Resumen 2025

Los 10 temas nacionales del año de Nicolás Tabárez

Llegó el momento de repasar la música que nos dejó 2025 y, como desde hace nueve diciembres, en Metrónomo lo hacemos a través de las canciones que marcaron el año. Con esta excusa, invitamos a algunas y algunos colegas a sumarse a la propuesta, con el simple objetivo de compartir miradas y opiniones sobre esto que nos apasiona: la música uruguaya. La consigna, como siempre, fue “Los 10 temas nacionales que definieron el año”, sin orden de preferencia.

A partir de hoy, y durante los próximos días, iremos dando a conocer las distintas listas, además de la nuestra. Un agradecimiento enorme a quienes nos regalaron parte de su tiempo, conocimiento y sensibilidad para enriquecer y jerarquizar este repaso.

  • Nicolás Tabárez

    Antes de empezar, la habitual introducción/apertura de paraguas/aclaración. Estas listas, como todas, son siempre mutables. Capaz en unos días, esta misma selección es distinta. Hoy, es esta. Diez canciones que, de entre la sobreabundancia de música que cada año se produce en esta República, pegaron más. Que emocionaron, sorprendieron, conmovieron, alegraron. Que suman a la riqueza de la creación local, que agregan nuevos tramos a la interminable escalera de la música uruguaya, o que lisa y llanamente, son de esas canciones que se quedan contigo para siempre (o al menos en la lista de “me gusta” de Spotify).

  • Runaway – Laura Canoura & Lisandro Aristimuño

    Así como hay road movies (películas de carretera), si no existen oficialmente todavía propongo desde este humilde espacio crear la categoría road songs. Y que en esa lista esté esta canción de Canoura, que en un mágico dueto con el argentino Lisandro Aristimuño cantan sobre viajes, exilios y permanencias, ausencias, despedidas y el paso del tiempo. Todo se eleva definitivamente con un poema recitado por Canoura en el tramo final del tema, una narración oral inspirada por un encuentro real con una mariposa monarca (insecto que da nombre al disco donde está esta canción) y un episodio de su vida familiar, donde el tema de la ausencia vuelve a aparecer y cerrar un paseo conmovedor y bellísimo.


    Celesta – Disco del Año

    Dice el dicho que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y esta canción cumple el dicho. 99 segundos alcanzan para que Celesta haga lo suyo y se quede afirmada como uno de los grandes hallazgos del 2025. Un muro de guitarras, un riff implacable y afilado, y una contundencia brillante. Como dice el locutor al principio de la canción: excitante.


    Cintura – Lucía Romero

    Una de las representantes de las generaciones más jóvenes de la profusa tradición de cantautores y cantautoras de estas tierras, Romero tiene en esta canción un punto de partida que se puede reconocer en ese territorio, pero después el recorrido sigue con una zambullida profunda en la piscina del pop funky-retro de sintetizadores ochentosos y swing canchero que es, sin embargo, un sonido para nada extraño a estos tiempos, y un clima bailable con pasta de hit. Una de esas canciones que no desentona ni en la pista ni en los auriculares.


    La Distancia – Juan Campodónico, Zeballos

    Las rimas de Zeballos flotan sobre un beat de ensueño, refinado y elegante, con un cruce entre sintes, pianos, guitarras y cuerdas que dan el marco más acertado para esta balada rapeada que es tan encantadora y tierna como épica. Tiene también una cierta cualidad misteriosa y onírica que la enrarece un poco, un toque maestro para otra de esas canciones que es difícil sacarse del cerebro una vez que están adentro, como todo pop bien hecho.


    Algo Tiene Que Terminar – Niña Lobo

    Cabalgando a lomos de un riff de guitarra y un apoyo de sintetizadores que no desentonarían para nada en el opening de un animé (cierro los ojos y veo aparecer los efectos de luces epilépticos y los créditos en japonés) llega la melodía bubblegum y la voz encantadora de Camila Rodríguez para uno de esos cócteles indie pop punk synth rock que tan bien le salen a Niña Lobo. Una canción que pega con la fuerza de un rayo y te sobrecarga de energía (una escena que no desentonaría en un animé) y no te deja más remedio que expulsarla cantando, bailando y moviendo los pies como si no hubiera mañana.


    Criollo – Tallo

    Algo está pasando en Tacuarembó. De nuevo. Así como en otra época fue la cuna de un movimiento folclórico y de cantautores que dejó una huella imborrable en la música nacional, una nueva generación de artistas criados en el departamento de mayor extensión está generando una pequeña revolución sónica. En ese movimiento está Tallo, que este año con su disco “Criollo” dio un paso firme en esa dirección. El disco lo abre este tema homónimo, una milonga en toda regla, pero con un sonido rabiosamente actual, un encanto indiscutible y una magia propia. El futuro de la música uruguaya es por acá, y ya llegó.


    Temporal – Par, Fenna Frei

    De un clima ominoso y tenso, como ese rato previo a que la tormenta se desate sobre el balneario, este tema pasa a un ambiente más etéreo y de alguna manera, cálido, pero sin perder el aire fatal y sombrío, como esas ruinas de un rancho que aparecen en la letra cantada por la argentina Fenna Frei. Un canción que absorbe y envuelve, una canción hipnótica y bellísima.


    Tango 42 – Ino Guridi

    Tan familiar como un tango y tan nuevo como una electrónica bailable, esta fusión que trae Ino Guridi en la apertura de su segundo disco, Vigilia, tiene el inevitable e ineludible aire melancólico que viene en los genes del tango y lo junta con un espíritu pop y una energía propia de estos tiempos. Una canción con una orfebrería precisa en su confección sonora y en su producción, y una artista muy segura de lo que está haciendo.


    Exilia – Martín Iglesias

    Guitarrista de la banda Eté & Los Problems desde hace algunos años, Martín Iglesias debutó como solista con el excelente “Verte llover”, que empieza con esta canción, una joya rockera, evocadora y con un aire nostálgico, no solo en su letra, sino en un cierto espíritu sonoro que remite al rock uruguayo de los 2000. Una melodía vocal caracoleante, una intensidad cargada de fuerza y un clima luminoso que la hacen uno de los grandes hallazgos del año.


    La nieve del 87 – Sebastián Casafúa

    Bailar para sobrevivir, para seguir adelante, para festejar. Todo eso está en esta canción de Sebastián Casafúa, la primera desde su disco “Caudillo» de 2018 y la primera composición que mostró después de sufrir un ACV que lo dejó sin poder cantar, sin poder hacer música y que marcó un quiebre en su vida. Esa incertidumbre está en los pasos en la nieve de los que canta aquí, y que emula con las pisadas inciertas de los jugadores de Peñarol en la final Intercontinental de 1987 en Tokio, jugada en ese clima. Pero esa incertidumbre, ese balanceo, trae el baile, trae la música, trae la victoria después de una derrota. Y trae esta canción.


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