En esta nueva entrevista de nuestra sección Vidas Detrás de la Música, conversamos con Mercedes Xavier, quien va a estar presentando su nuevo disco Abisma el próximo jueves 17 de julio en la Sala Ducón. El disco cuenta con la producción de Jhona Lemole y está compuesto por ocho canciones envueltas en una atmósfera donde lo onírico es protagonista. Mercedes nos cuenta acerca de sus primeros años de vida, sus inicios musicales, la música, la fotografía y más, para conocer a la artista más allá de su carrera profesional.
Por Chenal Innamorato

«De niña pasaba los fines de semana en la casa de mi abuela paterna, que era un punto de encuentro con una prima un poco mayor. Nos encerrábamos en la biblioteca de mi abuelo a leer libros antiguos y pasábamos horas en el jardín, que estaba algo descuidado, pero tenía un aire mágico. Inventábamos fábulas extrañas, como antes lo hacía mi abuelo. Escuchábamos música y ella tocaba la guitarra y componía canciones. Llegamos a tener un dúo de cuyo nombre preferimos olvidarnos». Así comienza la entrevista a Mercedes Xavier, música, fotógrafa, ilustradora y diseñadora gráfica montevideana, que encanta con su sonido de ensueño.
«Por el lado materno, tuve una tía muy dulce e imaginativa, también gran lectora, pero sobre todo amante de la fotografía. Fue un vínculo muy importante para mí y pasaba muchas tardes, luego de la escuela, en su casa. También dedicaba muchas horas a jugar en la vereda con amigas y amigos del barrio, y a tocar el piano». Comenta.
Nos cuenta que en sus tiempos de adolescente no le gustaba mucho el liceo, y que en los primeros años leía en clase, pero no los textos obligatorios, sino literatura o cosas que le interesaban por fuera de lo académico. «Andaba siempre un poco distraída». Según sus propias palabras.
«Casi todas las vacaciones las pasaba en Treinta y Tres con mi mejor amiga. Allá nos sentíamos libres: andábamos en bote por el Olimar, recorríamos la orilla del río, el monte, íbamos a los bailes». También militaba desde muy joven; iba a marchas y actividades políticas. A los quince años comenzó a trabajar como niñera unas pocas horas por día, y cuando contaba con diecisiete años nació Joaquín, su primer hijo. «En ese tiempo estudiaba, trabajaba un poco más y lo criaba. Pero también encontraba el tiempo para otras cosas como la música».
Mercedes se acercó a la música desde muy chica. «Mi padre tocaba la guitarra y en casa teníamos un teclado. A los ocho años empecé clases de piano y me gustaba mucho. Me consiguieron primero un piano y después, en Reyes, una guitarra, que al principio tocaba de oído. En la adolescencia tomé clases». Dice. «Mis regalos de Reyes muchas veces estaban vinculados a la música. A los diez, por ejemplo, me regalaron el cassette ‘Tango que me hiciste mal’…», de Los Estómagos. Todavía me sorprende cómo supieron que era exactamente lo que quería».
Me interesa que el disco genere un clima parecido al de un sueño extraño, que las letras no sean muy obvias.
En 2023 Mercedes inicia su carrera musical con el EP compuesto por cinco canciones Vuelo incierto, y nos cuenta qué le llevó a dicho lanzamiento. «El impulso vino, sobre todo, de personas cercanas que sabían que estaba haciendo canciones y me alentaron a grabarlas. La primera fue una gran amiga, Romina. Después, otras personas empezaron a interesarse y finalmente me decidí a grabar con Jhona Lemole. También sentí que había llegado el momento de abrir algo que durante años había mantenido en un lugar muy inaccesible. Una mayor conciencia del paso del tiempo también jugó su papel. Si no era ahora, ¿cuándo?».
Cuando le preguntamos entre la música y la fotografía cuál considera que es su verdadera vocación y por qué, Xavier expresa que la música estuvo antes y fue muy importante durante sus primeros años. «Pero hoy ambas ocupan un lugar igual de fuerte para mí». Le interesan más los puntos de contacto entre la música y la fotografía que las diferencias. «En ambas intento dejar lugar a lo impredecible. No suelo partir de una idea precisa: me siento más cómoda en la deriva, en los rodeos, en dejar que aparezcan cosas que, si todo va bien, puedan sorprenderme».
Con respecto a la clasificación de su música dentro de la escena uruguaya actual, la artista dice no ser muy buena clasificando y tampoco conocer tanto de la escena actual, solo una pequeña parte con la que se siente afín. «Supongo que mi música entra dentro de lo que se llama independiente: música que no aspira a carreras ni a premios, que tiene una idea muy personal de lo que significa el reconocimiento».
En mi casa, sobre el final de la dictadura, se hacían reuniones clandestinas. El susurro, la sombra, eran parte de una resistencia.
El 5 de junio de 2025 Mercedes lanzó su segundo trabajo discográfico Abisma producido por el músico y productor Jhona Lemole. Y nos contó acerca del surgimiento del nombre del álbum. «El título fue primero el de una canción. Tenía que ver con sueños que abisman: que te hacen caer en una zona oscura, pero también te permiten indagar, arrojar cierta luz. Después pasó a ser el nombre del disco, y me gustó que se lea como una frase a la que le falta el sujeto: algo abisma, pero pueden ser muchas cosas».
Abisma podría considerarse un álbum conceptual, dónde lo onírico parece ser una constante a lo largo de las canciones. «Desde siempre tengo una relación intensa con los sueños. Los recuerdo casi siempre, y muchas veces me hacen pensar en cosas que de otro modo podría haber pasado por alto. Me interesa que el disco genere un clima parecido al de un sueño extraño. Que las letras no sean muy obvias. Que la estructura de las canciones no sea del todo convencional, aunque tampoco me alejo completamente de eso».
«Hay muchas fuentes de inspiración en este disco. Una de ellas tiene que ver con el cambio de entorno: me vine a vivir a un balneario, pero que está más cerca del campo y de la sierra que del mar. La observación de todo esto —y desde dónde lo observo— es clave. No tengo el arraigo que podría tener alguien que nació acá, que creció con determinada música que acompaña el paisaje. Mi mirada es la de alguien que llega desde otro lugar». Expresa.
«Mi abuela materna se crió en el campo de Rocha, y mis dos abuelos eran de la frontera. Así como hay gente que mira a Europa como si miraran hacia su origen, yo miro el borde de Uruguay y sobre todo el campo, con esa sensación de distancia y cercanía al mismo tiempo. Pero crecí en Montevideo. Entonces, construir una vida fuera de la ciudad me remueve muchas cosas. Me cuestiona sobre ser y no ser, sobre la mirada romántica —y a veces estéril— que se tiene de la naturaleza o del mundo rural. Todo eso está, de algún modo, en estas canciones».
Supongo que mi música entra dentro de lo que se llama independiente: música que no aspira a carreras ni a premios, que tiene una idea muy personal de lo que significa el reconocimiento.
Mercedes nos cuenta que «También hay marcas de mi infancia durante la dictadura, que fue un tiempo donde la oscuridad tenía un papel doble. Por un lado, lo siniestro; por otro, una oscuridad necesaria para que algo pudiera crecer. En mi casa, sobre el final de la dictadura, se hacían reuniones clandestinas. El susurro, la sombra, eran parte de una resistencia. Hoy veo algo parecido en la naturaleza: hay cosas que solo pueden germinar en lo oscuro. Esa imagen me sigue acompañando».
Abisma fue grabado en su casa y en la de su productor Jhona Lemole, ambas en Maldonado, rodeadas de silencio y vegetación. «Jhona, además de producir y grabar el disco, también hizo arreglos y participó con sintetizadores, cajas de ritmos. Karen Halty participó con voces en varios temas y también estuvo presente desde la previa, en conversaciones importantes para ayudar a confirmar o descartar caminos».
El disco será presentando en vivo el próximo jueves 17 de julio en la Sala Ducon. «Va a ser la presentación de Abisma, pero también vamos a incluir algunas canciones de mi primer disco, Vuelo incierto. Lo voy a compartir con Karen Halty en voces y teclados y Jhona Lemole en sintetizadores. Además vamos a contar con visuales y luces de Andrés Seoane, artista visual a quien admiro mucho. La idea es que esta presentación tenga un clima envolvente».
