libertad, digamos, estoy más descansado y puedo imaginarme ese dibujo melódico, que lo hago para otro. Después, viene el trabajo con la persona, acomodar los tonos y pulir todo. Es como componer para un instrumento, para un piano o algo así. Ahora, si yo canto no, porque tengo que enfrentarme a mis limitaciones y a mis recursos. Hay un proceso diferente en el que yo me exijo a mí mismo y tengo que manejar mis propios límites como para llevar todas las canciones adelante, pero, igual me gustan las dos facetas de compositor.

“Encrucijada” tiene un sonido más crudo, menos recargado que los anteriores trabajos ¿Cómo se dio este rumbo en las canciones?
Justamente, le buscamos al disco un punto más crudo. Por ejemplo, poner la base más adelante en la mezcla, también hay sutilezas como en la dinámica. A veces nosotros tocamos un punto o dos de velocidad en una canción y cambia muchísimo, parece otro tema. La mezcla de un disco es, justamente, la mano del tipo que ve qué va y qué no va y hay que estar al lado de él. Uno o un productor. Yo, en este caso, soy el productor y hay que estar ahí en el ring, viendo para dónde va, porque lo puede llevar para cualquier lado. Las mismas pistas las podés mezclar, ecualizar o poner efectos de una forma u otra y eso te define un estilo. Y en el resultado, uno puede decir “¿esto es rock, no es rock, es metal, menos metal?” Acá tuvimos una dimensión de dejarlo más crudo, más rockero. Por ejemplo, ponerle más medios a las guitarras eléctricas para que lastimen más y tengan más presencia o sacar reverb a todos los instrumentos. Y bajar los teclados. Hay un montón de pistas, sí, y cositas, pero, algunas están tan bajas que ni se oyen y, justamente tuvimos que manejar eso ¿Qué queremos? ¿Un disco lleno de ruiditos y cositas ó un disco que, al final, vos digas “estos es rock, no hay dudas que hay una guitarra, un bajo y una batería”?. Son esos detalles que manejamos para que suene más cerca, más crudo, más directo. Está dentro de un estilo y lo va a poder entender un montón de gente a la que queremos llegar.

Hemos encontrado una solución que me parece que esta buena, que es tener un núcleo, que somos la base creativa, y agregar invitados según las circunstancias, con libertad, digamos. Proponemos un show, convocamos a la persona que nos parece, definimos las pautas, todo claro y ya está.

¿En esta nueva formación, como trío, también hay una suerte de vuelta a los orígenes de la banda?
Si, fíjate que yo estoy volviendo a encarar todo un disco después de casi diez años. He tenido cientos de shows y estoy más cómodo con los vocales ahora, me siento mucho más firme, he encontrado un estilo. En este disco he empezado a poner algunas voces roncas que hay que sacarle el punto para que crujan. Le he agarrado el gusto, también a esto de cantar. Si bien volví a hacerlo, no soy ni cerca lo que era hace diez años y creo que el resultado funciona.

¿En qué momento de la banda los encontró la emergencia sanitaria?
Nosotros, en realidad, sacamos un simple en octubre del año pasado, hicimos una presentación en la Sala Hugo Balzo en noviembre y en diciembre hicimos una mínima edición, pero no la movimos mucho porque no era el momento y, además, pensábamos, que justamente en marzo ya teníamos algunos shows que fue cuando vino la pandemia, entonces ahí nos trancó toda la estrategia y tuvimos que recalcular. Entre otras cosas decidimos subir el disco a las plataformas digitales como para difundirlo virtualmente. Dio la casualidad que en el verano hicimos otro video clip que se terminó de filmar justo una semana antes de que se declarara la cuarentena y lo pudimos estrenar en la cuarentena, que fue “Réquiem para un salto”. Obviamente de shows, nada, pero tenemos un montón de backstage que estamos editando para mostrar, tenemos el show de la Hugo Balzo que se filmó a siete cámaras y se registró el audio y también lo estamos editando, queremos que suene lo más pro y creo que va a salir como otro disco en vivo; eso lo vamos a mostrar. Además hicimos un video lyric que ya está pronto. A pesar de que estamos encerrados, tenemos un montón de material en el que estamos trabajando y eso es la nueva realidad.

He tenido cientos de shows y estoy más cómodo con los vocales ahora, me siento mucho más firme, he encontrado un estilo. En este disco he empezado a poner algunas voces roncas que hay que sacarle el punto para que crujan. Le he agarrado el gusto, también a esto de cantar. Si bien volví a hacerlo, no soy ni cerca lo que era hace diez años y creo que el resultado funciona.

El año pasado hicieron una gira por algunas ciudades del interior ¿Cómo fue esa experiencia?
La gira fue entre febrero y mayo (2019), hicimos siete shows, tocando los sábados en los mejores teatros de cada departamento, llegamos a Rocha, Maldonado, San José, Florida, Colonia, Canelones y también hicimos Montevideo. Cuando vos armás un show siempre hay variables que hay que manejar, si hay vacaciones, si es un feriado, si cae sandwich, si viene a tocar otra banda… Yo, como productor me vuelvo loco cada vez que armo una fecha, hay doscientas variables. Y el interior tiene como una lógica diferente de publicidad que la empezamos a aprender y a dominar a medida que fueron sucediendo los shows, fuimos mejorando la promoción y fue más gente. Esta promoción incluía, por ejemplo, los carros parlantes, que acá, en Montevideo no existen. Entonces, empezamos a poner publicidad en los carros parlantes y, en algunos de los shows, estuvo casi lleno. En Rocha por ejemplo, nos encontramos una horda de gente de negro ansiosa, porque, en realidad, no llega nada de rock y de metal, al menos de este estilo. Nos esperaban para saludar y conversar. Estuvo bárbaro y como que le fuimos agarrando el punto a armar un show de rock en el interior, de este tipo ¿no? Un festival es distinto porque lo publicita la intendencia, hay varias propuestas diferentes, etcétera. En algunas ciudades invitamos a bandas locales que también llevaban su gente. Como esto estaba financiado por el Ministerio (MEC), nosotros presupuestamos todo el equipo que trabaja con nosotros, viajábamos con todos los técnicos (sonidista, iluminador, asistente) y todos los equipos nuestros. La experiencia estuvo alucinante, la verdad, la gente quedó como loca, vio un show sonando divino, unas luces bárbaras… Hubo shows que estuvieron bastante calientes… Pero cuesta… No es fácil comunicar estos shows y no hay mucha movida en el interior de bandas de metal y, menos, a nivel de teatros.

¿Hay posibilidades que en el futuro puedan hacerlo nuevamente?
Sí, claro. A mí me gustaría volver, inclusive estaba proyectado para este año, hacer algún show, tal vez en Paysandú y, no te digo ya, pero si tenemos la intención de volver a estos teatros.

Foto: Juan Carlos Garrido
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