En esta nueva entrevista de nuestra sección Vidas Detrás de la Música, conversamos con Nomusa, artista pop experimental, quien nos cuenta acerca de sus primeros años, su acercamiento a la música, futuros proyectos y más, para conocer a la artista más allá de su carrera profesional.
Por Chenal Innamorato
«Tengo el privilegio de haber tenido una linda infancia. Nací y crecí en el barrio La Blanqueada, donde me crié junto a mis padres. Desde que tengo memoria siempre tuve facilidad para hacer amigos, se lo atribuyo a mi ascendente en géminis», dice riendo. Así inicia la nota Camila Cardozo, nacida el 16 de mayo de 1998, mejor conocida por su seudónimo Nomusa, quien incorpora a la música uruguaya un sonido renovador, donde el pop y lo experimental se entrelazan. Actualmente radicada en Buenos Aires, donde se encuentra realizando una Licenciatura, la artista expresa que siempre fue muy curiosa, y el arte estuvo presente en su vida desde sus inicios. Empezó a escribir a los 11 años, y a los 16 encontró una libreta con un poema que había escrito a esa edad, y desde ese entonces no ha dejado de escribir.
«Mi etapa adolescente estuvo más heavy, o fue más oscura, quizás. Cambiaron mis intereses, me empecé a percibir más existencialista, empezaron los ataques de pánico, cambió mi entorno, cambié de liceo varias veces, comencé a leer otro tipo de autores y a consumir otro tipo de cine. En mi adolescencia me adentré en las películas de Gaspar Noé, Lars Von Trier, Stanley Kubrick, Larry Clark, etc. Hoy en día pienso que son películas que te pueden traumar un poco si las ves a los 15 años, pero sé que eso le sucedió a un nicho de mi generación. Además de mirar mucho cine, aprendí a tocar y a componer». Camila señala que durante esa época retomó el dibujo y la pintura, disciplinas que le «encantan» pero que, de a poco, fue dejando.
La artista expresa que no se acercó a la música, sino que en cambio, la música fue algo que siempre llevó dentro. «A partir de los dos años me empecé a cuidar mi abuela porque mis padres trabajaban», dice, y nos cuenta una anécdota de su infancia que le transmitió su madre y que siempre recuerda: «un día ella llegó de trabajar y mi abuela me contó que puso a Chayanne en la radio, y yo empecé a bailar, marcando el ritmo con los pies, con tanto ímpetu y tantas ganas, que se dieron cuenta de que había una expresión artística latente en mí. A partir de ese momento me mandaron a estudiar distintas danzas, artes plásticas, canto, teatro, etc. Todas eran disciplinas artísticas que me interesaron desde muy chica».
Camila manifiesta haber sido influenciada por variados artistas, y géneros musicales. En un principio por la música que se escuchaba en su casa, ya sea Bossa Nova, MPB, Pop, R&B, Son Cubano, y destaca figuras tales como Eduardo Darnauchans, Eduardo Mateo, Laura Canoura, Donna Summer, Beyoncé, The Police, entre otros. «Luego fui desarrollando mi propio estilo musical. Soy muy abierta escucho de todo y siempre fui así. Durante mi adolescencia escuchaba cumbia y West Coast Rap. También durante unos años estuve muy fisura con el Jazz, con Lou Reed y con Frank Zappa. Me influenció toda esa mixtura, por eso hoy en día me cuesta catalogarme dentro de un solo género musical».
Creo que al feminismo en Uruguay aún le falta una perspectiva étnico racial y transfeminista. Pero sé que es algo que, de a poco, vamos a ir transformando las mujeres y disidencias afro.
Orgullosa de sus raíces «porque las mujeres afro uruguayas han sido y serán fundamentales en la historia de la música uruguaya», pero a la vez, sabiendo «que conlleva un desafío», Camila expresa que «la sociedad uruguaya en su mayoría no conoce o no escucha a mujeres afro uruguayas, incluso mujeres de generaciones que nos marcaron el camino a las que estamos ahora. Eso sucede con la música afro uruguaya en general, pero en el caso de las mujeres afro, es peor. La opresión es doble, por ende, es más difícil conseguir fechas, vender discos, llenar salas, etc. En mi experiencia personal, he tenido la posibilidad de lograr cosas que hace unos años consideré inimaginables, toqué en lugares como la Sala Hugo Balzo, el Teatro Solís, la Sala del Museo, La Trastienda, entre otras. Y eso fue gracias a que, desde que me profesionalicé, he estado buscando lo que creo que merezco». Dice no dejar que las oportunidades le lleguen solas, y que se encuentra trabajando junto a las personas que creen en su proyecto y «me esfuerzo por seguir haciendo lo que amo».
A fines de marzo se mudó a la ciudad de Buenos Aires, gracias a haber ganado la beca del FEFCA (Fondo de Estímulo a la Formación y Creación Artística), para continuar sus estudios. «Si no hubiera sido por esa beca, no estaría acá. Actualmente me encuentro cursando la Licenciatura en Curaduría de Artes, carrera que comencé en el 2020 pero que abandoné porque tuve que volverme a Uruguay a causa de la pandemia. Luego la seguí cursando virtual. De todas formas, también vine acá a desarrollar mi carrera artística como música, por suerte tengo muchos amigos y de a poco me voy abriendo paso en esta ciudad, llena de locura pero que posee una cultura muy rica. Buenos Aires es una ciudad que nunca terminás de descubrir».
Camila nos cuenta que «Nomusa surgió como un alter-ego, como lo fue Ziggy Stardust para Bowie. Fue un personaje que construí, pensé en su estética, en su personalidad, en su visión», agrega que «en 2016 dejé de estudiar teatro, y tres años después (2019), estaba volviendo a construir un personaje, lo cual fue muy divertido y enriquecedor. En cuanto a su etimología, es un nombre africano que pertenece a la tribu Ndebele. Para mí posee un doble significado, además de que me remonta a mis orígenes, interpela el concepto de musa».
Expresa que le encanta la escena musical uruguaya, le gusta descubrir nuevos artistas y ver que la escena tiene cada vez un mayor reconocimiento, «sobre todo en los artistas jóvenes, que son los que realmente están rompiendo los viejos esquemas y cambiando el panorama. Hay un gran talento en la escena musical actual, siento que es un sonido nuevo, y que de a poco las generaciones anteriores se están animando a escuchar».
Me parece que como artistas deberíamos poner el enfoque en el cambio social. La lucha es desde el arte, el arte en sí siempre fue revolucionario.
Con respecto al futuro dice que hoy en día no es algo que le preocupe, «es una pregunta muy abierta, depende desde que lugar lo analice. Estoy muy contenta de estar donde estoy, siento que estoy en el lugar que quiero y que lo logré gracias a mi tenacidad». Añade «sí, me preocupa el futuro de mi país, teniendo en cuenta todo lo que está pasando actualmente, me parece que como artistas deberíamos poner el enfoque ahí, en el cambio social. La lucha es desde el arte, el arte en sí siempre fue revolucionario. No tengo idea donde me veo en diez años, solo sé que voy a seguir haciendo música».
Camila se considera afro feminista. «Creo que fue a partir del momento en el que sentí que me identificaba como mujer negra y que así me percibía la sociedad. Comprendí que el hecho de ser negra no se separaba del hecho de ser mujer, sino que se interseccionan. Mi vida cambió radicalmente desde que empecé a militar activamente en Mizangas (Movimiento de Mujeres Afro) en 2019; porque por primera vez comprendí lo que era el sentido de pertenencia y también porque por primera vez sentí que estaba incidiendo en el cambio social de forma colectiva. Creo que al feminismo en Uruguay aún le falta una perspectiva étnico racial y transfeminista. Pero sé que es algo que de a poco vamos a ir transformando las mujeres y disidencias afro» Dice.
Nomusa es un proyecto transdisciplinario, según las propias palabras de Camila, «esto quiere decir que no sólo une distintas disciplinas, sino que las atraviesa. Desde hace unos años busco generar un híbrido entre el arte y las nuevas tecnologías. Pero estoy todo el tiempo en búsqueda. En mi proyecto además del sonido, son muy importantes las artes escénicas, las artes multimediales, el diseño escenográfico, de iluminación, el arte visual, etc. Y me gusta volcarme de lleno en eso, aprender de cada disciplina, nutrirme de cada artista en su área y poder plasmar mi visión». Expresa que el proyecto se ha ido transformado a lo largo del tiempo, conforme a su propia trasformación y eso es algo que lo identifica. «Las transiciones, las metamorfosis. Y sé que se seguirá transformando, creo que lo único constante es el cambio».
Actualmente se encuentra mezclando su próximo EP, el cual cuenta con varias colaboraciones tanto nacionales como internacionales, y que lanzará en conjunto con su amigo y colega LVZY. «Es un proyecto muy diferente a todo lo que he lanzado hasta ahora, tanto a nivel sonoro como a nivel visual. Es el primer disco que hago que no es conceptual, lo cual fue un desafío para mí, pero lo disfruté. Lo empezamos a grabar hace dos años y lo terminamos antes de mudarme a Buenos Aires». También se encuentra cerrando fechas en Buenos Aires y, además, espera seguir desarrollándose como DJ, «disciplina en la que incursioné cuando recién me mudé».
Foto: Paul Hernández